"¿Qué haces?."
Le pregunto.
Se queda unos segundos mirándome con una expresión seria y mientras repite "Ssssssssss."
"Te recuerdo que ya no eres una princesa elfa o la general de tu antiguo reino. Ahora solo eres mi reina."
Así es, Frieren es una de las tantas hijas del emperador elfo.
"Solo veo tus hermosos ojos rosas." Me responde.
¡Vaya! Que encantadoras palabras me dice mi amada.
"Sabes perfectamente que con eso no me vas a convencer."
Me sigue mirando muy seria con su cara pegada a la mía.
Levanto mi cuello y dirijo mi boca hasta su larga oreja puntiaguda.
La meto dentro de mi boca y la lamo durante cinco segundos.
Luego, le digo sigilosamente "Compórtate, amor."
Cuando pongo mi cabeza sobre la almohada, ella estaba con el rostro muy rojo.
Era hermosa verla avergonzada.
"No hagas eso, sabes que es una zona bastante sensible para los elfos. Haces que me sienta caliente."
"Ya lo hicimos varias veces, no quiero volver a hacerlo hasta el medio..."
Cuando estaba a punto de terminar de decir eso último, las alarmas en toda la nave suenan.
La expresión de Frieren es totalmente desconcertada.
Yo me siento igual.
"¿Qué esta sucediendo para que suenen todas las alarmas del acorazado?."
XXX
Tras escuchar el ruido de la alarma que aún seguía sonando por todo el acorazado los dos se quedan mirándose.
Shire estaba debajo y Celes encima de él.
Ambos se sorprendieron de oír esas alarmas.
Los dos se quedaron mirando a los ojos hasta que reaccionaron.
Celes salto con su ágil cuerpo de elfa hacia atrás, en tanto daba una vuelta en el aire.
Shire se levantó rápido de su cama para ponerse su vestimenta militar.
La elfa no tardo mucho debido a que no usaba muchas topas.
En el caso de ella solo tenia ropas cortas y demostradoras.
Pero por encima llevaba la gran manta oscura que estaba impregnada de magia que le permitía resistir en el espacio.
No creía que era necesaria, pero siempre la llevaba puesta por si la ocasión lo ameritaba.
Su ropa no era difícil de poner, pero la de Shire si.
La elfa espero hasta que su novio se vistiera.
Ambos no se preocupaban por verse ya que se habían visto un sinfín de veces desnudos.
Después de haber finalizado con su vestimenta, cargo en la cintura su espada y junto a Celes se dirigieron al puente de mando.
Bueno, llegaron a un punto del recorrido en donde se saludaron y simplemente se separaron.
Celes fue a buscar a todos los demás elfos, los cuales no eran muchos, y Shire, se dirigió directamente al puente.
Durante su caminata apresurada en el camino se encontró con dos de sus sub almirantes.
Tanto Miguel como la hermana de Shire iban hacia el mismo lado, juntos caminaron al puente de mando en tanto la alerta seguía sonando.
"¿Alguno de ustedes dos sabe algo de lo ocurrido?."
Los dos se niegan y responden esto al mismo tiempo "Recién me despierto, así que no se nada."
Cuando los dos tórtolos se dieron cuenta de que habían dicho lo mismo, se avergonzaron y sonrojaron
Shire se sorprendió al escucharlos decir lo mismo. También le que causo sorpresa sus sonrojos.
Ambos suelen ser inexpresivos.
"Su relación esta tan clara como el agua."
"Los dos dijeron que recién se despertaban y además estaban juntos, pero esto no era suficiente para confirmar mis sospechas. Sin embargo, sus expresiones los delataron."
Shire mira de reojo a sus dos vicealmirantes con una sonrisita picara.
"jiiiijiji….parece que se estuvieron divirtiendo anoche, ¿verdad?."
Miguel se quedó callado mientras sus cachetes sonrojados lo delataban.
Izet también se quedó callada pensando por unos segundos.
Después de haberlo pensado dirige una mirada sería y furtiva contra mí…
"¿Acaso esta mal que como pareja nos diviértanos?."
Miguel explota al escuchar como su novia lo admitía.
Shire suspira ante las palabras de su hermana y le responde con una sonrisa tranquila "Para nada, me alegra que al fin estés con la persona que amas."
Eso nuevamente fue un golpe fuerte para Miguel que ya tenía dificultades para controlar su vergüenza.
No obstante, Izet, al oír las palabras de su hermano también se sonrojo.
"No te sorprendas, Izet. Yo también pasé la noche con Celes."
"Es normal que quieran estar juntos."
"Miguel, apoyo la relación entre mi hermana y tu."
"Espero en un futuro poder ver unos sobrinos."
Ríe mientras abraza a Miguel y le susurra al oído "¡Cuídala como si de tu vida se tratara!."
Eso dejo aterrado a Miguel que a duras penas respondió un pequeño "Si"
Para Miguel esta mañana había sido bastante difícil.
Luego de unos segundos de que pasará la vergüenza de los dos novios, Shire cambio su rostro a uno serio y pregunto…
"¿Qué creen que este sucediendo?."
Esas palabras fueron suficientes para cambiar el ambiente amistoso que había hace unos segundos.
[Izet] "Sinceramente no lo sé, pero ver tanto movimiento por estos pasillos demuestra que se trata de algo serio."
"Aunque debo de admitir que estoy ansiosa, después de todo que se hagan sonar las alarmas no significa que se trate de algo problemático."
Dijo con su típica voz calculada de secretaria.
[Miguel] "Estoy de acuerdo con Izet. Si se tratara de un ataque ya habríamos escuchado explosiones o el ruido de disparos, además, siento que hacer sonar las alarmas es demasiado para tener que dar un fuerte aviso."
De esta manera caminaron hacia el puente de mando.
Cuando tomaron el ascensor y llegaron al puente todas las personas se estaban moviendo de un lado a otro.
Se podía notar el ambiente acelerado y preocupado de la gente.
Estaban tan concentrado en su trabajo que no vieron el ingreso de su emperador y sub almirantes.
Los tres se sorprendieron de ver como trabajaban las más de cien personas que tenían en frente.
Miguel dio varios pasos hacia delante y amplifico su voz angelical para que todos oyeran sus palabras.
"¡Todos den la bienvenida al emperador de la humanidad!."
Esas fuero palabras suficientes como para hacer que todos dejaran de hacer lo que hacían para mirar a Shire y bajar la cabeza en tanto lo saludaban.
"¡Bienvenido, su majestad!."
"¡Bienvenidos, sub almirantes!."
Tras ese saludo Shire se adelanto a Miguel para hablarle a todos sus tripulantes.
"Me alegra verlos trabajar así."
"¡Necesito un informe completo sobre lo que esta sucediendo!."
Tras mencionar esas palabras, Miguel se alzó vuelo con sus alas angelicales y se dirigió sentarse a su lugar junto a los otros sub almirantes.
Diana no dejaba de gritar desde arriba a sus compañeros.
Seguido, tanto Shire como Izet desaparecieron a los ojos de los demás para segundos después estar sentado en sus lugares."
-CONTINUARA-