Perspectiva: Aurora.
Mirusmari, Jublios 20 de Augustus del 1575.
Ya casi se cumplen 3 meses desde que conocí a Agis Jardiel. Debo admitir que, en un principio, solo me acerqué a él por su poder, ya que me sería útil para ayudar a mi abuelo, y conseguir mi venganza contra esos bastardos Extranjeros; sin embargo, con el pasar del tiempo, desarrollé sentimientos por Agis. Al saber que es un hombre humilde, amable, inteligente, talentoso y leal, sin dejar a un lado su gran fuerza y atractivo físico, caí rendida ante él. No obstante, cometí errores y no he sido clara con mis intenciones; todavía lamento mucho haberlo acusado de ser un Extranjero, basándome en las palabras de uno de esos malnacidos, aun cuando salvó mi vida y luchó a muerte por mi bien. Como resultado, Agis se muestra muy distante, agregando que sus mujeres no tienen una buena opinión sobre mí; en verdad, estoy enfrentando serias dificultades para ganarme su corazón, a pesar de todos mis esfuerzos.
De todas formas, no pienso rendirme, mi amor por Agis se encuentra en un punto en el que estoy dispuesta a hacer casi cualquier cosa por él; sencillamente, el rechazo no es una opción. Ya he analizado mi situación con calma, y aunque sus mujeres representan un obstáculo importante, al final, ellas dependen de él, por lo que solo tengo que enfocarme en establecer una buena relación con Agis. En consecuencia, durante las últimas semanas, he intentado acercarme a él, con la intención de conocernos un poco más, y crear un fuerte vínculo; sin embargo, parece que no está funcionando, por el contrario, he empezado a creer que Agis considera una molestia mis visitas, algo que me entristece, puesto que en verdad me siento muy feliz y motivada por el solo hecho de estar en su presencia. Teniendo en cuenta todo lo anterior, debo cambiar de estrategia, así que es momento de recurrir a un método más directo.
En todo el tiempo que llevo junto a Agis, he notado que es un hombre de gustos simples en lo que a mujeres se refiere; en pocas palabras, le atraen las chicas lindas y con grandes atributos; adicionalmente, es esa clase de persona que solo entiende las cosas cuando se le dicen de frente. Dicho esto, tendré que hacer buen uso de mi cuerpo, y confesarle mis sentimientos con determinación; de lo contrario, Agis podría empezar a alejarse aún más de mí, algo que no puedo permitir sin importar nada.
Honestamente, estoy orgullosa de mi aspecto físico, heredé lo mejor de mis padres, por lo que no tengo nada que envidiarle a las demás mujeres de Agis; aun así, no puedo negar que me encuentro en desventaja, ya que ellas constantemente se interponen en mi camino, especialmente Camelia que, seguramente, conspira en mi contra; adicionalmente, tengo que admitir que cada una posee una belleza considerable, sobre todo Leonora y Leta que, a mi parecer, resaltan más que las demás; es por esto que a veces me pregunto qué puedo ofrecerle a Agis que ellas no hayan hecho. De cualquier manera, no puedo retroceder por más obstáculos que se presenten; además, estoy segura de que Agis no podrá resistirse a mis encantos.
Actualmente me encuentro en mi habitación de hotel, preparándome física y mentalmente para mi confesión; como resultado, estoy tratando de elegir la ropa indicada, después de todo, la presentación es lo más importante en estas situaciones. Reflexionando un poco, he notado que a Agis le agradan las damas con vestidos bellos y de colores llamativos, ya que siempre se queda mirándome cuando uso ese tipo de atuendos; en este orden de ideas, optaré por usar mi vestido carmesí, con el que lo conocí. En ese entonces, pude notar que lo había impresionado, por lo que, estoy segura de que voy a conseguir despertar su deseo por mí.
Al cabo de unos minutos, me pongo la prenda, y observo mi apariencia frente al espejo; el cristal refleja a una mujer hermosa, elegante y seductora. Claramente, el vestido resalta mi escote y esbelta figura; si a ello sumamos mi largo y brillante cabello negro azabache, que hace juego perfecto con mis alas emplumadas, mi atractivo se eleva notablemente. Ciertamente mi belleza no pierde ante Leonora, especialmente en el tamaño de mis pechos, pues estoy en la cima de la copa C, mientras que ella se encuentra entre el promedio de esta categoría; sin embargo, debo aceptar que no puedo superar a esa sirena, pues se encuentra en el pináculo de la copa D; de todas formas, no puedo descartar la posibilidad de que esté usando sus poderes de transformación para aumentar su busto, en cambio, yo no tengo que recurrir a esos trucos.
- ¡Está decidido! Me quedo con este. – me hablo a mí misma con voz motivada y una sonrisa.
El día de hoy, he conseguido que Agis me visite, luego de insistir varias veces; para ello, tuve que inventar una intrincada excusa sobre la Asociación de Reencarnados. Desafortunadamente, no pude lograr que viniera solo, ya que Leta no se aparta de él, usando el pretexto de que necesita su poder; en verdad, esa sirena no me agrada en lo absoluto, ya que no se aparta de Agis ni por un segundo, y todo el tiempo presume frente a mí sobre eso. Para ser franca, no es que la odie ni nada parecido, simplemente, me irrita bastante ver que esa mujer consigue lo que quiero tan fácilmente, mientras que yo tengo que esforzarme tanto, y no obtengo nada. Dejando a un lado mi fastidio por esa mujer, Agis y yo acordamos encontrarnos en el lobby a las 3 de la tarde; cuando llegue, buscaré alguna forma de deshacerme de esa molesta sirena.
Justo cuando me preparaba para salir, veo que el cristal de mi Artefacto de Comunicación, el cual se encuentra sobre una mesita de noche al lado de mi cama, brilla con patrones de color verde, una señal de que alguien me está llamando; me acerco y reviso el identificador, es mi abuelo.
- [Activar] – contesto sin dudar.
