Chereads / Harry Potter: Red Weasley El Extraño Mago Rojo / Chapter 265 - 261) Club de Duelo

Chapter 265 - 261) Club de Duelo

Actualmente estaba recibiendo tutorías personalizadas de la profesora Sprout junto a Hannah y Neville, pero mi mente estaba en otro lugar: las acromántulas. O mejor dicho, lo que sea que esté dentro de esos huevos, porque estaban a punto de nacer. Uno de mis clones, que vigilaba el lugar donde estaban los huevos, había notado que el tiempo que estimamos anteriormente podría ser menor del esperado.

Los huevos de araña, aunque pocos, ahora eran mucho más grandes y tenían formas distintas: algunos eran lisos, otros viscosos y otros más tenían protuberancias. Además, los colores variaban entre verde, blanco ceniza, rojo e incluso dorado. Había tanta diversidad que no sabía qué esperar de ellos.

"¡Red... RED... ¡RED!" La voz de Hannah rompió mis pensamientos, llamando mi atención.

"¿Eh? ¿Qué?" Pregunté, algo desorientado.

"La profesora dijo que ya terminamos," explicó, señalando las plantas sobre la mesa.

La profesora nos había estado enseñando los cuidados de algunas plantas. Cada uno de nosotros tenía tres macetas para trabajar, pero sin darme cuenta, terminé cuidando varias otras plantas cercanas. Eso le dio un pequeño dolor de cabeza a la profesora, ya que esas plantas estaban destinadas para la clase del día siguiente. Ahora, ya no podría usarlas.

Me disculpé de inmediato, aunque la profesora no parecía estar realmente enojada. De hecho, mi trabajo había sido impecable, pero aún así tendría que buscar otras plantas para la próxima clase.

Después de despedirme, Neville se dirigió a su cuarto a estudiar, como solía hacer últimamente. Se estaba preparando para el viaje. Aunque el chico sufría de baja autoestima, tenía la determinación de mejorar lo suficiente como para no querer considerarse un desastre fuera de hogwarts. Me daba pena que no estuviera en Hufflepuff, pues tenía el corazón de uno.

Acompañé a Hannah de regreso hacia la guarida mientras hablaba emocionada. Aunque mi mente seguía distraída pensando en el próximo nacimiento de mis hijos arácnidos, hice un esfuerzo por prestarle atención.

"... también me dijeron que muchas clases se realizan al aire libre, especialmente las de Cuidado de Criaturas Mágicas y Herbología. Solo usan invernaderos para plantas que necesitan un ambiente específico. El resto crece directamente en la naturaleza, aunque con algo de protección..." explicó con entusiasmo. Había estado preguntando a los estudiantes de Castelobruxo, y aunque el idioma era una barrera, logró obtener bastante información, especialmente del profesor, que hablaba algo de inglés.

"Eso suena interesante," respondí con una sonrisa. "Entonces, ¿estás lista para partir?"

"No lo sé... estoy muy nerviosa. Es la primera vez que estaré tanto tiempo tan lejos de mis padres, y todo será completamente nuevo," confesó nerviosa. Se calmó un poco cuando coloqué una mano sobre su hombro.

"Estaremos bien, Hannah. Recuerda que me tienes a mí. No dejaré que nada malo nos pase," le aseguré con suavidad.

Justo en ese momento, alguien apareció de repente frente a nosotros.

"¡Red! ¡Hannah! ¡Los encontré!" exclamó Susan con una energía poco habitual en ella. Aunque era algo reservada en general, cuando estaba con nosotros, se mostraba más animada.

Susan rápidamente se abrazó del brazo de Hannah, lista para que le contáramos cómo nos había ido. Las dos comenzaron a hablar con soltura, intercambiando comentarios y risas mientras yo añadía un par de comentarios aquí y allá. Era curioso cómo los tres encajábamos tan bien juntos, casi como si fuéramos una versión diferente del trío dorado de la historia original. Susan parecía confiar profundamente en nosotros, mostrando su versión mas viva, como si fuéramos sus mejores amigos dentro de nuestro círculo.

"¡Ah! Y van a iniciar un club de duelo. Lo anunciaron en el tablón," dijo Susan emocionada.

"¿Un club de duelo?" preguntó Hannah, intrigada. Sabía algo al respecto. Había oído que existió uno hace tiempo, aunque lo único parecido actualmente era un salón en las mazmorras donde algunos estudiantes practicaban de forma informal. "¿Qué opinas, Red? ¿Deberíamos ir a ver cómo es? ¿Será como tus clases?"

