En algún lugar

Se podía apreciar una casa en mal estado, vallas de madera comidas por los años y las termitas. Techo de laminas oxidadas que demostraban un uso por varios años y un poco o nulo mantenimiento y unas paredes completamente curveadas. Todo estaba en mal estado.

Y para sumar a la desalentadora vista, todo a su alrededor era completamente igual. La casa que en mejor estado se encontraba de todo el "vecindario" era una cuyas laminas no se encontraban llenas de hoyos por el óxido.

Era claramente un barrio pobre, bastante de hecho.

Y en una de esas casas se estaba teniendo una acalorada discusión.

"No pero es que tú no entiende-"-

"No claro que no José, tu eres el que no entiende "- la mujer interrumpió a su esposo y señaló a los 3 niños que se encontraban sobre una maltratada cama, los niños mostraban claros signos de una mala alimentación.

Se encontraban delgados, más de lo que era sano y con una estatura bastante menor de la que deberían. Y mostrando un cansancio que no debería verse en tan jóvenes chicos.

"!!Míralos José, solo míralos, mira sus ojos, mira sus cuerpos, así no es como quiero que estén mis hijos, así no es como deben de estar unos niños!!"- los gritos eran claros y José podía escucharlos resonar en su cabeza.

"!!Lo sé María, lo sé!!"- no pudo controlar la frustración que estaba sintiendo y gritó "tu crees que a mí me alegra ver cómo están?, tu crees que me alegra llegar de trabajar y no saber si mis hijos han comido algo en todo el día?, !TU EN SERIO CREES ESO?!!"-

Aunque el grito de frustración de José era grande, María no retrocedió, el futuro de su familia dependía de esto.

"Entonces José?, Por qué no te has deshecho de esos perros?, por qué los sigues manteniendo aquí si son solo una carga para nosotros? POR QUÉ?!!"-

"Por qué que María, ya tuvimos que deshacernos de uno antes, incluso tuvimos que comerlo para sacarnos de esa maldita situación"- un mal sabor de boca y un sentimiento de culpa y tristeza abundó en su cuerpo.

Hubo un momento en el que se encontraron en la completa desesperación, José había sido despedido de su trabajo y la insuficiente pero indispensable fuente de dinero que tenían se había acabado. Esto les llevó a tener que comerse al mayor de sus perros porque no tenían manera de conseguir alimento.

Fue un momento duro y amargo para José, Max había estado con el desde que era joven, tener que comerselo por la mierda de situación en la que se encontraban había sido algo que lo dejó marcado de por vida.

A María también la había marcado pero por otras razones, comer perro había sido una experiencia desagradable. Los veía como mascotas, no como comida.

"Y si ya pasamos por todo eso POR QUÉ DEMONIOS SEGUIMOS TENIENDO A ESOS MALDITOS PERROS?!!"- está vez no pudo controlarse y gritó con tanto sentimiento que incluso José se sorprendió.

Aunque entendía su enojo, lo más lógico era haberse deshecho de esos perros desde que vieron que no podían mantenerlos. Pero su lado racional no había ganado esa discusión y se mantuvo con los perros.

"No puedo María, no puedo hacer-" estaba por decir algo cuando se vieron interrumpidos por el sonido del llanto de un niño. Giraron sus cabezas alarmados y pudieron ver a uno de los niños llorar y los otros dos intentar consolarlo. Pero tampoco se encontraban en un gran estado ellos.

"T-...ten-tengo...hambre mami"- José sintió como su corazón se partió en Miles de pedazos y una sensación inexplicable creció en su cuerpo.

María en cambio fue más expresiva y no evitó que unas lágrimas se escaparan de su rostro mientras miraba a sus hijos.

Corrió hacia ellos para consolarlos no sin antes decirle unas últimas palabras a José.

"Si no te deshaces de esos perros me encargaré de que jamás vuelvas a ver a los niños"- el veneno en sus peligrosas palabras fue claro para José que sintió otra puñalada en su corazón.

"Yo...no quiero perder a mis hijos"- susurró José mientras sentía las lágrimas caer por su rostro, esta vez no pudo detenerlas. No era una decisión difícil realmente, pero sentía que una gran parte de su vida se iría con esos perros. Los recuerdos y momentos felices se perderían, si alguna vez hubo momentos felices.

"Lo siento...Max"- se había dicho a si mismo que cuidaría a los cachorros de Max después de haber hecho lo que hizó, pero parecía que no pudo cumplir su promesa.

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Fin del Capítulo

1 mes = 2 años de perros