- [¿Qué tal abuelo? – lo digo con tono alegre]
- [Hija, me encuentro bien; – responde con tranquilidad – ¿Cómo te ha ido en la capital del Imperio Humano? – pregunta con curiosidad]
- [Me ha ido bien, pero no he logrado encontrar ninguna pista sobre la Asociación de Reencarnados. – respondo con honestidad]
- [Está bien, ya no tienes que hacer esa "misión", no quiero que te pongas en peligro; – habla con tono afectuoso – además, el Señor Agis todavía no se ha recuperado, ¿verdad? Asegúrate de aprovechar esta situación para ganar puntos con él, – lo dice con optimismo – después de todo, lo necesitas para lograr tu objetivo. – habla con tono de broma]
- [¡Abuelo! Lo dices como si me acercara a él solo por interés, ya te he dicho que en verdad lo amo, y lo hago desde mucho antes de que se convirtiera en la comidilla de todo el mundo. – hablo con enojo]
En realidad, las motivaciones por las que estoy realizando esta misión, no son enteramente por ayudar a mi país, también tengo motivos personales; y es que, debido a este conflicto entre el Reino Regem y la Republica Demoniaca, mi familia, como la casa noble que administra la ciudad de Oppidium, fue atacada por miembros del ejército de la Republica Demoniaca; como resultado, mis padres y la mayoría de mis hermanos y hermanas, fueron asesinados. La Asociación de Reencarnados, se encargó de proporcionar la información, el armamento y la tecnología a esos locos demonios separatistas, agregando que, trasmitieron esas ideas absurdas en primer lugar; sabiendo esto, me juré a mí misma que pagarían por lo que me hicieron, así como por todas las muertes que han causado a la raza Demoniaca.
Antes de ser recuperada por el ejército de Regem, Oppidium estuvo bajo el control de la Republica Demoniaca por más de 3 años, durante los cuales, tomaron varios pueblos y villas, incluso intentaron conquistar otras ciudades; en verdad, muchas vidas se perdieron. El objetivo de esa invasión era atacar la Capital Real, Daimoniorum; sin embargo, solo consiguieron infiltrarse para propagar su ideología vulgar y manipuladora, como si fuera un virus o un parásito. Como resultado, se produjeron diversas protestas y disturbios en todo el Reino; de hecho, todavía continúan ocurriendo, aunque con menos frecuencia. Mi abuelo, el Rey Demonio, no tuvo más opción que emplear la fuerza letal para apaciguar las manifestaciones, detener el desarrollo de esas ideas venenosas, así como acabar con los infiltrados y traidores; en consecuencia, miles de demonios han muerto, y aún sigue sucediendo.
- [Lo sé... – responde con tono de disculpa – solo estaba molestándote un poco, no tienes que enfadarte.]
- [¿Este es otro intento por hacerme regresar? – lo cuestiono con tono serio]
- [Si… deberías olvidar todo ese asunto de la venganza, no va a sanar tu dolor; además, es una gran fortuna que conocieras un buen hombre como el Señor Agis, deberías enfocarte en eso, dejar atrás el pasado, y ser feliz nuevamente, ¿no te parece? – intenta apelar a mis sentimientos]
Nunca olvidaré ese día; Sextilis 10 de Mabellus del 1568, la ciudad fronteriza de Oppidium fue tomada por el enemigo usando Herramientas Malditas, extraños Artefactos Mágicos, y empleando sucias tácticas de infiltración; así, consiguieron atravesar los muros y llegar al castillo, causando incontables muertes en el proceso. No suficiente con esto, después de la batalla, masacraron a casi todos sus habitantes; la razón por la que estoy viva, se debe al esfuerzo y sacrificio de mis padres, sumando a ello que también tuve suerte. Por supuesto, al igual que yo, otras personas lograron escapar, entre los cuales se encontraban algunos de mis hermanos y hermanas; a pesar de eso, muchos no lo consiguieron. Durante el ataque, pude ver como mis seres queridos y cientos de demonios eran asesinados; esas imágenes jamás desaparecerán de mi mente.
Debido a este incidente, he vivido con mi abuelo durante varios años, superando el trauma de la guerra, volviéndome más fuerte y preparándome para gobernar Oppidium temporalmente, mientras uno de mis hermanos madura lo suficiente para asumir el control, ya que, para los demonios, el varón debe ser el líder de la familia; esto es una tradición muy importante que se ha mantenido desde hace siglos. No obstante, la reconstrucción y repoblación de la ciudad, así como la de los pueblos y villas cercanas, tomó mucho tiempo, después de todo, la Republica atacaba continuamente; por tanto, solo administré la ciudad fronteriza durante poco más de 1 año. Francamente, yo no hice mucho, solo fui gobernadora de nombre, pues el que realmente tomaba las decisiones, era un demonio al servicio de mi abuelo.
- [¿No lo entiendes Abuelo? Ya lo he superado, ya no me duele, de hecho, ahora mismo soy feliz, pero no puedo vivir tranquila sabiendo que esos bastardos aún están sueltos causando más tragedias, ¡Tienen que pagar por lo que han hecho! – lo digo con determinación – y además, estoy por reunirme con el Señor Agis, así que puedo hacer ambas cosas]
- [Ya veo, me alegra saber eso, y espero que mejore tu relación con el Señor Agis; aun así, ya te he dicho que no tienes que vengarte solo por eso, no quiero que te pase algo malo. – habla con preocupación]
- [Conozco los límites de mi poder, no tienes que preocuparte, voy a estar bien. – lo digo con confianza]
- [Me gustaría que pensaras en tu estadía en la capital del Imperio Humano como unas cortas vacaciones, y luego retomes tu lugar como marquesa gobernante de Oppidium, esto lo digo como el Rey de Regem, no como tu abuelo. – habla con tono serio]
Mientras "administraba" Oppidium, me enteré por medio de un subordinado de mi abuelo, que la Asociación de Reencarnados proviene del continente Humus y que su base principal se encuentra en algún lugar del Imperio Caelum; por ello, decidí abandonar mi país para averiguar su ubicación, y atacarlos con todo el poder de la raza Demoniaca, en venganza por todo el daño que nos han hecho.
