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Chapter 3 - Capitulo 3: Avances

Yo al igual que todos, no tenía un nombre.

Pero eso no me preocupo, jamás lo creí necesario y en realidad todos pensábamos así. El único al que llamábamos de manera especial fue al Dios Dragon por lo que nos pareció natural creer que solo él tendría uno.

Además muchos ni siquiera sabían que era un nombre por lo que pensar en tener uno era aun mas difícil.

Pero incluso así nunca fue difícil comunicarnos entre nosotros pues mas que el nombre, sentíamos que era mas lo que nos unía.

Por eso, cuando el Dios Dragon me dio un nombre y otorgo un titulo junto a un deber mas grande que el que pensé tener jamás, me dejo sin saber como reaccionar.

Estaba feliz pero al mismo tiempo me preguntaba si era correcto estar feliz o tal vez debería mostrar una reacción mas seria, tal como la expresión que solía tener el Dios Dragon.

Sin embargo, tan solo unas pocas palabras desvanecieron mi conflicto interno llenándome de una gran dicha.

"Espero mucho de ti"

Esas palabras resonaron en mi como un fuerte eco que bien pudo tocar suavemente mi alma y otorgarle la tranquilidad que necesitaba.

El Dios Dragon esperaba mucho de mi y yo quería corresponder esa expectativa. Sabía que tenía la determinación para hacerlo desde que lo conocí y ahora por fin había sido reconocido por él.

Por respeto y agradecimiento, quería responder de la misma manera y cumplir sus expectativas.

Pero ahora como Zsilard, el General Dragon Negro que servía bajo el mando del Dios Dragon.

***

PUNTO DE VISTA DE ZYRDIT

Las cosas habían cambiado mucho desde que Zsilard fue nombrado General y se le dejo a cargo de toda nuestra gente.

Pero tampoco podíamos decir que fueron malos cambios y al contrario se sintió refrescante y aunque no se los demás, yo me sentí mas cómodo pues ahora progresábamos sin la ayuda del Dios Dragon, cosa que a mi me tranquilizaba saber porque ahora dejamos de ser una carga y en cambió podíamos ser de utilidad siempre que fuera necesario.

Lo que lleno de tristeza nuestros corazones al conseguir esta independencia fue que el Dios Dragon desapareció inmediatamente después de dejar a cargo al General Zsilard.

Desapareció como apareció, así de bruscamente lo conocimos y lo despedimos.

Había pasado mucho tiempo desde que alguno de nosotros lo hubiera visto y aunque se rumoreaba que el General Zsilard sabía como contactarlo, nadie se lo pidió ni mucho menos echo en cara por no haberlo hecho ya.

Todos sabíamos que lo volveríamos a ver y que si se fue algún motivo tuvo y que cuando resuelva lo que tenga que hacer volveremos a saber de él.

En realidad nadie envidio ni se quejo en ningún momento de quedar a cargo de él, absolutamente todos lo conocíamos, él fue el primero en estar junto al Dios Dragon, así que no había nadie que no le hubiera conocido al mismo tiempo que al Dios Dragon.

Algunos pocos incluso decían haber sido salvados por él y no por el Dios Dragon en su primer encuentro.

Por eso para todos era natural que fuéramos liderados por alguien así.

Y con el tiempo mas que por eso, entendimos mejor porque el Dios Dragon lo eligió, no tomo mucho para que se ganara un respeto genuino forjado por él mismo y no solo el que el Dios Dragon inculco ante todos.

Y según sus palabras, antes de irse, el Dios Dragon le otorgo una gran cantidad de conocimiento con el único propósito de que nos lo transmitiera a nosotros de acuerdo a las especialidades de cada uno.

Por ejemplo, a los Soldados nos enseño diferentes técnicas y formas de pelear. Algunos aprendieron a pelear usando lo que el General Zsilard llamó "Espíritu de Combate" que era un método de pelear especializado en el cuerpo a cuerpo. Algunos otros aprendieron a pelear usando "Artes de Maná" que se especializaba en atacar a distancia y mostraba ser mas eficaz entre mejores capacidades cognitivas tuviera el Soldado.

