Después de consolar a Elise por un rato, dediqué algo de tiempo a investigar lo que estaba sucediendo conmigo, tanto mi nueva habilidad como mi alineamiento secundario.
Elise me ayudó a entender lo del alineamiento, al menos desde su perspectiva. Según ella, mi existencia ahora era muy confusa. Al principio, me percibía como una persona relativamente normal, o al menos en el sentido en que veía a los demás seres: diferentes, pero relativamente neutros entre sí. Sin embargo, con mi alineamiento maligno, me percibía como lo peor de lo peor, la oscuridad más profunda, su mayor enemigo. Incluso llegó a sentir que mi maldad superaba a la de ella, aunque no necesariamente implicara que yo fuera más poderoso que ella.
Ahora, con esta nueva adición, aparecían destellos de una familiaridad que no podía negar, como si yo fuera uno más de sus compañeros. Algo en mí parecía compatible con ella, similar a lo que había sentido con otros unicornios. Sin embargo, mi maldad persistía, lo que generaba en ella una mezcla de asco y repulsión, combinados con cariño y atracción.
Quizás por las limitaciones de su vocabulario, su explicación no fue tan precisa ni útil como podría haber sido. Aun así, pude notar su estremecimiento ante mi contacto y presencia; parecía que mi nueva existencia realmente la descolocaba. Tendría que acostumbrarse, pero estaba seguro de que lo lograría. Después de todo, ya se había habituado a mi maldad, que era lo que más odiaba. Esto sería más sencillo en comparación.
Por mi parte, los resultados de mi propia investigación fueron limitados. El alineamiento era algo ideológico o esotérico, no una característica tangible que pudiera analizar de inmediato. Mi magia no parecía haber sufrido grandes cambios; aunque algunos hechizos que antes me resultaban complicados ahora fluían con más facilidad, no era algo particularmente destacado. Quizás mi linaje había cambiado. Pensé en consultarlo en la silla de linaje, pero no tenía muchas esperanzas; la última vez que lo intenté, seguía figurando como "???".
Pasé entonces a analizar mi nueva habilidad, la [Esencia de la envidia], que era el verdadero objetivo de mis experimentos. Basándome en cómo había obtenido la [Esencia de la ira] y la [Esencia de la locura] tras el momento emocional de descubrir la muerte de Ted, tenía la teoría de que podría obtener más habilidades similares relacionadas con otras emociones. Decidí probar con algo menos peligroso esta vez, pues con la ira perdí el control. La envidia, otro pecado capital, me pareció una buena elección, y resultó ser acertada.
Funcionó tal y como esperaba, según mis experiencias previas. Ahora sabía que tenía un cúmulo de habilidades por desbloquear, aunque debía ser cauteloso. Estas habilidades en particular ofrecían bonificaciones al ser obtenidas por primera vez, y algunas, como la de la ira, eran extremadamente útiles. Tendría que planificar cuidadosamente cuándo buscarlas para no desperdiciar su potencial.
A pesar de mi éxito, sentía cierto temor. Por un momento, al obtener la habilidad, experimenté una sensación de pérdida de identidad, como si dejara de ser yo mismo, y eso fue inquietante. No sé qué tan peligroso podría llegar a ser este proceso, pero estoy convencido de que debo tomar más precauciones en el futuro. Quizás, esta vez, simplemente tuve suerte...
...
En la mañana en Los Dragones de Albion, el negocio aún no había abierto. Había días en que abría temprano, mientras que otros lo hacía al mediodía, principalmente para que Tonks pudiera descansar después de las noches en que se cerraba muy tarde. Aunque este no era el trabajo soñado para la joven de cabello rosa, era feliz. No era una labor especialmente difícil, aunque a veces podía ser agotadora. Además, siempre había oportunidad de escuchar montones de chistes y, si deseaba un poco de acción, su hombre podía llevarla a mundos y tiempos mágicos donde liberar su ansia de combate sin preocuparse por las repercusiones.
En ese momento, Nymphadora Tonks estaba limpiando la barra con un trapo, restregándolo con dedicación hasta dejarla brillante. Claro, podía usar magia, pero su jefe y pareja le había dicho que hacerlo a mano era más ceremonial y ayudaba a crear el ambiente que él deseaba. Ella había aceptado, y, de hecho, terminó cogiéndole el gusto. Eso sí, esta regla solo aplicaba a la barra principal, ya que era relativamente fácil de limpiar; el resto del lugar, sin dudarlo, se limpiaba con hechizos.
