-Hace unos días-
Gemma y yo aparecimos en el [Feudo] por primera vez. Al ver su expresión de asombro, como la de cada persona que llega aquí, sentí una mezcla de orgullo y satisfacción. Sostuve su mano y rodeé su cintura con cuidado para ayudarla a bajar con delicadeza de la colina en la que habíamos aparecido.
"Yo... aún no estoy tan embarazada," dijo, sonrojada por la atención que le estaba dando.
"Lo sé, pero no puedo evitarlo. Déjame acostumbrarme," respondí, consciente de mis precauciones, pero también nervioso al pensar en nuestro hijo. "Luego no te quejes cuando te folle como una puta en los últimos meses de embarazo," bromeé, intentando aligerar el ambiente... pero considerandolo.
Gemma se sonrojó aún más imaginandolo, pero también pude notar la calidez en sus ojos. Apreciaba mi cuidado y, aunque miraba el pueblo con admiración, parecía disfrutar más el simple hecho de tenerme a su lado trasmitiendole mi calor y amor.
En nuestro recorrido por el pueblo, Gemma se detuvo de repente, con una mezcla de sorpresa e incredulidad.
"¿La Dama Gris?" exclamó, sin creer lo que veía.
"¿Hmm?" Helena, quien estaba flotando parada, casi pareciendo petrificada en ese lugar, abrió los ojos y nos miró. "Oh, Red, ¿traes a alguien nuevo?"
Helena estaba flotando en un pequeño edificio particular que había construido, un cementerio. Era un terreno de apenas cinco metros por cinco, rodeado por un pequeño muro con rejas de metal como lanzas retorcidas. Allí había algunas tumbas, no muchas, pero suficientes para el espacio disponible. Como otros edificios del Feudo, tenía peculiaridades, y este tenía una función especial: además de ser un lugar de descanso para los difuntos, algunas de las tumbas podían generar con el tiempo cadáveres frescos o esqueletos, útil de diversas maneras, como para lo que se usa actualmente. Helena estaba allí para absorber la energía negativa que emanaba de los cadaveras, potenciada y acumulada por los glifos y el círculo ritual tallado para ese fin.
"Hola, Helena. Esta es Gemma," dije, señalándola. "Pero mejor vayamos a la plaza central, así lo explico todo de una vez a todos"
Helena asintió y comenzó a flotar detrás de nosotros.
Mientras caminábamos, Gemma me miraba con una mezcla de asombro y cautela, procesando aún la presencia de la famosa fantasma de Ravenclaw. "¿Es realmente la Dama Gris... la hija de Rowena?" me preguntó, llena de dudas "¿Por que está aqui?
"¿Por qué crees que está aquí?" le respondí con una sonrisa, levantando una ceja.
Gemma tragó saliva, comprendiendo de inmediato. Sabía que no sería la única en mi vida, pero no había esperado que ni los fantasmas se salvaran de mí. Sin embargo, al recordar al hijo que llevaba en su vientre, una sensación de calma la envolvió. Tal vez no me tendría solo para ella, pero al menos me tendría siempre cerca, y estar aquí en este lugar especial era prueba de la confianza que tenía en ella y que realmente la había aceptado.
Llegamos a la plaza central del Feudo, donde una fuente ocupaba el centro y ya nos esperaban los demás tras haberles enviado un [mensaje]. Andra, Eileen, Lily, Elise y, ahora, la Ravenclaw que nos había seguido, aguardaban curiosos para ver el motivo de la reunión.
"Hola a todos, quiero presentarles a alguien. Ella es Gemma, la nueva integrante de nuestra familia."
"Hola, Gemma," saludó Lily, sonriente pero nerviosa.
"Bienvenida," añadió Andra con una inclinación amable.
"..." Eileen solo asintió en silencio.
*Sonidos de unicornio*
Todos la saludaron amablemente desde una distancia respetuosa, notando que la trataba con particular delicadeza, y las más perspicaces advirtieron que algo más se escondía en mi presentación.
"Ah, y por cierto, está embarazada de mi hijo," comenté de forma casual, observando sus reacciones.
"¡¿Qué?!" exclamó Lily.
