Ahora sus ánimos aumentaron.
Eso me alegra.
No quiero que la maltraten por mi culpa.
La princesa se levanta y yo hago lo mismo.
Al instante en que nos levantamos se lanza contra mí y me abraza.
"Gratias po ser Bouno con migo."
Tras ese saludo ella y el sacerdote se van del lugar.
"Nuevamente solo."
No voy a desperdiciar la comida que me trajeron.
"Esta es la primera vez que pruebo algo de otro mundo."
El pan sigue siendo lo mismo, la diferencia es que es más duro.
Diría que estas patas son de pollo, pero son mucho más pequeñas, así que no sabría decir a que animal corresponden. Además, esta acompañado de algo que se parece a un tomate mucho más grande de lo normal.
No está rico, pero tampoco feo.
No importa si la comida no sabe bien, nunca hay que despreciar un plato en la mesa. No todos tienen la posibilidad de tener comida en sus bocas.
Aunque el que tiene menos posibilidades de sobrevivir soy yo en estos momentos.
Suspiro de mala gana.
"Ya no confío en los dioses, así que no se a quien pedirle que me salve."
Mejor me acuesto a dormir un rato.
XXX
Luego de la visita de la princesa acompañada del sacerdote, Seren aprovecho el momentos para comer lo que Jacke le había traído y mientras dormía intentaba pensar en algo que lo pudiera sacar de ese lugar.
Puso su mirada en cada parte de la celda, pero no encontró ningún punto muerto.
Cuando hicieron este lugar ni se molestaron en darle un respiro a los prisioneros, ya que no tiene ni un lugar por el que entre la luz solar.
El lugar esta compuesto de cuatro paredes asfixiantes sin ningún lugar en donde poder respirar o ver hacia afuera, era digna de ser una Cárcel.
En frente de Seren había grandes barrotes de hierro por los cuales podía ver hacia afuera de su celda, pero no era la gran cosa.
Había un pasillo y en frente una celda vacía.
Era imposible de escapar del lugar o al menos intentarlo.
Estaba deprimido y molesto por lo que estaba pasando.
Los dioses lo había lanzado como basura a un mundo que desconocía.
Después la familia real hizo lo mismo.
Nadie lo trataba con algo de respeto, simplemente lo mandaban a la basura y ahora lo iban a utilizar para salvar el pellejo de un noble corrupto.
Tras no encontrar una forma de huir le era imposible no enojarse.
Estaba a punto de volver a morir.
Eso lo hacía enojar mucho.
Era tanto su enojó, que golpeaba debes en cuando el suelo o la pared.
Más que enojo era la impotencia de no poder salvarse de ninguna manera.
También la mayor parte de su enojo no se debía a que iba a morir, sino que estaba furioso por todo lo que le estaba ocurriendo y la manera en que lo iban a utilizar.
Paso horas en la celda.
Estaba aburrido.
Lo único que recordaba en estos momentos y lo hacía sacar una pequeña sonrisa era meditar sobre Jacke.
Lo hacia inmensamente feliz tener en la cabeza la sonrisa de la princesa.
Jacke sufre tanto cada día, que ver esa hermosa sonrisa lo aliviaba.
Además, la princesa y el sacerdote eran sus primeros amigos en este desastroso mundo.
Mientras pensaba y pensaba en la forma de salir del lugar varios ruidos se empiezan a escuchar desde lo lejos.
Logra escuchar un montón de pisadas fuertes que poco a poco oyen más cerca.
No solo eso, sino que también las voces y los gritos se escuchaban cada vez más.
Oír eso provoco que Seren se levantara rápido de la paja y se pusiera atento.
En un pequeño momento esos ruidos se calmaron y se pudo disfrutar de un inmenso silencio.
Sin embargo, soldados con uniformes bastante antiguos a lo que Seren estaba acostumbrado a ver entran agresivamente con porras y se dirigen a golpearlo.
Seren nota al instante las intenciones de los soldados y arremete contra ellos.
Golpea y lucha hasta el punto de haber dejado a muchos en el piso, pero eran tantos los uniformados, que después de unos minutos lo molieron a golpes con porras.
Entre seis soldados le pegaban en el piso hasta dejarlo inconsciente.
El cuerpo había quedado todo moretoneado.
Uno de los soldados se acercó furioso y le pego una patada en la cara.
Varios de los dientes se le cayeron y parte de la cara quedó un poco desfigurada.
Luego lo agarraron entre varios y se lo llevaron del lugar.
XXX
En las afueras del palacio había tanta gente, que parecía un festival.
Toda la familia real estaba en su balcón del palacio.
La princesa y el sacerdote también estaban allí.
Se sentía un poco incomoda conque toda la multitud la viera.
Mientras el rey le hablaba a su pueblo, la reina le habla a su hija con un simple movimiento de labios.
"Te busque por todos lados y no te encontré por ningún lado, ¿en donde estabas?."
La niña se pone nerviosa y entrecruza sus dedos.
No puede mantener su cuerpo quieto y mueve sus piernas.
"Eh…ehhh…taba juando…e el pato."
Se avergüenza por la forma en que hablaba.
Su madre gira un poco su cabeza y la mira desde un costado.
"Esta bien, la próxima vez que tenga que buscarte te voy a educar como la última vez."
Jacke asiente con una sonrisa leve y se queda quieta.
Mientras tanto el lugar estaba lleno de soldados con armas, que cubrían la calle que estaba en frente de la entrada del palacio.
A los costados de esta calle estaba llena de personas.
Parecía un recital de un cantante o como si la misma familia real fuera a salir por esa calle.
Sin embargo, el motivo de todo esto no era tan feliz.
"Mi amado y querido pueblo, como todos sabrán siempre busco el bienestar de mi gente."
"Lo he demostrado con cada una de mis decisiones."
El pueblo grita con emoción.
"Es por eso que quiero que el pueblo sepa de la difícil decisión que tuve que tomar."
"Estoy seguro de que todos están al tanto de lo sucedido con el embajador de Kivields….ante tal problema nacional he decidido que ese noble corrupto tendrá que pagar por lo que hizo."
"Hoy nuestro pueblo le dará su merecido y luego de que hablemos con los diplomáticos de Kivields para arreglar nuestros desacuerdos enviaremos a ese maldito noble a que lo juzguen haya por haber matado a su diplomático."
"¡Por su culpa estuvimos a punto de ir a la guerra y gracias a esto podremos salvarnos de perder a nuestros familiares!."
-CONTINUARA-