Siguió frotando el mismo lugar una y otra vez, buscando conseguir un brillo tan intenso que pudiera reflejarse en la madera barnizada, como casi lo había logrado una vez. Fue entonces cuando sintió un golpe en su trasero, seguido de unas manos que se deslizaban cariñosamente por su cintura. Dio un pequeño salto, sorprendida, y se giró con una expresión de fingido enfado hacia quien ahora la abrazaba.
"Sabes que me molesta cuando haces eso sin avisar" se quejó, haciendo un tierno puchero.
"Si te avisara, perdería la gracia" respondió él, ajustando el agarre para pegarla aún más a su cuerpo mientras comenzaba a besarla suavemente.
"¿Hoy estás cariñoso otra vez? ¿Qué sucede ahora? Normalmente tardarías un par de horas más en venir a juguetear" dijo ella, empezando a corresponder a sus caricias. Luego, con una sonrisa traviesa, añadió: "Te encanta dejarme sin poder caminar bien justo antes de que abramos el negocio. No tienes idea de lo famoso que eres entre las brujas por eso."
Tonks sabía bien lo que significaba ese tipo de acercamientos. Cuando él la abrazaba y mordía de esa forma, había al menos un 65% de probabilidades de que quisiera sexo.
"No sucede nada en particular. Estoy feliz y necesitaba verte…" respondió él, sin dejar de recorrer su cuerpo con las manos.
"¿No tienes más coños por ahí que atender? Perdón, quise decir novias" replicó con un tono mordaz, una vieja costumbre que aún no perdía por completo. Aunque había aceptado muchas cosas, no podía evitar soltar uno que otro comentario ácido de vez en cuando.
"Quizás hoy solo te quería a ti "dijo él con una sonrisa, mientras seguía deslizando sus manos por las curvas de Tonks. "Además, tenía otro motivo para buscarte."
"¿Y cuál sería ese motivo?" preguntó, alzando una ceja, curiosa, pero también comenzando a ponerse en el ánimo del juego.
"Primero diversión… luego trabajo."(Red)
Sin darle tiempo de opinar lo contrario, rompí su ropa, no toda, solo la que cubría su trasero, y sin demasiado cariño, la empujé contra la barra que acababa de limpiar.
"Mi amor, hoy estoy feliz y quiero probar tu otro agujero" Dije mientras empujaba mi pene entre sus nalgas.
"¡¿QUÉ?! ¡NONONONO!" Se sobresaltó, pero cuando trató de levantarse se vio retenida por mi mano en su espalda.
"Vamos, te salvaste por mucho tiempo, es hora de que te abra otra entrada, ¿No crees?"(Red)
"Claro que no, ni se te ocurra, ese lugar esta fuera de los límites" Volteó la mirada enojada.
"Sabes que va a pasar"(Red)
"Pero no hoy... aún no estoy lista" Dijo mostrando cierta timidez y vulnerabilidad.
"Eso dices siempre. Esa escusa ya no te sirve" Dije, escupiendo con mucha precisión en ese agujero fruncido haciendo que ella se sobresaltara con un pequeño grito.
"Por favor..." Lloró mas fuerte, viendo que no le di clemencia por sus súplicas como en las veces anteriores "No es justo, yo te dejo tener un montón de mujeres, pero tú no puedes siquiera perdonar ese agujero. Ni siquiera está hecho para eso... esta sucio y..."
En ese momento, un movimiento de mi varita apoyado sobre la base de su columna la hizo estremecerse por la extraña sensación que recorrió su interior.
"Listo, completamente limpio. Si buscas bien encontrarás varios hechizos muy útiles" Dije, guardando mi varita y volviendo a frotar mi pene entre sus nalgas, esparciendo la saliva que funcionaria como lubricante.
"Por favor, no es justo... Ya tienes varias novias, merezco mi culo intacto... puedes pedirle a ellas..."(Tonks)
"Ya se lo hice a algunas de ellas, es tu turno" No cedí.
"Eres horrible, ¿a ti te gustaría que te den por el culo? Hagamos esto, si me la metes a mí entonces yo te la meto a ti" Cambió de una postura lastimera a una mas agresiva.
"Recuerda el pacto, ¿quieres que tu pene explote de nuevo?" Dije y pude sentir como tembló de miedo al recordarlo "Vamos, lo superaras, incluso puede que llegue a gustarte."
"Eres un tramposo..." Lloro sin lágrimas "¿No podemos posponerlo un poquito mas? Solo un mes mas para que me prepare..." Intento por última vez
"Nop, amor, es momento"(Red)
"Bolas de troll..." insulto al aire antes de aferrarse a la barra al sentir que había algo presionando la entrada de su agujero.
