Ya era tarde en la noche, y en la guarida solo estábamos yo y las chicas… o bueno, casi. Actualmente estaba fuera de la habitación donde se llevaba a cabo la reunión, esperando a que terminaran. No me dejaron entrar; esto era "cosa de chicas", o al menos eso me decían. La verdad era que las chicas habían decidido tomarse este asunto como algo propio. Querían resolverlo de la forma más independiente posible. Sí, aceptaban mi ayuda de vez en cuando, pero, si podían evitarlo, lo hacían.
Así que aquí estaba, recostado contra la pared, esperando a que terminaran. Algunos de mis espías internos me contarían después cómo iban las cosas. Mientras tanto, podría centrarme en planear mis próximas ganancias de monedas de cristal. Había usado las que tenía para aumentar el número de misiones mensuales a dos, y lo que veía era interesante. La misión "Salir de la Necrópolis" era solo una de las muchas posibles en ese lugar, una especie de ciudad de muertos vivientes. Tendría que ver cómo gestionarlo…
...
-Dentro de la habitación-
"¡Potter habla pársel! ¡Es el heredero de Slytherin!" exclamó Tracey.
"No lo es "negó Daphne. "No tiene sentido que sea él."
"Por eso mismo es él. Si todos creemos que no puede serlo, entonces puede hacer lo que quiera sin levantar sospechas" reafirmó Tracey, como si acabara de descubrir la verdad absoluta.
"Yo estoy con Daphne en esto" dijo Pansy. "No tiene sentido. Si Potter fuera el heredero, ¿por qué revelarse ahora? ¿Por qué tratar de expulsar a los hijos de muggles?"
"Además, no concuerda con las víctimas" intervino Hermione. "Filch y su gato, sí, él estaba presente. Pero con Colin Creevey fue diferente; estaba en la enfermería cuando sucedió, y Pansy puede comprobarlo."
"Puede que lo hiciera para despistarnos" dijo Parvati, "para tener una coartada."
"Si Potter fuera el heredero, entonces mi hermano también estaría involucrado, y lo veo poco probable. No sería capaz de guardar un secreto, ni siquiera es tan listo como para ocultarlo bien" dijo Ginny.
Ginny y Luna habían seguido a Red y al resto de las chicas hasta la guarida. Al enterarse de lo que sucedía y que era una prueba impuesta por Red, quisieron unirse. Las chicas terminaron aceptándolas sin mucha discusión. Habían demostrado su capacidad durante los duelos recientes, y eran una buena adición al grupo, además de confiables.
"Potter es el cerebro, y usó a tu hermano para atacar a Creevey y así tener una coartada perfecta. El heredero de Slytherin puede hacer lo que quiera porque no es un criminal solitario: ¡son dos criminales! El crimen perfecto" sentenció Lavender con un tono detectivesco, levantándose de golpe de su asiento. Luego volvió a sentarse para escribir, pero los detalles en su relato eran mucho más elaborados que lo que acababa de decir.
(Escritura pervertida de Lavender: ...El crimen perfecto. Nadie sospecharía del Salvador y su amigo, pero por su aspecto deberíamos haberlo hecho. Potter, con su cicatriz atravesándole desde la frente hasta la barbilla, y ese ojo blanco y perturbador… o Ronald, con sus dientes de piraña y orejas puntiagudas. Una pareja de criminales horribles… pero también amantes en secreto. Seguramente, después de cada crimen, se ponen a follar junto a sus víctimas, riéndose de su desgracia mientras sus cuerpos sudorosos arden en una pasión desenfrenada.
Como Harry es el cerebro, Ronald debe tener sus fortalezas en otras partes. Seguro que Potter se deja montar como la perra que es, con razón están tan unidos. Imagino que luego de conocerse en el tren terminaron haciendo un desastre, dejando su jugo de hombre por todos lados.
Ese Harry, goloso por el enorme miembro de su amigo. Bastante grande, considerando que es el hermano del mismísimo emperador Red… aunque, comparado con él, seguiría pareciendo un alfiler. Nada puede compararse a esa vara mágica capaz de remodelar mi cuerpo y destruir mi alma…")
"¡LAVENDER!"
