— Ubicación: Sistema Omega-X, planeta Edén 07
— 7 de Febrero del 2553
— 9:35 AM
Conforme se acercaron a Edén 07, Jack mostró una sonrisa irónica.
Una tierra tan paradisíaca, con ramificaciones fácilmente manejables.
Solo un punto brilló con luz artificial, una ciudad enorme, sin embargo, ínfima en comparación con sus alrededores.
｢Es como si fuera una ciudad con un planeta a su alrededor y no una ciudad en un planeta｣.
Ante ello, sacudió su cabeza en descontento.
Eventualmente llegaron a la ciudad, a la única entidad en Edén 07.
Jack llevó la nave hasta la aduana, donde certificó la llegada.
Al comprobar los datos, el guardia advierte "... El jefe de seguridad dijo, que los lleve con él apenas llegasen".
"Bien" Respondió Jack antes de hacer una seña a la nave.
El grupo rápidamente bajó de la nave y apenas estuvieron todos reunidos dijo "Dirige el camino".
El guardia presionó un botón en su estación y comenzó a alejarse.
Le siguieron el paso de cerca; el tiempo pareció en distorsión. Los pasillos blancos e iluminados, sin bordes aparentes retorcieron la noción del tiempo.
Sin fin ni principio visible, sin diferencia ni mucho menos puntos de referencia, toma la forma de una falsa infinidad.
En cierto punto una puerta se abrió frente a ellos ¿Lo que le sucede? La misma situación. Jack no pudo ni siquiera intentar aproximar el tamaño de la habitación.
Simplemente carece de señales visuales, resultando hasta tenebroso imaginar vivir en un lugar tan uniforme.
En lo que se asemeja al centro de la habitación, flotó la parte trasera de una silla con forma ovalada.
Su color grisáceo fue lo único que permitió identificarlo, lentamente comenzó a girar hasta que tuvieron la parte frontal hacia su dirección.
Sentado en aquella silla se mostró un anciano, sus ojos decrépitos mostraron decepción y su voz ronca exclamó "¡Vaya deshonra! Creí dejar en claro que no necesitamos ayuda".
Zeke se adelantó un paso "... ¿No han atacado anteriormente? ¿No comprende la gravedad de la situación?".
El anciano sonrió llenando su expresión de desprecio y desdén "No creas que eres imprescindible".
Frente a ellos se materializó una proyección holográfica, en ella se marcaron las murallas alrededor de la ciudad "No hay forma de que esas sabandijas logren entrar a la ciudad".
Zeke mostró una expresión complicada "¿Sabandijas? ¿Acaso se han enfrentado a ellos?".
"¿Es necesario?" El anciano sonrió irónicamente y ladeó su cabeza "Si un grupo como el suyo sobrevivió a ellos, entonces debería ser obvio".
Zeke suspiró y sacudió su cabeza resignado.
"Si eso es lo que cree, no es mi trabajo convencerlo de lo contrario y tampoco puede detenernos de nuestras funciones. Por lo que procederemos a irnos" Inmediatamente después de decir eso, Jack dio media vuelta.
El anciano bufó enojado "Una intervención innecesaria e indeseada... Supongo que no habrá problemas mientras no resulten ser obstáculos".
Suspiró profundamente mientras la silla lentamente volvió a su posición original.
"Quiero ver cómo reaccionarán ante la cruda verdad" Sonrió al mismo tiempo que la puerta se cerró
Al cerrarse la puerta Jack presionó sus dientes "¡Hijo de puta¡" susurró enojado.
"No deberías hablar así de tus superiores" Respondió el guardia.
Jack rió irónicamente "Él no está siquiera cerca de ser mi superior".
Después de decir eso, sacudió su mano y caminó en dirección a la salida.
Una salida... Irregular.
"Debimos regresar por el camino anterior..." Dijo Brendan al observar el angosto y largo pasaje.
En la distancia pudo observar una calle ¿Tal vez?
Kelly quiso tomar la manija de la puerta, antes de poder siquiera tocarla, desapareció.
La puerta se desvaneció, dejando un muro liso e idéntico a los demás.
Jack sintió como su estómago se retuerce, todo es de un color blanco tan uniforme que resulta demasiado perfecto.
Conforme avanzaron a través del pasaje, notaron que no hay ningún tipo de basura tirada, tampoco ventanas o aberturas.
Una sucesión de edificios tan perfectamente conectados que parecen ser el mismo.
Al salir, el mismo paisaje.
Calles blancas, casas y edificios blancos, marcos blancos, ventanas blanquecinas...