- [Por supuesto, pero también es una oportunidad para recopilar información sobre esos bastardos; – lo digo con tono informal – de todos modos, ya tengo que irme, se acerca la hora de mi reunión con el Señor Agis. – cambio el tema]
- [Niña, no me obligues a enviar un Agente para traerte devuelta por la fuerza; – lo dice con tono cansado – en fin, espero que todo resulte bien para ti, y debes llamarme luego, ¿entendido?]
Los Agentes son individuos entrenados en una amplia variedad de disciplinas, como espionaje, combate, infiltración, investigación, seguimiento, entre muchas otras; en pocas palabras, son sujetos muy fuertes y habilidosos. Cada país tiene sus propios Agentes, encargados de realizar toda clase de misiones "secretas" o de gran importancia; de hecho, indagar sobre la Asociación de Reencarnados en el Imperio Caelum, originalmente era una misión para estos Agentes, pero yo me ofrecí en su lugar, después de insistir en ello durante varias semanas; mi abuelo lo permitió pensando que no lograría nada, y así renunciaría a mi venganza. Sin embargo, cuando supo que me había enfrentado a un Extranjero y que, de no ser por el Señor Agis, hubiera muerto, ha insistido en que regresara; no obstante, ahora ya no es tan obstinado con ello, pues quiere que lleve al Señor Agis a Daimoniorum como mi esposo.
- [De acuerdo, de acuerdo. – hablo con monotonía]
- [Fuera]
Ya que Agis podría llegar en cualquier momento, termino de prepararme rápidamente, luego, bajo por medio del ascensor y espero ansiosamente sentada en un sofá del lobby. Todavía no se me ocurre nada para lidiar con esa sirena, así que tendré que apelar a Agis una vez más para que le pida que se marche, al fin de cuentas, yo también puedo prestarle mis Unidades Mágicas. Al cabo de varios minutos, noto a Agis ingresando al hotel acompañado de Leta; observándolo con detenimiento, está usando un atuendo sencillo que consta de una camisa azul claro, pantalón negro, y zapatos elegantes del mismo color; por supuesto, también porta los grilletes luminosos en sus muñecas, así como unos lentes oscuros. A mis ojos, se ve como un hombre extraordinariamente atractivo, en verdad, resulta difícil contenerme.
- ¡Señor Agis! – pronuncio su nombre al tiempo que me acerco a él con emoción – Me alegra verlo, lo he estado esperando; – me muestro sonriente – también es un gusto encontrarme con la señorita Leta. – intento ser educada con la sirena.
- Lo mismo digo. – habla en tono casual.
- Señorita Aurora, gracias por recibirme personalmente; – Agis me responde con una leve sonrisa – aunque no estoy retrasado, ¿verdad Leta? – pregunta a la sirena con duda.
- [Reloj] – la sirena activa un hechizo – Agis, son las tres en punto, llegamos justo a tiempo. – responde con tono informal.
- Qué bueno… – Agis se muestra aliviado.
- ¡Ah! No lo dije por que el Señor Agis hubiera llegado tarde… yo solo quería expresar mi emoción. – lo digo con vergüenza.
- Ya veo… – Agis se muestra extrañado.
Esto no es bueno, creo que mi actitud demasiado entusiasta, ha incomodado a Agis; supongo que el día de hoy estoy mostrando una faceta nueva sobre mí que incluso yo misma desconocía. Por otro lado, para convencer a Agis de que se deshaga de esa sirena, tengo que comportarme más tranquila y dejar de ser tan obvia en mis intenciones, de lo contrario, esa mujer arruinará mis planes.
- Señor Agis... antes de continuar, – finjo estar apenada – debo decirle que hablaremos de temas muy personales y delicados, por lo que pienso que sería mejor si la señorita Leta se marchara; además, no será una charla corta. – lo digo en tono cortés.
- Señorita Aurora, – la sirena interviene – le aseguro que nadie más a parte de nosotros, sabrá lo que dirá el día de hoy; – me mira con desdén – también, estoy preparada para escuchar cualquier cosa, después de todo, le prometí a mi Agis que siempre estaría a su lado.
¡Esta molesta mujer! Se atreve a menospreciarme; si no estuviera junto a Agis, le enseñaría unas cuantas lecciones, no me importa si pertenece a la segunda raza más fuerte del mundo; puedo notar a simple vista que esta sirena no ha luchado ni una sola vez en toda su vida.
- Entiendo, – intento no mostrar mi ira – aun así, trataremos temas confidenciales del Reino Regem, y creo que sería más seguro si menos personas lo supieran.
- No se preocupe, estoy dispuesta a correr el riesgo. – responde con una sonrisa forzada.
- Señor Agis, le ruego que considere mis palabras. – lo miro con rostro suplicante.
Es indignante que no pueda cerrarle la boca a esta sirena entrometida, pero apelar a Agis es mi última jugada.
- … – Agis me mira con sospecha – De acuerdo, yo también quiero hablar a solas con la Señorita Aurora; Leta, quiero que regreses a casa, creo que esta charla tomará un buen tiempo. – habla en tono serio.
- ¡Agis! – la sirena pronuncia su nombre con sorpresa mientras lo mira con asombro – Al menos déjame esperar en la puerta, – habla luego de unos segundos – en caso de que necesites usar magia, o para cualquier otra cosa, ¿sí? – lo dice con tono de súplica.
- Yo puedo prestarle mis Unidades, – interrumpo a la sirena – además, no creo que sea necesario, el Señor Agis y yo solo vamos a hablar. – observo a la sirena con rostro de satisfacción.
- De todas formas, como tu esposa, es mi deber estar a tu lado. – ignora mis palabras no sin antes fruncir el ceño, luego, le habla a Agis con ansias.