"¡¿Eh?! ¡¿Qué?!" se sobresaltó Lavender, dejando caer su pluma. Miró a todas las chicas, perpleja, hasta que notó que Parvati había sido quien le había gritado.
"¿Estás bien?" preguntó Hermione. "Estabas jadeando y babeando hace un momento mientras escribías. Además, parecías completamente ida."
"Sí, sí, estoy bien. Perdón, me distraje. Ya es tarde, debo estar cansada" se excusó rápidamente, cruzando las piernas para evitar dar cualquier señal de que su excusa era falsa.
"Bien, volvamos al tema" intervino Penélope, quien, con una sonrisa incomoda, entendió perfectamente lo que estaba ocurriendo y quiso ayudarla a encubrirse.
"La mayoría cree que Potter no puede ser el heredero," dijo Daphne, quien se había encargado de contar las manos levantadas a favor y en contra de la culpabilidad de Harry, algo que había sucedido mientras Lavender estaba absorta en sus fantasías. "Pero podemos reincorporarlo al tablero de sospechosos junto a Ronald, y por ende, a toda la familia Weasley." Con un gesto hacia el tablón, se añadieron las fotos y nombres de Harry Potter y los Weasley.
"¿Eso significa que yo también soy sospechosa?" preguntó Ginny con una ceja levantada.
"Podría ser," comentó Padma con tono tranquilo. "Quizá solo te uniste para conocer nuestros movimientos y así eludir la búsqueda."
"Eso es ridículo," replicó Ginny con un puchero ofendido.
"No está tan lejos de la lógica," intervino Hannah, encogiéndose de hombros. "Si nos ponemos a pensar, cualquiera de nosotras podría ser la heredera desde el principio, usando esto como una fachada para operar sin levantar sospechas."
Un silencio tenso se instaló en la habitación. Poco a poco, las chicas comenzaron a mirarse entre sí, tratando de recordar cualquier comportamiento sospechoso. Sin poder evitarlo, se vieron atrapadas en una paranoia colectiva. ¿Podría ser que el culpable estuviera entre ellas todo este tiempo?
(Escritura pervertida de Lavender:... ¿Era verdad? ¿El culpable estaba entre nosotras desde el principio? ¿Estábamos condenadas al fracaso? ¡Qué ironía! Pensábamos que éramos amigas, pero al final solo éramos piezas en su macabro juego. Lo que más miedo daba no era descubrir la traición, sino el destino que nos aguardaba. Seguramente nos atacaría con una pasión mayor que a cualquier otra víctima... la heredera de Slytherin no solo nos petrificaría... Cuando estemos indefensas, abusaría de nuestros cuerpos una y otra vez, sin poder defendernos, haciéndonos suyas, y luego dejando nuestros cuerpos mancillados en su hogar, usadas como decoración, permaneciendo en un estado de profanación eterna...)
"¡Ya basta! Si no podemos confiar entre nosotras, estamos acabadas," dijo Penelope con seriedad, notando lo tenso que se estaba volviendo el ambiente.
"Juro por mi magia que yo no soy la heredera de Slytherin," declaró Daphne solemnemente, mirando a las demás.
"Yo también lo juro," le siguió Pansy, al igual que Penelope.
Una a una, todas hicieron el juramento, sus rostros serios, esforzándose por demostrar su inocencia. Finalmente, el ambiente se calmó un poco. Aun así, decidieron llamar a Red para que las ayudara a crear un pacto de sangre con su magia para estar mas seguras. Cuando Ginny notó que su hermano la miraba fijamente durante el pacto, se sintió algo ofendida.
El pacto consistía en que, si alguna de ellas era la heredera de Slytherin y no lo confesaba en ese momento, tendría que desnudarse y sentarse en cuclillas frente a la entrada de Hogwarts, con las manos tras la cabeza y las extremidades abiertas. Esta idea, propuesta por Lavender, dejó a la mayoría en estado de shock. Sin embargo, admitieron que la humillación implícita era suficientemente intimidante como para obligar a cualquiera a confesar.
Cuando realizaron el pacto, todas dudaron por un instante de sí mismas, temerosas de ser la culpable sin saberlo y enfrentarse a semejante castigo. Para su alivio, ninguna resultó ser la heredera de Slytherin. Red, tal como había sido invitado, fue rápidamente expulsado del cuarto una vez cumplido su cometido.
