*Puff* ... *Puff*
Los ruidos ahora estaban lo suficientemente cerca como para reconocerse que eran las cajas de suministro cayendo al suelo.
Los marineros movieron todas las cajas que tenían delante de ellos con facilidad, no parecía que sus cuerpos estuvieran controlados por una criatura, si no fuera porque todas sus acciones se realizaban sin hablar.
Al escuchar los pasos pasando por su espalda dirigiéndose a la cubierta, Lucas noto que había un problema, parecería que todos los marineros estaban encantados esta vez.
Fue ahí que Lucas se dio cuenta del error del capitán, si todos los marineros tenían que trabajar juntos para desbloquear la salida a la cubierta, entonces el monstruo marino que murmuraba en su oído encantaría a todos los marineros a la vez.
"Parece que esta noche es el final de La Vieja Ana y el comienzo de otra aventura solitaria" murmuró Lucas, bastante deprimido por su mala fortuna.
Desde la red vio que Paulo seguía en la puerta, sentado cómodamente como si no notara el pasillo lleno de marineros que lentamente se dirigían hacia la puerta.
"Las cazadoras no tienen apuro..." Dijo Lucas, pero justo cuando estaba por irse a dormir de nuevo, noto que Paulo lo miraba con cara aturdida.
Al ver el rostro aturdido del timonel, unas lágrimas empezaron a manchar el rostro de Lucas.
Camino lentamente hacia el timonel, algo asustado por los días de soledad que tendría que permanecer escondido en este barco.
"Si sales a la cubierta, vas a morir" Intentó salvarlo Lucas, sin embargo, parecería que su intervención solamente aceleró la muerte de Paulo.
El timonel lo ignoró mientras buscaba algo en la habitación.
Al recordarse a sí mismo que no podía hacer nada, Lucas volvió a su red para ponerse a dormir de nuevo.
Ya acostado en su red, dio un último vistazo a los marineros que ya habían comenzado a subir a la cubierta junto con Paulo.
"Fue divertido mientras duro" murmuró el grumete
"Valió la pena seguir luchando, para poder vivir este tipo de aventuras"
"Pero es una lástima que siempre duren tan poco, no quiero estar solo de nuevo"
Lucas se acurrucó en su cama y trató de no pensar más en el asunto, mientras dejaba que la dulce voz en su oído y las mareas del mar lo invitaran al mundo de los sueños.
Poco a poco, el grumete fue cerrando sus ojos, mientras las imágenes de los momentos felices en el barco empezaron a inundar su cabeza. Realmente había conocido muchas personas extraordinarias en estas pocas semanas y si bien todas morirían hoy, todavía vivirían como recuerdos en el corazón de Lucas.
La noche ya era bastante profunda, finalmente los ruidos de marineros saliendo por la puerta habían cesado y Lucas se hallaba profundamente dormido.
Pero nuevamente, unos ruidos extraños empezaron a razonar por todo el barco, pero esta vez no eran el sonido de cajas cayéndose …
*Ja, ja, ja* ... *kj, kj, kj* ... *Ja, ja, ja* ... *kj, kj, kj*
Dos risas estridentes y eufóricas, se escucharon intercaladamente, rompiendo completamente la atmósfera pacífica que se había creado.
Lucas se despertó con el ruido y antes de poder preguntarse que carajos estaba pasando, sus ojos comenzaron a ponerse completamente negros.
De un salto se puso de pie, estiró las manos sobre su cuello y despreocupadamente bostezo mientras caminaba hacia la puerta del camarote.