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Chapter 18 - CAPÍTULO 18 CONFRONTACIÓN Y REVELACIÓN.

Perspectiva: Agis.

Patet, Lunae 09 de Mabellus del 1571.

El mundo nunca se detiene, eso es lo que pienso al ver tantas personas yendo y viniendo de la puerta 7; aunque ahora mismo son más de las 3 de la madrugada, parece como si fuera la hora pico de cualquier ciudad de la Tierra.

Los guardias inspeccionan a todos los que entran y salen; observando con más detalle, puedo leer claramente un letrero que dice: "PROHIBIDO BAJO PENA DE MULTA, UTILIZAR MAGIA Y CUALIDADES RACIALES PERJUDICIALES DENTRO DE LA CIUDAD, ASÍ COMO EL PORTE DE ARMAS EN LAS CALLES, ORDENANZA NRO. 072"; este es el motivo por el que la mayoría de aventureros, siempre visten ropa ordinaria y casi no utilizan hechizos, es irónico que en un mundo lleno de magia, esta se encuentre limitada de semejante manera; de solo ver ese letrero me dan ganas de reírme, y aunque suene algo absurdo, ningún ciudadano se atreve a ir en contra de esa orden, pero visto de otro modo, no es algo de extrañarse, pues la multa es muy alta, entre 2 y 5 Reales; si no eres capaz de pagar, no dudarán en convertirte en un esclavo de deuda o esclavo criminal; en Alfa, se toman muy en serio esto de la privación de la libertad como castigo, y no se andan con rodeos.

A medida que me voy acercando a la puerta, un guardia me detiene y solicita la tarjeta de gremio, con ella, me es permitido portar armas y vestir ropa de combate en las cercanías de las puertas y murallas, aunque no puedo utilizar magia "perjudicial". Después de salir a la carretera principal, por fin me encuentro con el equipo de aventureros llamado "Los Devastadores".

- Justo a tiempo. – Celso habla con sorpresa.

- Buenos días. – Leila y yo saludamos con cortesía.

- Buenos días. – los 6 sujetos responden sin ganas.

- Pues bien, tomemos el transporte lo antes posible. – Donato se dirige a un estacionamiento lleno de carretas y carruajes.

Los 6 hombres también están completamente equipados; rápidamente nos subimos a una carreta tirada por un unicornio, y emprendimos nuestro camino al Bosque Pérfido.

- Niño, ¿Cuántas Artes Ocultas puedes usar? – Livio me pregunta súbitamente.

- Solo 2. – respondo secamente.

- ¿Cuáles? – insiste.

- Ataque Letal y Haz de Muerte. – respondo con cautela.

- ¡Jum! Eso hay que verlo. – responde de mala gana.

- Chico, como es que le compras un arco tan costoso a tu sierva, mientras utilizas un hacha de mierda, ¿estás mal de la cabeza? – el enano Donato cambia el tema.

- No, ya les dije, – hablo tratando de parecer calmado – ella es una excelente arquera, y creo que con esta hacha es suficiente.

- Cuando aparezca un monstruo y la rompa como una rama, – el demonio Eloy habla con burla – vamos a ver qué cara pones.

- ¡jajaajajajajaaajaja! – todos se ríen.

- Agis, ¿sabes por qué te dicen eso? – habla Celso.

- ¿Para molestar?

- Bueno, en parte, – Celso habla con mofa – pero la cuestión es que se supone que eres un Mago de Vanguardia, esa es una Subclase muy poderosa, esperábamos que utilizaras un mejor equipo, – se explica – sin mencionar que solo sabes 2 Artes Ocultas, que bueno sí, son fuertes, pero deberías utilizar como mínimo 4, hasta los Magos más mediocres lo hacen, pero supongo que debes ser bueno en la lucha cuerpo a cuerpo.

- Celso, – Livio habla con severidad – cometimos un error, esta misión será más complicada que otras.

- Tranquilo, – Celso pone su brazo sobre mi hombro – este chico debe ser talentoso, de lo contrario, no tendría un poder de rango A; – habla con optimismo – además, ¿cuándo has visto a un Mago con tantas Unidades Mágicas?, también debes tener en cuenta que Manlio lo recomendó, ese tipo no se equivoca muy a menudo.

- Eso espero. – Livio responde con resignación.

- Sí, eso es, – Marco interviene – este chico es un novato, apenas está empezando, aunque ha cometido sus equivocaciones, todavía tiene la oportunidad de redimirse.

- Su equipo está nuevo, – Nino habla casualmente – eso significa que esta debe ser su primera misión de subyugación, hay que darle tiempo para que coja práctica.

- Cierto, cierto. – todos asienten.

De esta manera, continuamos el viaje al bosque, parece que de alguna manera logré eludir el acoso, esto me recordó mis días de servicio militar, los superiores siempre molestan a los novatos, es una manera muy ruda de medir el carácter de los demás; también he mentido sobre la cantidad de Artes Ocultas que domino, todavía no confío del todo en estos tipos. El resto del viaje, se la pasaron hablando de temas muy variados como los monstruos del bosque, la formación de combate, las diversas estrategias y cosas así.

◇◇◇

Al cabo de unas horas, llegamos a las afueras del bosque, el hombre de la carreta se marcha con notable rapidez, y lo entiendo perfectamente, este lugar me da escalofríos, incluso en el día, puedo ver lo ominoso del ambiente, y el aire está viciado por el aura oscura de los alrededores, supongo que el interior debe ser muy sofocante. Nino explica las reglas del bosque y también proporciona algunas recomendaciones, en general, no es diferente a lo que cualquier guardabosques diría; posteriormente nos dirigimos a un puesto de avanzada militar para reportar el motivo de nuestra presencia, luego un soldado nos entrega dos Artefactos Mágicos: un Rastreador, constituido por una pequeña caja de hierro de 5 centímetros de largo, 6 de ancho y 2 de grosor; y un Dispositivo de Comunicación Portátil, lo más cercano a un Radio Walkie Talkie que he visto.