- Leta, no te preocupes, – interviene Agis – voy a estar bien, regresa a casa; la Señorita Aurora quiere decirme algo solo a mí, ¿entiendes? – acaricia su mejilla con cuidado – te compensaré luego.
- Si… – responde con tristeza, al tiempo que se marcha y me mira con rencor.
- Agradezco que el Señor Agis entienda mis sentimientos. – lo digo con alegría.
- Está bien, – realiza una pequeña sonrisa – solo espero que sea algo realmente importante.
- Le aseguro que no le haré perder el tiempo; – respondo con prontitud – por ahora, sígame, lo guiaré a mi habitación.
- Bueno… – Agis asiente.
Agis y yo subimos al ascensor luego de una corta caminata por el lobby; posteriormente, al llegar a mi habitación, lo insto a entrar y tomar asiento en un fino sillón, por mi parte, hago lo mismo. Durante todo el trayecto, Agis no dijo una palabra, solo se limitaba a seguirme con rostro pensativo, seguramente, debe estarse preguntando cuales son mis intenciones detrás de todo esto; en verdad, es muy triste ver a mi hombre tomar esa actitud conmigo. Por otro lado, me alegro de haber elegido esta habitación, a pesar de no ser tan amplia; sin embargo, ya que la sala de estar y mi cama son contiguas, se adapta perfectamente a la ocasión.
- Muy bien, – Agis inicia la conversación – la Señorita Aurora me dijo que me hablaría afondo sobre la Asociación de Reencarnados.
- Si, bueno, para empezar, me enteré de esta información por medio de un subordinado de mi abuelo. – intento mantener mi compostura.
- ¿Esa información es confiable? – pregunta con duda – podría ser solo un rumor, o tal vez un engaño, después de todo, un Marques no puede tener acceso a esos datos con tanta facilidad.
- ¿Mm? – inclino mi cabeza con duda – ¡Ah! Es verdad, aun no se lo he dicho al Señor Agis; – me percato de un detalle – mi abuelo es Florus Dalmacio Basilius Regem, el Rey Demonio. – lo digo con orgullo.
- ¿Qué? – se muestra estupefacto – ¿Entonces eres una princesa?
- Solo soy su nieta, No tengo posibilidad de ascender al trono, además, el título de Rey Demonio solo puede ser tomado por hombres de nuestra raza pertenecientes a la familia real. – explico en tono informal.
- Ya veo… – asiente en comprensión – entonces, esa información sobre la Asociación de Reencarnados es cien por ciento fiable, ya que estaba dirigida al Rey Demonio, ¿cierto?
- Por supuesto, mi abuelo envió a los mejores Agentes para realizar esa misión. – lo digo con confianza.
- ¿Agentes? ¿Son alguna clase de espía? – Agis pregunta con inquietud.
- Los Agentes hacen todo tipo de tareas encomendadas por el Rey, el espionaje es solo una de ellas. – respondo a su pregunta con seguridad.
- Entiendo… – se muestra pensativo – pero, solo por curiosidad, ¿Por qué no tienes el apellido de tu abuelo?
- Aunque mi padre solo era un marques, la familia Daimon es una de las casas nobles más antiguas del continente Daemonium; mi madre fue la sexta princesa del Reino, se casó con mi padre para crear un lazo de unión más fuerte entre la familia Real y los Daimon. Por tradición, los descendientes siempre tendrán el apellido de su padre, sin importar el linaje de la madre. – lo digo con un poco de melancolía.
- Por lo que has dicho, acaso tus padres están… ¿muertos? – pregunta con cuidado.
- Si, mis padres y la mayoría de mis familiares, murieron en un ataque a Oppidium... – le cuento mi historia con tristeza.
Quiero que él entienda verdaderamente mis intenciones, por eso, narré lo ocurrido en mi país; la guerra contra esos locos demonios separatistas, mi misión, mis verdaderos objetivos, la proliferación de esas ideas absurdas de "democracia", "igualdad" y "justicia", las constantes protestas y muertes que se producen continuamente, el asesinato de mi familia y la destrucción de Oppidium; en resumen, lo dije todo. Debo ser completamente honesta con Agis, solo así dejará de dudar de mí, y no volverá a ser tan distante.
- Lamento que hayas pasado por todo eso. – lo dice con rostro amargo y vos triste.
- Está bien, ya lo he superado, ahora me encuentro bien. – sonrío para confirmar mis palabras.
- No sabía que las cosas estuvieran tan mal en el continente Daemonium… – lo dice con vergüenza.
- Es normal, solo los nobles de alto rango tienen conocimiento sobre esto; – hablo con tranquilidad – mi abuelo no quiere que todo el mundo se entere, solo crearía más caos, y esas ideas de Extranjeros podrían atraer simpatizantes de otros continentes.
- Volviendo al tema… – hace una pausa – ¿Qué es lo que saben sobre esta Asociación de Reencarnados? – pregunta con rostro serio.
- Desafortunadamente, la información que tenemos sobre esta organización es muy limitada; – lo digo con pena – por ahora, sabemos que su base principal se encuentra en este país, y que está integrada por 20 miembros, de los cuales, 10 son los fundadores que, por lo visto, son de varias razas como Élfica, Dracónica, Demoniaca, Humana y Bestial; por lo visto, estos 10 individuos son extremadamente poderosos, además, cuentan con conocimientos muy avanzados sobre magia, ciencia y tecnología, también, tienen la capacidad de proveer de Herramientas Malditas y Artefactos Mágicos bastante peculiares.
