Al día siguiente, Mailo estaba frente la puerta de un lujoso pent-house, luego de engañar al guardia y una anciana para entrar al edificio, tocó insistentemente hasta que la puerta se abrió.
Luke White lo miró con irritación que rápidamente sustituyo por sorpresa.
—¿Qué haces aquí, Mailo?
Mailo entró sin invitación hasta la sala de estar, lo escuchó mascullar alguna cosa sobre arrepentirse por alguna vez invitarlo a una fiesta antes de cerrar la puerta de golpe.
Lo vio ajustar su bata morada y cruzarse de brazos.
—¿Qué es lo que pasa? Te ves horrible.
Mailo lo enfrentó.
—A mi nada, a ti Luke, ¿te ocurre algo? ¿Quizás te has vuelto más insensible e imbécil últimamente?
Luke enarco una de sus perfectas cejas.
—¿Perdón?
—No, a mi no es a quién debes pedir perdón, si no a Alec. Lo lastimaste.
—¿De qué carajos hablas?
—¿Por qué rechazas su marca? ¿Por qué rechazas ser su compañero? —cuestionó, dando un paso al frente.
Luke tan solo lo contempló con ligero asombro.
—Te contó, vaya… Tus esfuerzos están dando frutos.
Mailo gruñó, expresando su enojo.
—Claro que me hablo de eso… Somos, somos amigos.
El omega sonrió cruel.
—Que yo recuerde, él no te considera su amigo, tan solo un chico molesto que lo sigue a todas partes como su perrito faldero.
Apretó sus manos en puños y no dejó que sus palabras lo lastimaran, él estaba allí por Alec.
—No entiendo como puede quererte, a un tipo tan insensible y amargado que solo lo lastima.
Era verdad, la relación de Luke y Alec no era perfecta, como otras parejas discutían y tenían peleas, solo que mucho más intensas.
—Oh cállate, no seas hipócrita, tú no estás enojado por Alec, estas enojado porque quisieras estar en mi lugar, porque quisieras que Alec fuera tuyo.
Mailo apretó sus manos en puños, sin ser capaz de negarlo.
—Es patético y vergonzoso como te arrastras por él, Mailo. —Lo miró de pies a cabeza— Deberías tener un poco de dignidad y alejarte… por tu propio bien —susurró al final.
—No puedo, aunque quisiera no podría… —murmuró sin poder evitarlo, sacudió la cabeza—. Estoy aquí por Alec, porque él te ama y tu le hiciste daño.
Luke resoplo, esquivando su mirada.
—Alec no me ama, es demasiado cobarde para hacerlo. Alec no se atreve a amar a nadie, porque piensa no lo merece, ¿acaso no lo sabes?
—Él te ama, él es feliz contigo, el sonríe a tu lado… ¿Por qué no puedes quererlo de regreso? ¿Por qué no puedes aceptar su marca y convertirte en su compañero? —preguntó sin realmente comprenderlo. Su corazón dolió al recordar el estado en que había estado el alfa la noche anterior.
Luke lo miró con tristeza, con algo cercano a la simpatía. Para Mailo eso era peor que sentir su burla.
—Tu realmente lo quieres, Mailo… —suspiró, negando con la cabeza— Eres prácticamente un niño.
—Cumpliré dieciocho en unos días —se defendió.
—Él es ocho años mayor que tu, Mailo.
—Eso no importa, tu también eres más grande que él.
—Dos años —explicó como si tuviera frente a él a un niño de tres años. Luego suspiró como estuviera sumamente agotado—. No voy a ser su compañero.
Ignoró el salto de su corazón.
—¿Por qué?
—Yo no quiero ser la posesión de nadie, no quiero ser un estúpido omega sumiso a su alfa, no quiero ser controlado, ni usado como… como una perra, eso es ser un omega —escupió con ira—, no quiero estar unido de por vida a un alfa, ni siquiera a Alexander.
—Pero él te ama, él te necesita, él necesita amor, él…
—Quien necesita amor no es Alec, Mailo —declaró mirándolo fijamente—, eres tú. Necesitas amor propio.
Mailo lo ignoró.
—¿Por qué no puedes estar con él? ¿Hacerlo feliz?
