—A un lado plebeyos! ¡No veis acaso al hombre que camina entre vosotros! ¡Arrodillarse ante un Neo-Ingeniero! —Exclamaba María en el pasillo de un aeropuerto mientras escoltaba a su amigo Niko con un colorido traje similar al de una maestra de ceremonia de circo.
—¡María basta, das vergüenza! —Protestaba Joe que caminaba detrás de ella con el mismo traje de la noche anterior— ¡Y podrías arruinar la reputación de Niko!
—Cierra el culo Joe, los Neos son seres superiores, deben infundir miedo ante la plebe —Contesto María posando en medio del camino con un dedo apuntando al cielo y la frente en alto.
—¡Los Neos deben infundir respeto! Y la humildad es importante para ello.
—Diría que un poco de ambos está bien —Acoto Niko que caminaba con Teresa, ahora con un vestido blanco, detrás del ruidoso dúo.
—¿O sea que si deberían temerte? Entiendo que quieras callar a María, pero no digas esas cosas en público la gente podría creerte —Dijo Joe con cara de preocupación.
—Eso Niko, no digas estupideces, el respeto es para los mortales, dile Teresa.
—Los Neos no son inmortales María, y no metas a Teresa en tus...
—Que la plebe se arrodille —Murmuro Teresa sin expresar emoción alguna en su rostro, tras lo que el grupo entero se detuvo en silencio, los tres con los ojos fijos en Teresa por unos pocos segundos, y luego María exclamo.
—¡Ya la oyeron mortales! ¡Arrodillarse! —Sonriendo y saltando por el largo pasillo.
—Gracias Teresa, ahora no hay forma de que se calle —Dijo Niko mientras suspiraba.
—Mi religión me obligaba a responder —Explico Teresa sin pensarlo.
—Teresa sabemos que eres atea —Dijo enojado Joe mientras miraba a María que continuaba gritando, corriendo y saltando en la cara de desconocidos.
El grupo continuo su camino en silencio, excepto por María que hubiera sido detenida por el equipo de seguridad del aeropuerto si no fuera porque estaba siendo acompañada por Niko, hasta que finalmente llegaron a la entrada de la sala de embarque, donde María al frente del grupo ahora con un par de gafas oscuras miro al guardia encargado de revisar a los pasajeros y le dijo.
—Hola grandote ¿Me dirías porque sala sale el próximo vuelo a Rusia? El jefe esta apurado y no tenemos pasaje.
El fornido hombre miro a Niko, específicamente a la tarjeta de identificación que este traía en su pecho, y respondió —Puerta 7, el vuelo sale en 10 minutos, si tus amigos no van a subir preferimos que no entren a la sala de embarque.
—¡Disculpe! —Exclamo sorprendida María.
—Gracias, entiendo, y por favor ignore la extravagancia de mi amiga —Respondió Niko.
—¿Qué te pasa Niko? Deja que me divierta.
—Buen viaje amigo, escríbenos cuando llegues, y si te enfermas me llamas primero, me ofendería que elijas a otro médico —Se despidió Joe.
—Aunque técnicamente no eres médico ¿Verdad? —Dijo riendo Niko —Adiós amigo, y no dejes que arresten a María.
—Ey! ¡No me ignoren! ¡Sigo aquí! —se quejaba María ajena a la conversación.
—Adiós Teresa.
—Siento energías malignas en tu vuelo, suerte su alteza.
—No sacrifiques a nadie mientras no este por favor —Respondió preocupado el Neo-Ingeniero.
—¡Quiero pasar a la sala de embarque! —Dejo en claro María.
—Gradúate primero plebeya —Respondió sonriendo Niko —Adiós María, intenta no hacer llorar a Joe del estrés —y mientras decía esto le dio la espalda al trio y se dirigió hacia la sala de embarque correspondiente a su vuelo.
—¡Cuídate, imbécil engreído! —Grito María a sus espaldas.
Sonriendo y con seguridad Nikolas cruzo caminando por la sala de embarque en dirección a la puerta 7. En el camino no tardo en notar las miradas a su alrededor, era de esperarse ahora que su cara estaba en todos los noticieros del mundo, paso con cada Neo anterior a él y probablemente ocurriría con los futuros, y sin María cerca para desviar la atención o espantar a la gente, iba a tener que acostumbrarse. Cuando llego a la puerta de embarque el piloto, copiloto y 2 azafatas esperaban su llegada, probablemente el guardia en la entrada les había informado de que el vendría. Al acercarse a ellos el piloto salto al frente para saludarlo energéticamente mientras que el copiloto detrás de él intentaba sigilosamente tomar una foto.
—Un placer conocerlo Señor Otto, antes que nada, quería decirle de parte de toda la tripulación que será un placer llevarlo a su destino, es un honor y... —Intento decir el piloto nervioso, pero fue interrumpido por Niko.
—Gracias, de verdad, pero si no le molesta preferiría partir cuanto antes ¿Avanzamos?
