Mi estadía acá no ha sido más que un fastidio, estaba incomoda en este lugar, con las constantes insinuaciones del señor que dice ser mi prometido y las miradas de Damien.
Quería volver a casa donde estaba mi zona de confort, a pesar de los constantes maltratos de mi padre pero a decir la verdad estaba mas cómoda allá, mi padre solía salir por todo el dia, asi que estaba sola la mayor parte del tiempo, y acá, no, el señor Borferd aunque pasa en su lugar de trabajo es como si no existiera a pesar de sus no agradables insinuaciones, también estaban Damián y Jane, que a pesar de que con esta ultima no había cruzado mas que unas miradas incomodas.
Damien es un caso a parte, sus miradas me ponían incomoda y para que mentir, me hacían sentir bastantes cosas de las que quiero admitir, su sola presencia me generaba un montón de dudas.
Aunque me parecía un poco irrealista de que no tengan dudas de lo que esta haciendo el señor Borferd, traer una extraña a su casa, pero sobre todo comprarla, no les parecía extraño, era aterrador como tenían eso asimilado.
Están todos locos en esta casa
—Te vas a volver loca, Alisha—Me reí de mi misma— Incluso ya hasta hablas contigo misma.
Hoy era mi primer día en una nueva universidad, y no era solo eso, también estaba el tema de que iría con Damien quien está estudiando Derecho, algo muy raro, pero posible.
Repase mi vestimenta, unos jeans simples con una blusa holgada y unas converse negras, sencillo pero lindo a mi parecer, tome mi mochila con los cuadernos de mi antigua universidad, espero que acá no vayan muy adelantados sino será un gran problema para ponerme al corriente con todo, pero sobre todo espero hacer amigos, acá nadie me conoce, acá nadie sabe quien soy.
—Señorita—Margaret entra luego de golpear la puerta—Baje que el desayuno ya esta listo y se le hará tarde para las clases.
Baje las interminables escaleras ¿Por qué eran tantos escalones? Acá podría adelgazar dos kilos en una semana, sentí el olor a café con leche y a panqueques, y ahí es cuando retiro lo dicho, Amalia, la cocinera, hacia unas delicias de comida, y siempre deja algo preparado para la tarde, y la verdad es que no me cansaría de comer las comidas de esta mujer.
Al llegar ya veo a Damian y Jane estaban desayunando por lo que supongo que el dueño de la casa ya se fue, por suerte y no lo vi, no es de mi agrado verlo.
Mi relación con Jane no es la mejor, no es agradable que tu padre de un día para otro decida casarse con alguien que podría ser tu hermana y mas aun cuando la muerte de su madre es reciente, pero, por lo que se, Josh le era infiel incluso en su propia casa mientras que ella estaba postrada en una cama con una enfermedad mortal, ahí me cuestionaba ¿Para que te casas con alguien que no te importa? ¿Para que casarse con alguien a quien no vas a cuidar cuando este mal? ¿Para que casarse cuando no hay amor? Son preguntas que me hago a diario y me doy cuenta de que los seres humanos somos horribles, hacemos todo por ambición, somos malos por naturaleza, y puedo asegurar que si nos extinguimos el mundo seria hermoso solo con los animales.
—Alisha—Me llama Damien—Ya es tarde, vayámonos—Se levanto de su silla, agarro su mochila y las llaves de lo que supongo que será su auto.
¿Estaba asustada? Pues claro que si, estaba yendo a una universidad totalmente nueva, y como quien dice estaba completamente sola ya que no quería estar con Damien todo el tiempo, la verdad es que el me confundía demasiado, era algo muy raro todo lo que estaba sintiendo en estos últimos días, un día me hablaba y se me hacia un remolino de emociones, ganas incontables de besarle y luego era indiferente cuando estaba su tío, y eso me provocaba ganas de golpearlo, era un desastre en la parte de los sentimientos. Todo era muy confuso, sumando el tema de que me mude y pronto me casare sin querer a la persona, tenia que hacer algo para detener todo este lio antes de que vaya mas lejos.
—Llegamos.
Mire a mi alrededor y era cierto, me había perdido tanto en mis pensamientos que no me había dado cuenta que el auto ya había parado su marcha, con un largo suspiro me bajo del auto captando las miradas de todos ¡Maldición! Ya empezamos mal, siendo el centro de atención, aunque esta mayormente era para mi acompañante.
Trague saliva antes que se me cayera baba de los nervios que tenia, quería salir corriendo, tenia mucho miedo, no quería recibir atención por venir con el personaje que tengo al otro lado del auto que me mira con absoluta diversión, por la mierda, debí de suponer que con esa cara y cuerpo debía de ser unos de los típicos populares y yo era tan tonta por no haberme dado cuenta antes de venir con el.
