Para el mayordomo, la joven señorita Staton no debería conducir. Ella debería ser llevada por un chofer a donde quiera que fuera. De lo contrario, se consideraría que él había faltado a su deber.
Nicole se rio y dijo:
-Señor Anderson, eso no es necesario. Puedo conducir. No se preocupe. -ella no dijo nada más y colgó el teléfono. Saco el coche del garaje y se dirigió a la oficina.
No había tráfico, así que tuvo un viaje tranquilo. Sin embargo, Nicole estaba un poco desconcertada por el hecho de que los demás coches de la carretera la evitaban activamente. Incluso cuando estaba esperando en un semáforo, los coches de enfrente y los de atrás estaban a varios metros de distancia.
Cuando Nicole llego a la oficina, le dio las llaves al aparcacoches y entro al vestíbulo. Por el rabillo del ojo, Nicole se dio cuenta de que Samantha Lindt la miraba indignada con un indisimulado resentimiento.
Nicole estaba desconcertada.
-Señorita Lindt, ¿Por qué no sube si ya está aquí?
Samantha resoplo con frialdad y la miro con recelo.
-Debes agradarle mucho al señor Staton, como para que te regalara un coche tan caro. Debe valer más de 2 millones de dólares, ¿no?
Nicole frunció el ceño y recordó algo. Se rio levemente y se echó el cabello para atrás.
-Es solo un coche. ¿Por qué iba a necesitar que alguien me lo comprara? Puedo comprarlo yo misma… -ella fijo su mirada en la cara enrojecida de Samantha y se dirigió al ascensor privado del presidente como si no hubiera pasado nada.
Logan se reunió con Nicole en el piso de arriba y le informo de la reunión que tendría lugar más tarde. Nicole entro en la sala de conferencias con sus tacones altos. Samantha también entro al mismo tiempo. Nicole echo un vistazo a la multitud y vio que todos estaban presentes.
-Empecemos.
Habían llegado a un consenso con la Corporación J&L sobre la dirección de esta cooperación. Lo demás era sobre los detalles. Todos sus beneficios e intereses residían en estos detalles omnipresentes. Cada pequeño detalle implicaba grandes beneficios, así que tenían que discutirlo más.
Algunos de los accionistas eran también jefes de departamento. Ya estaban muy descontentos de que Nicole tomara el puesto de la nada. Por lo tanto, no eran tan proactivos con ella ya que Grant no estaba presente.
Esos accionistas discutían sobre algunos aspectos y retrasaban los avances. Cuando el equipo de Nicole proponía una idea, los otros se excusaban y eludían la responsabilidad. Ella miro al grupo y supo que solo estaban allí para ver el espectáculo.
Samantha Lindt se limitó a sentarse a un lado y a hacer muecas. Micah Zielinski también asistió a la reunión, lo cual era raro, pero no dijo ni una palabra. El observaba como los demás ponían a Nicole en una situación difícil y sonreía como un viejo zorro.
-vicepresidenta Nicole, después de todo, aun es muy joven. Aunque ha conseguido ocuparse de este proyecto de la Corporación J&L, todavía no tiene experiencia en este campo y no sabe si ganara o perderá dinero. Además, simplemente no nos atrevemos a arriesgar demasiado. Vicepresidenta Nicole, tiene que comprender como nos sentimos los demás.
Nicole curvo los labios.
- ¿Comprender como se sienten? Señor Zielinski, ¿Quiere decir que quiere romper nuestro contrato con la Corporación J&L?
Micah Zielinski se quedó sorprendido por un momento.
- ¡Claro que no! Es que el señor Staton está fuera del país, así que no podemos tomar la decisión. ¿Por qué no lo posponemos y esperamos a que el presidente regrese?
Nicole bajo la cabeza y sonrió. Sus ojos se oscurecieron y su rostro se volvió frio mientras miraba a los presentes.
-Entonces, ¿todos ustedes no trabajan si el señor Staton no está presente? ¿Van a hacer huelga? -Nadie esperaba que la siempre alegre Nicole se enfadara de repente. Aunque Nicole parecía una amante mimada, ciertamente no era fácil de engañar. -Todos ustedes son los mejores en la industria. Si retrasan repentinamente el progreso solo porque el jefe no está aquí, ¿soportaran las perdidas? ¿Podrían permitírselo? ¿Qué empresa querría contratar a gente así?
La mirada de Nicole era fría y severa mientras recorría los rostros de los presentes.