Como se había previsto, el guía es el hombre bestia Nino, marchando en una fila nos dirigimos a una zona donde nuestros objetivos se reúnen regularmente; así mismo, realizamos varios rodeos y vueltas por todo el lugar, buscando un sitio más o menos seguro y evitando encuentros fortuitos con otras criaturas. La vegetación de este bosque es bastante extraña, para empezar, las hojas de los árboles y demás arbustos son de color marrón o negro, parece como si estuvieran marchitos; las flores y frutos son de tonos vivos como amarillo, verde, azul, rojo, rosado, entre otros; aunque ya había visto esos colores excéntricos en las llanuras del Valle de Fer, todavía no me acostumbro; como es obvio, el suelo es negro y marrón, por las hojas caídas, incluso ahora el viento hace caer algunas. De repente se escucha un sonido de pasos; en ese mismo momento, Leila se dispone a tirar una flecha.

- No, – Marco detiene a Leila – es una Bestia Mágica, no representa ninguna amenaza y está prohibido matarlas.

- Entendido.– Leila responde mecánicamente.

- ¿Por qué está prohibido? – pregunto con curiosidad.

- Las Bestias Mágicas mantienen el equilibrio en el bosque, – habla en voz baja – y evitan que la corrupción se expanda.

- Ya veo…

- Incluso si te atacan, es preferible huir; – me aconseja – si las matas, estarás en serios problemas.

- Entiendo.

Minutos después, Nino nos alerta de la presencia de monstruos, observando con detenimiento, son los objetivos de nuestra misión, Lobos Corruptos y algunos Conejos Desgarradores.

- Muy bien, – Celso responde con seriedad – ahora es el momento de atacar; Nino, Donato y yo iremos de frente, Eloy, Marco y Livio nos cubren; Agis, – me ve a los ojos – tú y tu chica los apoyarán, ¿listos?

- Sí. – todos respondemos con firmeza.

- ¡Ataquen!

En ese instante, Leila tensa la cuerda de su arco y dispara una flecha que golpea en la cabeza de un Conejo Desgarrador; al mismo tiempo, Celso, Nino y Donato, corren a toda velocidad para enfrentarse a la manada de monstruos; con movimientos fluidos y una gran sincronización, los tres individuos cortan, apuñalan y golpean a los Lobos Corruptos de 3 metros de altura. Gritando con fiereza diversos hechizos para acabar con la vida de sus enemigos, la sangre les salpica por todos lados; la armadura de Celso, que en un principio era limpia y reluciente, ahora esta ensangrentada y polvorienta; de igual forma, su lanza chorrea un líquido negro mientras la balancea y se inserta en el vientre de un lobo.

Los chillidos de las bestias son estridentes, por supuesto, los monstruos no se acobardan, y continúan atacando con furia; algunos lobos lanzan pinchos de sus bocas, otros abren sus mandíbulas para morder a sus contrincantes, mientras que los Conejos Desgarradores atacan con las garras de sus patas. Con gran agilidad y discreción, el paladín, campeón y luchador, esquivan, se protegen y contraatacan; la maestría en su técnica es impresionante, por ahora, los monstruos no pueden tocarlos.

Eloy, Livio y Marco lanzan hechizos de aumento como [Fuerza por 10], [Aceleración], [Percepción], [Fortaleza], entre otros, con el fin de apoyar a sus compañeros en el frente; gracias a eso, son capaces de luchar sin detenerse. Así mismo, también les ayudan en la lucha con [Bola de Hielo], [Lluvia de Picas], [Flecha de Hielo], [Picas de Hielo], [Fragmentación] y muchos otros. El ambiente lúgubre y calmado, se aviva por los sonidos de golpes y explosiones que producen los hechizos al hacer contacto con sus objetivos.

Mientras tanto, le doy a Leila los mismos aumentos como también [Visión Cinética] y [Visión Lejana], que le permite observar a los enemigos a mayor distancia. También presto apoyo lanzando hechizos como: [Rayo Destructor], que como su nombre indica, genera un rayo láser de color negro que desintegra a todos los enemigos que toca; los lobos y conejos se difuminan como el humo en el viento. [Espada de la Destrucción], el cual crea un rayo negro en forma de espada que cae del cielo a gran velocidad, impacta un lobo atravesándolo como un cuchillo a la mantequilla, y luego, genera una pequeña explosión que aturde y empuja a los enemigos de los alrededores. Utilizando [Flecha Oscura] ataco a los Conejos Desgarradores, gracias a las técnicas Potenciar y Multiplicar, puedo apuntar a varios de ellos y matarlos antes de que puedan contraatacar.

El combate se mantuvo así durante varios minutos, sin embargo, después de un tiempo, Nino y Donato son heridos.

- ¡Mierda! – Donato grita mientras resiste el dolor.

- ¡maldito monstruo! – Nino blasfema al que le hirió.

- ¡Detrás de mí! – Celso grita mientras da un paso al frente para proteger a sus compañeros – [Arte Oculta: Manto de Fuego]

Al activar el hechizo, algo similar a una capa con capucha se manifiesta en el cuerpo de Celso, la cual está compuesta de un fuego blanco que brilla intensamente, es muy segador. Como si tuviera vida propia, el manto de fuego se extiende y protege a los heridos, así como ataca a los monstruos que se acercan incinerándolos en cuestión de segundos. Esta Arte Oculta es bastante poderosa y versátil, al módico precio de un millón de Unidades Mágicas, este hechizo genera un manto de fuego "divino" que solo quema lo que el usuario desee; de igual manera, puede tomar la forma que se le antoje al lanzador, también puede extenderse a una distancia máxima de 50 metros; este fuego "divino" es más caliente que la mismísima lava, por lo que el más ligero rose puede desintegrar a cualquiera; su rango de efecto es de 5 metros, algo que juega en su contra, pero esto se compensa con su gran velocidad de movimiento y su capacidad segadora.

