—¡Vamos, Penny! ¡sigue así!
—¡Kjhh...!
Ahora mismo me encuentro con Penny dentro de los baños de hombres del último piso de la escuela.
Me está haciendo sexo oral. Un muy buen sexo oral.
La calidez de su boca, combinado con su saliva y la suavidad de su lengua, hacen que ahora mismo experimente un placer inimaginable.
Esto no se puede comparar con nada. Y tampoco puedo describirlo con exactitud. Es una sensación que debes experimentar tu mismo para saber de lo que hablo.
—¡Ah, mierda! te has vuelto muy buena en esto desde que lo hacemos cada fin de semana.
La sujeté aún más fuerte del cabello y la hice bajar. Un poco más y apuesto que mis bolas entraban en su boca.
La mantuve ahí por unos cinco segundos y luego la liberé de mi agarre.
—¡Haah! ¡haah!
Los ojos de Penny estaban llenos de lágrimas y su saliva caí descontroladamente de su boca. Mi «amigo» también estaba bañado en ella.
—Creí que esta vez podrías superar los cinco segundos. Tendremos que seguir practicando.
—Lo siento... demasiado... grande... —Decía, entre jadeos.
—Me halaga que digas eso, pero esto aún no acaba. Si quieres que terminemos esto rápido, tendrás que exitarme aún más.
Penny se veía exhausta. Pero eso a mí no me importa en lo más mínimo. Lo único que quiero hacer ahora es seguir recibiendo placer para después correrme sobre su rostro.
—¿Y bien? ¿qué harás para lograr hacer que esto se baje, eh?
Comencé a provocar a Penny, me quité un zapato y procedí a tocar su vagina con los dedos de mi pie derecho mientras la golpeaba en la cara con mi pene erecto.
—Vamos, sigo esperando.
Tal parece que Penny había comenzado a excitarse también, sino es que ya lo estaba desde antes.
Uno por uno, fue quitando los botones de su uniforme escolar, sus enormes atributos aún cubiertos por su sujetador parecían un par de hermosas colinas en una puesta de sol.
Llevó ambas manos detrás de su espalda y quitó la última cosa que protegía sus pechos. Su sujetador cayó en el piso del baño.
Los pezones de Penny están invertidos, eso era algo que los hacía aún más lindos e irresistibles. Un bello color marrón claro, incluso se podría llegar a percibir como beige. Y ni hablar del tamaño de sus senos, fácilmente diría que ella es una copa E, por lo menos.
Verla liberar a ese par siempre era algo emocionante de ver.
—Nunca me cansaré de apreciar esto.
Parecía que mi pene estaba a punto de estallar en cualquier momento. No podía esperar más.
—Hazlo de una vez.
Penny asintió. Luego, tomó mi pene y lo frotó contra sus pezones.
—¡Oh!
Definitivamente ya estaba exitada. Después de frotarlos por unos segundos, los pezones de Penny comenzaron a salir de su escondite.
Poco después, se acercó un poco más a mí y colocó sus pechos alrededor de mi pene, escupió un poco para hacerlo más resbaladizo y comenzó a hacerme una «rusa».
Mi líquido preseminal comenzaba a salir, y Penny se encargaba de limpiarlo con su lengua de manera obediente como una sucia perra.
Sentía que estaba en la gloria.
—¡Ahhh! ¡que bien se siente esto, maldita sea!
Penny aumentó la velocidad con la que movía sus pechos.
—¡Haaa! ¡Penny!
No pude aguantar más.
—¡Ahh...!
Mi intención era venirme en su rostro, pero ella se adelantó y lo tomó todo dentro de su boca.
Bebió hasta la última gota, y al final volvió a chuparlo para dejarlo limpio.
—Eso estuvo genial. Lo hiciste muy bien. —Acaricié su cabeza.
Penny se veía avergonzada, como cualquier chica tímida después de tener un tiempo de pasión con su pareja.
—Aunque... —Llevé mis manos a sus senos y jugué con sus pezones.
—¡Mmhh! —Gimió.
—A decir verdad, aún sigo muy caliente. Estoy seguro de que puedo correrme unas 3 veces más.
—Ah... pero debo volver a clase.
—Lo sé, lo sé. No te pediré que lo hagamos de nuevo, a cambio, reunámonos en mi casa esta noche. —Me puse de pie y me vesti nuevamente.
—Uh... entendido. —Con los pechos aún al aire, Penny asintió.
—Esta vez seré yo quien te de placer a ti. Estaré esperando ansiosamente. Te veo luego.
—... ¡Michael, espera!
Me detuve.
—Al final... ¿era esto para lo único que me llamaste aquí?
Me mantuve en silencio un momento sin voltear a verla.
—No. Hay algo más.
—¿Qué es?
—Acabo de ser expulsado de esta escuela.
—Que fuiste... ¿eh?
Salí del baño, dejando a Penny de rodillas sobre el suelo.
Se que cuando nos reunamos de nuevo me va a «bombardear» de preguntas. Da igual, sólo actuaré como siempre y después tendremos sexo toda la noche.
No puedo esperar para azotar su enorme trasero.
Mandé un mensaje de texto y bajé al tercer piso. Este es el lugar perfecto para lo que quiero hacer. La escuela tiene un total de cinco pisos, de entre esos cinco, el tercero es el que tiene menos vigilancia, sólo hay una cámara de seguridad funcionando, por lo tanto, nadie puede ver mis movimientos.
El armario donde se guardan los objetos de limpieza es muy espacioso, además de que no es muy concurrido ya que se encuentra en el tope del pasillo. Es un lugar perfecto para tener una reunión. No hace mucho, incluso tuve relaciones con Penny aquí. No bromeó cuando digo que es un sitio muy tranquilo y discreto.
—¿Hm? —Mi teléfono vibró un par de veces. —Parece que ya están ahí.
Bien.
Caminé hasta el armario de limpieza y toqué seis veces la puerta. Esto como modo de señal.
Luego de unos pocos segundos la puerta se abrió.
—Espero no haber llegado muy tarde.
Cuatro pares de ojos se centraron en mí.
—Escuchen con atención. El día de mañana... todo acabará. Nosotros lo acabaremos. Ben, Joseph, Collin, Alice... cuento con ustedes.
Continuará...