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Chapter 4 - Capítulo 04: La diosa y el pobre.

Mientras Harold hablaba un BMW serie 7 se estacionó cerca de donde se estaba desarrollando la discusión.

Justo en ese momento, una dama se bajó del auto y miro a Alex con sorpresa.

«¡Alex!».

Era una dama de rara belleza.

Ella tenía rasgos faciales perfectos. Su cabello era negro y caía sobre sus hombros.

El vestido azul de un corte elegante, pero juvenil le hacía resaltar su hermosa figura, destacándola de todas las mujeres que la rodeaban. Su figura escultural era realmente agradable a los ojos, irradiando sensualidad natural.

Su belleza era algo fuera de este mundo, del que se habla, pero nunca se ha visto, como una joya escondida en una bóveda secreta. Ella era la epitomé de una diosa.

Todos los hombres a su alrededor estaban aturdidos. Simplemente no podían apartar la vista de ella.

Incluso Daniela también se sorprendió por su belleza, quería esconderse en un rincón porque estaba celosa, sintiéndose tan pequeña delante de ella. No era nada comparada con ella.

El premio a la mejor reacción fue para Harold. Su cara se puso roja, sus dos ojos bien abiertos. Se sentía como un lobo hambriento frente a la presa, no podía esperar a lamer los pies de la diosa Lucy.

Daniela estaba celosa, ella usó toda su fuerza para pellizcar a Harold, sin embargo, Harold ni siquiera se inmutó. Era como si la misma medusa lo hubiera convertido en piedra.

Lucy, por otra parte, no tenía ojos más que para Alex King.

Ella llevaba toda la mañana pensando en la forma de encontrar a Alex King para devolverle el teléfono que dejo en su auto, y justo ahora se lo encontró, por eso no dudo y se estacionó para ir hasta donde estaba él, sin percatarse de lo que estaba sucediendo.

Esa escena dejo sorprendido a los presentes.

¿Quién no conocía a la diosa Lucy en todo Rever City?

Y ahora la diosa estaba llamando a ese chico pobre por su primer nombre.

Alex King se giró al escuchar que lo llamaban.

«¡Ha! Hola, Lucy, eres tú». Respondió Alex King con una sonrisa en su rostro.

Lucy se sorprendió al ver que Alex de nuevo la llamaba por su primer nombre, pero luego de ver quienes estaban junto a Alex, pudo adivinar uno o dos puntos de lo que estaba pasando.

Lo que paso con Alex King y Daniela en la puerta de la universidad fue un gran evento, Y la noticia había llegado a los oídos de Lucy durante mucho tiempo.

«Este pequeño diablillo, está usándome de nuevo para sus venganzas» pensó Lucy, pero a ella no le importo, incluso ella empezó a sentir simpatía hacia Alex King después de enterarse lo que le había hecho Daniela y Harold.

«Llevo toda la mañana buscándote Alex, esta mañana dejaste tu teléfono en mi auto cuando te bajaste, dime ¿Cómo vas a hacer para contestar mis llamadas si no tienes teléfono?» dijo Lucy mientras con la mano le devolvía el teléfono.

La forma en la que hablo, y la forma en la que miro a Alex, fue como una novia muy enamorada mira a su novio.

Al ver cómo le estaba mirando Lucy, hizo que todo el cuerpo de Alex se estremeciera, ¿a qué hombre joven no le va a gustar que una mujer hermosa como Lucy lo mire de esa manera?

Pero Alex no era tonto, él sabe que ella debe haber notado su intención al llamarla por su nombre, y en vez de molestarse, lo estaba ayudando.

«Yo me estaba preguntando donde lo había dejado, gracias Lucy» le dijo Alex.

Todo había pasado muy rápido, Harold y Daniela que, hasta hace un minuto, se estaban burlando de Alex, ahora estaban con la boca abierta, tan abierta que podía entrar en ellas un puño.

Harold sentía que antes cuando le estaba diciendo a Alex, que él era el mejor hombre, porque estaba con la mejor mujer, para los ojos de Alex él era solo un mono en un circo, porque frente a la diosa Lucy, ¿qué son 100 Daniela?

Todo esto fue como recibir cien cachetadas en su rostro.

Lucy continuó hablando con Alex, como si más nadie existiera en ese lugar, y Alex hizo lo mismo.

«Alex, vamos a comer algo, ya es medio día, y aún no he comido» dijo con una mirada dulce mientras se mordía los labios.

Alex quería rechazar la invitación de Lucy, porque con el dinero que cargaba con él, solo podría llevarla a comer a un puesto de comida en la calle. Pero sabía que, si rechazaba la invitación de Lucy, la imagen que había formado para Harold y Daniela no aguantaría, por eso había decidido aceptar ahora, y luego cuando se fueran en el auto, rechazaría con cualquier excusa.

La escena de Alex dejando el sitio en el auto de Lucy, dejo a todos sorprendidos.

...

«Srta. Williams, le pido disculpa por lo que la hice pasar hace un momento, espero no haberla molestado». Dijo Alex mirando a Lucy con preocupación.

Aunque Lucy era una buena chica, los antecedentes de su familia, era muy grande en todo Rever City.

La atmosfera en el auto se enfrió, la tensión se podía cortar con un cuchillo, Alex King nunca se había arrepentido de sus decisiones en el pasado, pero esta vez tenía que admitir que se le fue un poco la mano al aprovecharse del nombre de la Srta. Williams.

«¿Cómo es que ahora soy de nuevo la Srta. Williams?, no me había dado cuenta de que antes eras una persona desvergonzada», Dijo Lucy con una sonrisa en su rostro.

Esa imagen a los ojos de Alex, lo hizo sentirse como atrapado en un sueño.

La belleza de Lucy no era algo a lo que un hombre podía mantenerse indiferente.

«Por cierto, con esta ya son dos, las que me debes. ¿Cuándo piensas pagarme?»

Alex King se encogió de hombros, en su situación actual no había nada con lo que podría pagar lo que recibió de Lucy Williams.

«Srta. Williams, justo ahora no hay nada que yo pueda ofrecerle como recompensa a lo que ha hecho por mí, pero si hay algo que pueda hacer por usted, siempre estaré dispuesto a hacerlo».

Lucy sonrió, para ella las dos cosas que hizo por Alex King, eran insignificante, como podrían valer más que un simple agradecimiento.

Ella no sabía, que, con sus acciones en la mañana, le había dado el aliento necesario Alex King para mantener su vida.

«Ok, lo tomaré en cuenta, por cierto, ¿dime a donde te dejo?» Pregunto, Lucy.

«Puedes dejarme cerca del centro de la ciudad, necesito ir al banco»

Al llegar al centro de la ciudad, los dos se despidieron, no sin antes intercambiar los números de teléfono.