Bajo a la cocina y encuentro a mamá. Cariño come algo, no te vayas sin desayunar, te enfermarás.
Mami, ya es tarde, me temo que no tengo tiempo de hacerlo, si me quedo un poco más, llegaré tarde.
Compraré algo de camino a la oficina, ¡no te preocupes por mí, por favor!
Te veré más tarde. Te amo mami.
No espero su respuesta y salgo de casa a toda prisa, subo al auto y me dirijo a la oficina, dejo el auto en el estacionamiento. Frente a la oficina hay una cafetería, salgo a toda prisa del edificio y cruzo la calle. Ingreso a toda prisa en el establecimiento y pido un americano y un croissant. Al tener mi pedido doy la vuelta de prisa y boom, me topo con un tipo, que, aparte de ser guapo, lo arrogante le sale por los poros, me dice:
¿Acaso eres ciega? Y ¡me fulmina con la mirada!
Solo reacciono con un: ¡carajo! Ese era mi desayuno y tú ¡no eres comestible!
Al verle la cara vuelvo a reaccionar con un: lo lamento tanto ¡he arruinado tu traje!
Al levantar la mirada y ver su rostro, me avergüenzo, me ve desconcertado y mi cabeza da vueltas, esa mirada es ¿ternura?
Por Dios lo lamento tanto, no puedo recompensar te, voy tarde. Volteo al mostrador y le digo a la chica que nos ve molesta por manchar su piso, por favor dame otro pedido de lo mismo, pago y vuelvo a decirle al chico guapo con cuerpo de semi Dios y complejo de inmortal, tu desayuno corre por mi cuenta, ¡lo lamento tanto! Sonrío y me retiro del lugar.
Cruzo de nuevo la calle e ingreso al edificio, hablo con la recepcionista y me envía a recursos humanos, en esta área me llevan a mi lugar de trabajo y me indican que me estarán llamando para firmar mi contrato laboral. Me dan una pequeña introducción a mis qué haceres diarios y me indican que debo esperar a mi jefe que no tardará en llegar.
Estoy atendiendo el teléfono y tomando nota de los mensajes para mi jefe y al terminar la llamada escucho el sonido del elevador llegando al nivel, me levanto doy los buenos días y cuando volteo a ver, él está ahí, parado viéndome, arruga la frente y me ve desconcertado, solo lo escucho decir: ¡tú!
¡tierra ábrete, trágame y escúpeme fuera de esta empresa! Es el sexy con cuerpo de semi dios, cara de ángel y complejo de inmortal, ¡Derrame café en mi jefe! ¡No puede ser!
Lo escucho decir: Samantha, ¡buenos días! Avanza hasta quedar a unos dos pasos cerca de mí, extiende su mano a modo de saludo y vuelve a decir: ¡es un placer conocerte!
Me cuesta asimilar lo que está pasando, cuando logro reaccionar imito su gesto y lo saludo de la misma forma, sonríe, pero no es por cortesía, algo me dice que tengo cara de tonta y a él le causa gracia mi reacción.
¡jefe, lamento tanto lo de su traje! Es lo primero que logró articular después de quedar como tonta.
ERICK:
El encuentro en la cafetería con esa chica fue algo intenso, su olor, es como el de ella y por Dios, ¡el parecido es extraordinario! podría ser su hija, ¿serán familia?
He quedado tonto con la reacción de ella, no mentiré al decir que al principio me molestó la situación, pero al ver la vergüenza en su cara, sus mejillas sonrosadas, y su gesto, esa linda chica invitó mi café, normalmente soy yo quien invita a las personas, su gesto me fascinó.
Recibo mi recompensa por dejar que me bañara en café y salgo de la cafetería, entro al edificio y Cathya me indica que ya ha llegado mi asistente. Trato de relajarme y no dejar expuesto mi lado amable y paciente, agradezco la información, entro al elevador y subo a la oficina, al abrirse las puertas, escucho la muy amable bienvenida, y al subir la mirada, la veo a ella, sonrío como tonto ante esa chica, es toda una Diosa y con el gesto del desayuno ya ha ganado puntos.
No sé porque, pero tengo la sensación que ya la conocía. No puedo dejar de verla, tomo la iniciativa y me presento, me acerco y extiendo mi mano, al recibir su mano me siento tan atraído hacia ella. Es ella, estoy seguro. ¡ella es mi alma gemela!
Le indico que pase a mi oficina, tenemos que ponernos de acuerdo sobre la forma de trabajar.
SAMANTHA:
Trato de no fantasear al ver su rostro, me está indicando las labores del día y la mayor parte de la reunión, volé, estoy segura que volé muy lejos de ese lugar. Tengo una vaga idea del trabajo, y sé, desde ya, nos llevaremos bien.
El día se fue rápido, olvidé que no desayuné, bajé a comprar algo sencillo para mi almuerzo, comí y subí de nuevo a la oficina.
Le llaman muchas amigas para saludarle, indicó que no le moleste con llamadas sin importancia, que diera una excusa simple y colgara.
Llegó la hora de salir, el día pasó demasiado rápido para mi gusto, antes de retirarme, pasé a la oficina, toque la puerta y nadie respondió, volví a tocar y nadie respondió, al tercer toque y no tener respuesta me preocupe, abrí la puerta de forma lenta y dije: ¡puedo pasar! Pero nadie respondió. Revise con mi vista por toda la oficina y no había nadie, me sorprendí, no lo vi salir, estaba por darme la vuelta y salir cuando escuche su voz decir: mi ama, ¿eres tú? Regrese y busque el lugar de donde venia la voz, y si, en un sillón recostado, estaba él, se veía tan tierno, dormía y tenía un sueño, sonreía, no puede evitar entrar en la oficina tomar su abrigo que estaba en el respaldo de la silla y cubrirlo. Estaba por salir cuando escuche su voz de nuevo decir: ¡Samantha te pareces mucho a ella! Volteo a ver y seguía dormido, estoy alucinando o, ¿está soñando conmigo?
Me corregí mentalmente en el mismo instante en que lo pensé, ¿Cómo podría estar soñando conmigo? Realmente estoy loca.
Salí de la oficina y me fui a mi casa.