Así, le cuento a Agis toda la información que poseo sobre la Asociación de Reencarnados. A pesar de los grandes esfuerzos que los Agentes han realizado para conocer sus objetivos, la identidad de sus integrantes, sus poderes y habilidades, entre otros aspectos, han resultado imposibles de descubrir, ya que, según mi abuelo, cada vez que trataron de infiltrarse o espiarlos, fueron encontrados muertos. De hecho, lo que se sabe hasta ahora, es gracias a que lograron capturar a un miembro de bajo rango. Debo admitir que esta organización es muy astuta, puesto que ha pasado desapercibida durante los últimos años, sumando a ello que cuenta con métodos muy efectivos para evitar filtraciones, como causar una muerte instantánea, a cualquiera que hable demasiado en lo que respecta a estos temas. Como consecuencia, es difícil indagar con más profundidad, agregando que es complicado hallar alguna pista sobre ellos.
Desde mi perspectiva, la Asociación de Reencarnados representa una gran amenaza para todas las razas; sin duda, sus objetivos no pueden ser nada buenos, considerando el daño que han causado a mi país. Adicionalmente, los estrategas y expertos en esta clase de temas, contemplan la posibilidad de que la existencia de la Republica Demoniaca se produjo con un propósito ulterior, como obtener recursos materiales y económicos. Finalmente, es muy probable que varios de los miembros de esta organización, hayan logrado infiltrarse con éxito en las principales ciudades de las naciones más importantes del mundo.
- Así que… – hace una pausa – ¿eso es todo lo que me querías decir? – se muestra un tanto decepcionado.
- De hecho, yo quería hablar con el Señor Agis sobre otro tema… – hablo con timidez.
- ¿Otro tema? – lo dice con un rostro lleno de sorpresa.
- Si… – asiento – ¿recuerda que prometí ayudarle a encontrar una esposa?
- … – Agis abre los ojos con sorpresa – ¿ha-habíamos hecho esa clase de promesa? – pregunta con nervios.
- En un principio, estaba buscando a la dama idónea para el Señor Agis, – expreso mis pensamientos – sin embargo, después de pasar tanto tiempo juntos, y todo lo que ha hecho por mí, yo… – realizo una pausa para reunir el valor suficiente – me enamoré profundamente de ti. – confieso mis sentimientos con determinación.
Ya-ya veo… – me mira con asombro – yo… yo nunca creí que la Señorita Aurora tuviera esos sentimientos por mí. – se muestra avergonzado.
- Lo sé… – sonrío mientras lo veo con ojos llenos de deseo – lo he notado desde hace mucho tiempo… – me pongo de pie y camino lentamente hacia él – pero no importa, porque quiero que el Señor Agis en verdad entienda que lo amo. – lo digo con determinación.
- Yo nunca me involucré con la Señorita Aurora por eso… – habla con tono exaltado.
Mi confesión ha tomado por sorpresa a Agis; pensándolo un poco, es algo triste que ni siquiera haya considerado esa posibilidad. No obstante, todavía parece un tanto dubitativo, por lo que debo aprovechar esta situación para seducirlo y crear una relación más profunda sin rodeos. Dicho esto, encontrándome parada justo frente a él, me inclino, tomo su mano y la pongo en mi pecho.
- Señor Agis… – lo veo directamente a los ojos – la verdad es que yo aún estoy muy arrepentida por acusarlo de ser un Extranjero, y a causa de ello, he tenido problemas con sus esposas; – lo digo con honestidad – fui muy tonta al creer en las palabras de un individuo de esa calaña… en verdad, nunca he pensado que el Señor Agis sea un Extranjero, así que lo diré nuevamente, ¿podría perdonarme?
- Heee haaa heee…. – se muestra atónito mientras intenta articular alguna palabra – sí, claro que sí; – asiente lentamente – yo solo estoy tratando de asimilar correctamente esta situación.
- Soy consciente de que esto es algo repentino, pero mis sentimientos e intenciones son honestas, y voy a demostrárselo ahora mismo… – tomo distancia y me desvisto sin pudor – yo quiero que el Señor Agis tome mi cuerpo. – lo digo con decisión.
- No tienes que ir tan lejos, – Agis observa estupefacto – ¿en verdad es necesario hacerlo ahora mismo? – me cuestiona con nervios.
- Para mi raza, hacer esto es la máxima prueba de amor… de verdad yo quiero ser su mujer. – respondo con determinación.
Desnudarse voluntariamente frente a tu ser amado, no solo es una muestra de amor, también implica sometimiento, lealtad y pertenencia. Desde que desarrollé mis atributos físicos y adquirí conciencia sobre mi sexualidad, mi madre no tardó en explicarme que una doncella solo debe mostrarle su cuerpo a su marido, y que esto solo se hace con un hombre en toda la vida. En la raza demoniaca, cada mujer tiene que hacerlo, y de hecho, es una tradición muy importante que debe llevarse a cabo, aunque sea un matrimonio arreglado; por supuesto, en tal situación no significa que exista amor. Aunque Agis no conozca las tradiciones de los demonios, no puedo deshonrar a mi especie, por lo que, a partir de ahora, mi cuerpo le pertenece a Agis.
- Así que los demonios tienen ese tipo de costumbres… – lo dice con tono curioso – supongo que debo responder a tus expectativas… – Agis también se quita la ropa – Para ser sincero, la Señorita Aurora me parece una mujer muy hermosa, y aunque todavía no comparto los mismo sentimientos de amor, creo que solo necesito un poco de tiempo para eso. – lo dice con rostro serio mientras se acerca a mí con pasos lentos.
- ¡Señor Agis! – lo digo al tiempo que me abalanzo sobre él, tumbándolo al suelo.
Los demonios no tenemos un impulso sexual tan alto como las sirenas, hadas o Gelums, pero todavía nos excitamos con facilidad en situaciones eróticas como esta; por lo que, dejándome llevar por mis más bajos instintos, beso a Agis en los labios con mucha pasión, seguidamente, lo hago en sus mejillas, cuello y pecho. Como demonio mitad vampiro, tengo un sentido del olfato especializado en percibir el aroma de la sangre, incluso puedo determinar su calidad, grupo sanguíneo, y a qué tipo de ser pertenece; sin embargo, no está lo suficientemente desarrollado como para ser considerado una cualidad racial, sin mencionar que solo funciona a corta distancia, por lo que me es imposible rastrear personas o realizar cosas similares, solo es una peculiaridad mía como hibrida. Con lo anteriormente dicho, la sangre de Agis posee un olor particularmente cautivador hasta el punto en que despierta mi sed de sangre; de hecho, justo ahora, mi nariz está cosquilleando debido a esa dulce fragancia, y siento que se me hace agua la boca; ¡Esto es malo! Creo que esta vez no voy a lograr contenerme.