Aprovechando esta oportunidad, Eloy lanza los hechizos [Regeneración] y [Curación Mayor] para aliviar el dolor y curarlos rápidamente. Por lo visto las heridas son algo serias, pues a Nino le sangra profusamente su pierna izquierda; Donato hace presión con su mano en su costado derecho; tal parece que ambos fueron heridos por los Conejos Desgarradores; inesperadamente, son más molestos que los Lobos Corruptos. Por otro lado, Leila se mueve de un lugar a otro tirando flechas al torso y cabeza de los lobos y conejos; con su gran puntería, provee de gran apoyo a los dos heridos mientras se recuperan.

- ¡Aúúúúúúúú! – un Lobo Corrupto realiza un aullido que se escucha por todo el bosque.

- ¡Puta vida! – Celso se molesta – está llamando refuerzos, ¡todos juntos!

El tiempo de efecto del Arte Oculta se termina, e inmediatamente todos formamos un círculo, a la vez que acabamos con los lobos restantes; no obstante, en la lejanía, se escuchan más aullidos, más Lobos Corruptos vienen en camino.

- ¡Prepárense! – advierte Nino, recuperado de su lesión.

- Livio, ya sabes que hacer, – Celso da instrucciones – Agis, este es tu momento de gloria, cuando se acerquen los lobos, usa el Arte Oculta Haz de Muerte.

- Bueno.

Livio utiliza el hechizo [Mina] en los alrededores, mientras tanto, me preparo mentalmente y extiendo mi mano izquierda. [Haz de Muerte] es un hechizo que genera una línea negra que puedo manipular a voluntad su longitud, y permanece activa durante 10 segundos, en los cuales, voy a rebanar todos los Lobos Corruptos que se acerquen.

Poco a poco, los sonidos de pasos y aullidos se hacen tan claros como cercanos, es entonces cuando se pueden ver algunas siluetas a lo lejos. Una vez más, Leila saca una flecha de su carcaj, lista para lanzarla; los demás se preparan asumiendo posiciones de combate.

- ¡Ya! – Celso me insta a usar el hechizo.

- [Arte Oculta: Haz de Muerte]

Al instante, se proyecta una línea negra de la palma de mi mano, la cual extiendo varios metros hasta dar con los objetivos; en su camino, corta árboles, arbustos, flores y cualquier otro obstáculo; muevo mi mano peinando la zona en forma de abanico, con ello, he acabado con una gran cantidad de monstruos, sin embargo, esas criaturas no paran de llegar; tan pronto se termina el efecto de mi hechizo, los demás se mueven a luchar al frente, mientras lanzan hechizos. De repente, siento que algo viene de mi izquierda, rápidamente activo el encantamiento de mi guantelete; en una fracción de segundo, se genera un escudo de energía dorado con un área de un metro. Para mi sorpresa, eran varios de esos pinchos que esos lobos lanzan por la boca.

- ¡Arrg!

- ¡haa!

Desafortunadamente, Marco, Eloy y Leila no tuvieron la misma suerte, pues muchos de esos pinchos se clavaron en sus piernas, brazos y torso; aprietan los dientes con fuerza para evitar escapar otro grito de dolor. Siendo la única en no quejarse, Leila se extrae las puntas sin mayor reparo; en ese instante, sus heridas se curan a gran velocidad, es increíble. Mientras tanto, los otros dos están por los suelos completamente indefensos; como no podía ser de otro modo, un grupo numeroso de monstruos corre a nuestra posición. El resto del equipo se encuentra ocupado con las bestias de otros flancos; no hay de otra, debo ir de frente y ganar tiempo para que puedan curarse.

- ¡haaaaaaa!

Con un grito de guerra para darme fuerzas, me enfrento a los Lobos Corruptos. Activando sus encantamientos, mi hacha, guanteletes y grebas, brillan con gran intensidad. Utilizando hechizos como [Barricada], [Barrera], [Fuerza por Diez], [Aceleración], [Visión cinética], [Niebla Oscura] y [Fortaleza], me protejo y aumento mi capacidad de combate; también oscilo mí arma para cortar la cabeza y extremidades de mis enemigos con notable facilidad.

La batalla es dura, para evitar ser rodeado, esquivo, salto y me muevo de un lado a otro, sin embargo, esos esfuerzos no son suficientes, pues ya me han propinado varias heridas, aunque son superficiales, el dolor es molesto y ralentiza mis ataques; al mismo tiempo, Leila me apoya disparando flechas a los enemigos de las inmediaciones.

Luego de luchar arduamente durante varios minutos, la fatiga invade mi cuerpo, a su vez, mis hechizos de aumento pierden su efecto; todavía tengo una gran reserva de Unidades Mágicas, por lo que utilizo toda clase de hechizos ofensivos y defensivos para resistir, pero a este ritmo, no voy a durar mucho tiempo.

- ¡Bien hecho! – Donato grita esas palabras a la vez que corre en mi dirección.

- Descansa muchacho. – Nino me habla mientras se posiciona delante de mí.

- Agis, ya quedan pocos, nosotros nos encargamos del resto. – Celso interviene.

Obedeciendo sus indicaciones, me retiro a la posición de Leila, quien ha suspendido sus ataques para atender a los dos heridos que aún se recuperan. Mirando los alrededores, todo el lugar está lleno de cadáveres de monstruos, y aunque mis compañeros resultaron heridos, no parecen estar en peligro de muerte, se podría decir que he logrado cumplir con mi trabajo.

- Leila, ¿estás bien? – le pregunto con preocupación.

- Si, mis heridas ya han sanado, no hay de qué preocuparse. – responde con tranquilidad.

- Qué bueno, – hablo aliviado – ¿Cómo están ellos?

- Se pondrán bien, el señor Eloy ya lanzo los hechizos curativos necesarios.

- Ya veo.

