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Chapter 72 - Cosas que ya sabia - Parte 2

Después del almuerzo en la cafetería. Volví nuevamente al Club.

Como ya era previsto, el entrenamiento fue igual de duro hoy. No sé qué me hubiera pasado si no hubiese descansado y almorzado antes de entrar al gimnasio.

Pero no tengo que imaginarlo, ya que puedo verlo en mis compañeros. La condición en las que estaban era similar a la mía. Cuerpos tambaleantes, ojos con ojeras y caras pálidas.

He perdido ya la cuenta de las veces que he visto vomitar a alguien mientras corrían, era algo desagradable e incómodo de ver. Pero nadie tiene tiempo de preocuparse de esas cosas.

¡Solo 2 días más!

Esto acabará mañana. Eso era lo que quizás todos pensábamos. El cansancio y el hambre nos hacían ansiar el tan anhelado descanso.

Admito que yo también estaba siendo seducido con esa promesa. Yo también quería tomar un respiro y relajarme.

Me pregunto si eso es en verdad lo que quiero, o solo será el estrés del entrenamiento.

Con eso en mente. Por fin habíamos terminado la semana.

-Oof…

Una vez que termino el último día, todos habíamos caído rendidos al suelo tratando de no desfallecer. El entrenador sin duda nos destruyó en estos días, sin saber la razón de sus acciones, su actitud y carácter no cambiaron. Viéndonos desde arriba, comienza a decirnos algo.

-Desde este momento, el entrenamiento físico termino. Todos ustedes, no tendrán actividades la siguiente semana.

Con mentes vacías y sin ánimo, ninguno podía celebrar ante esa refrescante noticia. Pero estaba seguro de que todos estaban satisfechos.

Antes de que pudiéramos levantarnos e irnos. El entrenador interviene.

-Hay una última cosa que quisiera saber.

-¿…?

Note que todos nos habíamos detenido y miramos al entrenador. Su expresión era serena y tranquila.

-A todos ustedes. ¿Qué es lo quieren lograr aquí?

-¿Eh? ¿Qué queremos…?

-Sí. Se los pregunto a todos ustedes.

Era una pregunta sin ninguna intención de por medio. Podía darme cuenta de eso. Como si fuera… una simple conversación entre personas.

-Eso es claro… Para ser un mejor Ripper.

Uno de mis compañeros hablo con franqueza.

-¿Alguien más?

-Yo… Quiero ser un Ripper para salir al continente.

-Quería probar mis habilidades.

-¡Ser popular!

-¡Yo quiero ser más fuerte!

Cada uno comenzó a gritar sus intenciones y motivaciones. Cada uno eran iguales, otros diferentes… y yo…

-Ya veo… entonces, quiero que levanten la mano aquellos que tengan intenciones de entrar al torneo este año.

Cuando el entrenador dijo eso. Yo, al igual que todos, levantamos nuestras manos sin desperdiciar un segundo.

Él nos miró un largo rato sin decir nada, entrecerrando sus ojos para después suspirar.

Fue cuando nos dijo esas palabras.

-Entonces no pueden permitirse relajarse. El entrenamiento de esta semana, solo fue una pequeña muestra del tipo de entrenamiento que pasan los de años más avanzados. Si tuviera que compararlo. No es ni el 30%.

-… Solo… 30…

Las expresiones de todos fueron de sorpresa y llenas de agonía. Fue un gran shock.

Si tan solo esto era una muestra de lo que se someten todos los días los de 2º y 3º año.

Entonces estábamos muy atrasados.

-Ahora que saben esto, espero que sean consiente de lo que esperan enfrentar. No los juzgo ni les replico, es solamente que así son las cosas. Nada más aquellos que están dispuestos a darlo todo y más, serán capaces de alcanzarlos. Pero eso se los dejo a ustedes.

-...

-Eso es todo. Ya pueden irse.

El entrenador se alejó de nosotros una vez que termino de hablar. Todos mis compañeros parecían pensativos con sus cabezas abajo. Yo solo me levante y camine a los vestidores.

No tenía por qué pensarlo.

Y tampoco necesito que me digan cosas que ya sé muy bien.

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Una vez que termine de cambiarme. Salí de inmediato de la Academia.

Pero no regrese a casa. Fui directamente al lilium Vallis. Habiendo comprendido lo que debía hacer, no podía perder mi tiempo, incluso si estoy cansado. No puedo permitirme bajar la guardia.

-Buenas tardes.