- Señor Agis, por favor, perdóneme por lo que voy hacer a continuación…
- ¿Qué? – lo dice con desconcierto – ¡Ah! – Agis se queja.
Poseída por un ansia de sangre incontrolable, muerdo a Agis en su cuello y succiono con gran anhelo su tibio, espeso y sabroso líquido vital. ¡Como pensaba! La sangre de Agis es deliciosa, ¡Muy deliciosa! ¡La más deliciosa que he probado en toda mi vida! Así, continúo chupando su sangre por varios segundos en un estado de enajenación mental inducido por el increíble deleite que me produce saborear la sangre del hombre que amo. No es que vea a Agis como alguna clase de bocadillo, o que considere a los humanos como comida, simplemente, mis instintos de vampiro me dicen que debo beber sangre para estar bien, de lo contrario, podría enloquecer.
- ¿Señorita Aurora? ¿Señorita Aurora? – escucho la voz de Agis a lo lejos – ¡Aurora! – Agis grita mi nombre.
El grito de Agis me hace volver a mis sentidos, solo para darme cuenta que él me ha alejado, luego, observo que mucha sangre sale de su cuello, parece que me excedí.
- Yo-yo… ¡lo siento! – me disculpo al tiempo que lamo la herida y la sangre.
- ¡Ay! – Agis realiza un pequeño gemido de dolor.
Aunque técnicamente no es considerado como un poder regenerativo, en la práctica, la saliva de los vampiros tiene cualidades anestésicas y curativas, por lo que es posible eliminar el dolor y sanar toda clase de heridas abiertas con una extraordinaria rapidez; por supuesto, siempre y cuando sean pequeñas. En este caso, solo debo lamer la herida causada por mis colmillos para que se cierre y deje de sangrar; no obstante, esto no ocurre sin importar cuanto me esfuerce, parece que mi mordida debió dañar alguna vena importante, a este paso, ¡Agis podría desangrarse!
- Lo siento, lo siento… – me disculpo una vez más frenéticamente – esta es la primera vez que muerdo a una persona, yo no sabía que esto podría pasar. – lo digo mientras desesperadamente pienso en una alternativa.
- Usa una poción, ¡uy! – Agis me da un consejo mientras se queja y tapa la herida con su mano derecha.
- ¡Cierto! Creo que tengo una… [Almacenamiento] – activo un hechizo y rápidamente saco una poción rosa.
Sin dudar, vierto una parte de la poción de regeneración en la herida, y el resto se la doy de beber a Agis; en poco tiempo, la herida se cura sin dejar rastro. Viendo completamente recuperado al hombre que amo, me siento muy aliviada, sin embargo, esto dura poco, pues empiezo a experimentar una gran tristeza al saber que Agis casi muere por mi estupidez, inexperiencia e imprudencia. Ahora entiendo que no puedo morder a alguien en cualquier lugar; seguidamente, recuerdo que mi padre, de quien heredé mi parte vampírica, me dijo muchas veces que tuviera cuidado cuando lo hiciera, ¡Que tonta soy, como pude olvidarlo! Supongo que esto me pasa por dejarme llevar por mi sed de sangre; y aunque estoy segura que no bebí demasiada sangre de Agis, es altamente probable que le arrebatara más de 1 litro; en verdad, no sirvo ni como demonio, ni como vampiro, ¡Soy un desastre!
- Yo… lo siento – me disculpo nuevamente con lágrimas saliendo de mis ojos – no quería lastimarte, solo me dejé llevar.
- Está bien, jejejejeje – ríe irónicamente – la próxima vez asegúrate de estar saciada; – lo dice en tono informal – es increíble, un monstruo rango E no fue capaz de matarme, pero casi muero por una simple mordida, jejejejejeje.
- En verdad lo siento, no lo volveré hacer. – vuelvo a disculparme.
- Está bien, – me abraza – no llores más, ya pasó lo peor.
Agis y yo nos quedamos así por varios minutos mientras mi pánico desaparecía; debo decir que el solo hecho de que él me abrace me hace sentir mucho mejor. En definitiva, el día de hoy, nada está saliendo como yo quiero; lo peor de todo, es que soy la causante de mi propia desgracia.
- Uff… – Agis habla luego de un tiempo – creo que estoy empezando a sentirme un poco mareado, además, tengo frio. – lo dice en tono casual.
- Déjame llevarte a mi cama, – hablo con afán – creo que también bebí demasiada sangre, soy una idiota. – lo digo mientras me separo de Agis y me pongo de pie para ayudarlo.
- Si, jejejejeje… – responde con sencillez.
Acuesto a Agis sobre mi cama y lo arropo con una sábana. Incluso estando desnudos, el sentimiento de erotismo se disipó por completo; realmente, este es un resultado lamentable.
- ¿Debo llamar a la señorita Leta? – consulto a Agis con voz de derrota.
- Aun no, tengo un poco de sueño, ¿puedo descansar en tu cama un rato? – me pregunta con tono educado.
- Si… – asiento.
- Gracias… – responde mientras cierra los ojos.
- ¿Señor Agis? – pronuncio su nombre con inquietud.
- ¿Sí? – habla con duda.
- ¿Me permite acostarme a su lado? – pregunto con timidez.
- Está bien. – responde sin pensarlo demasiado.
- Muchas gracias. – lo digo con felicidad, mientras me acuesto a su lado con rapidez.