De nuevo solas y libres de sospechas, las chicas volvieron a discutir cómo resolver el problema. Consideraron usar este mismo metodo para atrapar al culplable, el pacto de Red con todos en el castillo, pero surgieron varios inconvenientes. Si el culpable no caía en los primeros intentos, este podría notar el peligro y escapar. Además, si dependían por completo de Red, todo el esfuerzo que habían hecho hasta ahora quedaría invalidado. Decidieron que, al menos, tendrían que reducir el número de sospechosos a una cifra manejable antes de recurrir a esa estrategia.
Al notar lo tarde que se había hecho, concluyeron la reunión por el momento. Algunas chicas optaron por quedarse a dormir en la guarida, que estaba bien equipada y segura. Salir tan tarde era arriesgado, especialmente con las patrullas de los profesores, que se habían vuelto más estrictas tras la ausencia de Filch. Otras chicas decidieron regresaron a sus dormitorios, en especial las que tenían otros compañeros esperándolas y podrían causar preocupación o sospecha si no aparecían. Estas serían acompañadas a sus casas por un clon de Red para mayor seguridad. Con él no tendrían que preocuparse de ser atacadas o encontradas por los profesores, así que era algo seguro.
...
A la mañana siguiente, muy temprano, Pansy se levantó sigilosamente, tratando de no hacer ruido. O eso esperaba ella. Poco después, recibí un [mensaje] de su parte, pidiéndome que nos encontráramos. Sin embargo, lo que Pansy no sabía era que alguien la había estado observando y decidió seguirla, manteniéndose en las sombras.
Nos encontramos en el baño de Myrtle la Llorona, el lugar de siemrpe, que había elegido por ser uno de los menos concurridos. Apenas llegué, Pansy me tomó de la mano y, sin dudar, me guio al interior de un cubículo. Cerró la puerta con prisa, y de inmediato me rodeó con sus brazos, besándome con una urgencia casi desesperada. La pequeña bola de ansiedad que llevaba dentro se había liberado, aferrándose a mí como una boa constrictora.
Pansy estaba inquieta. No era un deseo carnal lo que la movía, al menos no del todo, sino una necesidad emocional de sentir mi afecto, de reconfirmar este vínculo que manteníamos en secreto. Había desarrollado un lado increíblemente cariñoso y pegajoso conmigo, una faceta que chocaba con la imagen dominante y altiva que solía mostrar frente a los demás. Este lado suyo, más vulnerable y auténtico, era un privilegio que solo compartía conmigo.
"¿La pequeña cachorra está ansiosa?" le pregunté en tono burlón, mientras correspondía sus besos y envolvía su espalda con mis brazos, acercándola aún más.
"Te necesitaba," respondió en un susurro frágil y coqueto. "Me cuesta mucho mantener esto en secreto y no saltar sobre ti cada vez que quiero."
Sonreí ante su honestidad. Me senté en el inodoro y la acomodé sobre mis piernas, permitiéndole instalarse cómodamente mientras comenzábamos una intensa sesión de besos. La pasión que ponía en cada beso hacía que cualquiera pensara que pronto cruzaríamos nuestra ropa empesaria a dejar nuestros cuerpos, pero sabía que no sería así.
Desde que había recibido la bondad de Elise, algo dentro de mí había cambiado, bueno, simepre y cuando no la suprimiera. La necesidad insaciable de corromper a estas niñas puras había disminuido notablemente. A veces hasta sentía un deseo protector hacia estas niñas que me rodeaban, evitar su corrupcion... más allá de lo que ya habia provocado.
Miraba a Pansy y sabía que no era el momento para ir más allá. A pesar de su entusiasmo en estos momentos, podía sentir cómo su cuerpo se tensaba ligeramente ante cualquier avance. Su deseo estaba mezclado con un temor latente. Podía esperar, quería que creciera un poco más, que estuviera realmente lista.
'Pero esta bondad no tenía un 100% de efectividad...' Pensé mientras sonreía mirando en cierta dirección.
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(Lo subo ahora porque no creo que mañana tenga tiempo)