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Chapter 45 - CAPÍTULO 40- ¡Victoria!

CAPÍTULO 40- ¡Victoria!

Kei tiene 2 grandes miedos.

Tenía miedo de ser víctima de NTR. Es un miedo que desarrolló cuando leyó una novela. El protagonista amaba a su novia, era el novio perfecto... Y su novia lo engañó con un chico más guapo y rico. Al leer eso, Kei lloró un poco... Se sintió mal por el protagonista y se preguntó: "¿Me puede pasar eso?" Kei tenía miedo de ser engañado. Por cierto, en la novela, la chica quedó embarazada y el chico guapo la abandonó. El protagonista se casó con una chica linda y amable, así que Kei se sintió mejor al leer eso. Y la ex novia del protagonista se arrepintió de engañar a su novio. Al leer eso, Kei saltó de alegría.

Kei odia todo lo relacionado con el NTR y violaciones, pues aunque es ficción, Kei se siente mal por los personajes que salen lastimados en esas historias. Kei es un chico empático, aunque eso le provoca muchísimos problemas algunas veces.

—¡Ahhhhhhhh! ¡Esto no tiene sentido lógico! ¡¿Por qué él la perdonó?!

—Fufu. ¡Hahahahahaha! ¡Tus reacciones son tan graciosas!- Dijo Cris, riéndose de Kei.

Algunas veces, cuando Kei perdía alguna apuesta con Cris, él lo obligaba a leer historias con NTR, solo para hacer sufrir a Kei y ver sus reacciones, reacciones que él consideraba lindas y adorables.

Kei odiaba y le daba asco leer ese tipo de historias, pero eso no es nada comparado con su mayor miedo.

Su otro gran miedo... Su propia madre.

Sei Molfer es una mujer sádica y malvada. No tiene piedad con nadie, absolutamente con nadie, ni siquiera con su propia familia. En los entrenamientos, no deja descansar a Kei ni a Mei. Si no tuviera magia curativa, Kei habría muerto más de 50 veces... No, fueron muchísimas más veces, pero Kei quedó tan dañado que perdió la memoria de las demás ocasiones.

Kei conoce perfectamente el temperamento y la fuerza de su madre. Se prometió nunca hacerla enojar... Y Near cometió el error de hacerla enojar... Y mucho.

Y una Sei Molfer enojada no es nada bonito de ver.

—Me siento mal por Near.- Susurró Kei, al ver el espectáculo ante sus ojos.

[¡Kei, no te quedes callado, nya!]

[¡Cariño, dime que estás bien! ¡No te preocupes, robaremos algunas pociones y...!]

Kei estaba hablando con Drin y Eris por medio de la habilidad [Comunicación de pensamiento], para decirle lo que estaba pasando y evitar que ella cometa una estupidez.

[Te ordeno que te quedes en la ciudad y no vengas. Eris, lo mismo va para ti. Estaré bien. Hablamos después. Las héroes podrían darse cuenta de que estoy usando esta habilidad.]

[¡N-no, espera...!]

Kei bloqueó la comunicación por unas horas.

Él cerró los ojos y suspiró.

A pesar de ser más poderosa, Near estaba perdiendo la pelea.

Sei Molfer estaba golpeando brutalmente el rostro de Near sin piedad alguna en el suelo, y con cada golpe, todo el lugar temblaba, y hasta las héroes sentían dolor con tan solo ver eso.

—Ouch. Admito que al principio sentía satisfacción verla sufrir, pero creo que esto es demasiado.- Dijo Sepgrar.

—Fufu. Nah, sigo sintiendo satisfacción. Ella misma se lo buscó.- Dijo Bandia, cruzando los brazos y sonriendo alegremente.

—Pero esto no tiene sentido. ¿Cómo es posible que Sei Molfer haya logrado quitarle el 77% de sus puntos de vida a Near con un solo golpe? Es ilógico.- Dijo Luna, sin creer todavía lo que estaba viendo.

—Fufu. Eso le pasa por bajar la guardia con mi madre. Near no protegió su cuerpo con magia, y mi madre aprovechó eso para golpearla con todo su poder mágico y distribuir todo el daño que le provocó por todo el cuerpo, dañando gravemente el cuerpo de Near, obligándola a usar su poder mágico para reparar su cuerpo y eso disminuyó en gran medida la gran ventaja que Near tenía sobre mi madre.- Dijo Mei con orgullo.