Incluso el cielo parece reflejar la falsa perfección.
Los transportes vuelan bastante por encima, son idénticos en diseño y tamaño.
Los transeúntes, aunque pocos tampoco resultan especialmente variados.
Perfecta monotonía describe esta ciudad.
Y tal cual, el grupo resultó disruptivo, ganándose las miradas de desapruebo de aquellos quienes pasaban a su lado.
Reprimiendo su furia, dirigió a su grupo hasta un centro comercial.
El viaje resultó menos que aburrido, a pesar de haber gente a sus alrededores no era distinto de si no la hubiera.
Antes de entrar dijo "Apenas ocurra la invasión activen la señal".
Todos asintieron en silencio.
"Bien, aprovechen este descanso. No todo el tiempo podrán comprar lo que les venga en gana".
Jack se dirigió a un departamento específico, teniendo en mente que simplemente no podría esperar que todo funcione de mil maravillas.
｢Me resulta sorprendente el que alguien con información privilegiada sea capaz de creer que armas anti humanas pueden detener un brote de características desconocidas｣.
Suspiró ante la inevitabilidad de la destrucción, las insustanciales acciones de un mediocre diligente le harían responsable.
Lo más importante en su mente era mejorarse a sí mismo.
｢¿Dónde debería empezar?｣.
Un pensamiento inevitable.
La realidad se volcó rápidamente sobre él, una tienda de cómputo se le expuso al frente.
Entró en profundo silencio, ni una sola alma fue visible.
Lentamente se dirigió a las cajas de tarjetas que se venden por montones.
"Karate 4" "Artes marciales mixtas 2" "Armas pesadas 7" "Manejo de armas blancas 1". Fueron algunas de las inscripciones mostradas.
Jack tomó algunas tarjetas de acrobacias y parkour, añadió todas las tarjetas de armas blancas que había, finalmente una más de carnicería.
Tras colocarlas en su cesta, se dirigió a las memorias no desechables.
Tomó la memoria con la inscripción 800 yottabytes.
Suspiró por un segundo al ver la memoria temporal.
Aunque significaría un cuello de botella, tomó la memoria de 200 zettabytes.
Finalmente llegó al pasillo de procesadores.
De todo a la vista, solo uno llamó su atención.
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Lo observó unos segundos antes de colocarlo en la canasta.
Finalmente se dirigió al área de cobro.
｢... Esto se siente demasiado sospechoso｣.
Nadie más se encontraba en el lugar, ni una sola alma se encontraba buscando artículos de interés.
La fila para el pago es inexistente.
Con un suspiro Jack colocó la canasta sobre la mesa, justo en el cuadro verde.
Una fina línea holográfica atravesó la canasta, apenas llegó al borde de la canasta desapareció.
Una nueva línea apareció en la frente de Jack y recorrió todo su rostro.
Tras eso apareció un cuadro holográfico frente a él.
Ingrese numero personal.
Jack recorrió sus dedos marcando rápidamente los números.
Cuando finalizó, tomó las cosas y abandonó el local.
"..." Tal silencio resultó aterrador. No fue hasta que se alejó del grupo que se dio cuenta.
La inquietante falta de gente rondando por las calles.
En una ciudad tan grande, con refugiados a raudales...
Se sentó en uno de los tantos bancos... En silencio observó un árbol de entre los demás.
Perfecto desde las raíces hasta las hojas. Cada ramificación posee un lado opuesto con el cual es simétrico, las separaciones son exactas.
El tronco no fue distinto. Siguió un patrón simétrico y no hubo imperfecciones en su formación.
Ningún animal crea ni mancha agujeros en la madera, más bien ningún animal ronda por los alrededores.
Jack sacudió su cabeza desesperanzado.
Justo después decidió implantar las piezas que compró.
Primero procedió a apagar el implante neural, una vez la conexión con el cerebro fue finalizada, presionó contra su nuca.
De su frente salió una pequeña bandeja de 5 milímetros de altura, 1 centímetro de largo y 50 milímetros de ancho.
Tres ranuras se encontraron en esta. Todas ocupadas con sus piezas correspondientes.
El mundo pareció cerrarse, sus sentidos perdieron su amplificación y ya no fue capaz de sentir nada fuera de su radio natural.
Jack sopló la bandeja y las piezas salieron volando.
Un droide salió de debajo del suelo y limpió las piezas desperdiciadas.
Simplemente rió irónicamente y procedió a colocar el procesador en la última ranura.
La memoria iría en la primera ranura y la memoria temporal en la del medio.
El tamaño es tan pequeño que las piezas difícilmente tienen diseños distintos.
