**En la cima de una montaña**
"Aellaaaaaaa" Yui tropezó mientras corría a abrazar los pies de Aella.
"¡Me alegro tanto de verte! Has venido a salvarme, ¿verdad?
"Hmm hmm", asintió ella, balbuceando sola. "Sabía que nunca me abandonarías".
Aella no dijo nada. Ella permaneció parada allí escuchando sus quejas.
"S-sabes, hace un tiempo había un monstruo terrible casi me come", dijo Yui con los ojos llenos de lagrimas, aun temblando de miedo.
"Habría estado en el estómago de la bestia si no me hubieras salvado".
El parloteo de Yui continuó sin descanso. Aella la observó durante un rato. Luego hizo un gesto con su mano derecha. Entonces una luz brillante rodeó todo el cuerpo de Yui.
"Ahhh! ¿qué es esto? ¿Me estoy muriendo o ya estoy muerta? ¿Acaso me estoy dirigiendo al paraíso? Sabía que era demasiado bueno para ser verdad. Ese monstruo ya me ha comido, cierto? Es mi alma la que está hablando con Aella, verdad? sollozó en voz alta.
" Sigh!", un suspiro se escapo de la boca de Aella. ¿Quién iba a pensar que Yui hablaba tanto? "Como estás llena de tanta energía, ya debes de sentirte mejor. Pues entonces..."
Yui levanto la cabeza "¿eh?"
De nuevo, Aella agitó su mano derecha en el aire
" Regresa".
Con eso, Yui desapareció ante Aella y reapareció ante la bestia que estaba a punto de devorarla.
"...???" La bestia miró confundida a la humana que desapareció ante ella hace un rato. Y como su comida seguía desapareciendo, rugió de rabia sin perder tiempo.
"¿¡¡Eehhh!!? AaaaAahhhhh! ¿por qué?" gritó Yui. Corrió como si su vida dependiera de ello. Notó que cuatro siluetas se le acercaban a gran velocidad mientras corría en medio del bosque.
Pensando que eran enemigos, cogió unas piedra de medio tamaño y se las lanzó sin pensárselo.
"Yui, granuja, ¿qué haces tirándonos piedras?".
"¿Eh?" Yui oyó la voz enfadada de Aisha y levantó los ojos, llena de esperanza. Y allí estaban: François, Aisha, Amari y Junior mirándola.
Yui rompió a llorar. "¡¡¡Ahhhhh todos!!! Me alegro tanto de verlos a todos....so feliz waahhahh wahhhh"
"¿Estás segura?" Grito Aisha
"¡Hiikk! O-hey Y-yui deja las lagrimas para después si es que logramos regresar con vida". Junior la agarró por el cuello. Acercándola más a ellos.
François, quien sostenía un bate en su mano, se puso en posición. " ¡Estamos en problemas! ¡estamos en un gran problema!"
"¡Waaa! Gulp! estamos jodidos" Amari y Aisha también se pusieron en posición de lucha.
"Sip, estamos acabados. Estamos atrapados en el medio de tantos monstruos", Aisha no podía creerlo. Todos los monstruos gigantes, incluyendo lobos, arañas y serpientes venenosas, los miraban fijamente, con la boca llena de babas.
El corazón de Yui latía a mil de miedo, e incluso los demás estaban temblando de miedo: "¿Cómo vamos a salir de aquí, chicos? ¿Y dónde están Kye, Nian y Kathleen?". tartamudeó Yui.
"Parece que han sido transportado del otro lado del valle. Si por lo menos uno de ellos estuvieran aquí con nosotros"
François agarró su bate con fuerza. "Chicos, chicos, creo que tengo una idea", dijo.
Todos se giraron hacia él de inmediato.
***
Aella estaba de pie en la cima de la montaña, observando a cada uno de los chicos. Tenia una pequeña bola de pelo negra sobre su hombro izquierdo. De repente, la pequeña bola de pelo se movió.
"?mm Mimi?" Ella llamó. Acarició la bolita de pelo, que ahora se había convertido en un gato.
"¿Has dormido bien?" Aella pregunto aun con la cara indiferente
"Miau", maulló Mimi en respuesta a Aella.
"Majestad", dijo un joven alto y apuesto con el pelo de color anaranjado con las puntas rojas. Unos encantadores ojos azul claro mezclado con blanco y dorado del mismo color ardiente que el sol que parecía quemar todo a su paso.