- Humano, – habla el demonio Eloy – pareces estar lastimado, déjame curarte.

- No hay necesidad, [Arte Especial: Regeneración].

El dolor de mis heridas se desvanece y comienzan a curarse; Eloy y Marco me ven con estupefacción.

- Sabes hechizos curativos, – Marco habla asombrado – estás lleno de sorpresas.

- No es nada, mi mamá me lo enseñó hace mucho, – hablo con modestia – no puedo competir con el poder del señor Eloy.

- Eres un humano talentoso, – me elogia – además de saber hechizos de aumento, de defensa y de ataque, también sabes hechizos curativos, muy pocos magos pueden jactarse de eso.

- Gracias. – sonrío con cortesía.

- Muy bien, – interviene Celso – hemos acabado con todos los monstruos, no vendrán más durante un buen rato, así que tómense la mitad de una pócima de purificación para mitigar la corrupción y resistir el aire putrefacto de este lugar. Agis, – se dirige a mí – ya que todavía tienes bastantes Unidades Mágicas, quiero que revises los alrededores y remates a los monstruos que parezcan estar vivos, ¿puedes usar el hechizo Absorción?

- Sí.

- Excelente… [Almacenamiento], – saca una bolsa de tela y me la entrega – entonces ayúdanos a llenar estas Piedras Mágicas, ¿trajiste las tuyas?

Las Piedras Mágicas son piedras preciosas, – generalmente cristalinas – influenciadas por la magia que adquirieron la capacidad de guardar grandes cantidades de diversas energías como: Magia Natural, Poder Mágico Puro, Electricidad, Unidades Mágicas, entre otros. Se producen de forma natural cuando una piedra preciosa tiene contacto con toda clase de energías mágicas, por extensos periodos de tiempo; así mismo, se pueden producir artificialmente inyectando grandes cantidades de Unidades Mágicas a piedras como el Cuarzo, Rubí, Zafiro, Esmeralda, etc.; también es posible crearlas de la nada con el hechizo [Creación] o a partir de simples rocas o cristales con [Reforma]; por supuesto, no todas las piedras preciosas pueden convertirse en Piedras Mágicas, algunas se utilizan para la joyería, o para la creación de Piedras de Hechizo y Piedras Elementales.

En Alfa, las Piedras Mágicas son imprescindibles y forman parte de la base de la civilización, así como lo es el petróleo en la Tierra, pues son una pieza esencial para los Artefactos Mágicos; se utilizan como baterías, como un método rápido de recuperar Unidades Mágicas, son absolutamente necesarias para limpiar y contener la corrupción, y en muchos aspectos fundamentales de la vida. Existen de diferentes colores y tamaños, entre más grandes sean, mayor será su capacidad de guardar energía; no obstante, la pureza de su color, su transparencia, la simetría de la piedra y su densidad, son factores importantes que determinan su calidad y eficiencia; el color que adquieren depende de la energía que contengan, si poseen Unidades Mágicas, tomarán la tonalidad correspondiente al atributo: Luz (dorado), Agua (Azul), Tierra (Marrón), Aire (Verde), Fuego (Rojo) y Oscuridad (Negro); cuando contienen Poder Mágico puro, son de color celeste; en caso de tener Magia Natural, son de color esmeralda; en general, las Piedras Mágicas pueden tener toda clase de tonos que indican la índole de su energía, que por supuesto, definen su uso y propósito.

Los monstruos son portadores de mucha energía mágica, y aunque es mal habida, si la guardas dentro de una Piedra Mágica, y posteriormente la purificas, son idénticas a las que se producen en la naturaleza, por ello, los aventureros que tienen la suficiente pericia para matar a estas criaturas, están obligados a llevar consigo cierta cantidad de estas piedras, que por cierto, se venden a buen precio. Desafortunadamente, olvidé comprar algunas o fabricarlas con el hechizo [Reforma] o [Creación], estaba tan concentrado en otros detalles, que dejé a un lado un tema tan importante; en verdad, no podría ser más torpe.

- No, lo olvidé. – respondo con amargura.

- ¿Qué pasa chico? pensé que eras listo, – el enano me reprende – siempre que viajes a una misión de subyugación debes traer Piedras Mágicas.

- Déjalo en paz Donato; Agis, – Celso me habla con tranquilidad – hagamos un trato, si nos ayudas a llenar estas Piedras Mágicas, te daremos un 30% de todo lo que ganemos cuando las vendamos en la ciudad, ¿no te parece un buen trato?

- De acuerdo. – lo digo con mucho entusiasmo.

- Entonces está decidido, además hiciste un buen trabajo, – me felicita – pero todavía tienes mucho que mejorar, aun no sabes distribuir bien tus Unidades Mágicas, pero no te preocupes, – Celso habla motivado – en los próximos días te enseñaremos como luchar con destreza e inteligencia, no hay duda en que eres un mago talentoso, ¿verdad Livio?

- Si…– responde con recelo.

- Pues bueno, limpiemos este desastre. – Celso nos insta a realizar nuestras tareas.

Antes de iniciar con mi labor, activo el hechizo [Almacenamiento] y saco 1 poción de purificación, la cual está contenida en un frasco de vidrio transparente de 200 centímetros cúbicos con una tapa de corcho, y el líquido en su interior es de color blanco lechoso; bebo la mitad, y al instante me doy cuenta de que es completamente insípida, como beber agua sumamente espesa, y después, siento una sensación muy extraña de calor en todo mi cuerpo; luego la entrego a Leila, quien bebe el resto de la poción.

Posteriormente, me dispongo a revisar los alrededores en busca de alguna señal de vida; los lobos y conejos que no muestran heridas visibles, rápidamente les encajo la punta de mi hacha en sus cabezas para evitar problemas. Leila también me ayuda en esta tarea, al notar el más leve movimiento o respiración, clava una flecha profundamente en sus cabezas para terminar con la vida de esas bestias de una vez por todas; al mismo tiempo, las recupera arrancándolas sin ningún pudor de las cabezas y vientres de los monstruos. Verla realizar estas acciones, entiendo que es una chica muy ruda y luchadora, ahora creo que es bueno tenerla a mi lado en esta aventura.

