Chereads / Harry Potter: Red Weasley El Extraño Mago Rojo / Chapter 259 - 255) El inicio de una gran historia

Chapter 259 - 255) El inicio de una gran historia

Miré a través de la ventana de una de las torres de Hogwarts, pensativo. En estos días me di cuenta de que, a pesar de tener mucho, aún no me sentía satisfecho. Necesitaba más. No es que no pudiera conseguirlo, pero... era demasiado lento. Podría obtener lo que quería, sí, pero no en el tiempo que deseaba, así que tenía que hacer algo.

Necesitaba monedas de cristal, muchas, para mejorar el tablón y otras cosas del feudo. Llegados a este punto, cada objeto, elemento, o el propio feudo requerían estas monedas para seguir mejorando. La única forma que conocía para obtenerlas era a través de misiones mensuales, que ya estaba haciendo sin parar —incluso recargándolas con oro para optimizarlas— o, por otro lado, mediante las campañas.

Ninguna opción era mala, pero ambas implicaban un costo: tiempo transcurrido fuera del mundo. Eso podía causarme varios conflictos, sobre todo en la percepción. Pasar años, incluso décadas, en otra línea temporal y luego volver para encontrarlo todo igual era, como mínimo, extraño.

Tras reflexionar un buen rato, decidí empezar con algo sencillo: repetir la campaña de los Merodeadores. Las campañas pueden repetirse infinitamente, aunque las recompensas por clasificación solo pueden obtenerse una vez. Afortunadamente, aún tenía pendientes las calificaciones F, E, D, C, A, S, SS y SSS. Conociendo ya la campaña, no debería ser complicado.

Pero eso lo dejaría para más adelante; ahora tenía cosas más inmediatas en las que concentrarme. La búsqueda de las demás [Esencias] debía pausarla por un tiempo. Aún me sentía temeroso tras la última vez, pero sabía que tarde o temprano tendría que intentarlo de nuevo. Tenía dos en mente, pero dudaba... con mi nuevo alineamiento... pero aun así sabía que era lo que mi interior deseaba... y esperaba que, cuando lo hiciera, Tonks pudiera perdonarme.

Dejé de pensar en el futuro; era mejor centrarme en el presente. Uno de mis problemas actuales —aunque no el más grave— era, irónicamente, consecuencia de mi propia intervención. Mi grupo de chicas, tan unido y con tan poco contacto con otros chicos... me había arrebatado mi furrismo.

Sí, cuando le dije a Hermione que el destino la castigaría, olvidé que la había alejado del trío dorado. Mi preciada Hermipussy ya no existía. Al no juntarse con Harry y Ron como en la historia original, no había razón para que se ofreciera a hacer la poción multijugos. Además, las chicas de Slytherin podrían darle respuestas que hacían innecesario ese método. Puta madre, quiero mi Hermipussy... ¿pero cómo?

Creo que, si el destino no se encarga de esto, yo tendré que hacerlo.

...

Un lugar apartado, por la noche.

"Red-dy..." Gimió Pansy mientras saltaba sobre mí, abrazándome con fuerza.

Estábamos en un lugar oculto del castillo, así que tenía la confianza para mostrar su afecto. De hecho, ya había intentado besarme sin preguntar, asumiendo que esa era la razón por la que la había llamado, pero se detuvo de golpe al notar la presencia de alguien más.

"¡L-Lavender!" Gritó, nerviosa, mirando a la chica que nos observaba con entusiasmo, ya tocandose por sobre el uniforme. "¡¿Qué estás haciendo aquí?! ¡Esto no es lo que parece!" Tartamudeó con el rostro pálido y las manos temblorosas.

"Tranquila, Pansy," intenté calmarla. "Ella es de los nuestros."

"¿De los nuestros?" Preguntó con incredulidad, alternando la mirada entre Lavender y yo.

Le tomó un momento calmarse y procesar la situación. Mientras tanto, escuché cómo Lavender suspiraba con decepción al ver que Pansy había dejado de besarme.

"Entonces... ¿es otra de tus chicas? ¿Otra amante?" Preguntó finalmente, recuperando algo de su aire altivo.

"S..." Intenté responder, pero Lavender me interrumpió.

"No soy su amante. Soy su esclava sexual," declaró con orgullo y una chispa de emoción en los ojos. "Un objeto destinado a aliviar su lujuria, un juguete cuyo único valor reside en su coño, un despojo humanoide lle..."

"¡Lavender!" La interrumpí antes de que terminara su retorcida fantasía. Esta conversación tomaría un giro muy distinto si continuaba.

Pansy la miró con confusión, pero poco a poco pareció aceptar la idea. Finalmente, asintió con una calma perturbadora.