-¿Oh? Ryuji, ¿Qué estás haciendo aquí? Hoy no es tu día de trabajo.

Cerca de la barra de bebidas, Sir me habla sorprendido. Es verdad que hoy no es mi día de ayudar, también les había mencionado que no podría venir en los últimos días por el entrenamiento físico del entrenador.

-Vine para usar el almacén si no te molesta. Ya terminé mis deberes y quiero practicar unas cosas cuanto antes.

-No tengo problemas, pero… ¿Te sientes bien? Te ves muy apagado.

-Solo necesito dormir un poco, no te preocupes. Gracias por dejarme usarlo… Ah, también pensaba quedarme aquí esta semana, ¿puedo?

-Sí, claro. Solo avisa en tu casa que estarás aquí.

-Lo haré. Muchas gracias.

Sir no dejaba de mirarme con complacencia. Mi apariencia puede ser algo preocupante ahora, pero ya pasará. Caminando hacia el teléfono para llamar a mi casa, me encuentro con Colette que estaba saliendo de un cuarto.

-¿Ryuji? ¿Qué haces aquí, olvidaste algo?

-Buenas tardes, Colette. Vine para practicar unas cosas y quedarme esta semana. Sir me dio permiso.

-Ummm… oye, tú…

-¿Eh…?

Colette coloca su mano en mi rostro y empieza a mirarme con detenimiento. Me quede despistado unos segundos viéndola.

-Te ves como la mierda. ¿Está todo bien, Ryuji? Si quieres puedo cocinarte algo si tienes hambre.

Aparentemente, Colette no podía soportar viéndome tan mal. Tome delicadamente su mano y la aparto de mi cara. Que me traten de esta forma me hace feliz y a la vez me hace cuestionarme mis acciones. No puedo permitirlo.

-Me encantaría comer, en serio. Pero después de hacer lo que vine hacer. Gracias de todas maneras.

-... Bueno, avísame si necesitas algo.

-Okay.

Sonrío de forma casual y me alejo de ella. Quise sonar lo más tranquilo y normal que pude.

Lo que estoy haciendo talvez no sea sano. Pero si pensara en cosas como esas solo harían esto más difícil de lo que ya es.

Una vez que llegue al teléfono llame a casa. A esta hora deberían de estar mis hermanas. Esperando unos momentos, una voz femenina y familiar se escuchó del otro lado.

-(¿Quién es?)

-Risa, soy tu hermano.

Una voz suave y calmada se escuchaba, esperaba que Rena fuera la que contestara. Pero en este caso no importa la verdad.

-(Ryuji… ¿Qué ocurre? ¿Dónde estás?)

-Estoy en el lilium Vallis. Llame para decir que me quedaré aquí esta noche. Pasaré mañana a buscar unos cambios de ropa. Así que no se preocupen.

-(¿Entonces no vendrás hoy y tampoco en varios días, es eso?)

-Eso es correcto, probablemente extrañaras a tu amado hermano mayor en estos días. Pero sé fuerte ¿sí?

-(Si empezaras a decir tonterías voy a colgar, estoy ocupada.)

-No necesariamente era una broma… bueno, solamente quería avisarles, por favor díselos a todos.

-(Lo haré, ¿es todo?)

-Sí, ¡Ten dulces sueños, Risa! ¡Te amo!

*¡Clang!*

-...

Colgó el teléfono de inmediato. Esa chica no cambia, pero así es ella, así que no puedo hacer nada.

Bueno, con eso ya resuelto será mejor que haga lo que vine hacer. Deje mis cosas en los pisos superiores y me cambie de ropa para después ir al almacén.

La primera vez que vine a este sitio fue hace unos años. Esa vez estaba completamente vacío, pero parece que en el tiempo que ya no lo usaba volvieron a meter cosas aquí.

Varias cajas llenas de comida y botellas apiladas en las paredes.

Siempre que uso este lugar, me aseguro de limpiar todo y guardarlo en un lugar en donde no pueda hacer un desorden por error.

Una vez lo hice y Colette me regaño severamente.

Cada vez que vengo aquí práctico y pulo las técnicas en solitario. Pero esta ocasión es diferente.

Sacando unas pelotas de goma, me preparo para practicar lo que ya llevaba un tiempo. Esa vez en el salón conseguí un indicio de avance. La última pieza del rompecabezas que hacía falta.

Pero aún no está completo. Aún no es un arma que pueda usar. Tengo que volverla una.

-¡Bien! ¡Hagamos esto!

En este poco tiempo que tengo. Evolucionaré a un nuevo nivel.