- Mi Señor, ¿pasa algo? – me habla al notar mi mirada.

- No es nada, solo pensaba que luchaste con mucha valentía, – la felicito con ánimo – lo hiciste muy bien.

- Muchas gracias, – me responde con voz emocionada – es bueno saber que fui de utilidad para Mi Señor en esta batalla.

Habiendo terminado con los monstruos que aun pudieran estar con vida, comienzo mi segunda tarea; con el hechizo [Absorción], extraigo todas las Unidades Mágicas de los cadáveres y las almaceno en las Piedras Mágicas, al hacerlo, algunos monstruos se derriten como una vela y desaparecen sin dejar rastro, mientras que otros recuperan su apariencia natural de lobos y conejos; las piedras, que en un principio eran tan transparentes como el vidrio, se tornan de un color purpura muy intenso, y cada una desprende un sentimiento repugnante junto a una leve aura oscura. Al cabo de un tiempo, he logrado llenar más de 40 piedras; por desgracia, empiezo a sentir una punzada en mi pecho, señal de que mis Unidades Mágicas se están acabando, y no es para menos, pues [Absorción] tiene un costo de 100.000, con lo cual ya he consumido la gran mayoría de mi poder.

La razón por la que las Piedras Mágicas se tornan de ese color purpura tan ominoso, es debido a lo que se denomina como Corrupción, que en términos simples, es una energía perjudicial para todos los seres vivos y el medio ambiente, muy similar a la radiación, con la notable diferencia de que tarde o temprano, te convierte en un monstruo abominable. Las piedras absorben las Unidades Mágicas de los monstros con Corrupción y todo, es por este motivo que algunos recuperan su apariencia original como animales del bosque, mientras que otros se desvanecen, pues ya fueron asimilados completamente por esta energía. Al eliminar esta energía "radioactiva", se puede hacer uso seguro de las Unidades Mágicas en todo tipo de campos, de esta manera, las piedras recuperan los colores respectivos a su naturaleza mágica; algunas veces se obtienen Unidades Mágicas de algún atributo, en otras se consigue Magia Natural, y así sucesivamente.

El Arte Especial [Absorción], se creó hace más de mil años con la intención de tomar las Unidades Mágicas de un hechizo, objeto o individuo, de esta manera, logrando disminuir su capacidad de hacer daño y recuperar un poco las del lanzador. En la actualidad, su elevado costo hace que cualquiera se cuestione utilizarlo, pues existen hechizos mucho más eficientes como [Barricada], [Escudo de Energía], entre otros. Lanzarlo sobre una persona o ser vivo, implica causarle un gran sufrimiento, como la pérdida de muchas Unidades Mágicas; no obstante, el usuario de esta Arte Especial, solo obtendrá una pequeña parte de las Unidades Mágicas del objetivo, esto se aplica de igual forma a los objetos y hechizos, por tanto, supone un intercambio poco favorable para el lanzador, agregando que debe utilizarse a una distancia mínima de 10 metros, y es posible esquivarlo, bloquearlo o anularlo; sin embargo, cuando el objetivo está muerto, inconsciente o incapacitado, el hechizo absorbe la totalidad de Unidades Mágicas del objetivo, con lo cual, esta Arte Especial es la indicada para llenar Piedras Mágicas.

- Agis, ya hiciste suficiente. – Celso me detiene al notar mi fatiga.

- Bueno… – le entrego el saco con las Piedras Mágicas.

- Nada mal, llenaste la mayoría, – se sorprende por la cantidad de piedras llenas – bien hecho, descansa.

Una vez más me dirijo al grupo de Eloy, Marco, Livio y Leila, me siento sobre el suelo, mientras observo a los otros terminar de llenar el resto de piedras; en poco tiempo, el lugar que estaba repleto de cadáveres, se ve considerablemente vacío. Durante un tiempo, había pensado que era posible utilizar la piel y diversos materiales de los monstruos, pero en la escuela de aventureros, nos dijeron que no hay ningún uso para un elemento contaminado y putrefacto, solo absorbiendo su magia en una piedra, es posible obtener algo de provecho; además, cada piedra mágica llena cuesta la módica suma de 20 Croat's.

◇◇◇

Patet, Sexteris 14 de Mabellus del 1571.

Sexteris en la noche, en este momento, me encuentro en una cantina de la ciudad, bebiendo con los miembros del grupo "Los Devastadores", en celebración por finalizar la misión de subyugación y conseguir una considerable cantidad de dinero, por supuesto, ellos me están invitando los tragos, además es oportuno festejar la solución de mis problemas económicos.

El primer día de subyugación fue notablemente el más difícil, los días subsiguientes fueron muy fáciles, pues la cantidad de monstruos contra los que nos enfrentamos disminuyó bastante, sin mencionar que cada vez me desenvolvía mucho mejor en el combate; ahora soy capaz de utilizar eficientemente mis Unidades Mágicas, agregando que Celso y sus compañeros me enseñaron algunos movimientos y trucos muy útiles. De alguna forma, he logrado ganarme el respeto, cariño e incluso la confianza de estos tipos; supongo que luchar codo a codo en situaciones de vida o muerte, une a las personas rápidamente; sea como sea, esto es algo bueno, creo que a partir de ahora, poco a poco mi mala fama desaparecerá.