Tenía tatuajes en ambas manos que parecían la cola de un fénix, que llegaban hasta su cuello. Vestía una túnica roja, y su largo cabello rojo anaranjado ondeaba en el aire mientras caminaba hacia Aella.
" Hm?", respondió Aella sin darse la vuelta.
"¿Es una buena idea venir con todos estos humanos quienes ni siquiera tienen habilidades de supervivencia y experiencia en este valle?". Preguntó el hombre.
"¿No sería mejor enseñarles primero algunas técnicas de autodefensa antes de lanzarlos a la boca de tantas bestias?".
No importaba cómo lo mirara, estos chicos no parecían tener ninguna posibilidad de sobrevivir contra tantas bestias monstruosas. Incluso si eran monstros de bajo nivel, eran demasiado fuertes para ellos.
"No hay forma de que sobrevivan, especialmente esa chica llamada Yui. De todos los demás, parece la más débil.
"Nix" Aella llamo
"S-si su Alteza"
"¿Cómo se supone que voy a entrenarlos con unos físicos y una estamina tan patéticos?", replicó Aella con frialdad.
" Antes de entrar en el estado de cultivo, uno debe primero desarrollar su físico, fortalecer sus músculos y tener un control estable de la respiración."
"Ellos no poseen nada de eso, así que es imposible enseñarles técnicas de autodefensa porque eso podría matarlos" Aella lo miro
"Y-ya veo."
Claro, ella sabia que Nix no sabia nada eso. Al fin y al cabo el cultivo de un Phoenix, las demás bestias mítica y de los humanos son diferentes.
" Por mucho poder que posea una persona, si no ha sido construido desde la base, no va a servir de nada ni ahora, ni en el presente o en el futuro. Porque es obvio, sin una base, ese poder se derrumbará. Especialmente cada vez que se enfrente a oponentes más fuertes.
Los ojos del hombre se abrieron con sorpresa.
" Aunque no creo que debas preocuparte demasiado por ellos. Ninguno de estos chicos son débiles especialmente Yui, solo necesitan un pequeño empujón". Se volvió hacia Nix
"Cambiando de tema, tengo que volver a la ciudad de Sion por un día, cuida de todos mientras estoy fuera. Rescátalos inmediatamente y tráelos aquí si ves que están a punto de ser comidos o matados. Déjalos descansar por lo menos 20 minutos... y luego regrésalos para seguir entrenando", dijo Aella con tranquilidad.
Nix miró a Aella con los ojos muy abiertos, 'Como era de esperar de Nuestra Majestad, sin piedad como siempre'. Sólo espero que estos chicos no estén traumatizados.
Nix se arrodilló frente a Aella y con firmeza y respeto respondió: " Como usted desee, Su Alteza", dijo.
"Bien, dejaré a Mimi contigo", cogió a la gata de su hombro y la puso en la mano de Nix, "Mimi, contare contigo para que la cuides también", acarició la cabeza de Mimi.
"Miau".
" Una cosa más", ella se volvió dándole la espalda a Nix y Mimi.
"Hay unos mosquitos sueltos por aquí que podrían causar algunos problemas, si ves que se pasan de la raya, ocúpate de ellos inmediatamente".
"¿Sabes lo que estoy diciendo? En otra palabra no dudes en matar si es necesario".
"No dejes que les pase nada malo... a ninguno de ellos", dijo Aella antes de desaparecer en el aire.
Nix se incorporó. Miró hacia donde había desaparecido Aella con ojos llenos de maravilla y deleite. Se dio una fuerte palmada en el pecho con la mano y dijo.
" Puedes estar tranquilo Alteza. Mientras yo esté aquí no dejaré que le pase nada a ninguno de ellos".
"Ahh", suspiró de felicidad. Estaba rebosante de felicidad, hacía mucho tiempo que no recibía una orden de Su Majestad.
Una vez calmadas sus emociones, volvió sus ojos hacia el bosque.
"Pero no importa cómo los mire ¿Pueden estos humanos realmente ser de alguna utilidad para Su Alteza? Tienen una apariencia tan débil, y un simple monstruo de bajo rango les está causando tantos problemas... ¡¿hmm!?"
"¡Qu-que!"
Inmediatamente después de estas palabras, sus ojos se fijaron en cierto punto atónitos.