—En otras palabras, después de ese primer golpe y de beber las pociones de energía mágica, aunque Near seguía teniendo la ventaja, gracias a la experiencia de mi madre que ha conseguido gracias a las miles de peleas que ha tenido y ganado, ellas estaban igualadas, al menos al principio.- Dijo Kei, que estaba recuperando poco a poco la energía gracias a Mei, quien lo ayudó a beber pociones curativas que él sacó de su [Almacenamiento mágico].

—La familia Molfer, guerreros que entrenan todos los días desde que pueden caminar... Ser capaz de hacerle tanto daño a Near... Sei Molfer es un monstruo.- Dijo Frima.

—Sigo sin poder creer que esto esté sucediendo. Sei Molfer no debería ser tan poderosa. ¿En serio la experiencia es capaz de derrotar al poder?- Dijo Luna.

—Considerando que lo estamos presenciando, sí, es posible.- Dijo Kaya.

Y mientras ellas discutían sobre la situación que están presenciando, Sei Molfer seguía golpeando a Near, y aunque Near intentaba alejarse o golpear a Sei Molfer, ella esquivaba cada uno de sus ataques y contraatacaba, disminuyendo poco a poco la energía restante de Near.

—¡¡¡Deja de moverte, insecto!!!- Gritó Near, furiosa, pero también desesperada al no ser capaz de tan siquiera golpear una vez a Sei Molfer.

Sei Molfer cerró fuertemente los ojos.

—Tsk. Tierra.- Dijo Sei Molfer.

Near sonrió y aprovechó la "distracción" para patear a Sei Molfer, pues ella creía que la tomaría de sorpresa una patada, pues la ha estado atacando con sus puños.

Pero inesperadamente para ella, Sei Molfer se agachó y esquivó a la perfección la patada. Y después de esquivar esa patada, Sei Molfer levantó la mirada y le sonrió a Near, que estaba aterrada, pues había caído en su trampa. Fingió que le cayó tierra en el ojo solo para que Near se confiara y bajara un poco la guardia, lo suficiente para sorprenderla.

—Idiota.- Dijo Sei Molfer, sonriendo.

La tomó de la pierna y comenzó a golpearla contra el suelo múltiples veces, como si estuviera jugando a golpear al topo, pero en lugar de un martillo, está usando el cuerpo de Near para golpear el suelo.

Near estaba siendo humillada, y eso solo aumentaba más su ira.

—¡M-maldita sea!

Near intentó atacarla lanzándole una esfera de fuego que salió de su boca, pero Sei Molfer simplemente esquivó su ataque sin ninguna dificultad y golpeó con su rodilla el estómago de Near.

Near vomitó tanto sangre como su almuerzo, y Sei Molfer la tomó del cabello.

La miró fijamente a los ojos y levantó su puño, mientras que Near solo temblaba y no hacía nada para defenderse, pues instintivamente entendió que es inútil tratar de atacarla.

—Nunca toques a mis hijos, perra.

—¿Qué eres?- Dijo Near, aunque su voz se escuchaba muy baja.

—Una Molfer.

Comenzó a golpearla justo en la cara sin piedad, derramando sangre de ambas en el suelo. Near perdía sangre por las heridas en su rostro y Sei Molfer se lastimaba el puño con cada golpe, pero no le tomó importancia y siguió golpeando a Near sin importarle el dolor o el daño que su mano estaba sufriendo.

—¡L-la va a matar!- Gritó Charlotte, asustada, pues si Near muere, las posibilidades de victoria de los humanos bajarían de manera drástica.

—¡Debemos detener a Sei Molfer!- Dijo Frima.

—¿Eh? ¿No podemos ver un poco más?- Dijo Bandia, triste al saber que el espectáculo pronto terminará.

—¡No!- Gritaron las héroes y Bandia suspiró.

—Ah, está bien. Vamos, salvemos su culo.

Las héroes intentaron acercarse a ellas, pero una barrera de hielo apareció frente a ellas.

