Era de noche. Hermes se encontraba saliendo del restaurante de comida tradicional coreana en el que, horas antes, se había reunido con Asher. Levemente ebrio, este se disponía a volver a su casa cuando se percató de que una figura misteriosa, lo esperaba en aquel mismo callejón.
El callejón estaba tan oscuro como la noche anterior, cubriendo así el rostro de ambos hombres en el más puro anonimato.
- … -
- Vaya, vaya, no creí que fueses a llegar tan pronto… Me alegra saber que encontrar vivienda es cada vez más fácil en esta ciudad. Dicen que los precios aquí son caros… –
Comentó Hermes.
- Hahaha. En una situación como esta el tiempo apremia, y más cuando es de la muerte de quien intentamos huir. –
- Ehem. Sé que te habrá costado bastante llegar hasta aquí, pero lamento decirte que, hasta mañana por la mañana, no podrás empezar. –
<< Hip >>
- Venga, viejo, no seas así. Esta ciudad no va a esperar a que movamos ficha para avanzar. Una noche puede cambiarlo todo. Creía que tú eso ya lo tenías aprendido. –
- O-oye oye, no me digas esas cosas. Seré viejo, pero sigo siendo un dios, y sé perfectamente que en una noche todo puede cambiar, pero es que hoy no puede ser. Está claro, cada generación salís más malcriados… -
- Hermes… ¿Dónde está el chico el cristal y la enfermedad terminal? -
- El chico no está ahora mismo, ha salido a coger experiencia y rodaje por la ciudad, es importante que se familiarice con el entorno. Cuando regrese, si es que sobrevive a su primer encuentro con Seúl, necesitará descansar. –
- Hahaha, supongo que sí. –
- Hombre, te diré una cosa... –
<< Hip >>
- En esta casa no nos gusta perder el tiempo… -
- Si está cogiendo experiencia ahí fuera, no tengo nada que objetar al respecto… En fin, parece que no tengo opción. Tendré que volver a mi nuevo aparcamiento a descansar un poco yo también… -
- Se dice apartamento, cabeza hueca, y sí, esto es lo que te pasa por llegar demasiado pronto. Así no me da tiempo a organizar nada. –
- A todo esto, ¿por qué le incrustó aquel hombre un cristal puro de Maná en el pecho? –
- ¿Yo qué sé? Supongo que tu dios tendrá motivos para haber ordenado tal cosa. -
- Hmm. ¿Y si muere antes de tiempo luchando? –
- ¿Quién? ¿El chico? La suya es una muerte ya anunciada, si le pasa algo antes de tiempo, tendré que dar un par de explicaciones, pero en el fondo, no es más que un simple trozo de carne y hueso, es algo bastante probable. También es algo que él mismo sabe… –
- Que así sea pues. Hasta la muerte. –
- Eso, eso, vete ya de una vez, y descansa para mañana. Estas no son horas para para ponerse a hablar. –
<< Hip >>
Se dispuso a marcharse aquel otro hombre.
- No olvides que tienes un teléfono móvil para algo. Úsalo de vez en cuando. –
Insistió el dios a punto de entrar en casa.
- Ah, sí, claro. La cosa esa. Dame un poco de tiempo para acostumbrarme hombre. –
Contestó el otro hombre marchándose.
<< Hip >>
- La próxima vez que vengas a casa, llama al timbre o algo. No te quedes ahí fuera esperando, que casi me matas el susto que me has dado… -
Al ver que el otro hombre no contestaba, Hermes renegó para sí mismo, y entró en su casa.