"Bien, creo que está bien," dijo con una sonrisa tranquila. "Me alegra que sepas cuál es tu lugar. No te preocupes; la familia Parkinson nunca te dejará atrás. De hecho, me gustas más que Granger. Sabes lo que vales y cuál es tu posición en esto. Es un placer volver a conocerte, Lavender. Espero que nos llevemos bien."

Extendió su mano de manera diplomática, y Lavender la estrechó con entusiasmo.

Las observé con cierta preocupación mientras ambas sonreían como si fueran aliadas de toda la vida. Pero decidí dejarlo pasar por ahora. Las futuras y retorcidas dinámicas familiares serían un problema para otro día.

"Chicas... ¿podemos continuar?" Pregunté, interrumpiendo su momento de complicidad.

"¿Me llamaste solo para presentarme a tu nuevo juguete? Sin ofender, Lav," dijo Pansy con familiaridad, aunque con un leve respeto hacia Lavender, principalmente porque le agradaba que hubiera alguien que reconociera estar por debajo de ella.

"No... bueno, ahora sí, pero en realidad tenía otras cosas que quería pedirles a ambas... bueno, a las tres. Daphne, ¿quieres salir de la oscuridad?" pregunté mientras miraba una esquina.

Todas dirigieron la mirada hacia donde yo observaba, y poco después una figura salió de su escondite. Estaba algo sonrojada por ser descubierta, pero rápidamente adoptó una expresión estoica.

"Buenas noches, jefe," respondió Daphne con naturalidad, como si fuera un encuentro casual.

"¿Ella también es otro de tus juguetes?" preguntó Pansy con cierta emoción. La familia Greengrass era muy poderosa. Si su hombre había logrado someter a la heredera, y ella misma se convertía en la señora por encima de Daphne... su ego no dejaba de crecer, sintiendo que alcanzaba un clímax emocional.

"Asistente... creo," corregí, sin saber bien cómo describir la situación.

"Seré lo que usted quiera que sea, amo," respondió Daphne con un ligero temblor. Era evidente que estaba algo avergonzada por los pensamientos que sus propias palabras podían desencadenar.

"Supongo que escuchaste todo y sabes qué tipo de relación tengo con ellas," dije mientras abrazaba a Pansy y Lavender, rodeando la cintura de cada una y pegándolas a mí.

"Sí, ya lo sabía... o lo suponía," respondió Daphne, sin vacilación pero sin levantar la mirada.

"¿Tienes algún problema con eso? ¿O planeas divulgarlo?" pregunté, liberando mis auras. La atmósfera se tensó. Daphne se puso ligeramente pálida, y tanto Pansy como Lavender temblaron un poco, aunque no al mismo nivel de incomodidad, ya que mi intención no estaba dirigida a ellas.

"No, jamás lo haré, señor. Le juré lealtad. Sus secretos son mis secretos," respondió Daphne, aunque sus piernas parecían debilitarse. Estaba a punto de caer de rodillas, tanto por respeto como por la sensación de peso que la abrumaba.

"Está bien," dije, retirando las auras. "Confiaré en ti. Hasta ahora has sido ejemplar como asistente desde que prometiste lealtad. Creeré que no dirás nada sin mi permiso... pero ten en cuenta que habrá consecuencias si rompes mi confianza."

Por un momento, me cuestioné si era la bondad la que empezaba a surgir en mi interior, pero quería creer en su sinceridad. Sabía que en el pasado habría hecho algo más extremo para garantizar su lealtad: obligarla, amenazarla o algo peor. Sin embargo, ahora no sentía la necesidad de tomar tales medidas. Esta bondad podía ser peligrosa, pero tal vez era un riesgo que valía la pena correr en este caso.

"No lo defraudaré," dijo Daphne, suspirando aliviada cuando el peso intangible desapareció.

"Bueno, hay alguien más a quien agregar a mis planes. No era lo esperado, pero creo que será incluso mejor que antes," comenté, y luego comencé a explicarles por qué las había reunido allí.

...

En la guarida, se celebraba una pequeña reunión con todas las chicas de mi grupo. Todas estaban sentadas en varias mesas, en lo que parecía una especie de fiesta de té organizada por Pansy. Había mesas pequeñas con entre dos y cuatro chicas cada una, y en cierto punto, cuando cada minigrupo estaba inmerso en sus conversaciones, Lavender habló repentinamente.

"¿No les parece extraño lo de la Cámara de los Secretos?" preguntó en voz alta, con un tono que no parecía esperar una respuesta.

"¿Te preocupa Filch?" se burló Pansy, rodando los ojos.

"No, pero... no creo que debamos ignorar lo que pasó," respondió Lavender, algo a la defensiva.

"¿No habrá sido una broma o algo por el estilo?" comentó Parvati, encogiéndose de hombros.

"Las bromas no dejan a un gato y al celador de Hogwarts petrificados hasta el día de hoy. Y quién sabe cuánto más tiempo estarán así," respondió Lavender con firmeza. "Nadie se atrevería a llegar a tanto. Sería... súper castigado."