—Si, por su puesto —Contesto el piloto, quien comenzó a caminar por el puente al avión junto a su tripulación— En cuanto a su lugar en el avión, casi todos los asientos estaban tomados, pero puede viajar en la cabina si le parece bien.
—No es problema, pero dijo "casi todos" ¿Hay algún lugar libre?
—Bueno... Si, hay un lugar de primera clase libre, pero no creemos que viajaría cómodo allí.
—Es primera clase ¿Verdad? ¿Por qué no sería bueno?
—No es el asiento en sí, vera... La pasajera que viaja junto a ese asiento quizás no sea... De su agrado —A pesar de lo vaga de la explicación del piloto, Niko entendió de que se trataba, y su sonrisa se borro casi al instante, pero no respondió ni dijo una sola palabra más hasta llegar al avión. Una vez dentro del avión el piloto abrió la puerta de la cabina y giro para invitar a su pasajero estrella a pasar, pero al ver la cara de desprecio del Neo-Ingeniero entendió que lo correcto era guardar silencio, mientras que Niko por otro lado se dirigió sin guía al asiento libre en primera clase.
En el 2085 la totalidad de Rusia, Estados Unidos, China, Francia, Inglaterra, Alemania y Corea del Norte fueron reducidos a arena en minutos, este suceso era mundialmente conocido como "El evento". No fue mucho tiempo tras el evento que civiles y militares comenzaron a explorar los enormes desiertos y hallaron los libros de Neo-Ingenierías repartidos en estos territorios, especialmente en lugares donde previamente había grandes ciudades, como si cada habitante hubiera sido reemplazado por uno de estos libros. Cada libro contenía conocimientos científicos que superaban todos los estudios humanos y una pequeña píldora roja y blanca, la venenum-panacea, junto con una indicación: "qui praeest scientia prima tunc corpus reget" latín para "Quien domine el conocimiento primero, guiara luego al cuerpo", lo que en la actualidad es algo de conocimiento común, las venenum-panaceas no deben ser tomadas sin antes estudiar y aprender una Neo-Ingeniería, pero que en ese entonces no fue tan claro para muchos. Eldritch, es como se los llamo, personas que consumieron una píldora sin antes cumplir las condiciones, personas que uno podía encontrar en todo el mundo si las buscaba, pero que en general vivían escondidos y avergonzados de su apariencia, y dado que la sociedad humana jamás fue la mejor en ignorar las diferencias no tenían mucho a su favor. Por ello era extraño ver a un Eldritch en un lugar con tanta gente, más extraño ver a una viajando, pero allí estaba, sentada cómodamente en la primera clase de aquel avión, una mujer cuyo cuello acababa en un corte liso, sin sangre, sin piel, sino tapada con hueso, y sobre la cual no había cabeza, pero que aun así vivía. Su pecho se movía cual si aún respirara a pesar de la ausencia de fosas nasales, aunque al parecer no podía ver, pues a diferencia del resto de pasajeros no reacciono a la presencia de la celebridad que se sentaba a su lado.
—Si quiere cambiar lugar conmigo yo estaría...—Intento ofrecerle al Neo una mujer que creía ser amable, pero antes de que terminara de hablar Niko ya se había acomodado en su asiento junto a la Eldritch y había cerrado sus parpados como fingiendo haberse dormido, excepto que no fingía. De haber escuchado la oferta probablemente hubiera hecho un escándalo, pero por suerte para el resto de pasajeros realmente se había dormido plácidamente al instante de sentarse, en parte por el cansancio de la celebración de la noche anterior, en parte porque el asiento era verdaderamente cómodo, no solo era un acolchonado asiento de primera clase, sino que disfrutaba de la nostalgia provocada por la compañía de una bella Eldritch que le hacía recordar su vida antes de la Neo-Ingeniería, antes de la UIDSR, junto a su hermano Bautista, que hace tiempo era un Eldritch, y se sentía en casa.
La mujer sin cabeza giro su cuello, como intentando mirar al hombre que se sentaba junto a ella, porque aunque no tuviera ojos, si podía verlo, y podía oír los murmullos, aunque no tuviera oídos, y aunque podía pensar sin tener cerebro, no sabía cómo reaccionar. La gente suele decir que los Eldritch son extraños, no solo en apariencia, que son ingenuos o raros en su forma de expresarse, pero la verdadera ingenuidad es creer que tienen más opciones, aunque ella quería sonreír, llorar o incluso hablar con el Neo a su lado, no podía hacer nada de ello, pero podía tomar su mano totalmente consciente de que no era una forma normal de expresar admiración, pero sin poder pensar en otra opción.
El suave tacto en su mano despertó al Neo-Ingeniero, pero no de mal humor. Niko entendía la intención, y sin abrir sus ojos Niko tomo la mano de la Eldritch a su lado y sonrió, sabiendo que esta podía verlo y esta vez más lentamente se volvió a dormir.