-Creo que ya sé dónde está Carlos, pero no sé si me creeréis- dije notoriamente tenso.
-¿¡Qué dices, chaval?!- su reacción fue más fuerte de lo que esperaba, lo que me hizo retroceder un poco.
-Carlos está ahí- cogí un poco de aire y lo solté lentamente- Rodrigo es en realidad Carlos.-
-¿Qué? De verdad, ya no sé si me estás vacilando o no.- dijo, mirándome con lástima.
-No, en realidad tiene sentido- dijo Minami.- no sé si tú també te has dado cuenta, Yuki, pero su voz suena completamente igual a la de Carlos, ademar de tener la misma altura y complexión.-
-Ya veo...- dijo el inspector mientras tomaba notas.- No sé si él es Carlos o no, pero sus acciones son claramente sospechosas.-
Estuvimos allí durante algunos minutos más, aunque no sucedió nada fuera de lo común, en cierto momento, Rodrigo se giró hacia nosotros, un escalofrío me recorrió el cuerpo, tras vernos, se volvió hacia su misterioso acompañante y se despidió de él, por su reacción, seguramente fue una despedida apresurada.
-Vámonos, ya no hay nada que podamos hacer aquí- Sacó el teléfono del bolsillo y llamó a un compañero.- ¿Alfredo?, por favor, necesito que vengas inmediatamente. Ya te contaré lo que necesito una vez llegues.- concluyó.
Un poco después, un hombre apareció, era muy alto, de pelo muy corto negro y gafas de sol, parecía un guardaespaldas.
-¿Qué necesita, inspector?- preguntó
-Puedes comprobar los registros de las cámaras de la última semana?-
-Claro, aunque me facilitaría mucho mi trabajo si me acompañase-
-Bien, chavales, venid vosotros también- nos hizo un gesto de mano, indicando que le siguiéramos.
Entramos a una sala llena de pantallas, cada una mostraba las imágenes de una cámara. Alfredo se sentó y dirigiéndose al inspector dijo:
-¿Por dónde empezamos?-
-Hace una hora, en el aparcamiento de los camiones- dijo con decisión.
Allí estaba Rodrigo, hablando con su compañero, por como estaban actuando, parecía una fuerte discusión.
-¿Hay alguna sala o algo cerca de ese aparcamiento?- dije
-Creo recordar que ahí estaban los camerinos- respondió Minami.
-Ya veo...-
Habían quedado para hablar en un lugar realmente conveniente, porque todos los músicos ya se encontraban en el escenario en ese momento, así que nadie escucharía su discusión.
-Esto cada vez es más sospechoso- dijo el inspector.-Retrocede un poco, a las 11:00 am más o menos.-
A esa hora el camión con los instrumentos aún no había llegado, así que tuvimos que esperar bastante, aunque valió la pena, porque Rodrigo estaba allí, esperando el camión. Justo cuando llegó, Rodrigo se fue y a los pocos minutos llegó Carlos, que entró al camión y permaneció unos segundos allí. Salió con el bajo en las manos, al estar demasiado lejos no pudimos ver si ya se había aplicado el veneno en el bajo o no. Poco a poco fue llevando todos los instrumentos al escenario y llegamos de nuevo a la conversación que vimos al principio.
-Con que esto es lo que tenemos...- El inspector miró a Rodrigo- veamos la cámara que muestra el pasillo que lleva de los camerinos al escenario.- Terminó.
En esa cámara se veía claramente, Carlos estaba sosteniendo el bajo ya envenenado. Al verlo tan de cerca, es imposible no darse cuenta. Sin lugar a dudas, no fue un descuido y mucho menos una coincidencia. Lo que nos dejaba con dos sospechos: Carlos y Rodrigo (que suponíamos que eran la misma persona) y el conductor del camión.
-Supongo que es hora de hacer mi trabajo- dijo el inspector.