—¿Eh?

—No hagan nada. Ella se lo buscó.- Dijo Kei, que había creado el hielo con su mano izquierda, sorprendiendo a Luna, pues Kei hace unos minutos ya no tenía poder mágico.

Observó fijamente a Kei y abrió completamente los ojos, sorprendida por algo que vio en su estatus.

Y mientras que Luna analizaba la situación, una de las héroes enfureció y se acercó a Kei.

—¡No te metas, niño!- Dijo Riafra.

Riafra intentó golpearlo, pero Mei detuvo su puño con sus manos.

Riafra lo atacó con la intención de amenazarlo, no para matarlo, es por eso que Mei fue capaz de detener el ataque.

—¡No tocarás a mi hermano!

Mei saltó y le dio una gran patada en la cara, mientras la cara de Kei impactaba contra el suelo, pues tenía su cabeza en el regazo de Mei, cabeza que salió volando cuando Mei saltó sin previo aviso.

—Ouch.- Se quejó Kei.

Riafra salió volando y Kei lentamente se levantó del suelo.

Cuando Mei aterrizó en el suelo, Kei abrazó con fuerza a su linda hermana, lleno de orgullo.

—¡Increíble! ¡Te volviste más poderosa, Mei! ¡Felicidades!- Dijo Kei, aunque él se refería a otra cosa con eso de que se había vuelto más poderosa.

—¡G-gracias, hermano!- Dijo Mei, cuyo rostro se volvió rojo por la emoción que sentía al ser abrazada por su querido hermano.

Mientras tanto, Near intentaba atacar a Sei Molfer con su espada, sin resultado alguno.

Sei Molfer esquivaba con facilidad sus ataques. Near estaba desesperada y furiosa, y eso le impedía pensar con claridad, volviendo sus ataques más predecibles.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué eres tan poderosa?! ¡Se supone que eres débil! ¡Yo soy un héroe! ¡Yo soy más poderosa que tú! ¡¡Yo soy superior a ti!!

Sei Molfer suspiró decepcionada y pateó la espada de Near, provocando que la espada saliera volando y cayera al suelo detrás de Near, que no podía creer lo que le estaba pasando.

Detuvo sus ataques y quedó inmóvil, intentando procesar todo lo que le estaba pasando.

—Si sigues actuando de esa manera, definitivamente no habrá un mundo en donde mis hijos puedan vivir. Eres una completa decepción.

—¡Ahhhhhhhh! ¡¡Soy Near, la primera princesa de la familia Real Near!! ¡¡Mi sangre es pura, no está manchada con ningún defecto!! ¡¡Estoy por encima de todos ustedes!! ¡¡¡Soy muchísimo mejor que tú!!! ¡¡¡Esto no me puede estar pasando!!!

Al ver a Near gritando desesperada, todos los presentes sintieron pena ajena y desviaron la mirada, para evitar seguir viendo eso.

—Se volvió loca.- Pensaron todos en el lugar, excepto Sei Molfer, que se lo dijo en la cara.

—Estás loca. Te dejaste controlar por tus emociones. No mereces el poder que Fravi te dio. No mereces ni siquiera llamarte una guerrera. Eres patética.

—Tú... ¡¡Tú eres un simple humano!!

—¿Humano?

Sei Molfer la tomó del cuello y levantó del suelo.

—Los Molfer somos más que simples humanos, que no se te olvide eso.

Levantó su puño, mientras su mirada penetraba el orgullo de Near, que solo podía sentir miedo y terror, pues estaba ante una Sei Molfer llena de furia.

—Te daré un consejo, jovencita. Recuerda esto: "La experiencia es más poderosa que la fuerza". Nunca bajes la guardia ante alguien más débil que tú.

Tomó impulso y le dio un gran golpe en la cara a Near con su puño derecho, rompiéndole la mayoría de los dientes. Al darse cuenta de eso, se dio cuenta de que Near ya no tenía el poder mágico para seguir protegiendo su cuerpo de los ataques, es decir, recibió el golpe con un cuerpo bastante debilitado y sin protección, dándole la victoria absoluta a Sei Molfer.