Viendo descansar a Agis tranquilamente, me doy cuenta de que soy una mujer muy afortunada; Agis no se molestó conmigo ni me ha rechazado, en su lugar, me sigue tratando como si nada. Si él fuera otra clase de persona, se hubiera enfadado muchísimo, empezaría a odiarme y probablemente nunca me dejaría estar a su lado. Así, Agis y yo pasamos gran parte de la tarde, sin decir una palabra; creo que, al final, las cosas no terminaron tan mal como cualquiera podría pensar.
◇◇◇
Perspectiva: Agis.
En este momento, estoy descansando completamente desnudo sobre una confortable cama de un hotel lujoso, junto a una hermosa vampira igualmente desnuda, luego de que hace un par de horas, casi me muero desangrado después de que ella me mordiera en el cuello; sin temor a equivocarme, esta es una de las situaciones más surreales que he experimentado hasta ahora. Sin embargo, puedo aceptar esto sin cuestionar, recordando el simple hecho de que este es otro mundo. Francamente, cuando vi películas de vampiros en la Tierra, nunca pensé que aquellas mordidas, podrían ser tan dolorosas y mortales; supongo que eso es todo lo que puedo decir al respecto, al fin de cuentas, sucedió tan rápido y fue tan repentino, que ni siquiera tuve tiempo de hacer algo, salvo reflexionar levemente sobre el comportamiento cliché de Aurora al apuntar a mi cuello.
Dejando a un lado este asunto, la confesión de Aurora me dejó atónito, ya que estaba convencido de que esta mujer tenía algún tipo de plan ulterior, o más bien, creía que sus motivaciones serían mucho más ambiciosas; sin embargo, solo se trata de una chica que busca venganza, pero como no es lo suficientemente fuerte, necesita la ayuda de otros. Aun así, su determinación es bastante débil, y parece que, en realidad, esta vampira solo quiere encontrar un propósito, o tal vez, un camino a seguir, pues siento que se encuentra muy desorientada. Esto lo digo porque, una persona realmente vengativa, no perdería tanto tiempo, sin mencionar que estaría obsesionada por alcanzar su objetivo; en contraposición, Aurora se toma las cosas con calma, y aunque vivió experiencias difíciles, ha logrado superarlas y seguir adelante, agregando que se enamoró de mí, cosa que no haría alguien con sed de venganza.
Por otra parte, no estaba interesado en saber nada sobre esta "Asociación de Reencarnados" en un principio; pero, luego de tanta insistencia por parte de Aurora, además de que, eventualmente, tendré que lidiar con ellos, puesto que dejé escapar a uno de esos desgraciados, reconsideré mi posición y decidí oír lo que esta vampira tenía que decir. No obstante, después de escuchar todo, solo puedo concluir que es una organización criminal muy temible y misteriosa; en definitiva, tengo que prepararme mucho más. Afortunadamente, mi fractura y heridas ya han sanado por completo, por lo que ahora estoy entrenando artes marciales, con el fin de recuperar mi nivel; por supuesto, tampoco he dejado de estudiar magia, ya que quiero estar enterado sobre toda clase de hechizos, habilidades, encantamientos, círculos mágicos, entre otras cosas, porque, cuando se trata de sobrevivir y proteger a tus seres queridos, nunca es suficiente.
- Bueno… – rompo el silencio – creo que ya me siento mejor y he descansado lo suficiente. – lo digo mientras me levanto lentamente.
- Está bien… – Aurora habla con decepción.
Busco mi ropa y me visto nuevamente, mientras la demonio no se molesta en hacerlo, solamente se queda de pie junto a la cama observándome con lamentación. Tengo que decir que realmente se requiere de gran valor para desvestirse frente a otro y confesar tus sentimientos; supongo que esta tradición se creó tomando en cuenta ese hecho. Para ser honesto, no quería desnudarme en primera instancia, pero al tratarse de algún tipo de ritual de los demonios, seguramente muy importante, decidí que el mejor rumbo de acción es seguir la corriente, sin mencionar que es aterrador solo pensar en la reacción de Aurora ante lo que podría considerar un rechazo, sumando a esto que es la nieta del Rey Demonio, por lo que no hay error en afirmar que las consecuencias serían graves.
- Yo… – reflexiono sobre lo que voy a decir – ya me voy, conociendo a Leta, debe estar esperándome en alguna parte. – lo digo con voz suave.
- Si… – Aurora responde cabizbaja.
- Aurora… – me acerco a ella lentamente y acaricio su bello rostro – no te estoy rechazando; en verdad me gustas… – hago una corta pausa – podríamos intentarlo otro día, ¿sí? No hay necesidad de apresurarnos. – hablo con tono amable.
- ¿Todavía quieres estar con un desastre como yo? – me pregunta con tristeza y a la vez esperanza.
- Admito que lo de hace rato no fue una buena experiencia, – lo digo con honestidad – pero, eso no es una razón suficiente para molestarme o rechazarte.
- Bueno… – responde con optimismo – entonces, desde ahora llámame solamente Aurora, como lo hiciste hace un momento, y yo haré; también… – se muestra dudosa – quisiera que nos casáramos oficialmente.
- Por supuesto. – lo digo con confianza – Ahora eres mi chica. – la abrazo con cariño.
A pesar de que no tengo sentimientos de amor por Aurora, debo mostrar disposición y ser considerado con ella; después de todo, ahora es mi chica. Lo anterior no lo digo en sentido figurado, es literal, puesto que, existen leyes que lo confirman. Desde hace un tiempo, me enteré que cuando una mujer se confiesa y recurre a rituales para demostrarlo, técnicamente, es tu esposa; esto se debe a que son costumbres que se realizan desde hace mucho tiempo, por lo que, incumplirlas ya dejó de ser una opción; agregando que las damas que acuden a estas tradiciones, ponen a prueba su honor y valía como una fémina, así como miembro de una determinada raza; como resultado, un rechazo o falta de respeto, no solo daña a la doncella en cuestión, si no que también es una ofensa para su especie; en otras palabras, es una situación en la que estás acorralado. Teniendo en cuenta lo anterior, se decidió establecer leyes para enfatizar definitivamente la importancia de estas prácticas, y que habrá serias consecuencias al insultarlas.