Algunos otros crearon una variante propia que mezclaba ambos métodos en uno solo que fue halagado y reconocido por el General Zsilard como un estilo muy versátil a pesar de su enorme complejidad y dijo que en realidad sabía que ese estilo se desarrollaría.

Y a los que no eran Soldados se les enseño a tejer ropas, forjar armas, crear viviendas, explorar y recolectar, entre otras variadas actividades.

Sin embargo los roles no fueron distribuidos simplemente así.

El General Zsilard decidió estos roles basado en las personalidades de cada uno y jamás forzó a nadie a hacer algo que no le gustara, en cambio les ofreció alternativas.

También toda la tribu había sido nombrada por él con el pasar de los años y ahora cada vez que nacía algún niño era llevado frente al General Zsilard para que le fuera entregado un nombre.

"Zyrdit, ¿Cómo has estado?"

Al reconocer la voz que venía desde mi espalda, me giro realizando una reverencia, retraigo mis alas y cruzo ambos brazos en mi pecho formando una "X" con estos. Este era el saludo máximo que le podíamos ofrecer a alguien de nuestra especie y era algo que todos realizábamos al ver al General Zsilard como muestra de respeto y en su momento lo haríamos ante el Dios Dragon de igual manera.

"General Zsilard, me honra con su presencia. Me alegra verlo igual de bien que siempre"

"Si, gracias. Levántate"

Al recuperar mi postura, vi su imponente figura parada frente a mi.

Su corto cabello negro que parecía tragarse la luz a su alrededor se miraba tan majestuoso que no pude evitar maravillarme cada vez que lo miraba.

Sus profundos ojos dorados que me miraban siempre con gentileza y aprecio, me causaban cierto nerviosismo justo como... como el Dios Dragon lo hacía. Después de todo era natural, él fue el elegido por el Dios Dragon y era natural que tuviera una presencia similar que incluso con todo el respeto y halagos que recibía a diario jamás se había corrompido ni en lo mas mínimo con arrogancia o malicia para usar su autoridad de manera indebida.

"Realmente me alegra con su presencia pero e de admitir que tengo curiosidad por su repentina visita"

Siempre procurando dirigirme a él con el mayor respeto posible a pesar de mi obvio nerviosismo por su presencia. Y realmente era extraño que el General Zsilard haya decidido venir a verme ahora, mientras aun estaba en mi posición de vigilante para cualquier ataque de algún monstruo.

Pues mis encuentros con el General Zsilard siempre eran cuando daba algún reporte o en algunas cenas que se solían organizar con todos los habitantes de la tribu. Por eso era raro que viniera él a mi de esta forma.

"¿Qué tal va tu entrenamiento?"

Con que se trataba de eso. Mi expectativa por alguna noticia de suma importancia fue una simple exageración al parecer.

"Aunque mi progreso se ralentizo un poco, sigo mejorando"

Mi entrenamiento trataba sobre mejorar el uso conjunto del Espíritu de Combate y las Artes de Maná para poder crear una guía mas precisa sobre como enseñarlo a los demás en un futuro.

Usar estos 2 en conjunto era extremadamente difícil por que por naturaleza una interfiere con la otra por lo que el equilibrio era un conjunto de activar y desactivar cada una de estas técnicas. Por ejemplo para usar Espíritu tenías que desactivar cualquier Arte de Maná que pudieras estar usando antes de su activación, esto se debía a que el Arte se volvía complicado de mantener y terminaba por dañar a cualquiera que lo estuviera intentando usar pero el General Zsilard siempre decía que era posible aspirar a alcanzar la armonía de estas técnicas y que según el Dios Dragon ese era el ideal mínimo al que debía aspirar cualquier Soldado Dragon.

"Ya veo"

Una sonrisa juguetona que no tenía intención de ser ocultada se formo en la expresión del General Zsilard. Decir que no me provoco un leve escalofrío sería mentira.

"Sabes, encontré el nido de un Dragon Anciano, ¿me acompañarías a darle un paseo?"