La cabeza de Near chocó fuertemente contra el suelo... Estaba inconsciente... Sei Molfer derrotó a Near... ¿Cómo es posible? ¿Por qué perdió Near? La respuesta es sencilla: se confió. Sei Molfer aprovechó eso para atacarla con toda su fuerza.

Sei Molfer tenía más experiencia que Near. No importa que seas poderoso, si no sabes usar tu poder, eres débil.

Sei Molfer era más débil que Near, pero ella sabía cómo atacarla. Near se enoja con facilidad. Sei Molfer sabía eso y lo aprovechó. Cuando se enoja, Near pierde la concentración y no piensa en sus ataques. Atacaba a Sei Molfer desesperadamente... Y eso fue patético.

Eso selló el resultado de esta pelea.

Sei Molfer vs Near, la héroe más poderosa.

Victoria para Sei Molfer.

—Yo gané.- Dijo, mirando con decepción a Near.

Chasqueó la lengua agresivamente, sintiendo muchísimo asco por el comportamiento de Near en una pelea. No la consideraba digna de tan siquiera participar en una pelea.

No puede ver a Near ni siquiera como guerrera, muchísimo menos como una héroe, es por eso que una atrevida y arriesgada idea se metió en su cabeza.

—Me pregunto si... Fravi, dame la [Espada Dragón] a mí. Esta mujer no la merece.

—¿Eh?- Dijo Kei, asustado ante esas palabras.

Kei sintió un gran miedo inundando su ser con tan solo pensar en la posibilidad de que su madre se convierta en una héroe, pues sabe perfectamente que las héroes serán sus enemigos en el futuro, y si su madre se convierte en una héroe, definitivamente morirá, pues ella fue la que le enseñó todo lo que sabe. Si Sei Molfer se vuelve una héroe, se volvería muchísimo más poderosa de lo que ya es, y considerando que ella sabe perfectamente cómo pelea Kei, sería imposible para Kei lograr derrotarla.

—Si mi madre se convierte en una héroe, nunca podré cumplir con mi misión.- Pensó Kei.

Y mientras su madre extendía su mano en dirección hacia Near, rayos rojos comenzaron a salir del cuerpo de Kei, asustando a Mei y a las héroes, excepto a Luna, que solo sonreía al verlo.

—Adiós.- Dijo Sei Molfer, con una sonrisa triunfante en su rostro.

Kei reconoció esa aterradora sonrisa y se dirigió corriendo hacia ella lo más rápido que pudo.

La sonrisa triunfante de Sei Molfer.

La sonrisa de la muerte.

—¡¡No lo hagas!!- Gritó Kei, desesperado, mientras en sus ojos, que se habían vuelto rojos, salían una gran cantidad de pequeños rayos.

Todo a su alrededor comenzó a moverse lentamente.

—Magia en mis ojos y piernas...- Pensó.

Sei Molfer estaba creando una esfera de fuego con su magia... Quería matar a Near.

—Debo llegar...- Pensó Kei.

Tomó impulso y saltó hacia ellas.

Usó magia de viento para impulsarse más.

Sei Molfer intentó atacar a Near con la esfera de fuego, pero Kei llegó a tiempo y recibió el ataque por Near.

—¡¡Hermano!!- Gritó Mei, llorando y asustada, pues la herida que recibió Kei fue letal.

—Lo... logré.

La esfera de fuego impactó en su pecho y explotó. Afortunadamente, su cuerpo fue capaz de soportar el ataque, al menos lo suficiente para mantener a salvo su corazón.

Kei cayó al suelo y comenzó a perder sangre. No tenía poder mágico para proteger su cuerpo, por lo que, aunque lo resistió, su cuerpo está más dañado que antes.

—¡¿Kei?!

—¡¡Hermano!!- Gritó Mei, mientras corría hacia él.

Kei reunió un poco de su poca energía y se levantó lentamente del suelo.

—M-madre... Si matas a una héroe, te matarán... Piensa antes de actuar... Fravi... no nos puede ayudar más... No te convertirás en una héroe... No lo... hagas...

Levantó la mirada y le sonrió a su madre.

—Estoy bien... Pero tengo hambre.

No estaba bien... Tenía una gran herida en su pecho y estaba perdiendo demasiada sangre, pero se sentía bien porque logró evitar que su madre se convierta en una héroe.