Las adultas mostraron sorpresa, aunque menos marcada que la de Lily, quien se apresuró a acercarse con una mezcla de incredulidad y emoción, mirando a Gemma y lanzando preguntas con un tono cuestionable.
"¿¡Embarazada de tu hijo!?" preguntó, mirando el vientre de Gemma con los ojos empañados.
"Tranquila, no te pongas celosa," dije, apoyando una mano en su hombro.
"¡Yo no estoy celosa!" protestó, aunque sus ojos seguían llenándose de lágrimas.
Reí suavemente y me incliné para besarla, sabiendo que si tenia algo de envidia y celos, aunque en realidad no eran propios de ella, yo había utilizado [Envidia] para hacer que sintiera eso al tocarla. Mis habilidades emocionales habían evolucionado lo suficiente para pasar desapercibidas, permitiéndole pensar que la sensación de celos era natural de ella. El beso fue un buen desvío para cambiar su atención mientras reducía el influjo de mi magia y lo reemplazaba con [Éxtasis]. Lily apenas pudo sostenerse con sus piernas ahora debiles y, finalmente, tanto ella como Gemma se apoyaron en mí.
"A partir de ahora, ella vivirá aquí. Espero que en el futuro puedan ayudarla y protegerla si llegara a necesitarlo. Andra, supongo que tienes experiencia en embarazos"(Red)
"En mi profesión no eran tan inusuales; había muchos clientes a los que les gustaba esa etapa, y en algunos casos los hechizos no se hacían a tiempo," respondió con franqueza.
"Perfecto, entonces tú y tu esposa podrían guiarla. Para el parto, podríamos recurrir a Andrómeda, quien es medimaga en San Mungo. Con su ayuda todo debería salir bien, aunque llegado el momento, si no se lo decimos, sería prudente ocultar que es mi hijo."
Dije algunas palabras más antes de decidir darle un tour a Gemma, acompañado de Lily, quien se mantenía cariñosa aún después del efecto de mi magia y Helena. También envié un clon a apaciguar a Elise, probablemente en una charla sobre no sentirse mal por no ser la primera en darme un hijo, o temas similares.
Llevé a las dos chicas y a la fantasma por el pueblo, guiándolas y explicándoles cada detalle y su función en nuestro pequeño y hermoso mundo. Lily ya conocía el lugar, pero estaba más pegajosa ahora que Petunia no estaba cerca. No es que se hubiera ido, pero estaba en una zona apartada, inconsciente en medio de un ritual que fortalecería su cuerpo durante los próximos días.
También noté que Lily tenía emociones encontradas respecto a Gemma y la noticia del embarazo. Aunque le había convencido de esta relación polígama, su mente aún lanzaba ciertos conflictos internos, indicándole que algo no estaba bien. Con cuidado y un toque de [Éxtasis], me asegure de freir esa parte de su cerebro. Después de caminar un poco, Lily se acostumbró a los besos que compartía con ella y con Gemma, e incluso llegó a disfrutarlos lo suficiente como para excitarse, también gracias a mi magia. Aquella parte de si misma que le decía que esta relación no era para ella estaba siendo asesinada, y pronto lo consideraría su normalidad, viendo extraña cualquier otra posibilidad. Era un progreso que disfrutaba, y saber que Gemma no necesitaba tal intervención, pues ya aceptaba esta vida plenamente, me hacía aún más feliz. Ella se esforzaba por mantener a Lily contenta y estaba en camino de convertirse en una buena amiga.
Helena, por su parte, guardaba silencio. Sabía bien qué clase de monstruo era, pero ya había decidido estar conmigo y no le importaba. Ella simplemente nos acompañaba en este paseo, antes de regresar a Hogwarts para evitar sospechas. Cada ciertos días, Helena visita el feudo para absorber energía espiritual en el cementerio, preparándose antes de los rituales más intensos que la harán más consistente en el mundo físico.
En realidad, los fantasmas de este mundo no son almas completas. Son fragmentos, un remanente del alma principal que queda cuando un mago muere sin poder aceptar la muerte. Representan solo un 10%, una cáscara dejada atrás mientras el resto del alma termina en el dominio de la muerte. Mi objetivo es recuperar el resto del alma de Helena del reino de los muertos, pero para ello necesito fortalecer su esencia primero. La ventaja es que, desde que absorbí el poder de la capa de invisibilidad, soy mucho más consciente de esta energía y de los misterios de la muerte.