Regresamos a la ciudad ayer en la tarde, cobramos la recompensa, y hoy en la mañana, Celso vendió las piedras mágicas entregándome mi parte; recibí la considerable cantidad de 12 Reales, sumando la recompensa de la misión, obtuve un total de 16 Reales, por supuesto, añadiendo a Leila en la operación. Ya que ganamos mucho dinero, como todo aventurero veterano, Celso me convidó a tomar cerveza; acepté al instante, pero me dijo que no podía llevar a Leila, a lo cual, ella no se opuso, así que le dije que se fuera al cuarto que arrendamos. Desde que llegué a este mundo, he tenido mucha curiosidad por probar las bebidas alcohólicas y conocer como es la vida en estos antros de borrachos; beber y reír con mis amigos era algo que hacía de vez en cuando en mi otra vida, por ello, no estaría mal hacerlo en Alfa.

Extrañamente, Celso me ha traído a una cantina exclusiva para hombres, según él, así es más seguro y nos evitamos problemas; no sé qué clase de "problemas" debemos evitar, pero escuchar a los mayores nunca está demás. Contrariamente a lo que había pensado, las cantinas de Alfa no son diferentes a las de mi mundo: mesas y sillas de madera, en el techo levitan unas bolas de luz que iluminan todo el lugar, cerca de la entrada principal se encuentra la clásica barra donde atiende el barman, y en lugar de escuchar rancheras a todo volumen, existe una tarima donde hay un grupo musical tocando y cantando piezas variadas de diversos géneros como baladas, trovas, música instrumental, entre otros. Todos los clientes están sentados en su propia mesa bebiendo y hablando felizmente. El sabor de la cerveza es justo como lo recordaba: amarga, espesa y espumosa, todo lo que se podría esperar.

- Agis, ¿Qué te parece el lugar? – Celso habla al notarme inquieto.

- Es excelente, pero todavía no entiendo por qué me trajiste a esta clase de cantina. – expreso mi opinión casualmente.

- Chico, eso es para evitar toparnos con mujeres embusteras y sin escrúpulos. – interviene Donato.

- Aquí también hay mujeres. – señalo lo obvio mientras miro los alrededores.

- Es diferente, – habla Eloy – todas son humanas y la mayoría están aquí para atendernos.

- Mira, – Marco explica – en las cantinas ordinarias, hay mujeres de otras razas como sirenas, gelum, hadas, elfas, demonios, etc., y ocurre que cuando estas mujeres se emborrachan, causan más problemas que cualquier humano; también está eso de que alguna podría echarte un ojo, y no sabes lo incómodo que eso podría ser, te lo digo por experiencia.

- Muy cierto. – todos lo dicen al mismo tiempo.

- Una vez Livio rechazó a una elfa que se le estaba insinuando, – Nino cuenta una anécdota – y esa mujer no dudó en romperle el brazo de un golpe; desde entonces no hemos vuelto a ese tipo de cantinas, ¿entiendes?

- ¡oye! – Livio habla muy molesto – ¡no andes contando esas cosas a todo el mundo!

- Jajajajajaajaja – Donato se carcajea – todavía recuerdo que gritó como una niña, incluso esa elfa se fue riéndose.

- ¡Maldito enano! – Livio se molesta aún más.

- Por eso estamos aquí, – concluye Celso – para que esas situaciones desagradables no se repitan.

- Ya veo…

Así, inició una larga charla sobre los problemas que generan las mujeres de otras razas en las cantinas y tabernas; parece que, en este mundo, las féminas son las principales causantes y participantes de las peleas en bares; luego me explicaron que por esa misma razón, no hay mujeres en su grupo, según ellos, comenzaría a distraerlos y produciría muchos mal entendidos que acabarían con el equipo. Nunca imaginé que en Alfa, llegaran al punto de hacer cantinas solo para hombres con el fin de disminuir esos incidentes, aunque, supongo que debe haber otras razones; obviamente, esto no es una solución viable al problema.

- Oye Agis, ya que estamos hablando de mujeres, – Marco cambia el tema – ¿Qué hay con tu chica?

- ¿Qué hay de qué? – hablo con ignorancia.

- Aaaa no te hagas, estás con esa chica por que debe darte un buen servicio, ¿me entiendes? – me habla con mucha confianza mientras pica el ojo.

- Oh no no no no, ella es solo mi amiga, somos amigos desde niños; – me explico con vehemencia – se convirtió en mi sierva porque no tenía a nadie más.

- …. – todos me miran con sospecha.

- ¿estás seguro? – Donato me interroga.

- Muy seguro. – hablo en tono serio.

- Qué bueno, – Celso interviene – es difícil lidiar con las Gelum.

- Bueno bueno, ya no hablemos de esos temas peliagudos, – Donato cambia el tema de nuevo – más bien, creo que es hora de ir a donde ya sabemos, ¿verdad Celso?

- Cierto, ¿quieres ir con nosotros Agis? – me invita.

- ¿a dónde?

- Iremos con las damas públicas.

- ¿Damas públicas? – repito la palabra con duda.

- Celso, no confundas al chico con palabras pomposas, – Donato reprende a Celso – para decirlo con simpleza, son las prostitutas, las guarichas, las necias, ¿entiendes?

- Aaaa yaa…

- No creo que haya algún problema, pero está bien si no quieres ir. – Celso lo dice mientras se pone de pie.

Esta es una de esas exóticas oportunidades que se presentan en la vida de todo adolecente; pensándolo detenidamente, no creo que represente ningún problema, ya he superado el trauma de perder a mi familia; incluso ahora, me es muy difícil siquiera recordar el rostro de mi esposa e hijos; supongo que es lo normal, ya tengo más de 15 años de vivir en este extraño mundo, y he experimentado muchas cosas; debo aceptar que no los volveré a ver nunca más, además, hace tiempo dejé esos sentimientos de apego. En cierto modo, se podría decir que ya es momento de continuar y tratar de encontrar el amor una vez más; pero mientras tanto, no estaría mal echar un vistazo a los burdeles de esta ciudad, tarde o temprano me iba a topar con ellos, esta es una excelente ocasión para conocer el bajo mundo de Alfa.

- Voy a ir. – hablo con determinación.

- Eso es bueno, y no te preocupes por el dinero, – Celso habla con confianza – yo invito.