Con suma paciencia regresó la bandeja hasta su frente, donde presionó suavemente para que entrara.
Una vez entró, suspiró aliviado— Buscar piezas tan pequeñas sería un problema.
Activó los implantes, el encendido fue instantáneo.
La sensibilidad de sus sentidos incrementó, ahora incluso podía escuchar los pasos a cuadras de distancia.
Tomó la tarjeta de carnicería y la acercó a su frente. Toda la información fue rápidamente vertida en su mente.
Sonrió débilmente antes de descartar la tarjeta "Jamás creí que tendría que recurrir a las habilidades instantáneas".
Con un rápido movimiento de su mano cortó el aire frente a él. El sonido resultante fue ensordecedor, un corto y disruptivo punto para el silencio que inmediatamente retomó el lugar.
｢Incluso tengo miedo de lo preciso que soy ahora｣.
✠ — ✠
Zeke se encontraba vagando por los distintos departamentos, nada le llama realmente la atención.
"No existe peor recurso que el que no se aprovecha" Suspiró por un momento antes de darse la vuelta para retornar sobre sus pasos.
｢¿En qué estaba pensando? ¿Recorrer un lugar tan insulso? Nada aquí me tiene utilidad｣.
Alzó sus hombros y soltó una sonrisa irónica.
Casi inmediatamente después se tapó los oídos y escupió en un intento de retener el reflejo de estómago.
Tragó para estabilizar sus ganas de vomitar apoyó su cuerpo contra la pared.
"¡Hijo de puta!" gritó mientras jadeaba "Yo no puedo controlar la sensibilidad de mis oídos".
Tras estabilizarse suspiró, balanceó su cuerpo hacia el lado contrario de la pared y se irguió de la fuerza resultante.
Durante su jadeo notó algo que originalmente había ignorado.
Una tienda de antigüedades, su curiosidad le llevó a echarle un vistazo.
Tras revisar algunos de los artículos encontró un libro al que se sentía... Especialmente atraído.
✠ — ✠
Kelly por su lado recorrió todo el centro buscando tiendas especializadas en armas.
Al principio se vio sorprendida por la variedad, sin embargo, rápidamente llegó a una conclusión.
"Aquí solo aprecian las armas a distancia" Dijo con un suspiro.
Su principal búsqueda fueron espadas como aquellas de las que hizo uso Jack. Por desgracia no encontró ninguna.
No desaprovechó la oportunidad y compró tres armas que le gustaron especialmente.
Una de ellas es de disrupción, la siguiente es un láser de bolsillo y finalmente una colección de cristales kvaar.
✠ — ✠
Ledia colocó unos pequeños auriculares en sus oídos, estos rápidamente se camuflaron, tomando la apariencia de su oído.
Colocó la música a un volumen bastante alto y comenzó a rondar a través de las tiendas.
Recolectó distintas necesidades, desde ropa hasta comida, una vez terminada la recolección, se dirigió a abastecer la nave.
El mundo tras de ella entró en un caos pero ella avanza lo suficientemente rápido para no saberlo.
Mientras las explosiones quedaban tras su rastro ella se movió junto a la melodía, ignorante de la destrucción tras su paso.
Una cabeza aterrizó a su lado, pero no tuvo forma de escucharlo.
✠ — ✠
Brendan tal vez fue quien más desperdició su tiempo.
Para cualquier ojo podría parecer que estaba perdido, no tenía rumbo ni propósito, simplemente buscaba.
Durante el trayecto ayudó a algunas personas, cuando se le preguntó "¿Busca algo en específico?".
Su única respuesta fue "No hay objeto o persona que busque, solo busco".
✠ — ✠
En algún punto la tranquilidad llegó a su fin.
Las lecturas de movimiento en el exterior del planeta comenzaron a subir hasta un caótico mar de olas, las alarmas se activaron inmediatamente.
Las fuerzas de defensa se desplegaron silenciosamente fuera del muro.
En solo un minuto toda la legión fue desplegada, 2,500,000 androides, 400,000 drones de ataque, 100,000 pelotones de infantería, 50,000 cañones de aceleración electromagnética, 3000 naves de combate que se elevaron por encima de la legión y 2000 torretas alrededor del muro.
El silencio fue asolador. Las legiones enemigas se aproximaron desde el exterior del planeta.
Las enormes masas cubrieron el cielo, incontables amenazas se extendieron sobre la vasta bóveda celeste.
Todo aquello a la vista fue llenado por números enemigos.
Incluso los absurdos números de la ciudad resultaron una mota de polvo en comparación.
