"Harry, pasemos los dos, sólo queda un minuto". dijo Ron nervioso, mirando a Harry.
"Creo que vi a Lockhart..." la mirada de Harry se congeló, le pareció ver una figura que le daba dolor de cabeza. Pero no tuvo tiempo de pensar en ello, porque el tren estaba a punto de partir.
Así que él y Ron se catapultaron juntos, empujando el carrito con firmeza hacia la pared, y detrás de ellos un hombre rubio con cara triste y traje azul miró su reloj y también se lanzó hacia la pared.
Llegaron a la pared, y - "¡Bam!" Los carros de los dos chocan contra la pared con fuerza y rebotan. Sus maletas salieron volando, golpearon el suelo y Harry cayó de espaldas, chocando con el hombre que estaba detrás de él.
"¡Ay!" Por un momento, todo el andén 9 estaba alborotado.
El alboroto atrajo al personal de la estación, pero Harry pudo salirse con la suya. Pero el principal problema no era tratar con el personal, sino que se encontraron con que no podían atravesar el muro del andén. Pero ahora, aunque pudieran, no podrían moverse. Había una docena de muggles mirándolos, al menos el 90% de ellos por culpa de Hedwig.
Hedwig había estado gritando de rabia desde que la caja había sido derribada, y con un pájaro tan enfadado, destacaría allá donde fueran. Si hubiesen desaparecido en un instante, se habría producido un gran furor y una grave violación del Estatuto Internacional del Secreto Mágico.
Pero entonces Harry y Ron vieron que una figura conocida pasaba corriendo junto a ellos y se estrellaba contra la pared.
"Realmente es el profesor Lockhart..." la cara de Ron se cayó, pero de repente se le ocurrió algo, "¡No, él debería poder arreglar esto!"
El hombre del traje azul era efectivamente Lockhart. Había planeado tomar el tren a Hogwarts, y relacionarse con los fans a bordo, pero el rumor que había escuchado antes en la Librería Flourish y Blotts le había asustado demasiado. Todavía estaba dudando: ¿Debía renunciar o no?
Este sentimiento le hizo deambular fuera de la estación. Al final, decidió ir a Hogwarts. Incluso si todo salía mal, todavía estaba el profesor Dumbledore en Hogwarts, así que le dejaría que lo solucionara.
Al final, la realidad lo golpeó en la cabeza: las paredes del andén indicaban que el camino era intransitable.
Lockhart se quedó completamente helado, por supuesto que había escuchado lo que Ron había dicho, pero no sabía qué hacer, estaba en pánico: no entendía qué estaba pasando. No había pasado por este pasillo desde que se graduó, ¿Y no se había enterado de que la entrada al andén 9 había cambiado?
Pero entonces vio a todos los curiosos, y de repente tuvo una idea, y se acercó a Harry y a Ron, diciéndoles que se fueran de aquí.
"Salgamos de aquí, hay demasiados muggles para que entremos, para mí es pan comido arreglar esta avería de la pared, pero no puedo hacerlo, sería una violación de la Ley del Estatuto Internacional del Secreto Mágico". dijo Lockhart con severidad a los dos.
Harry no quiso hacer caso a Lockhart, miró la hora y se desesperó al ver que eran más de las once y que el tren había partido.
"Volvamos al coche..." Dijo Harry.
"Sí, el coche, podemos volar a Hogwarts en el coche" Los ojos de Ron se iluminaron al oír la palabra coche.
Harry pensó instintivamente que era la peor de las opciones y estuvo a punto de decir que no, pero entonces Lockhart intervino: "¿Volar? ¿Volar a Hogwarts en un coche? Merlín arriba, eso es demasiado genial".
"¡Chicos, no os preocupéis, vamos a zarpar y volar directamente a Hogwarts!"
Ron, animado por el apoyo de Lockhart, empujó inmediatamente su coche fuera de la estación. Aunque tenía una opinión mediocre de Lockhart, en ese momento era un halo de luz y un icono para él.
Lockhart seguía parloteando: "Esto es realmente material de primera plana... ah no, quiero decir, en una emergencia real, un joven mago puede usar la magia, está en la Sección 19 de las Restricciones". En opinión de Lockhart, todo esto estaba fuera de lugar. ¿Quién había hecho semejante hazaña desde la fundación de Hogwarts?
Si puede conducir un automóvil frente a todos los maestros y estudiantes de la escuela, caer del cielo y estacionarse frente a ellos, ¡definitivamente se convertirá en el centro de atención!
Así que su atención se centró inmediatamente en incitar a los dos jóvenes magos para que no se echaran atrás. Soltó una legislación, sin importarle que acabara de utilizar la Ley del Estatuto Internacional del Secreto Mágico como excusa. Pero funcionó, y Lockhart consiguió impresionar a Harry lo suficiente como para que aceptara la idea de Ron.
Caminaron rápidamente entre la multitud de curiosos hasta el Ford del señor Arthur, Ron abrió el maletero y metió el maletín dentro, pero su siguiente movimiento destrozó las ilusiones de Lockhart.
Sin dudarlo, Ron tomó el asiento del conductor.
"Realmente he aprendido a conducir". Lockhart se aclaró la garganta: según su plan, si no podía convertirse en conductor, sería casi inútil.
Pero de ninguna manera Ron iba a confiar en un extraño con su vida, y aunque Lockhart había estado fanfarroneando, confiaba más en sí mismo, así que simplemente lo ignoró.
Esto fue una gran decepción para Lockhart.
En consecuencia, mientras se enredaba con Ron, Harry vio la oportunidad de sentarse a su lado; como amigo, consideró que sería cruel dejar que Ron se sentara con Lockhart todo el camino. Y por lo que sabe Harry, sería peligroso conducir dejando que alguien hablara con un conductor distraído, ¿no?
Así que él y Ron ocuparon los dos asientos delanteros, dejando a Lockhart en la parte trasera con Hedwig.
Ron tuvo el sentido común de no despegar, sino de pulsar un botón plateado en el tablero y se volvieron invisibles, o transparentes, junto con el vehículo.
"Oh, bonito hechizo de ilusión, lo he hecho antes..." Dijo Lockhart.
"¡Despeguen!" Ron apretó el acelerador y se alejaron del suelo. Sin embargo, al parecer el botón de invisibilidad no funcionaba muy bien, y el auto apareció varias veces en el aire.
Esto fue un ligero alivio para Lockhart: si hubieran permanecido invisibles todo el tiempo, habría sido un argumento para el siguiente libro. Lockhart no había considerado el Estatuto Internacional del Secreto Mágico, ya que pensaba que era más importante sobresalir por esto: ¡podría haber trabajado con los empleados del Ministerio de Magia para borrar los recuerdos de los testigos! Es muy bueno en eso.
Pronto estuvieron en las nubes, el auto transparente les daba una vista sin obstáculos de las nubes que los rodeaban, lo que les daba una sensación de opresión desde todas las direcciones. En las nubes, incluso Lockhart mantuvo la boca cerrada. Por supuesto, guardo todo lo que vio, y estaba decidido a escribir sobre ello en su nuevo libro.
Miró a Harry y a Ron, y sus ojos se volvieron cada vez más peligrosos: "También hay que cambiar los recuerdos de estos dos... ¡Después de todo, sería mejor que yo, Gilderoy Lockhart, condujera el coche!"