Después de un recorrido lleno de explicaciones, juegos y algo de amor, en el que Lily terminó caminando apretando las piernas y casi pidiéndome que repitiera lo sucedido en aquel baño, nos separamos. Helena se marchó, y Lily tenía que reunirse con Eileen para seguir aprendiendo magia, algo que pronto también será responsabilidad de Gemma enseñarle. Mientras tanto, Gemma se dirigiría a hablar con Andra para organizar su alojamiento.
Por mi parte, tenía cosas importantes que atender, entre ellas la compra de un nuevo elemento para el feudo, que tenía un valor realmente alto: 10,000 galeones. Aunque parecía un precio desmesurado para un simple tablón de anuncios, decidí adquirirlo por que estaba en la categoria de elementos especiales. Me dirigí a la plaza y lo compré, y en ese instante apareció allí mismo. Pero cuando vi sus funciones, la sorpresa fue enorme.
[Tablón de Misiones]
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- Misión diaria:
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[Recolectar (0/15) hongos luminiscentes en la "Cueva Misteriosa".]
-Recompensa: 25 galeones, x1 hongo luminiscente.
-Duración: 12 horas.
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[Derrota (0/1) toro enfurecido en la "Pradera de los Agricultores".]
-Recompensa: 30 galeones, x1 piel de toro enfurecido, x2 cuernos de toro enfurecido.
-Duración: 2 días.
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[Medita en la Torre Trueno por (0/4) horas]
-Recompensa: x1 esencia de rayo por hora.
-Duración: 4 horas.
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Misión mensual:
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[Guerra de Troya]
Duración: 2 años
Objetivos:
>Elige un bando (opcional)
>Sobrevive hasta el fin de la guerra
>Derrota a los griegos y/o los troyanos(opcional)
>Derriba la muralla de Troya o usa el Caballo de Troya(opcional)
Recompensa general:
>5,000-25,000 galeones (según desempeño y tesoros encontrados)
>200-1,000 monedas de cristal (según desempeño y tesoros encontrados)
>Armas y/o armaduras magicas
Recompensas adicionales:
>Según desempeño
>Ladrillos de la muralla de Troya (los muros pueden absorberlos para fortalecerse)
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Observé el panel de madera cubierto de pergaminos y la pantalla que detallaba cada misión. Eran misiones dignas de un videojuego, pero al mismo tiempo, mucho mas. Con la habilidad [ayuda], podía conocer los detalles que no estaban a simple vista.
Estas misiones eran como las campañas secundarias. Al aceptarlas, sería transportado a un mundo temporal para cumplir los objetivos en el tiempo especificado. A diferencia de las campañas adicionales, no perdería mis recuerdos ni mis habilidades al regresar, lo que significa que todo lo aprendido o ganado en ese mundo temporal se conservaría. Además, cualquier objeto que creara con materiales traídos del mundo real podría regresar conmigo.
Otros aspectos hacían que este tablón fuera aún más valioso. Podía controlar el flujo de tiempo en las misiones, haciendo que lo vivido allá durara un instante aquí, y elegir si envejecía o no en la misión y si ese envejecimiento tendría efecto al salir. Además, no era algo exclusivo para mí; cualquier persona a la que le diera permiso podía participar y, con mi aprobación, incluso conservar sus recompensas.
Mi mente trabajaba a toda velocidad, planificando todo el potencial de este sistema, al punto de que cualquiera diría que salía humo de mis oídos. Estaba tan entusiasmado que casi gasto aún más galeones y monedas de cristal en actualizar el tablón para desbloquear más misiones o mejorar sus características.
La emoción me llevó a probar la misión de meditación de inmediato, y pronto comprendí cuál era el verdadero desafío. Para que la actividad contara como "meditación" y avanzara en la misión, necesitaba alcanzar un nivel de concentración considerable. Esto era mucho más difícil de lo que parecía, ya que los truenos resonaban con tal intensidad en aquel lugar que toda la pequeña y elevada construcción en la montaña vibraba bajo su fuerza.
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3er Capítulo Adicional
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