Entre el tenso ambiente surgió el primer disparo, uno de los tantos cañones lanzó su munición.
Silbante una enorme caja de metal atravesó el aire, impactó contra un puñado de aquellas bestias.
De la caja de metal se desató una explosión que generó un agujero en el enjambre de enemigos.
Restos de aquellas bestias salpicaron el suelo, sin embargo, tan rápido como surgió, el agujero volvió a llenarse.
Los disparos en serie comenzaron, la tierra retumbó al estruendoso rugir de los cañones.
El silbido ensordecedor de los proyectiles fue solo opacado por las explosiones subsecuentes.
Las balas no tardaron en seguir el paso, restos o bestias. Cualquier cosa que cayera del ensangrentado cielo sería acribillado.
Las naves apoyaron las tropas por tierra con fuego aéreo y la ventaja parecía absoluta.
En este punto solo quedaron en la bóveda celeste las bestias aéreas. El enorme enjambre se trasladó a tierra.
A pesar de los enormes esfuerzos de la legión de Edén, los números enemigos parecían no disminuir.
Incluso con los incontables cuerpos sobre el suelo, la cantidad de atacantes no cedió.
Eventualmente se formó una brecha a tierra y las bestias pudieron romper la formación.
Atacando desde dentro rápidamente desmantelaron las fuerzas de tierra.
Por ordenes superiores, los cañones apuntaron a su propia gente. No distinguiendo de enemigos u amigos.
Las explosiones llegaron a un punto en que la tierra comenzó a temblar en gran magnitud, la estructura del muro comenzó a resquebrajarse.
El anteriormente ordenado campo de batalla se convirtió en una carnicería, en el aire se levantó una nube de polvo que cegó la vista.
Para el colmo de cualquier defensor, en el suelo se abrieron dos ojos.
El terreno comenzó a sacudirse de forma brutal, haciendo que cualquier cosa en pie colapsara.
Una tortuga colosal se levantó del suelo en que estuvo enterrada.
Por encima de ella, se manifiesta un halo divino, casi etéreo.
Su altura es mayor de 300 metros, cualquier cosa que estuviese encima de ella claramente cayó.
Una caída tan alta no dejaría sobrevivientes, independientemente de la bestia que fuera.
La tortuga emitió un estruendoso rugido, todos los seres vivos a un radio de 100 metros explotaron.
El muro terminó de quebrarse y el el interior de la ciudad fue descubierto.
Jack activó la señal desde el momento en que la tierra comenzó a retumbar.
Enorme fue su sorpresa al ver a la colosal tortuga frente a la enorme brecha en el muro.
La tortuga cargó contra la cúpula por encima del muro.
Los ojos de Jack casi se salen de sus órbitas. Inmediatamente activó sus modificaciones a máxima potencia.
Arrancó a toda velocidad hacia el centro de la ciudad. Era la primera vez que se forzó a ir tan rápido.
El tamaño de punta a punta de la ciudad es mayor a 50 kilómetros, desde su punto tendría que recorrer 10 kilómetros hasta el centro.
Tomó un bocado de aire antes de forzarse a ir aún más allá, sobrepasó la barrera del sonido cuando escuchó el primer golpe.
Dejó tras de sí una inmensa explosión, pero no era momento de pensar en ello.
Su corazón estaba en su límite, podía sentir cada latido como si fuera el último.
Su aceleración no hizo más que aumentar, hasta un punto en que su mismo cuerpo no sería capaz de aguantarlo.
Para el segundo golpe recorrió 5 kilómetros
Y para el tercero de ellos recorrió 9 kilómetros.
Las grietas en la cúpula comenzaron a expandirse por toda la estructura.
Jack desaceleró y activó el escudo de partículas a su alrededor.
A su velocidad fue imposible frenar antes de llegar al centro de gobierno, así que apenas hizo contacto con una de las paredes colocó su brazo izquierdo frente suyo.
La pared colapsó junto al escudo y se estrelló contra una segunda pared.
Su brazo izquierdo explotó en el impacto, sus costillas se fracturaron severamente.
Volvió a acelerar, esta vez fue por el control del escudo.
Fragmentos de la cúpula comenzaron a caer. Cuando accionó la palanca tres fragmentos cayeron encima de los edificios en la ciudad.
Pero el resto fue detenido por el escudo de la ciudad.
Jadeante se apoyó de su único brazo para leer con su nublada mente "Gracias por activar el escudo, ratas de la ogch".
Soltó una risa irónica "Lo sabía" y mientras su consciencia se desvanecía maldijo "!Hijo... De puta¡".