"No lo sé, pero podemos averiguarlo. ¿Por qué no vas y avisas a las demás chicas? Podría ser una buena oportunidad para que vean cuánto han mejorado en comparación con sus compañeros," sugerí con una sonrisa.

Sabía perfectamente cómo se desarrollaría este "club de duelo", pero hablaba en serio acerca de mostrarles a las chicas su progreso. Las había entrenado desde el primer año y había visto cuánto habían avanzado. Sin embargo, algunas aún no eran conscientes de lo importante que había sido nuestro entrenamiento para su desarrollo. Si quería seguir ayudándolas, necesitaba incentivarlas, y esta era la oportunidad perfecta.

Susan y Hannah se fueron corriendo emocionadas a avisar a las demás. Yo me quedé sonriendo. Claro, podría haber usado [Mensaje] para informar a todas al mismo tiempo, pero prefería dejarlas correr un poco. Después de todo, era más divertido así.

...

La noche había caído, y el Gran Comedor estaba completamente lleno. Los alumnos, emocionados, sujetaban sus varitas con entusiasmo. Las mesas habían desaparecido, reemplazadas por un escenario dorado que brillaba bajo la tenue luz de las velas, ya que el encantamiento que mostraba el cielo estrellado en el techo también había sido desactivado.

Mi grupo estaba reunido en un espacio relativamente cercano, aunque dividido en pequeños subgrupos. A pesar de ello, manteníamos una cierta unidad en medio del mar de estudiantes. Ginny y Luna estaban a mi lado, una a cada costado, conversando entre ellas con calma y sin demasiada emoción por el evento. Habían venido únicamente porque yo asistiría, pero ambas confiaban plenamente en sus habilidades y no veían mucho sentido en este club.

Las discusiones sobre el propósito del club y quién lo había organizado llenaban el aire. Sin embargo, la atmósfera dio un giro cuando Lockhart apareció, luciendo una túnica color ciruela y una sonrisa excesivamente amplia, acompañado por el siempre serio Snape. Las expresiones de disgusto entre mis compañeras y el resto de los estudiantes fueron inmediatas. Fue casi divertido ver cómo mi grupo entendía al instante lo poco profesional que sería este club de duelo tan solo al ver a Lockhart. Si alguna de ellas aún tenía dudas sobre él, seguramente estarían reconsiderando su postura ahora.

"¡Venid aquí, acercaos! ¿Me ve todo el mundo? ¿Me oís todos? ¡Estupendo!" exclamó Lockhart con una sonrisa que competía con el brillo del escenario. "El profesor Dumbledore me ha concedido permiso para abrir este modesto club de duelo, con la intención de prepararos a todos vosotros por si algún día necesitáis defenderos, tal como me ha pasado a mí en incontables ocasiones. Para más detalles, consultad mis obras." Hizo una pausa teatral antes de señalar a su acompañante. "Permitidme presentaros a mi ayudante, el profesor Snape. Él dice que sabe un poquito sobre el arte de batirse y ha accedido desinteresadamente a ayudarme en una pequeña demostración. Pero no temáis, jóvenes: no os quedaréis sin profesor de Pociones después de esto. ¡No temáis!"

Snape permanecía inmóvil junto a él, su expresión tan estoica como mortificada. Era difícil no reírse al imaginar lo que estaba pasando por su mente. Su autocontrol era admirable, aunque estoy seguro de que, de no estar frente a un grupo de estudiantes, ya habría lanzado algún hechizo desagradable a Lockhart. Por otro lado, yo luchaba con pensamientos inoportunos... maldita y sensual Snape femenina, sal de mi cabeza.

Finalmente, después de una introducción innecesariamente larga, la demostración comenzó... y terminó casi tan rápido como había iniciado. Todos los presentes seguimos con la mirada el arco perfecto que describió Lockhart al salir volando hacia la pared tras un impecable Expelliarmus lanzado por Snape.

Lockhart, haciendo gala de su capacidad para actuar, se levantó fingiendo que todo estaba bajo control. Si algo podía respetársele, era su habilidad para mantener las apariencias, aunque su falta de visión era evidente. Provocar a Snape era un error que cualquiera con sentido común evitaría. Las palabras del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras se volvían cada vez más irritantes, y la expresión de Snape comenzaba a oscurecerse aún más. Percibiendo el peligro, Lockhart cambió rápidamente de tema para evitar una segunda humillación.

