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Chapter 73 - ¿Quién crees que eres?

- ¿De que estas hablando? -Samara creía que se había equivocado. ¿Podría ser un truco de Álvaro?

Pero ella no podía reprimir su pánico. Las manos de Samara temblaron ligeramente. Incluso toco accidentalmente la esquina del sofá con las rodillas cuando se levantó, haciendo que frunciera el ceño por el dolor.

- ¿Paso algo? -Nuria se preocupo mucho cuando vio a Samara así.

Samara miro a Nuria y a Manuel. Ellos habían tratado a Álvaro como su propio hijo durante los últimos años. Si se enteraran de lo que había hecho, se enfadarían definitivamente. Actualmente ella estaba celosa. Era claramente su hija, pero ahora a ellos les gustaba tanto Álvaro. Además, lo trataban muy bien cuando ella lo odiaba mucho.

Samara tosió y dijo:

-Hay mucho trabajo en la empresa de Álvaro y necesito hacerlos ahora mismo. Nuria, Manuel, os visitare otro día. -hizo todo lo posible para mantener su tono lo mas tranquilo posible, pero sus manos sudaban mucho.

-Vale. Álvaro ha trabajado con mucho esfuerzo estos últimos años. Ayúdale como puedas. -dijo Nuria suavemente. Álvaro fue su yerno, así que también se preocupaba por él.

Samara no dijo nada. Rápidamente se despidió de ellos. Después, salió a coger un taxi y fue al hospital militar lo antes posible. Después de llegar, Samara se sorprendió mucho cuando vio la situación. Había dos filas de hombres vestidos de negro de pie frente a la sala de operaciones. Un hombre en una silla de ruedas mantenía una expresión fría y Josué lo miraba con rabia.

-Josué, ¿Cómo esta Álvaro? -Samara dio un paso adelante y pregunto. Podía sentir su nerviosismo, pero se dijo a si misma que todo esto era por Laura en lugar de los sentimientos que tenía por Álvaro.

Al ver que Samara estaba aquí, Josué se adelantó rápidamente.

-Samara, el señor Álvaro todavía está siendo atendido.

- ¿Qué ha pasado? -cuando se fueron Álvaro estaba bien. ¿Por qué paso esto de repente?

Antes de que Josué pudiera hablar, Javier hablo primero a su lado.

- ¿Eres Catalina?

- ¿Quién eres? -Samara miro al hombre.

El hombre tenía una apariencia muy masculina y parecía que había sido un hombre fuerte. Sin embargo, en los recuerdos de Samara, no recordaba a este hombre.

Josué subconscientemente tiro de Samara poniéndola detrás de él y dijo ferozmente:

-Señor Javier, el señor Álvaro dijo que, si quería a Catalina, tenía que obtener su permiso. Ahora que el no esta despierto, quiere aprovecharse de esto y llevársela, ¿verdad?

-Si insisto en llevármela, ¿Qué puedes hacer? Josué, después de todo, estas solo. Pero tengo a tanta gente a mi alrededor. -Javier frunció el ceño ligeramente, claramente estaba un poco enfadado.

Álvaro se atrevió a hacer algo contra él, porque confiaba en la influencia de la familia Ayala y el era el dueño de la familia. Pero Josué era solo un asistente, no era digno de nada. Esto era un escándalo.

Josué estaba enrojecido de ira. Justo cuando estaba a punto de discutir con Javier, Samara le agarro el brazo.

- ¿Puedes decirme quien es él? ¿Qué tiene que ver con Álvaro? ¿El lo ha herido? -Samara hizo varias preguntas seguidas.

Josué asintió y dijo:

-Se llama Javier Montenegro, es de la familia Montenegro. El señor Álvaro fue herido por el con una pistola. La bala entro directamente en su corazón, no se como esta ahora. -mientras hablaba de Álvaro sus ojos enrojecían.

Al verlo, Samara se aturdió al instante. Ella dio un paso adelante y miro directamente a Javier, preguntando:

- ¿Qué relación tienes con la señora Verónica?

- ¡Es mi madre! -Al ver que Samara le había preguntado directamente por su relación, la ira de Javier estaba a punto de dispararse otra vez. -Aunque Álvaro te protege, nuestra familia no te dejara en paz. Mi madre sigue en el hospital con un respirador. ¡Nunca te perdonare por lo que le hiciste!

- ¿Qué le hice? Javier, eres un hombre, pero ¿te gusta chantajear tanto como a tu madre? -Samara estaba tan irritada, por lo que naturalmente sus palabras eran más agudas.

Cuando Javier escucho lo que había dicho y pensó en la miseria de Verónica, se enfureció de inmediato.

- ¿Qué has dicho? ¿Te atreves a decirlo otra vez?

-No solo me atrevo a decirlo, sino que lo diré claramente. A pesar de que tu madre es una anciana, también no ha chantajeado sin vergüenza. Ahora te aprovechas de esta razón para causarnos problemas, ¿no crees que es un escandalo para la familia Montenegro? Si no te importa, por favor vete a casa y quédate allí. Soy una persona honesta, nunca he tocado a tu madre. Pero hoy, has herido a Álvaro, debes ser responsable por eso. -esta fue probablemente la primera vez que Samara había mostrado con tanta fuerza su apoyo a Álvaro en público.

