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Chapter 19 - 19

-No me importa, pero debes limpiarlo. -sin decir nada más, Joel cogió algo de comida y se llevó a Rebeca.

El banquete de celebración de cumpleaños de Camila estaba empezando oficialmente y Camila subió al escenario para decir unas pocas palabras. Rebeca se dio cuenta de que Joel estaba disperso así que comenzó a mirar a su alrededor, cuando me encontró, en su delicada cara se formó una sonrisa provocativa pero también contenía desprecio, le devolví la mirada, pero pronto me di cuenta de que la prenda que tenía en mis manos era más importante, así que mientras me rompía la cabeza tratando de averiguar qué hacer con él, Álvaro se acercó a mí con una pequeña caja de regalo en las manos.

Tenía una mirada fría y en tono seco dijo:

-Este es el regalo de cumpleaños de la señora Ortega. -dicho esto, me entrego la caja y frunció el ceño al ver el blazer en mis manos, así que pregunto: - ¿De quién es eso?

-De Joel, tuve un pequeño accidente y derrame algo de comida sobre él. -le expliqué mientras revisaba con determinación la pequeña caja que me había entregado.

Entonces Álvaro miro el blazer y con poca paciencia dijo:

- ¡Deberías tirarlo!

En ese momento, todos en el banquete empezaron a aplaudir porque Camila invito a Rebeca al escenario, entrecerré un poco los ojos para ver mejor y sonando algo sarcástica dije:

- ¿No se supone que mi querido señor Ayala está acompañando a la maravillosa Rebeca?

En su cara pude notar la amargura, pero ignoro mi comentario y dijo:

- ¿No deberías explicarme como se conocieron Jonathan y tú?

Si me hubiera preguntado media hora antes le habría explicado, pero justo en este instante, no tenía ganas de hacerlo. Camine hacia un bote de basura que estaba cerca y tire el blazer de Joel mientras contestaba.

-No hay nada que explicar, es justo como lo ve, señor Ayala.

Al mismo tiempo, en el escenario Camila y Rebeca desarrollaban una escena madre e hija y para demostrar el amor que le tenía, Camila anuncio que el 50% de sus propiedades las pondría a nombre de su hija. Además, también había decidido a que esta última integraría en la empresa familiar para aprender sobre administración e incluso se mudaría junto a ella, lo cual era de esperarse porque después de todo, Rebeca era su hija. Ahora con Zacarias en el escenario para mostrar su apoyo, todo parecía más claro… de alguna fórmalos astros se habían alineado para que Rebeca contara con todo tipo de apoyo de las figuras más destacadas de Ciudad D y Ciudad H.

Me gire y me di cuenta de que Álvaro estaba de muy mal humor, era una suerte que estuviéramos en una fiesta, porque si no, habría empezado una pelea, se contuvo todo lo que pudo y dijo con seriedad:

-Mas tarde serás mi pareja de baile.

Me burlé un poco y respondí:

- ¿No te da miedo que la señorita Villa…? Ah, no, me equivoque, ahora es la señorita Montenegro. ¿No debería usted, señor Ayala, ser la pareja de baile de la señorita Montenegro? Y no se preocupe, no me meteré.

- ¡Samara! -apretó los dientes al tiempo que me tomaba de la muñeca y su fuerza tan repentina me hizo sentir un poco de dolor, Álvaro se había estado conteniendo. -Deja de ser tan terca.

Lo mire con una expresión divertida, fije mi mirada completamente en él y asintiendo dije:

-Álvaro Ayala, en serio, eres todo un caso, ¿sabías? -mire a otro lado y me di cuenta de que Jonathan se estaba acercando, así que me solté de su agarre y camine hacia él.

Jonathan entrecerró los ojos y me examino con la mirada mientras me acercaba a él, con una sonrisa llena de satisfacción, dijo:

-Sami, esta es la primera vez que de manera voluntaria vienes a mí.

Ignoré la melancolía que había en su mirada y dije:

- ¿Cuándo puedo irme?

-Cuando quieras. -se encogió de hombros mientras levantaba una de sus cejas para preguntar: - ¿A dónde quieres ir?

Dado que fue el quien dijo que lo acompañara a la fiesta y no había dicho nada más, pensé que con el simple hecho de marcar la presencia había hecho suficiente y podría irme cuando quisiera. Con eso en mente, heche un pequeño vistazo a la caja de regalo que todavía tenía en la mano y mire en dirección a Camila, quien ya había terminado su discurso, entonces camine hacia ella y cuando me vio, me saludo.

-Señorita Arias. Le pido una gran disculpa en caso de que sienta algo de molestia por mi falta de bienvenida en la recepción, pero creo que subestime el número de invitados.

Le sonreí de manera débil, creo que su cortesía nos había alejado un poco más.

-Señora Ortega, es usted muy amable, aquí tiene el regalo de cumpleaños que prepare para usted, espero que disfrute mucho de su día y se mantenga joven por siempre.

Por ser la celebración de su cumpleaños se notaba muy animada, así que riendo cogió el regalo y respondió:

-Señorita Arias, usted también es muy amable. Con mucho gusto aceptare sus buenos deseos y bendiciones.

Zacarias, quien había invitado a Rebeca a hablar con el resto de los invitados, me vio hablando con Camila y después de decirle unas cuantas palabras al oído, empezó a caminar en nuestra dirección. En eso, Rebeca me miro con recelo desde lejos antes de alejarse. Él era alto e imponente, pero a pesar de su edad, su carácter noble y su aura inspiradora seguían presentes, me miro con unos ojos oscuros que reflejaban afecto y me pregunto:

- ¿Eres Samara?

Asentí con la cabeza y me limite a saludarlo como suelo hacerlo normalmente.

-Hola, señor Montenegro.

- ¡Ja, ja, ja! -dejo salir una carcajada al tiempo que le daba un codazo a Camila, quien estaba a su lado: -esta chica se parece mucho a ti, no solo en lo físico, sino también en el carácter y determinación.

Camila asintió mientras su mirada se suavizaba, después sonrió y dijo:

-Cuando la vi por primera vez pensé lo mismo, sino hubiera sido por los resultados de la prueba de paternidad yo también habría creído que es mi hija.

-Sami -dijo Zacarias mientas su mirada se posaba en mi otra vez: - ¿puedo llamarte así?

Asentí, pero en ese momento, algo en mi memoria se activó… tal vez fue algún recuerdo de hace mucho tiempo y todo lo que pude ver fue una especie de escena que paso a toda velocidad en mi mente, lo único que pude captar fue que su voz me resultaba bastante familiar.

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