"¡Basta de demostración! Vamos a colocaros por parejas. Profesor Snape, si es tan amable de ayudarme..." anunció con una sonrisa forzada, claramente buscando una salida a la tensión.

Así comenzaron a formarse los grupos para los duelos, pero antes de que mis chicas se emparejaran, las reuní para darles algunas indicaciones.

"Pueden luchar entre ustedes o observar cómo pelean los demás, pero no se enfrenten a los de cursos menores" les dije, consciente de que estaban muy por encima de sus compañeros de la misma edad. Sin embargo, antes de poder sugerirles que buscaran oponentes de cursos superiores, una voz sarcástica interrumpió mis palabras.

"Parece que el señor Weasley no quiere que sus amiguitas se lastimen. Pero esto es un club de duelo, no una casa de té" dijo Snape, lanzándome una mirada incisiva mientras comenzaba a distribuir a las chicas con otras parejas.

Además de Potter, yo era la segunda persona a la que siempre tenía puesto un ojo. Aunque podría haber sido peor si hubiese activado las sincronías de las campañas pasadas. Me había contenido con eso, al igual que me había contenido de invocar personajes de esas historias tras la primera vez. Solo suspiré, esperando que las cosas no salieran demasiado mal. Sabía que mis chicas no eran monstruos humanoides, pero su nivel de habilidad podía causar problemas si no se controlaban.

Por mi parte, fui emparejado con un alumno de quinto año, ya que Snape era consciente de mis habilidades... o quisas solo por molestarme. No le presté demasiada atención, manteniendo mi enfoque en las chicas y sus combates.

"¡Varitas listas!" gritó Lockhart con entusiasmo teatral. "Cuando cuente hasta tres, ejecutad vuestros hechizos para desarmar al oponente. Solo para desarmarlo; no queremos accidentes. ¡Una, dos y... tres!"

La lucha comenzó antes de lo esperado, especialmente entre los alumnos más jóvenes, quienes carecían de paciencia. Muchos lanzaron hechizos antes de tiempo, creando un caos inicial. Sin embargo, mis chicas reaccionaron instintivamente, esquivando los ataques y contratacando de inmediato. El entrenamiento intensivo de "¡Ataque sorpresa!" que les había dado parecía haber rendido frutos... aunque no de la forma que los profesores esperaban.

Acostumbradas a enfrentamientos mucho más intensos, las chicas no se limitaron a lanzar un solo hechizo. Después del primero, siguieron un segundo y un tercero en rápida sucesión, derrotando a sus oponentes de forma implacable. Las combinaciones de hechizos dejaron a todos boquiabiertos: "Repeler, levantar, descender", "Desarmar, inmovilizar, repeler" y "Enmudecer, cegar, atar, repeler" fueron algunas de las tácticas que se vieron en acción. Incluso Ginny y Luna destacaron, asegurando victorias aplastantes con facilidad.

El silencio llenó el Gran Comedor. Los afectados, en su mayoría eran incapaces de emitir sonido debido a los efectos de los hechizos, y los demas miraban desconcertados a las chicas. Estas, igualmente sorprendidas, intercambiaban miradas nerviosas entre sus varitas, las víctimas y el resto de los alumnos.

Los profesores intervinieron rápidamente, y por profesores me refiero a Snape. Deshizo los hechizos que pudo y ordenó a los alumnos mayores que llevaran a los heridos a la enfermería. Antes de volver al escenario, me lanzó una mirada cargada de enojo, como si yo fuera el responsable de lo ocurrido. Solo pude encogerme de hombros. Si bien su método de emparejamiento había sido cuestionable, mi plan no habría sido muy diferente. Tal vez enfrentar a mis chicas contra alumnos mayores habría tenido resultados similares, ya que su velocidad de reacción superaba ampliamente la de muchos de ellos. Esto quedó claro en la pelea de Penelope, quien abrumó a su rival, a pesar de no ser particularmente destacada en combate.

Lockhart, decidido a no perder la oportunidad de brillar y salvar su reputación, optó por continuar con el club, aunque ahora las peleas serían individuales y supervisadas. Así llegamos al enfrentamiento entre Malfoy y Potter, que culminó con la inesperada revelación de la lengua pársel. Este suceso dejó a muchos temerosos, pero mis chicas estaban más asombradas que asustadas. Apenas tuvieron la oportunidad, organizaron una reunión en la guarida, intrigadas por las nuevas pistas que esto ofrecía. 

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