Todos nos levantamos de la mesa, Celso pagó la cuenta y salimos de la cantina. Mirando la forma de caminar y de hablar de estos tipos, es muy evidente que ya están borrachos, o por lo menos, prendidos; por mi parte, no tomé demasiado, así que estoy completamente sobrio. Para la sorpresa de todos, Leila me estaba esperando afuera con mucha impaciencia.

- Leila, ¿Qué haces aquí? – hablo con extrañeza – ¿no te dije que me esperaras en el cuarto?

- Mi Señor se estaba demorando demasiado, – habla con nervios – estaba comenzando a sentirme angustiada.

- No te preocupes, estoy bien, ahora mismo voy a ir con Celso a otro lugar, así que voy a tardar más. – hablo con tranquilidad.

- Oye Agis, dile la verdad, dile que vamos a ir donde las ¡damas publicas!

Celso interviene y habla con torpeza, los tragos se le subieron a la cabeza y está hablando más de la cuenta, en verdad, no podría ser más inoportuno.

- ¿Damas públicas? – Leila habla con sospecha.

- No es nada, es el nombre de otra cantina. – hablo con ansiedad.

No es que quiera ocultarle cosas a Leila, es solo que, como hombre, no puedo ceder en este tipo de cosas, es decir, hay ciertos detalles que las mujeres no deben saber sobre sus amigos, esposos, SEÑORES, etc.; no es necesario que lo sepan y tampoco va a cambiar algo.

- Mi Señor, ¿va a visitar esa clase de lugares? – habla en tono severo.

¡Mierda! Esta chica es muy aguda cuando no debe.

- Heeee… haaaa… – improviso una excusa – Celso me invitó, solo voy a ver como es.

- No.

Antes de darme cuenta, Leila me toma por el brazo con gran fuerza. ¡uff! A este paso, me lo va a romper.

- Leila, – hago una mueca de dolor – suéltame, me estás apretando muy fuerte.

- No.– responde mecánicamente.

- Vas a romperme el brazo.

- No.

- Leila, no armes una escena, por favor. – hablo en tono de súplica.

- No.

- Oh, oh, problemas en el paraíso, será mejor que nuestro amigo Agis solucione este asunto por sí mismo. – Celso habla en tono de broma.

- Miren, miren, aun no le han roto el brazo y ya se está quejando, les dije que duele mucho. – Livio comenta sin intensión de ayudarme.

- Chico, parece que tu sierva se ha puesto un poco histérica. – Donato comenta.

- Por eso dije que es difícil lidiar con una Gelum. – Celso habla de nuevo.

Leila comienza a jalarme del brazo, y me lleva en dirección al cuarto que arrendamos; la fuerza de los Gelum no es ninguna broma, ni siquiera puedo resistirme.

- ¡Humano! – Eloy me grita a lo lejos – ¡si tu chica te rompe el brazo, ven a buscarme para curarte!

¡Desgraciados! No hacen nada para ayudarme, definitivamente no se puede confiar en los borrachines. Este es uno de los momentos más vergonzosos de mi vida en Alfa, ser arrastrado en medio de la calle por la que se supone es tu sierva y debe obedecer tus órdenes, ni si quiera mi mamá en la Tierra, ni Juno lo han hecho; la palabra humillante, describe esta situación a la perfección. Luego de caminar varias calles en completo silencio, por fin llegamos a nuestro cuarto, un lugar pequeño con el espacio suficiente para un baño, cama y armario; el único sitio que podía pagar con el dinero que he ganado como aventurero; por supuesto, durante todo el trayecto, Leila no aflojó su agarre, esto ya ha pasado el umbral de lo tolerable, me estoy comenzando a molestar en serio.

- ¿Ya estás feliz? – hablo en tono molesto – ¿ahora puedes soltarme?

- Lo siento… – suelta mi brazo – pero Mi Señor no puede ir a ese lugar.

- Sí sí, era una bella noche hasta que la arruinaste. – le replico.

- Mi Señor no tiene necesidad de ir a esa clase de lugares sucios. – habla en tono serio.

- No se trata de eso, si quiero ir, lo haré. – respondo obstinado.

- ¡No! Mi Señor no debe ir. – Leila insiste.

- ¿Qué te pasa Leila? ¿Por qué no puedo ir? – le pregunto con reproche.

- Mi Señor me tiene a mí, puede tener mi cuerpo cuando lo desee. – responde como si fuera algo natural.

- Que… – me quedo estupefacto – ¿si quiera estás pensando lo que dices? Deja de hablar tonterías.

- ¡No son tonterías! Mi Señor lo es todo para mí, si usted lo pide, haré lo que sea. – habla con firmeza.

- Leila, escucha lo que dices, suenas como una loca. – hablo con incredulidad.

- ¿loca? – responde sarcásticamente – Creo que Mi Señor tiene una idea equivocada de las cosas; no sé qué pensamientos tenga sobre este mundo, pero ya sea en Ferruarum o en Caelum, una sierva debe servirle con todo a su señor.

- ¿Este mundo? – repito esa frase con asombro.

- Sí, sé que Mi Señor es una persona talentosa e inteligente que tiene su propia visión del mundo, – habla con honestidad – pero creo que el Alfa que Mi Señor piensa, es diferente del Alfa que está viviendo; discúlpeme si le estoy ofendiendo, pero quiero que Mi Señor entienda que este mundo no es como piensa. Yo soy su sierva, – habla con seriedad – como tal, le voy a entregar todo lo que tengo, y no es porque sea una obligación, – se explica – es porque quiero hacerlo, por eso, Mi Señor no debe ir a lugares sospechosos a buscar el placer con mujeres indecentes, yo se lo daré, porque yo… – hace una pausa – en verdad le amo, creo que Mi Señor y yo estamos destinados a estar juntos.

- …. – me quedo atónito.

