En la oscuridad del mar profundo, pero muy muy en el en fondo de la inmensa oscuridad del agua gelida se encontraban todos los dioses en una disputa de mucho interés, las divinidades marinas Ceto y Forcis habían concebido en su camada actual de inmortales a un peculiar y no tan inmortal personaje, la cual al no nacer con la divinidad de la eternidad como don era totalmente un punto débil para los dioses de lo profundo y la oscuridad, ya que cualquier ser viviente en esas profundidades podía hacerse de ella sin ningún esfuerzo alguno.
Atenea y Apolo hermanos mas unidos que ningún otro dios, divinidades del Olimpo, discutían el destino de la criatura indefensa que ante los ojos de Apolo no parecía ser tan interesante como otro mortal común y corriente cuestionando a la diosa sobre para que le seria útil un ser tan débil aun mas débil que un humano la muerte era la mejor elección que podían hacer por ella; mientras Atenea con su sabiduría incuestionable recalcaba que así podía representar a los dioses con una forma mas humana y mas confiable que un dios mismo con forma he igualdad a la de ellos dándoles mas confianza y credibilidad a su bondad ya que continuamente muchos eran renuentes a recurrir a ellos en busca de ayuda, consuelo ó sabiduría. También Atenea era consciente que Zeus el padre del Olimpo estaría satisfecho con su decisión por ver a sus hijos cumplir sus expectativas y no se reservó la preferencia de su padre ganándole la palabra a su hermano.
Atenea — Forcis ... Ceto (hablo aquella mujer inmaculada con divinidad y pureza) viendo que su fruto es tan débil mortal y casi humano concédeme su crianza para que sirva a mi causa una de las hijas de los grandes dioses del mar, bajo la tutela de la diosa Atenea como sacerdotisa de uno de mis templos exactamente del que es mi morada, ella sabrá quienes son sus padres pues nunca se lo ocultare no es esa mi intención seré justa y recta ante la verdad no ocultare quiénes son y podrán verla cuando lo deseen (Apolo miro a su hermana con aquella mirada impactante que tenia; era como ver bailar el cosmos en los hermosos orbes que llevaba por ojos impactante y llamativo que amedrentaban el alma de cualquiera que los veían a excepción de su hermana que llegaba al punto de ignorarlo pero esa mirada no la detuvo y continuo pues estaba decidida a convencerlos) pareciendo mas humana que otros semidioses no habrá ningún problema por acogerla bajo mi manto, una mujer nacida de dioses y pura seria algo grande para todos aquellos que la lleguen a conocer y sepan su origen, será admirada y protegida al mismo tiempo que bendecida (Ceto dudo sin embargo contesto)
Ceto — Complaceré tu petición (Ceto conocía muy bien su mundo y sabia que no habían mejores manos y lugar en este mundo que no fuera al lado de la diosa que prácticamente estaba implorando por tenerla a su lado y era consciente que su hija no estaba a nivel de otros para defenderse, ella necesitaba protección una que el no podía otorgarle por que su naturaleza lo llamaba a eliminar a su débil cria para evitarle el sufrimiento, ¡si! el dios se encontraba en conflicto puesto que también sus otras crias tenían aquella necesidad de eliminar al mas débil. Pero había algo mas que al dios le incomodaba y era un defecto desde su punto de vista pues la criatura había nacido con el pecado de "la belleza" en su mas pura expresión, él miro a Forcis en su mirada encontró la molestia de la diosa hacia su propia hija, le molestaba tanto que ella no quería ser relacionada con la criatura humana débil y fea como ella la había llamado, quizás había un mejor futuro para ella en los brazos de Atenea. Este ultimo pensamiento había sido transmitido a Forcis quien lo veía con una sonrisa de lado a lado pero una mirada que decía todo lo contrario entonces entendió tenia que poner a salvo a su retoño, ya estaba decidido así que vio a la diosa y respondió) Pero mira bien Atenea tu eres la diosa de la sabiduría y ella por muy diferente que se vea es una Gorgona y de sus hermanas no la podrás separar puede que ella sea mortal y de figura humana pero no dejara de ser hija del mar.
Apolo — Inmorales (blasfemo casi para el mismo pero Atenea lo escucho dandole la mirada del saber) lo siento (fue su única respuesta alzándose de hombros restándole importancia)
Atenea tomo a a pequeña en brazos y los vio a todos — se llamara Adara — dijo con una voz tierna y maternal que le erizo la piel de plata a Apolo y con la pequeña entre sus brazos salió del templo del mar, el cual era los aposentos para los engendradores de Adara, estaba maravillada con la apariencia de la chiquilla era sub-real lo hermosa que era que asta parecía un juguete, la piel de porcelana y los rasgos finos era casi como las mujeres mas hermosas humanas de su templo que le servían en agradecimiento por haberles sado acojo en el momento mas oportuno cuando la misma humanidad a la que pertenecían les había dado la espalda y las habían abandonado a su suerte.
Atenea entro a su templo en forma humana Naluema una de sus doncellas acudió a ella al verla cargando el pequeño bulto en brazos, asustada creyó que Apolo había vuelto a pecar pero la mirada de su diosa le dijo todo lo contrario y le contesto la pregunta sin formular la vio ir al plato de las aguas benditas y sumergir a la pequeña dandole la esencia humana y ocultando la propia, Naluema emocionada vio a Atenea arrullar a la bebe "oh dioses" exclamo en su mente. Atenea se había enamorado de ese pequeño ser y lo guardaría del mal como propio.
Atenea — Naluema necesito que cuides de ella la quiero en mis aposentos nadie debe saber de ella. ¡Ah! (exclamo) y mi hermano tiene prohibido el ingreso a mis aposentos.
Naluema — si mi señora algo mas en lo que pueda servirle
Atenea — no solamente, cuida bien de ella volveré pronto necesito hacer algunas cosas.