Todos me miraban de arriba hacia abajo, repasando todos mis defectos, repasando si estaba bien vestida si iba con buena ropa y en estos momentos odie haberme vestido así, tan sencilla, porque viendo a cada una de las estudiantes de que vestían bien, incluso hasta maquilladas venia, y mierda, eran muy hermosas.
—¡Daaaamien!—Se escucho una voz como un ángel, podría jurar que cantaría hermoso, vi a recién llamado suspirar con cansancio y luego sonreír—Por suerte llegas mi vida—Me repasa con la mirada—Aunque mal acompañado por lo que veo.
—Ella es Alisha, una prima—Bueno, al menos no dijo que era la prometida de su tío, y agradezco eso, seria muy vergonzoso—Prima, ella es Selene una gran amiga—Remarco el prima con un deje de burla.
—¡Oh! Es tu prima, que linda, un gusto—¿Cómo guardo estas ganas de golpearla por falsa? Sonreí.
—El gusto es mio—Sentía un tic en el ojo, seguir acá con ella me estaba causando estrés, era tan hermosa pero tan falsa, en ese momento suena el timbre. Salvada por la campana.
Por suerte ya tenia los papeles correspondientes de las clases que me tocaban y salones, mire el papel, genial Contabilidad financiera, no me gustaba pero por suerte era buena en la contabilidad.
Ingrese a la universidad, por dentro era antigua pero tenia ese toque moderno que me gustaba, totalmente diferente a mi antigua universidad, que era totalmente antigua. Por lo que vi, Damien pertenecer al grupo de los populares con Selene, y espero no tener que pertenecer a ninguno, no me gustaba que clasificaran a las personas en "Populares" y "No populares"
Buscaba el salón numero 236, y al parecer tenia suerte porque estaba al final del pasillo, suspire, llegaba tarde, la clase ya había comenzado hace 5 minutos, mientras buscaba el salón se me había pasado el tiempo. Me hice la fuerte, tenia que hacer las cosas bien, toque la puerta, se sintió un severo "pase", al abrir la puerta todos los ojos estaban en mi, mis manos se sentían frías y con sudor, repase a cada uno de los estudiantes, algunos me miraban como si fuera un bicho raro y otros con curiosidad por saber quien era.
—¿Usted es Alisha, no es así?—Pregunto la profesora, por lo cual asentí—Yo soy la profesora de Contabilidad financiera, me llamo Rossana Gyrtt, espero que estés a gusto en mi clase, puedes sentarte al lado del señor Nait—Señalo a un chico que parecía amable.
"Se dice que llego con Damien Becher"
"Esta buena"
"Es tan ridícula, se siente la mejor por llegar con Damien"
"¿Sera una mas de la lista?"
Todos y esos mas comentarios se escucharon por casi todas las clases, estaba deseando salir ya a parte de que tenia hambre. Ket quien era el chico con el cual estoy sentada era muy amable, había echo las clases un poco mas amenas para mi, cosa que agradezco.
—¿Vamos a comer algo?
—Si, por favor me muero de hambre, pero antes voy al baño, nos vemos en la cafetería, guardame comida—Le pedí casi rogándole, tenia hambre pero también ganas de ir al baño.
El pasillo era un completo caos, había visto los baños cerca de acá, aunque con esta cantidad de acompañantes era casi imposible llegar, algunos pedían permiso pero la mayoría pasaba empujándote y esa era la desesperación de ir a comer que teníamos todos.
Visualice el baño al otro lado del pasillo, al entrar a este fui directo a hacer mis necesidades y luego de esto a lavarme las manos, enjuague mi cara y al abrir los ojos veo a Damien dentro del baño con una sonrisa ladeada, dios, esa sonrisa me mataba, esa sonrisa solo era problemas para mi.
—¿Qué pasa, señorita? ¿Gusto en verme?—Me acorralo contra la pared, no podía hablar, me había tomado por sorpresa—¿Te comieron la lengua los ratones?
—No, para nada ¿Qué haces aquí?—Agradecí que mis voz sonara firme, porque por dentro me moría de los nervios, y el al parecer sabia el efecto que tenia sobre mi.
—Vi una pequeña muy escurridiza que venia al baño y pensé "¿Porque no saludarla?" y acá me tienes
—Dios, estas demente, primo —El sonrió con burla. Su mano viajo a unos de los mechones sueltos que habían de mi coleta desordenada, coloco este detrás de mi oreja, sus dedos recorrió mi oreja para luego seguir por mi cuello así hasta llegar a mi cintura apretándola fuertemente mientras me arrimaba hacia el, dejándome aturdida por su toque, se boca se acerco hasta mi cuello para luego susurrar
—Bienvenida a la universidad, rubia.