"Quizá expulsado," murmuró Hermione, con un deje de preocupación.

"Puede que por eso el culpable intentara cubrirse. Tal vez, al darse cuenta de que se le pasó la mano, escribió todo eso de la Cámara de los Secretos para desviar la culpa," sugirió Padma.

"Sí, seguro fue una broma que salió mal. Si no, los profesores ya habrían hecho algo," opinó Hannah, aunque su tono no sonaba muy convencido.

"Yo no lo creo," dijo Lavender, sacudiendo la cabeza.

"Estoy de acuerdo con ella," añadió Daphne. "Red tampoco lo cree."

"Puede ser..." comentó Susan en voz baja, inclinándose hacia la idea tras escuchar que yo también lo creía.

"Están pensando demasiado," interrumpió Cho. "Si realmente la Cámara de los Secretos fue abierta, ¿por qué petrificar a Filch y a su gata? ¿Por qué no matar directamente, como dice la leyenda?"

"Quizá el culpable tenía miedo de matar y que los aurores aparecieran," sugirió Penelope, la mayor del grupo. "Tal vez solo quería asustar, hacer que los 'no dignos' se fueran por su cuenta sin necesidad de matar a nadie." Sus palabras tenían un tono pensativo, y al escuchar que yo no creía que fuera una broma, ella también adoptó una postura más seria. Me conocía lo suficiente para tomar en cuenta mis palabras.

"Si es así, ¿por qué nadie parece darle tanta importancia?" preguntó Tracey, aún no del todo convencida.

En ese momento, todas parecieron reflexionar, y de forma casi sincronizada varias dijeron al mismo tiempo:

"¡Por Red!" (Varias)

El comentario colectivo no pasó desapercibido. La fiesta que había organizado y los rumores sobre mis relaciones con los profesores habían desviado la atención de todos lejos del asunto de la Cámara de los Secretos. Se produjo un extraño silencio tras esto.

"Entonces... ¿qué hacemos con esta información?" preguntó Millicent, rompiendo el silencio.

"Creo que no deberíamos dejarlo pasar como si nada," dijo Daphne, mirando a aquellas que tenían al menos un padre muggle. "No quisiera que mis amigas resultaran heridas por no haber prestado atención cuando podíamos."

"Aww... ¡Daphne se preocupa por sus amigas!" exclamó Tracey, saltando a abrazarla. No fue la única que sintió ternura por la fría Slytherin; muchas de las chicas se sintieron agradecidas por su preocupación, rompiendo estereotipos sobre los sangre pura que alguna vez pudieron tener.

"¿Pero qué podemos hacer al respecto?" preguntó Cho, con un tono lógico. "No es como si pudiéramos buscar al culpable."

"¿Por qué no?" Pansy se levantó de su asiento con determinación. "Deberíamos atraparlo antes de que él nos atrape a nosotras."

"Pero no sabemos quién es," dijo Hannah, frunciendo el ceño.

"Ni siquiera sabemos si nuestras suposiciones son ciertas," agregó Cho, tratando de mantener la sensatez.

"¡Pues descubramoslo!" insistió Pansy, cruzándose de brazos.

"Sería como una novela de aventuras... ¡incluso podría escribir sobre ello!" comentó Lavender emocionada.

"Seríamos como Lockhart," añadió Parvati, dejando que la emoción comenzara a atraparla. "Pero... mejores."

Las chicas empezaron a hablar cada vez más alto. Con cada comentario alentador, más personas se contagiaban del entusiasmo. Penelope parecía escéptica al principio, pero tras recibir un [mensaje] en secreto, se encontró incentivando también a las demás. Pronto, todas estuvieron de acuerdo en resolver el misterio por su cuenta, aunque algunas aún dudaban.

"¿Pero no sería peligroso?" preguntó Padma, preocupada.

"Tampoco nos arriesgaríamos tanto," respondió Hermione. "Solo tenemos que descubrir al culpable y decírselo a los profesores. No lo confrontaríamos directamente... ¿verdad?" Su tono se tornó inseguro hacia el final.

"Claro que no. Solo lo desenmascararemos y nos cubriremos de gloria," aseguró Pansy. "Además, tenemos a Red." Su confianza pareció calmar a todas.

"¡Hagamos nuestra propia leyenda!" exclamó Lavender. "¡Permítanme escribir el libro de nuestras hazañas y hacernos famosas!"

"¡Sí!"

"¡Busquemos al traidor!" dijo Tracey, molesta de que desacreditaran su casa con lo de la Cámara de Slytherin.

"¡Pateémosle el trasero... aunque haya hecho un favor al deshacerse de Filch!" añadió Cho, con un toque de malicia.

Hubo más gritos y exclamaciones, todas llenas de emoción y determinación. La decisión estaba tomada: serían las próximas heroínas de Hogwarts.

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