—Madre... Gracias por... salvarnos...

Kei cayó al suelo inconsciente.

Mei lo abrazó, intentando usar magia curativa, pero inesperadamente las heridas de Kei desaparecieron sin que ella hiciera algo.

—¿Q-qué?

—Este chico evitó que cometas una estupidez, Sei Molfer.- Dijo Frima, que había curado a Kei.

Después de curarlo por completo, bajó su mano y le sonrió a Sei Molfer.

—Fravi ya nos ayudó lo suficiente, no podrá seguir ayudándonos. Si Near muere, la [Espada Dragón] desaparecerá. Si la hubieras matado, nos dejarías con una héroe menos. Tuviste suerte de que tu hijo haya evitado que cometieras una locura.

—Mmm... Esto es extraño. ¿Cómo es posible que este chico haya recuperado energía mágica tan rápido? No lo vi beber pociones de energía mágica, solo curativas.- Dijo Gelisha.

—No te preocupes por eso, ese chico simplemente ahorró energía mágica, no la usó toda. Posiblemente sabía que su madre estaba en camino. ¿Verdad, Luna?- Dijo Bandia.

Luna asintió, aunque sabía que la verdad era otra.

—¿Y cómo es posible que haya sobrevivido? Ese ataque debió ser suficiente para matar a Near. ¿Por qué su cuerpo logró soportar el ataque? Lo lógico sería que su cuerpo haya explotado.- Dijo Gelisha.

—¿No recuerdas los rayos rojos que salían de él?- Dijo Frima.

—Oh, es cierto... Magia especial, ¿eh?

—La misma magia especial que la de su madre, ¿o me equivoco?- Dijo Bandia, mirando a Sei Molfer a los ojos y ella asintió.

—Sí, Kei tiene la misma magia especial que yo.- Respondió Sei Molfer.

—¿Eh? ¿Y cuál es?- Dijo Gelisha.

Y mientras Sei Molfer les respondía, lejos de ahí, en otra ciudad, Drin lloraba y se golpeaba la cabeza contra el suelo, intentando desobedecer las órdenes de Kei, pero no podía. Intentaba usar [Teletransportación], pero su marca de familiar le impedía ir a ayudar.

Eris estaba a su lado, intentando tranquilizarla.

—Kei sigue vivo, confía en él.

—¡¡Cállate, puta gata de mierda!!

—Yo también quiero ir a ayudarlo, pero no sería de ayuda, nya. Solo iría a morir. Si Kei nos ordenó quedarnos, es porque no quiere que muramos en vano. Solo podemos quedarnos y rezar por él.

—¿Rezar? ¡¿Rezar?! ¡Ningún Dios nos ayudará!

—Drin, tan solo confía en Kei. Si realmente confías en él, entonces obedece sus órdenes. Él estará bien, solo confía.

—¡Claro que confío en él!

—¡Entonces demuestra que lo haces!

—...

Drin se sentó en el suelo y puso sus brazos alrededor de sus piernas, mientras sangre que salía de su cabeza salpicaba el suelo.

—Cariño...

Al anochecer.

Kei estaba dormido en su cama y su pecho estaba vendado. Aunque Frima lo curó, Mei lo vendó por una simple razón: solo por precaución. Lo bañó y lo cuidó mientras estaba dormido, hasta que su madre la obligó a dejar en paz a Kei y la sacó de la habitación de Kei.

—No... No es justo, Nia... Ese pedazo de pollo era mío... Dámelo...

Un Kei dormido comenzó a morder su almohada.

—No llores, era mío... Te regalo mi pedazo de pastel...

[¡Cariño! ¡Responde, por favor!]

El grito de Drin lo despertó y se sentó en la cama agitado.

—¡¿Eh?! Ay, eso me tomó de sorpresa.

Bostezó y se rascó la cabeza, mientras le contestaba a Drin.

[¿Qué pasa, Drin?]

[¡Estamos preocupadas por ti! ¡Dijiste que intentaron matarte! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Por qué no respondías?! ¡¿Estás bien?! ¡¿Te capturaron?! ¡¿En dónde estás?! ¡Iré a rescatarte!]

