¿Secretaria? Maximiliano frunció el entrecejo lanzándole una mirada simple Maximiliano camino hacia su escritorio pesando a que secretaria se refería. En vez de responder su pregunta Maximiliano dijo:
_ ¿Qué se supone que haces?_ el rostro de Tanying expreso, confusión. A que se refería él con eso ¿Qué hago aquí? O a lo de la secretaria se preguntó Tanying internamente. Mientras Tanying se debatía mentalmente que era lo que su diligente esposo le había querido decir. Maximiliano volvió a hablar:
_ Hoy decidiste calentar pollas a todos los hombres que te miraran _ Tanying se miró de arriba abajo ni siquiera le había prestado atención a su atuendo por la prisa que tenía por llegar a la compañía, solo se había puesto lo primero que había visto. Calentar pollas que diablos como se suponía que iba a ser tal cosa. Sin embargo, Tanying respondió desvergonzadamente:
_ ¿Y qué? Es mi problema si yo decido calentar pollas o ¿no?. Deja de meter tus narices en mis asuntos.
Mala idea, esa fue la gota que reboso la paciencia de Maximiliano Cash la ira era evidente en su rostro. Tanying siempre sentí la manera de provocarlo aunque él siempre intentaba de mantener la calma diciéndose a sí mismo que ella era joven y tenía que tenerle paciencia. Tanying se arrepiento de sus palabras cuando vio al hombre parase de su asiento
_Repite lo que dijiste_
La insistencia a desafiarlo con evidente advertencia en sus palabras Maximiliano. Su cercanía le permitió aspirar el suave aroma de Tanying mientras sus respiraciones chocaban entre sí. Pronto la taza de té que se encontró en las manos de Tanying comenzó a temblar al recodar la última vez que se había atrevido a desafiarlo, sabiendo a qué conllevaba eso Tanying uso su pensando tratando de ocultar su nerviosismo lo miro directamente a los ojos en vez de contestarle lo amenazó:
_ Maximiliano Cash, no te atrevas. Juro que si llegas a hacer algo imprudente aquí no volveré a dejar que duermas en mi habitación. Es más me iré al conjunto habitacional y no volveré jamás.
La expresión de Maximiliano cambio. Su pequeña traviesa esposa lo estaba amenazando a él Maximiliano Cash, estaba siendo amenazado ¿Cuánta era la astucia de su esposa?.
_ ¿Me estás amenazando querida?_ preguntó Maximiliano con evidente burla en sus palabras sin romper el contacto visual con su esposa.
_ No es una amenaza _ aseguró con firmeza Tanying. Aunque por dentro está muerta de miedo no estuvo dispuesta a mostrarlo. Con la mirada fija en los bellos ojos de su esposa Maximiliano vio que ella era capaz de eso y mucho.
_ Si te atreves a hacer algo así. Yo soy el que jura que iré dondequiera que te encuentre. Y te traeré de vuelta conmigo si me es posible te encerraré hasta que desista de escaparte de mi _ Juro Maximiliano, sus palabras fueron lentas y letales para Tanying de alguna manera el hombre siempre terminaba porque su advertencia se repitieran una y otra vez en su cerebro . Con sus miradas conectadas Tanying empuño sus puños nunca en sí vida se había sentido tan imponente como en estos momentos quería gritarle millas de insultos, pero todos quedaron atorados en su paladar.
_ Maximiliano Cash eres un...
Las palabras de Tanying se quedaron en su boca al ver la mirada amenazante del hombre, que era una advertencia, sin embargo, ella culminó sus palabras: Maldito sicópata de Miarda. Hijo de la chingada ma…— En eses instante las manos de Maximiliano bajaron cogiendo con ambas manos la pequeña falda de su esposa y la rompió en dos de un solo.
_¡AAHH! _ grito Tanying al sentir su cuerpo desnudo, la mirada de Maximiliano estaba concentrada en la suave piel blanca de Tanying. Nunca en su vida había ejercido tanto autocontrol sobre su cuerpo como lo estaba haciendo ahora. Al ver la mirada lujuriosa del hombre puesta en su cuerpo Tanying soltó la taza de té haciendo que esta cayellera al piso rompiéndose en miles de pedazos. Tanying trató de tapar con sus manos parte de su piel descubierta, sin embargo, su intento de cubrirse fue en vano. La mirada del hombre aún seguía aferrada a ella ni siquiera el bullicio de la taza rompiéndose hizo que él desviará su mirada.
_ Si vuelves a decir alguna otra grosería juro que no respondé _ Dijo Maximiliano su voz era ronca y sexi y esas palabras se sintieron tan pesadas como si él hubiera luchado por decirlas.
_ Tanying Domale Dapane, no más faldas o algún tipo de ropa que caliente las pollas de otros hombres e imaginen cosas incoherentes contigo. ¿Quedo claro?_ pregunto esto último volviendo a mirar el rostro enrojecido de su esposa. Tanying solo asiento como un robot con su cabeza. Sin embargo, internamente lo estaba insultando; Maldito degenerado… Eres un idiota que te aprovechas de personas débiles como yo. Arrogante manipulador de mierda … ¿no faldas calienta polla de otros hombres o imaginen cosas incoherentes conmigo? Porque dice idioteces acaso él … con es pensamiento Tanying miró los pantalones del hombre su mirada fue tan obvio que Maximiliano se dio cuenta. Sin embargo, ya era tarde para cubrir esa parte de su cuerpo Tanying se había quedado con la mirada fija en el bulto de la parte inferior del hombre que era excesivo obvia para pasar desapercibida. Debido a esto los ojos de Tanying se abrieron por la sorpresa jamás imagino ser la causante de una erección y mucho menos la de un hombre como Maximiliano Cash frío arrogante y aristotala.
_ Ve a la habitación le pediré a alguien que traiga algo para que te vista _ dijo Maximiliano manteniendo la calma. Pero no recibí ninguna respuesta de ella, hubo un momento de silencio que mostró segundos al ver que la mirada de su esposa seguía fija en su parte inferior Maximiliano grito:
_ Tanying Domale Dapane, oh vas a esa habitación o no respondé _ su grito hizo que Tanying volviera en sí. Fue entonces cuando Tanying recupero el sentido, sintio sus mejillas arder. Para escapar de la situación bochornosa en la que estaba saliendo corriendo hacia la habitación privada que estaba dentro de la oficina de Maximiliano. Una vez dentro de la habitación Tanying se apoyó en la puerta para recuperar el aliento, como era posible que ella hubiera venido a hablar de otro tema y hubieran terminado en una situación bochornosa, pensó Tanying sin dejar de sentirse avergonzada. Una hora más tarde, después de haberle pedido a su secretaria que le hizo llegar un vestido casual apenas su secretaria se lo entrego Maximiliano se había encargado de entregárselo a su esposa quien solo habría una rendija de la puerta arranchándole el vestido volvió a cerrarla rápidamente. Cuando Tanying salió completamente vestido, Maximiliano estaba trabajando en su escritorio. sin siquiera míralo a ver Tanying se dirijo a la salida dispuesta a marcharse, sin embargo, cuando estaba a punto de salir una voz la detuvo en seco.