Tonks cerró los ojos esperando soportar este tormento que, por lo que sabía, le dolería como nunca. Mientras tanto, yo trataba de concentrarme en disfrutar de la tierna carne de este lugar inexplorado que entraba en contacto íntimo con mi pene. Noté al empujar lentamente, como ese pequeño agujero se abría poco a poco, apretando la cabeza de mi pene con fuerza como si tratara de empujarlo lejos de él, pero al hacerlo solo me incentivaba cada vez mas a proseguir.
"¡¡¡AAHHHHHhh...!!!" Tonks soltó un grito estridente cuando sintió como mi glande había entrado por completo y pareció engancharse como un tapón a su interior.
Ella se sentía desgarrada, no es el peor dolor que ha sentido, pero no era uno que le gustase. Involuntariamente, intentó expulsarme de su interior, queriendo sacarme, era su mayor deseo, pero eso no podía contra mi firme agarre y ardiente deseo.
Pasando la parte mas difícil, empecé a empujar mi cadera lentamente hacia adelante, haciendo que entrara centímetro a centímetro en su interior hasta que por fin estuvo todo dentro.
"Listo, no esta tan mal" Comenté, dejando de moverme.
"Sa-ca-lo" Dijo entrecortadamente con un tono muy diferente al suyo por el dolor.
"Vamos, ya entró, solo tienes que acostumbrarte"(Red)
"Se supone que debes prepararlo antes" Se quejó dejando que las lágrimas corrieran pro sus ojos, apretando los dientes. Ella sentía que su trasero ardía y cortaba, estando en agonía continua, considerando si fue buena idea juntarse conmigo.
"Sabes que me gusta al natural. Si te estiro se pierde parte de la experiencia... es cruel, lo sé y lo siento, te lo compensaré mas tarde" me disculpe, empezando a retroceder lentamente
"¡Yo te follaré el culo mas tarde!" Dijo con odio clavando las uñas en la madera.
Moví mis caderas lentamente en sintonía con sus gemidos de dolor, triste por ella, pero disfrutando del cálido interior que me apretaba continuamente con tanta fuerza que hizo que esta experiencia sea tan única. Aunque buena, no es que me apretara intencionalmente para darme placer, sino que quería expulsar al cuerpo invasor, pero eso mezclado con mis constantes intentos de volver a entrar, solo lo mejoraba.
Empecé a tomar impulso y paso de un simple desliz hacia dentro y hacia afuera a un mete-saca mas común, para desgracia de Tonks. Quizás me emocioné demasiado y comencé muy rápido, pero no podía dejar de embestir ese trasero. El escuchar el sonido de sus nalgas al ser golpeadas solo me excitaba mas junto a los alaridos que acompañan cada embestida.
"¡¡¡Eres un hijo de puta!!!" Gritó furiosa y llena de dolor, segura de que allí abajo estaba corriendo sangre.
Ella quería que parara, pero sabía que ya estando a medio camino solo podía continuar hasta que terminara y luego vengarse. Así que, en una idea estúpida, decidió apretar sus nalgas queriendo que terminara mas rápido, pero al hacer eso solo agravó su dolor y se desplomó sin fuerzas. Para peor, eso no detuvo la polla que seguía adentrándose en su culo como si quisiera terminar saliendo por su boca.
"¡Eres horrible... malo... malo...!" Aulló una vez mas, deseando poder quedar inconsciente.
"Tonks, sé que me quieres, pero tú... ¿En serio quieres sufrí tanto?" Pregunté sonriente.
"¿Cómo te atreves a decir...?" Escupió sus palabras.
"Es que de todas las chicas, tú eres la única que puede hacer que esto casi ni se sienta, ni siquiera sufrir lo mínimo... ¿o te olvidaste que eres un metamorfomago"
Tonks, al escucharme, se quedó pálida y luego roja de vergüenza. Por el miedo y luego el dolor, había olvidado aquello que la distinguía y quería morir en este momento por ser tan estúpida.
No dijo nada, sintió que si yo comentaba algo mas realmente querría matarse. Uso sus habilidades para aflojar un poco de la tensión que afligía allí atrás y rápidamente sintió un gran alivio, seguía siendo horrible pero no tan horrible como antes. Además, ya estaba herida, así que el dolor persistiría.
Fue solo un leve momento desde que uso sus habilidades, pero lo creyó tolerable, y lo hubiera sido mucho mas si lo hubiera hecho desde el principio.
Yo no podía contenerlo mas, esto era el paraíso, así que aumenté mis embestidas y apreté esas nalgas, haciendo que su trasero se estrechara mas. Sintiéndome a punto de estallar, di un último empujón muy intenso, mayor que todos los anteriores, provocando un grito en mi compañera y empecé a correrme en su interior.
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