- Déjame acompañarte hasta tu casa… – lo dice con tono animado.
- Está bien… – le respondo en tono amable y dejo de abrazarla – aunque, como dije, Leta debe estar cerca.
- No importa, además, puedo regresar volando rápidamente. – lo dice mientras se pone la ropa.
- Ya veo…
De esta manera, Aurora y yo salimos del hotel mientras sosteníamos una charla ociosa sobre las tradiciones de los demonios; tal parece que, para los vampiros, beber la sangre de su ser amado, es considerado como una unión inquebrantable, ya que esta subespecie de demonio se caracteriza por hacerlo únicamente con sus parejas. Obviamente, también existen otras ceremonias muy excéntricas, en las que realizan festivales de disfraces, de baile, reuniones para juegos extraños, entre muchas otras; por lo visto, a esta vampira le gusta participar y seguir estas costumbres, agregando que se muestra muy orgullosa de su cultura. En otras palabras, no se arrepiente en lo absoluto de desnudarse y morderme en el cuello, en su lugar, lamenta hacerlo de la manera incorrecta.
Al encontrarnos en medio de la calle, Aurora me toma por el brazo súbitamente, presionándolo contra sus pechos; por lo visto, esta chica no lo hace para seducirme, más bien, quiere presumir de ello ante Leta, ya que lo hace mientras observa los alrededores con inquietud. Por mi parte, solo puedo aceptarlo y comportarme normalmente; además, no puedo negar que, como hombre, Aurora me parece una mujer extremadamente bella, y sería muy tonto rechazar a una dama de este calibre por algún tipo de ética o moral, sobre todo cuando vivo en un mundo donde la poligamia es la norma.
- Mmmmm…. No veo a Leta por ningún lado. – lo digo con extrañeza mientras observo las inmediaciones.
- Entonces, vamos juntos en un carruaje. – habla con felicidad.
- De acuerdo. – respondo sin pensarlo mucho.
Aurora y yo tomamos un carruaje público que, en la práctica, vendría a ser un Taxi; de camino a mi hogar, continuamos hablando sobre las tradiciones. Esta chica quiere que entienda bien su valor e importancia, ya que se encargó de explicarme que, en Alfa, las 10 razas tienen, por lo menos, 6000 años de existencia; el hecho de que estemos en el 1575, es porque, el 1 de Ianuarius del año 1, fue cuando nació oficialmente la magia definitiva, con todas sus reglas y fundamentos, junto a una serie de reformas y acontecimientos que produjeron un cambio tan radical, que inevitablemente se "reinició" el calendario, en señal de un nuevo comienzo para el mundo. Con lo anteriormente dicho, las tradiciones y cultura de cada especie, tomaron un valor incalculable, hasta el punto que nadie se atrevería a negarlas o prescindir de ellas. Debido a esto, todavía existen escuelas y templos especiales, en los que se instruye sobre los estilos de las Artes Marciales Antiguas, Magia Ancestral y Gravados Primitivos, pese a que, en la actualidad son ineficientes y poco efectivos.
Naturalmente, los habitantes de este mundo entienden que aferrarse al pasado no es bueno, por lo que siempre se encargan de generar una extraña armonía entre lo nuevo y lo viejo; para lograrlo, les gusta recurrir al entretenimiento. Un ejemplo de esto, es que los estilos de las Artes Marciales Antiguas y la Magia Ancestral, ahora son empleados para batallas "deportivas" en lo que denominan la Liga de Súper Guerreros Definitivos, donde dos individuos se enfrentan usando estas arcaicas técnicas. De hecho, esta vampira me dice que tiene una tarjeta de Miembro Destacado, es decir, una membresía VIP, para asistir a estos eventos con lugares exclusivos y servicios especiales.
Así mismo, muchas historias y guerras son recreadas a modo de "películas", teatro, novelas y dibujos artísticos; increíblemente, rara vez son distorsionadas, ya que existen géneros bien definidos para evitarlo. Incidentalmente, a la gente de Alfa les parece intrigante la existencia de otros mundos y situaciones hipotéticas donde algún suceso ocurriera de forma diferente; por ello, cuando un artista crea una obra de ficción sobre estos temas, las personas se muestran interesadas y a la vez estupefactas; esto lo digo porque, Aurora admite que es fanática de un dramaturgo que se especializa en mundos sin magia, en un intento de "comprender" de qué lugar provienen los Extranjeros; obviamente, las premisas que se plantean, son casi siempre de sociedades distópicas o apocalípticas, algo muy curioso.
Luego de unos minutos, llegamos a la mansión; sorprendentemente, Leta estaba esperándome ansiosamente en la entrada. Debo decir que esta sirena es mucho más obediente de lo que pensaba, contrario a Leonora, Camelia, y las demás, que solo hacen caso a medias. Como es de esperar, Aurora no tardó en pegarse a mí para demostrar nuestra relación; obviamente, la sirena se veía muy molesta y discutieron en voz alta. Naturalmente, esto llamó la atención de las otras chicas, lo que empeoró la situación, pues Camelia estalló en ira y atacó a la vampira; por supuesto, tuve que intervenir para que las cosas no se salieran de control, y bueno, al final, se decidió que esta demonio seria mi cuarta esposa.
Definitivamente, los próximos días serán muy problemáticos para mí; tendré que lidiar con las discusiones entre mis chicas, continuar mis estudios en magia, sobrellevar mi maldición, entrenar artes marciales, entre muchas cosas más. A pesar de lo maravilloso que puede sonar convivir con un grupo de hermosas doncellas, en realidad, no es nada sencillo, más aun cuando son de diferentes razas y países, sin contar sus personalidades y creencias.