[Oh, cierto. Cuando mi madre empezó a pelear con Near, me comuniqué contigo... Lo olvidé... Mi madre derrotó a Near... Pero ella intentó matarla. Tuve que sacrificar mi cuerpo para salvar a Near.]

[¡¿Por qué la salvaste?!]

[Las héroes son las héroes de los humanos... Si mi madre la mataba, nuestra familia sería enemigo de la humanidad. Intentarían matarnos y no viviríamos en paz... Necesito ser Kei Molfer por unos años más. Bueno, además, existía la posibilidad de que mi madre se convierta en una héroe si mi madre mataba a Near, así que mejor lo evité... Cambiando de tema, ¿cómo están? ¿No ha pasado nada malo?]

[Estábamos preocupadas por ti... Por favor, no te arriesgues más.]

[Es una promesa que no puedo cumplir... Lo siento, tengo hambre, quiero comer. Te hablaré más tarde... Te amo... Y lo siento.]

[También te amo... Por favor, cuídate, cariño.]

La comunicación terminó y Kei sonrió.

—Se siente bien tener a alguien especial... No aproveché mi adolescencia... Nunca conseguí novia en mi mundo... Debo aprovechar mi nueva vida... ¿Qué hacen las parejas?

—Salir juntos. Tomarse de las manos. Ver películas juntos. Besarse.

—¿Es todo? Suena sencillo. Pero las películas no existen en este mundo... Espera...

Sí, Kei era un idiota... Un gran idiota.

—Mierda...

Lentamente, Kei giró su cabeza hacia su izquierda.

En una esquina de la habitación, estaba la héroe Luna, sentada en el suelo.

Ella sonrió y lo saludó con su mano.

—Hola, Kei. O mejor dicho, héroe Kei. Sabía que eras el héroe Kei, era demasiado obvio.

—¡Soy un idiota!- Dijo Kei, levantándose de la cama y alejándose.

Luna se levantó y se acercó a él.

Kei se estaba preparando para escapar, pero Luna comenzó a sacudir los brazos.

—No soy tu enemigo. Por favor, escúchame.

Dándose cuenta de que sí podía usar [Teletransportación], Kei decidió no usarlo y escucharla, pues si podía usarla significaba que ella no quería pelear. Decidió arriesgarse y escucharla.

—No te preocupes, no se lo diré a nadie... Solo responde mi pregunta. ¿En dónde vivías?

—¿Eh? ¿A qué te refieres con eso?

—Creo que ya lo sabes. Los héroes invocados vienen de diferentes mundos. Quiero saber si tú vienes de mi mundo.

—... ¿Prometes no decirle a nadie?

—No te preocupes, no se lo diré a nadie.

—Está bien... Vivía en una ciudad llamada: "Sectar 86". Vivía en un país llamado: "Onperk K43".

—Sí, lo sabía... Por eso me parecías familiar.- Dijo sonriendo.

—¿Familiar?

—No te preocupes, no es nada importante... Adiós.

—Espera... ¿Por qué haces esto? ¿Realmente no se lo dirás a nadie?

—Tú me ayudaste una vez. Estamos a mano ahora. No se lo diré a nadie, no te preocupes... Te doy mi palabra.

Luna se alejó caminando.

—Oye... Gracias... Te prometo que no planeo nada malo... Quiero derrotar a los demonios.

—Te creo... Pero Fravi te quiere muerto... Ten cuidado, Kei... Cuídate. Nos vemos después.

Luna salió de la habitación y Kei suspiró aliviado.

Cayó al suelo agotado por lo que acaba de pasar y cerró los ojos.

—No sentí maldad en ella... No estaba mintiendo... ¿La conozco? No la reconozco... Pero gracias por guardar mi secreto.

Abrió los ojos.

—Cometí un error. Sigo siendo un ingenuo. No debo cometer el mismo error... Luna, muchas gracias.

El día de descanso llegó y Kei decidió ir a la ciudad Carmesí.

Le tomó varias horas llegar, pues decidió viajar como Crisfa, sin usar [Teletransportación], solo para evitar sospechas sobre su identidad secreta.

Kei, en su forma como aventurero, tocó la puerta de una casa de tres plantas, casa rentada por sus compañeras.

