Chereads / 20/04/99 / Chapter 3 - [Capítulo 2] - Un arma cargada y lista para disparar

Chapter 3 - [Capítulo 2] - Un arma cargada y lista para disparar

—Los padres de esos dos chicos que golpeaste vinieron a verme personalmente y me exigieron que te expulsara de la escuela.

Sabía perfectamente que esto podría llegar a ocurrir. Pero igual lo hice. Soy alguien a quien le gusta tomar riesgos.

Además de que esos dos idiotas ya me tenían harto. Solamente les devolví lo que ellos empezaron.

—¿Y lo hará? —Respondí.

—¿Tú que crees?

—Bueno... da igual.

—¿Qué? —El director Lee me miró desconcertado.

—Usted es el director. Es quien toma las decisiones aquí, y si lo mejor que puede hacer es echarme de este lugar para que sea un poco más "decente", está en todo su derecho. No me importa ni un poco, lo único que tengo que hacer es buscar otra escuela donde estudiar y seguir con mi vida, ¿no es así?

—...

No sé que es lo que le sorprende tanto, él conoce perfectamente mi personalidad. He estado más tiempo sentado en está silla que en la de mi lugar en clase.

—¿En serio no te importa ni un poco?

—¿De que otra forma debo decirlo para que le quede claro? Solo hágalo.

—Bueno, es cierto que me esperaba una respuesta así tratándose de ti, pero, creí que «ella» te lograría cambiar aunque sea un poco. Al menos eso fue lo que habló conmigo. Prometió que cambiarías.

—¿Ella? ... Oh.

—Sí, estuvo aquí hace unas semanas. Esa chica en verdad se preocupa por ti a pesar de todo en lo que te has involucrado. Eres muy importante para ella. Creí que intentarías hacer las cosas bien a partir de esa plática que tuve con Penny.

Penny. La única persona en este mundo que a pesar de todo lo que hay detrás de mí jamás me ha juzgado o abandonado. Nos conocemos desde que éramos niños y siempre hemos estado juntos. Mejor dicho, siempre me ha seguido a todas partes.

Al igual que a mí, también se le dificulta socializar y agradarle a los demás. Y las cosas se pusieron aún peores para ella cuando los demás se enteraron que ella y yo...

—Si no me equivoco, ella y tú son novios, ¿cierto?

Es correcto, Penny y yo mantenemos una relación desde hace un tiempo. No recuerdo exactamente cuánto tiempo llevamos juntos, pero seguramente ella lo sepa muy bien.

—Sí, ¿y?

—... No tienes remedio, chico. ¿De verdad no te importa dejarla aquí sola mientras tú te vas a estudiar a otra parte?

—No. —Respondí de inmediato. —Una vez que se entere, seguramente irá con su padre a llorar y decirle que la transfiera a la misma escuela que a mí.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? ¿qué tal si no es así?

—Usted no la conoce en absoluto, es por eso que pierde el tiempo haciendo esas estúpidas preguntas.

—¿Disculpa?

—La persona conocida como Penny Wilson no puede vivir sin mí. Pero yo sí puedo hacerlo sin ella. Esa es la diferencia entre ella y yo.

La oficina se sumergió en el silencio por unos cuantos segundos. El director Lee sólo me miraba. Seguramente pensando cosas como: «¿Es enserio lo que dice este loco?» «¿Cómo puede comportarse de esa manera con la persona que es tu actual pareja?» «Es un desalmado».

—Después de esto último me queda claro que no te arrepientes en lo más mínimo y que no te importa un carajo lo que pase. No perdamos más el tiempo.

Me puse de pie y camine hasta la puerta.

—Michael. —Cuando estaba girando la perilla para abrir la puerta, el director me llamó. —Mañana será tu último día aquí. Si puedes, disfrútalo de alguna manera.

Solté la perilla y voltee a ver a la cara al director Lee con una enorme sonrisa en mi rostro.

—Claro... lo disfrutaré como no tiene idea. —Acaricié la bolsa delantera de mi mochila frente al director y salí de su oficina.

Pasé a un lado de la señorita Watson y aprecié sus pechos, me dió igual que estuviera viéndome en ese momento. Ella se cubrió discretamente con un par de documentos que tenía sobre su escritorio. Simplemente sonreí y me dirigí al baño de hombres que se encuentra en el último piso del edificio. No suele haber gente ahí casi nunca, a menos de que alguien quiera fumarse un cigarrillo o llorar por haber reprobado en alguna asignatura.

—¡Haah! Estoy harto de esto. —Bajé la tapa del inodoro y me senté, luego, saqué mi teléfono del bolsillo y mandé un mensaje de texto.

Tomé mi mochila y la coloqué sobre mis piernas.

—Hace un momento le mostré al director como acaricié está parte de aquí. —Toqué la bolsa delantera de la mochila nuevamente. —Seguramente piense que lo hice solo porque estoy loco o algo así... ¡Jajajaja...! No tiene ni idea.

Deslice el cierre de la mochila y la abrí. Metí mi mano y saqué una pequeña sorpresa.

—Hola, vieja amiga.

Un revólver. Más precisamente, el que mi padre usaba cuando iba de casería a las montañas.