En el momento que Leila pronunció la frase: "otro mundo", por un instante, pensé que ella había descubierto de algún modo que yo era un "Extranjero", pero a medida que continuó hablando, me di cuenta de que no era el caso, y para cuando lo comprendí, suelta una bomba que me deja completamente fuera de lugar. Inmediatamente, mi enojo desaparece, como si me acabaran de echar un balde de agua fría, en verdad, no lo vi venir. Debo admitir que había vislumbrado la posibilidad de que Leila desarrollará esa clase de sentimientos por mí; no obstante, lo veía como una probabilidad muy pequeña, después de todo, las mujeres no se enamoran de alguien simplemente porque las salve, proteja, o les acompañe; se requiere del cortejo, demostrar que estás interesado en ellas como algo más que amigos, y realizar un complicado proceso de conquista; en fin, es complejo y toma tiempo. Que yo recuerde, en ningún momento he hecho algo para despertar esos sentimientos en Leila, es más, desde el principio he dejado muy claro ese punto; pero lo que ella me dice es cierto, no me encuentro en la Tierra, la forma de hacer las cosas en Alfa son completamente diferentes, seguramente, en algún momento malinterpreté las cosas.

- ¿Mi Señor duda de mis palabras? Entonces se lo voy a demostrar... – sin darme tiempo a responder, se quita la ropa – puede tomarme aquí y ahora, no voy hacer nada, – abre los brazos – no tiene por qué contenerse, yo le pertenezco.

- No tienes que ir tan lejos, y no he hecho nada para que me digas eso. – pronuncio esas palabras mientras la observo con desconcierto.

- Mi Señor es el único que me prestó su ayuda, me protegió y acompañó en todo momento, ¿a quién más podría entregarle mi amor? – habla con ironía – Sé que esto es muy repentino, pero le aseguro que estoy hablando muy enserio.

- ¿No estás confundiendo algo? – pregunto con cinismo.

- Tengo estos sentimientos desde hace mucho tiempo; se lo que siento, no tengo duda de ello. – me responde con seguridad.

- Entiendo…– hablo en tono pensativo.

- Mi Señor no tiene la necesidad de corresponder a estos sentimientos, solo debe aceptarlos; si no puede amarme como yo lo amo, es suficiente con que estemos juntos, y si es posible… – habla con timidez – quiero que Mi Señor me tome; si no puedo complacerle, no podría considerarme una mujer de verdad.

¡Esto es absurdo! Nunca en mi vida había presenciado semejante escena, me hace cuestionar la lógica de este mundo, pero creo que debo ver las cosas desde otra perspectiva; si reflexiono con detenimiento, siempre he visto a Alfa con los ojos de un humano de la Tierra, por defecto, considero que soy yo el que tiene la razón y que los demás están equivocados, o que soy más inteligente y equilibrado que el resto; tal vez ya es hora de comenzar a cuestionar esta forma de pensar, si sigo siendo tan necio, un día voy a enfrentar problemas que no podre solucionar, y se interpondrán obstáculos que probablemente no pueda superar; en resumen, en algún momento me quedaré estancado por mis ideas inflexibles. En este caso, Leila ha llegado a tal extremo porque, seguramente, está desesperada, o quien sabe qué; la cuestión es que en Alfa, el sentimiento denominado amor, posee implicaciones bastante diferentes a las de mi mundo; aunque en esencia son lo mismo, se expresan de manera distinta, e incluso, se producen de otro modo; seguramente, para las mujeres de Alfa, ayudarles, protegerles y acompañarles, son señales de amor, algún tipo de ritual de cortejo, o cualquiera de esas tonterías; el hecho es que no puedo continuar aplicando el sentido común de la Tierra, ya es hora de cambiar de paradigmas, aceptar y entender cómo funciona este mundo mágico llamado Alfa.

- Uff… – suspiro – en primer lugar, quiero que te pongas la ropa… – Leila rápidamente se viste – muy bien; en segundo lugar, vamos a intentarlo; – hablo con honestidad – aunque en este momento no te amo de la misma forma, eres muy importante para mí, por ello, voy hacerme responsable.

- Mi Señor...

- Aún no he terminado, – la interrumpo – sé lo que estás esperando, quieres que ahora mismo tengamos sexo y todo eso, pero ahora no es el momento, quiero asimilarlo bien, y también deseo que lo hagamos en un lugar más digno; – hablo con franqueza – tal vez creas que soy un poco extraño, aun así, pienso que la primera vez de una mujer no debería ser en un cuarto barato y mucho menos después de haber discutido hasta hace poco, ¿entiendes?

- ¡sí!

Leila se abalanza sobre mí, me abraza y luego me da un beso en la boca; es algo muy súbito, no obstante, es bastante placentero, aunque es difícil disfrutar con propiedad los labios de una bella dama cuando te están estrujando con mucha fuerza.

- ¡Lo siento! – Leila me suelta al notar que se está excediendo – ¡Mi Señor puede castigarme por esta insolencia!

- No es nada; – hablo aparentando que no me dolió – tranquila, es solo que fue muy repentino, pero no voy a castigarte por eso.

- ¡Gracias! – habla con regocijo abrazándome una vez más – le aseguro que a partir de ahora me esforzaré a un más para complacerlo, y le aseguro que va a disfrutarlo.

- Heee…haa…sii… claro, – hablo con nerviosismo – como tú digas.

- Mi Señor no me va a tratar de forma extraña, ¿verdad? – lo dice con mucha expectación.

- Por supuesto que no, vamos a tomarlo con calma, ¿bueno? – lo digo con tono amable.

- ¡Sí! Entonces vamos a dormir juntos como siempre lo hacemos. – habla con mucho entusiasmo.

De esta manera, termina una noche llena de altibajos, revelaciones, sorpresas, y confesiones; no sé qué será de Leila y yo a partir de ahora, pero como hombre, debo hacerme responsable de todo lo que ocurra; solo espero que esta mujer no se torne violenta otra vez, porque seguramente este débil cuerpo no podrá resistirlo.