—¡Chicas, ya llegué...!

Inmediatamente abrieron la puerta, y Eris y Drin lo tomaron de los brazos y lo metieron a la casa.

—¡¿Eh?!

Lo abrazaron con fuerza y Kei se puso completamente rojo... No podía respirar porque los pechos de Eris y Drin lo estaban ahogando.

—¡Te extrañamos, cariño!

—¡Estoy tan feliz de verte, nya! ¡Pensé que te iba a perder, nya!

Ambas tenían los ojos llorosos, y eso hizo sentir culpable a Kei, por preocuparlas.

—C-chicas... También estoy feliz de verlas... ¡Pero no puedo respirar!

—¡L-lo sentimos!

Ambas lo dejaron en paz y Kei intentó recuperar el aire.

—E-está bien... Tengo hambre. ¿Quieren salir a comer?

Ambas lo tomaron de las manos.

—¡Te prepararé algo de comer!- Dijeron ambas al mismo tiempo.

Se miraron entre sí y sus sonrisas desaparecieron.

—Él comerá mi comida. Tú vete a cazar ratones, gata.

—¿Tu comida? ¿Qué vas a cocinar, demonio? ¿Carne humana con caldo, nya?

—¿Ya probaste la carne humana? Sabe mejor que los ratones.

—Kei prefiere la comida de los humanos, nya.

—Él amará mi cocina.

—No lo creo.

—Si esto fuera un anime, se verían chispas en sus miradas.- Pensó Kei, al verlas enojadas entre ellas.

Kei las abrazó del cuello y sonrió para tranquilizarlas.

—Yo voy a cocinar. Seré un protagonista con harem, pero no seré un protagonista que es atendido por sus novias. Eso sería muy machista... Yo voy a cocinar para ustedes.

—¡Pero...!

—¿N-no quieren probar mi comida? Sí, lo entiendo... Nadie comería mi asquerosa comida...- Dijo Kei, con un tono triste, antes de ser interrumpido por las chicas.

—¡La comeremos!- Dijeron ambas rápidamente, para evitar lastimar los sentimientos de Kei.

Pero Kei solo lo dijo de esa manera para manipularlas para que acepten y dejen de pelear.

—Tomen asiento, les prepararé algo.- Dijo sonriendo.

Después de 30 minutos, Kei terminó de cocinar.

En la mesa, había platos con ensalada, salsas, carne, huevos y jugo de naranja.

Las chicas estaban salivando ante tal festín y Kei estaba satisfecho con su trabajo.

—¡A comer!- Dijo Kei, levantando un pedazo de carne con un tenedor.

Ambas probaron la carne al mismo tiempo.

Al darse cuenta del delicioso sabor que la carne tenía, abrieron completamente los ojos y se sonrojaron.

—¡E-está delicioso, cariño!

—¡Es lo mejor que he comido, nya!

—Es por el ingrediente secreto. El amor... Y un poco de polvo mágico que creé.- Dijo sonriendo.

Kei estuvo a punto de probar su comida, pero fue interrumpido por alguien.

Tocaron la puerta de la casa y Kei se levantó.

—¿Quién será? Espero que no sea un vendedor o alguien de la religión de Fravi.

Abrió la puerta y una mujer con armadura estaba parada frente a la entrada.

Kei sigue usando su forma como aventurero, pues decidió siempre usar esa forma mientras esté en esa ciudad, para evitar que alguien pueda ver a Kei Molfer en esa ciudad.

—¿Sí? ¿Qué se le ofrece, señorita?

—Por favor, acompáñame.

—¿Eh? ¿Por qué? ¡¿Apenas me mudé y ya me están cobrando los impuestos?!

—El maestro del gremio quiere verlo.

—Ah... Vaya, vaya. Ya veo... Estoy comiendo, iré a verla más tarde.

—Lo siento, pero debe acompañarme ahora.

—No quiero, estoy comiendo.

—No puede decir que no.

Kei suspiró y decidió aceptar para evitar algún problema.

—¡Chicas, regreso en unos minutos, no se preocupen por mí!

Salió de la casa y comenzó a caminar al lado de la mujer.

—Tengo hambre.