Josué estaba aturdido por su actitud, ni siquiera sabía que debía hacer. Sin embargo, Javier nunca había sido criticado por una persona de esta manera. Incluso ella se había burlado de Verónica y de su familia. Se rio con rabia.

-Eres una mujer débil, ¿Qué más puedes hacer? -Tan pronto como Javier termino de hablar, recibió una fuerte bofetada.

Esta bofetada fue tan repentina, nadie había esperado que Samara lo hiciera de repente. Aunque Josué era el asistente de Álvaro, no se atrevió a golpear a Javier. Mientras Samara lo hizo sin pensarlo dos veces.

Al verlo, los guardaespaldas estaban aturdidos. Javier también estaba aturdido. La sensación de ardor se extendió por su cara. Samara sacudió su entumecido brazo y dijo fríamente:

-Si no le pasa nada a Álvaro, estará bien. Si no, no me importa lo poderosa que sea la familia Montenegro. ¡Incluso si arriesgo mi vida, hare que tu familia pague por esto! ¡Sera mejor que reces para que este a salvo! -después de decir eso, Samara no vio mas a Javier, se levanto y camino hacia la puerta de la sala de operaciones.

Las luces de la sala de operaciones todavía estaban encendidas y no podían ver el interior. Por lo tanto, nadie sabia lo que estaba pasando dentro. Samara estaba preocupada y sus cejas estaban fuertemente entrelazadas.

Habían pasado muchos años desde que sintió esta sensación complicada. Aunque él le había hecho daño que ella deseaba poder matarlo. Pero él no podía morir sin su permiso. Álvaro era su marido, incluso si quería sentenciarlo a muerte, nadie podía hacerlo excepto ella. Además, Laura aun necesitaba a Álvaro, así que él no podía morir.

Samara continúo persuadiéndose a sí misma, pero aún era incapaz de detener el miedo en su corazón. Estaba asustada y su cuerpo temblaba. Tenia miedo de ver que Álvaro moría en la sala de operaciones y no podía abrir los ojos. Esta escena era como una pesadilla que envolvía su mente, lo que suprimía su respiración.

-Josué, ¿Álvaro dijo algo? -Samara quería desviar su atención, pero no podía. Miro a la puerta de la sala de operaciones fijamente como si pudiera ver dentro.

Cuando escucho que Samara lo llamaba, Josué finalmente recupero la cordura.

-Si, dijo algo. -se acerco a la oreja de Samara y repitió las palabras de Álvaro.

Después de escucharlo, su expresión cambio de forma impredecible. Nadie podía ver lo que estaba pensando.

Javier finalmente reacciono.

- ¡Santo cielo! ¿Ella me ha pegado? ¿Estáis ciegos? ¿Habéis visto que ella me abofeteo? -Javier estaba a punto de volverse loco por la furia. Nunca había sido abofeteado por una mujer que no fuera su madre.

Los guardaespaldas circundantes también reaccionaron, inconscientemente queriendo atrapar a Samara.

Samara no miro hacia atrás y dijo fríamente:

- ¡Vaya! ¡Que desvergonzada es la familia Montenegro! ¿Vosotros, hombres fuertes realmente vais a atacar a una mujer? Muy bien, venga. Me he conectado en video. Ahora, voy a hacer una transmisión en vivo para que todos en Ciudad H vean y sepan como es la familia Montenegro. -después que termino de hablar, levanto su teléfono.

Su teléfono estaba conectado a una sala de transmisión en vivo y había mucha gente en ese canal. Al verlo, la expresión de Javier instantáneamente se volvió vergonzosa.

-Catalina, te dejo ir por la protección de Álvaro. Pero no te perdonare. -Javier estaba tan furioso que sintió un olor sangriento surgir, pero no quería mostrar su debilidad frente a Samara. Se dio la vuelta con rabia y aparto su silla de ruedas.

- ¡Espera! -Samara grito fríamente.

Javier realmente se paró. Después de detenerse, no supo por que fue tan obediente. Samara dijo fríamente:

- ¡Nadie puede irse hasta que Álvaro este fuera de peligro!

- ¿Eres digna de detenerme? -Javier sintió que Samara estaba loca.

Había investigado a Samara. Era una diseñadora extranjera. Ella no tenía poder ni influencia. Tampoco tenia relaciones personales en Ciudad H. era una mujer tan ordinaria, pero lo había golpeado. Además, no solo le había dado una bofetada, sino que también se atrevió a ordenarle que se quedara.

Sin embargo, Samara dijo con indiferencia:

-Cuando venia de camino al hospital, llame a mi amigo para que hablara de este asunto en la Capital. Si Álvaro esta bien, no pasara nada. Si algo le pasa, te lo dije, ¡hare que te arrepientas!

- ¿Qué clase de amigos tienes?

-No tengo muchos amigos, solo conozco a Víctor. Pero el conoce a un señor que se llama Pedro Fernández. -tan pronto Samara dijo esas palabras, la expresión de Javier cambio instantáneamente y estaba tan pálido como una hoja de papel.

En realidad, Samara no sabia quien era Pedro, solo decía lo que le había dicho Víctor. Ahora, parecía que esta persona tenia una gran influencia en la Capital y Javier realmente le tenía miedo al hombre.

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