—Mañana por fin seremos libres. Será nuestro último día en esta escuela de mierda. Tu y yo nos divertiremos mucho, no puedo esperar... y estoy seguro que ellos tampoco. —Miré mi teléfono un momento. —Sólo quedan unos últimos detalles.

De repente alguien tocó la puerta del baño.

Guardé el arma en mi mochila y no hice ningún ruido. Simplemente esperé.

—...

Volvieron a tocar la puerta una vez más, pero yo permanecí en silencio.

Hasta que...

—¿Michael? ¿estás ahí? —Dijeron en voz baja.

Se trata de Penny.

Considerando que estamos en el último piso y ella tiene clase en el primero ahora mismo, llegó más rápido de lo que esperaba.

Me levanté del inodoro y fuí a abrirle la puerta.

Se veía algo agitada y un poco sudorosa. Bueno, es normal, se tienen que subir muchas escaleras para llegar hasta aquí.

—... Hola.

Llevó su mano a mi rostro y acarició mi mejilla.

Penny. El estereotipo de chica fea según la mayoría de estudiantes. Cabello negro que llega a los hombros, acné en su rostro, unos anteojos horribles, algo de sobrepeso encima y brackets para arreglar sus dientes.

Seguramente, cualquiera que vea a Penny, la encontraría como alguien fea, la típica chica con la que no quieres relacionarte por las cosas que dirán los demás. Y, de hecho, es así. Ella es alguien muy solitaria, su círculo social está conformado solo por una chica de su clase, el chófer del autobús escolar, la anciana de la biblioteca y yo.

Es patético. Aunque, no soy el más indicado para decir eso.

—¿Cómo... va tu día?

No dije nada, mi respuesta fue llevar mi mano directo a sus pechos.

—¡Mmfh..! He-Hey...

Llevé mi otra mano al mismo lugar. Con ambas manos llenas por sus enormes pechos, comencé a masajear en círculos.

—¡Ah..! Michael... espera...

No hice caso de sus palabras y seguí haciéndolo. Aumente la velocidad y Penny comenzó a gemir un poco más fuerte que antes.

—Aguarda... ¡Ahhh!

A pesar de que Penny es catalogada como alguien fea, no tiene para nada un mal cuerpo. Al tener un porcentaje de grasa mayor al de otras chicas, su pecho y trasero son más grandes. A ella no le gusta nada esto, así que trata de cubrirlo usando ropa una o dos tallas más grande. Lo cual a mi me viene perfecto, pues, hasta ahora, nadie más a parte de mí sabe del delicioso cuerpo de Penny.

Siempre a querido cambiar su aspecto físico, así que desde hace ya casi 2 meses asiste al mismo gimnasio que yo.

Y como resultado... está este grande y carnoso trasero.

—¡Aaaahhh! ¡Oye..!

Me emocioné y le di una nalgada muy fuerte. Espero que nadie lo haya escuchado.

—Guarda silencio.

La tomé de los brazos y la miré directo a los ojos.

—Lo siento... pero, ¿sólo me llamaste para hacer esto? dijiste que tenías algo que decirme...

—Sí, lo hice. Ven aquí.

La tomé con fuerza y la llevé dentro del baño donde estaba sentado hace un momento.

Cerré la puerta y me senté nuevamente en la tapa del inodoro.

—Arrodíllate. —Le dí una orden.

Penny me miró y obedeció sin decir nada.

—Bien, ahora... quítamelos.

Titubeó por unos segundos, pero al final lo hizo.

Mis pantalones estaban abajo.

Penny no dejaba de ver mi pene erecto que se escondía detrás de mi ropa interior.

—Veo que eres conciente de esto. —Toqué mi pene. —Porque tú fuiste quien lo provocó.

—Sí...

—Entonces, ¿qué esperas? sabes que cuando haces algo tienes que afrontar las consecuencias, ¿no?

—Sí...

Penny siempre ha sido alguien sumisa conmigo, da igual lo que le pida, al final siempre acabará cediendo.

Avergonzada, deslizó mi ropa interior por mis piernas hasta quitarla por completo y tomó mi vigorosa «herramienta», que había quedado al descubierto, entre sus manos.

Arriba y abajo, Penny hacía ese movimiento constantemente.

Pero eso no es suficiente.

—¿Por qué no dejas de jugar y comienzas de una vez?

—... Bien.

Tomó mi pene con firmeza y llevó la piel de mi prepucio hacia abajo, dejando mi glande a la vista.

—Ehm... Debo volver a clase en unos minutos...

—En ese caso, ¿por qué sigues hablando? hazlo de una buena vez si no quieres llegar tarde.

—Disculpa...

Moví mi pene frente a ella, indicándole que no perdiera más el tiempo.

Penny captó la señal, puesto que acercó mi miembro a su boca y comenzó a lamer la punta como si fuera un helado de vainilla.

Se sentía bien.

¡Pero aún no era suficiente!

—¡Mm..! ¡¿Qué..?¡

La tomé del cabello y empujé su cabeza hacia abajo, moví mis caderas y logré introducir mi pene un su boca por completo.

—¡Mmghh..!

Pude sentir como mi pene erecto golpeaba su garganta.

¡Esto se siente increíble!

Continuará...