Lanza un fuerte suspiro, que después es acompañado de unas palabras.
"Sin duda eres una diosa y tendría que odiarte por el solo hecho de serlo, pero me agradas, no creo que seas alguien mala por más que hayas cometido un sinfín de asesinato, ya que ninguno de ellos tuvo algo que ver conmigo, así que no me importa y me alegra haber podido tener esta conversación contigo. Si nos hubiéramos conocido mucho antes estoy seguro de que te hubiera ayudado de cualquier manera posible."
"También me hubiera encantado haber podido pertenecer a tu religión para patearles el trasero a eso malditos. Sin embargo, no importa lo que suceda, en este estado no puedo hacer mucho."
"Ya estoy acabado."
De manera repentina muchas lagrimas salen de su rostro, lo cual creí imposible después de haber pasado por tantos hechos que lo hubieran hecho llorar mucho más.
A pesar de la sorpresa de ambos, Seren entre lágrimas le recuerda algo a la diosa.
"¿Recuerdas que te pedí un deseo a cambio de contarte eso de los dioses?."
Ella asiente con su rostro peludo y desde encima de él con un sonriente "Ok".
Estaba feliz e intrigada por saber ese deseo que había mencionado Seren desde un inicio.
"¡Quiero morir y dejar de sufrir en esta celda!."
Eso la impacto hasta el punto de que su rostro peludo parecía desconcertado y poco a poco se volvía en una expresión triste.
"Sin duda cualquiera preferiría morir antes que estar en ese estado y haber sufrido tanto."
"Su cuerpo grita por querer despedirse de este mundo."
"Matarlo no sería nada complicado, pero, ¿en serio quiere morir así?."
La diosa Erika salta con su pequeño y peludo cuerpo hacia delante.
Cae sobre el pecho de Seren y se le acerca a la cara.
Seren grita por dentro apenas ve esa cosa negra pasar por encima de él.
"¡Eheheeehhhhhg!."
"¡Ahhhhhhhhhh es un gato!."
Menciona con un grito en tanto el gato negro se le acerca hasta su cara.
Seren se desconcertó apenas lo vio.
"¡¿Cómo entro un gato hasta acá?!."
Piensa desconcertado mientras el gato le lame la cara.
"No te preocupes, Seren. Soy yo, la diosa Erika que te a estado hablando durante todos estos momentos"
Menciona contenta y riéndose por la reacción de el al ver que era un gato.
Estaba realmente sorprendido, jamás pensó que esa mujer que le hablaba era una diosa.
Es mas, siempre pensó que era esa bruma que estaba encima.
Pero verla pasar por encima lo asusto y descubrir que ella era la diosa lo impacto de buena manera.
Era irreal ver a un gato hablar.
"No veo un gato desde hace mucho tiempo y es la primera vez que tengo frente a frente uno que es un dios y puede hablar. Esto es raro. No se que pensar."
Mientras hablaba en un tono serio, la diosa Erika no paraba de reírse por su reacción y las cosas que decía.
"¿Podrías dejar de lamer mi rostro?."
Ella contesta un rotundo "¡No!." Muy enojado.
"De seguro piensas que esta diosa, que tienes en frente es un gato, pero la verdad no lo soy, solo uso este cuerpo para poder moverme por este mundo, ya que en realidad mi cuerpo es uno igual al humano, así que solo es un cambio de forma que uso debes en cuando para no llamar la atención."
Seren se queda pensando mientras dice un leve "Eehhhhehhh" de no entender bien sus motivos.
Seguido de ese momento impactante para el chico la gata agarra con sus pomposas patas delantera el rostro de Seren y mira con seriedad ese rostro sin vida para hablarle.
"Puedo cumplir tu deseo, puedo hacer que ya no tengas que sufrir nunca más…"
Escuchar esas palabras le dio una gran satisfacción.
"…Sin embargo, también puedo darte una nueva vida y la venganza que buscas."
Esas palabra provocaron una gran emoción en su corazón.
Oír esas ultimas palabras lo ponía más que contento.
Seren, acelerado y emocionado le hace una pregunta a la diosa.
"¿A que te refieres con eso último?."
Estaba tan feliz que no podía contenerlo en su voz.
A pesar de que sabía sobre la respuesta preguntó para recibir una mejor respuesta.
Desde el rostro del gato surge una pequeña sonrisa emocionad.
"Nunca pensé que deambular por estos lares me traería mucha felicidad."
"Gracias a ti descubrí esta maravillosa noticia y puedo volver a luchar para salvar el mundo y ponerle fin a todos esos malditos dioses."
"No puedo luchar sola, ya no soy lo que era antes, pero tengo un poco de poder para darle la bendición a alguien y convertirlo en mi apóstol."
"Los demás dioses deben estar dando sus bendiciones a las otras personas de tu mundo para hacerlos apóstoles y comenzar con su lucha. Sin embargo, jamás se esperaran que yo también participe del Ragnarök a escondidas y cuando menos se lo esperen nosotros les daremos el golpe que se merecen."
"¡Voy a luchar!. Esta decidido."
"¿Quieres luchar contra todos los dioses al lado de la diosa más malvada de todos los tiempos?."
….
No recibe respuesta alguna de Seren.
Ella parece confundida.
"¿Acaso no te gusta mi propuesta?."
"Si aceptas volverás a estar de pie, podrás moverte a placer y podrás disfrutar de la vida que te arrebataron."
Nuevamente no responde.
La diosa no entendía lo que sucede.
Sin embargo, lo que en verdad sucedía es que Seren estaba tan impactado por esta gran oportunidad, que todavía no había reaccionado del todo.
"¡En serio esto es maravilloso!."
"Jamás pensé que tendría tal oportunidad. Podre vengarme y tener una nueva vida. No hay nada mejor que eso."
"Ya sabes mi respuesta ¿verdad?."
La diosa asiente con su cabeza de gato.
Dice con un tono emocionado y contento.
Estaba tan acelerado y emocionado que no dejaba de murmurar y pensar en un montón de cosas.
"¡Acepto convertirme en el Apóstol de la diosa malvada!."
Ante esas palabras la gata hace una expresión que parecía un pequeño puchero en tanto dice algunas palabras.
"¡Oye! No soy una diosa malvada porque quisiera."
Menciona entre risas.
Seren se ríe y asiente a sus palabras.
"Por cierto, ¿Por qué yo?."
"Entiendo que haya sido yo el que te dio esa importante información, pero al saber lo que te dije te podrías haber ido dejándome acá para que en tan solo días muriera."
Se sorprende un poco por esa pregunta.
La diosa se sonroja un poco antes de dar su respuesta.
"Lo hice porque me caes bien y ambos tenemos el mismo objetivo. Además, podemos llegar a ser muy buenos amigos o eso note por lo que hablamos."
Esas palabra también lo hicieron sentir un poco raro y le contesto un poco tímido.
"¿Ser amigo de una diosa malvada?."
"Sería la mejor elección de mi vida."
Así fue el comienzo de todo.
El inicio de la historia de la Diosa caída y de su apóstol en busca de la venganza y la salvación del mundo.
Sin embargo, también sería el preludio de una trágica historia.
-CONTINUARA-