Luke lo miró en silencio durante varios segundos.
—… Yo nunca he podido lidiar con el hecho de ser lo que soy —susurró, apartando la mirada—, cuando tuve la oportunidad de poder ser menos omega… la tome. Era tonto y joven. —Lo miró con suavidad— Como tú. No sabía lo que hacía… creí estar revelándome contra mi naturaleza, creí estar haciendo algo para estar más cerca de dejar de ser un omega, pero en realidad lo perdí todo, perdí la oportunidad de ser lo que más quería, pero en ese momento no lo sabía.
Mailo tan solo lo miró, sin comprender.
—¿Tu… ?
—Perdí la capacidad para tener un bebé, perdí la oportunidad de dar vida, pero gane la oportunidad de ser menos omega —declaró inexpresivo.
—Eso… —susurró confundido, incapaz de no compadecerse.
Luke puso los ojos en blanco.
—No sientas lastima por mi, aquí el único digno de lastima eres tú, niño.
—Si es por eso… a Alec no le importaría, estoy seguro… pueden ser padres de otra manera.
—Alec es estéril.
La conmoción ante tal descubrimiento sobre el hombre que amaba lo sacudió.
—¿Qué?
—¿No lo sabias? —preguntó, ladeando la cabeza — Con tu obsesión por él uno creería… Da igual, no es por eso, Mailo, ya te lo dije, no quiero ser posesión de nadie, no quiero ese tipo de unión con un alfa.
—Pero el te ama, Luke.
El omega bajó la mirada.
—No, y yo tampoco lo amo.
—¿Entonces porqué aceptaste su cortejo? —cuestionó con enojo— ¿Por qué engañarlo y jugar con él?
Se encogió de hombros y no lo miró a los ojos.
—Quien sabe… quizás algún día lo averigüé.
—Eres una perra —escupió sin poder controlarse.
Luke sonrió divertido.
—Irónico, ¿cierto? Cuándo tu deseas ser una.
Mailo apartó la mirada sintiéndose descubierto.
—Debes hablar con Alec, explicarle esto, pueden estar juntos sin necesidad de…
—Basta, esto no te incumbe —interrumpió—, terminaré lo mío con Alec definitivamente.
—¿Qué? ¡No! No puedes, ¡no debes!
Luke apretó el puente de su nariz antes de suspirar audiblemente otra vez.
—Porque quiero, no tienes porque entrometerte.
—No puedes hacerle eso, ¡Alexander te ama!
—¡Basta, Mailo! —gritó molesto— Ya basta, no te sigas haciendo eso, no sigas repitiéndolo, ¿acaso sabes la expresión qué pones cada vez que lo dices?
Los ojos se Mailo se llenaron de lágrimas, no podía entenderlo no podía dejar pensar en lo que eso le haría a Alec, el dolor que le traería.
—¿Cómo puedes no quererlo? —susurró confundido.
—¿Cómo puedes tú quererlo tanto...? —dijo incrédulo— Tú vez demasiado en él.
—No lo entiendes, nunca lo has hecho, no te has tomado el tiempo-
—Para —cortó Luke, cerró los ojos y llevo una mano a su sien— Chico, si no te alejas de él, tu amor, tu dolor… se convertirán en odio.
—No es verdad. —Mailo no podía imaginarse a si mismo odiando a Alec. Sintiendo hacia el alfa cualquier otra cosa que amor.
Luke lo miró con burla y luego negó con la cabeza.
—Es hora de que te vayas.
Avergonzado por su comportamiento y arrebato, Mailo caminó hacia la puerta, Luke lo siguió.
Dándole la espalda, se detuvo frente a la puerta. Respiró hondo dispuesto a perder parte de su dignidad, giró para mirarlo suplicante.
—No lo dejes… Luke…, no lo lastimes… Por favor.
Con pena, Luke lo miró a los ojos.
—Te haré un favor antes de irme, Mailo.
Sin entender, Mailo salió del departamento, dio media vuelta para mirar la puerta cerrada, cerró los ojos y rezó para que Luke cambiará de decisión y no dejará a Alec, rezó para que su amigo, el alfa que amaba, no sufriera al perder a la persona que él amaba.