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Chapter 4 - Presionado

Durante los tres días siguientes Nico no pudo ver a Sara debido a su amigo Sasuke, quien se tomó muy en serio el hecho de castigarlo evitándole acercarse a su hija.

Ni siquiera podía comunicarse con ella por el celular. Ésto mantenía al Ministro muy ocupado en su trabajo y de pésimo humor. Solo podía verla las escasas veces que se presentaba para entregar algún informe.

Lo cierto era que Nico empezaba a considerar el hecho de poner fin a esa relación por el bien de ella ya que odiaría ponerla en peligro, además era lógico que le dé la oportunidad de enamorarse de alguien de su misma edad.

Sara por su lado no pensaba darse por vencida ni permitiría que su padre se interponga en su relación con Nico. Por suerte su madre ignoraba todo y hasta donde ella sabía su padre no le dijo nada aún. Esa tarde aprovechó que su madre estaba en el hospital para encarar a su padre.

Ella estaba furiosa ya que consideraba un atropello lo que Sasuke hacía.

– ¡¿Por qué me haces esto papá?! ¡Lo amo!

– No está bien tu relación con él.

– No nos separarán ni tú ni nadie ¿oiste?

Luego se fue a su cuarto a llorar, Sasuke repiró hondo ya que aquello no le gustaba nada. Pero era la única opción que tenía para obligar a su amigo a hablar. Nico, por su parte, se encontraba en su despacho cuando Viky entró aprovechando que Santi estaba ocupado en otra habitación.

La morena entró y cerró con llave la puerta, ésto sacó de su concentración a Nico, que al ver a su cuñada frunció el ceño. Ella se movía como una serpiente hasta acercarsele. Pero él la alejó con firmeza impidiéndole pasar de su escritorio.

– Un paso más y te hago encerrar en prisión por invadir el espacio personal del Ministro sin su permiso.

– Uuuy que miedo – se burló ella – ¿También encerrarás a Sara? Ella cometió más errores legales que yo.

La furia que el Ministro sentía se reflejó en su rostro y ésto parecía encender más a la.jóven quien sonreía felíz. Como no funcionaba pedirle que se fuera él optó cambiar de táctica. Se levantó y se dirigió a la puerta en silencio limitándose a escucharla amenazarlo con encerrar a Sara. Cuando quitó la llave de la puerta de su despacho dijo:

– Te limitas a amenazarme pero no llevas a cabo tus amenazas ¿sabes por qué? – Se le acercó más a ella y le susurró – Porque todo lo que dices es mentira – luego abrió la puerta para dejar entrar a Neji, el hermano mayor de ella, a quien Vikymiró asombrada – Neji, tu hermana ha estado acosándome y amenazándome usando una mentira – Neji miraba a su hermana con furia – A punto estuvo se violarme.

– ¿Cómo pudiste Viky? ¡Es el Ministro y nada menos que el marido de nuestra difunta hermana!

– Ella ya murió.

– Neji levantaré cargos y haré que los Hyu caigan de estatus social ya que ella es la heredera del clan y no tú.

– Nico por favor no lo hagas, nos ocuparemos de ella.

– Está loca Neji.

– Lo sé.

Por más que Vikyquiso huír no le fue posible estando Neji allí, quien se la llevó y tras hablar con su padre, el líder actual del clan, decidieron internarla en un hospital psiquiátrico. El Ministro recibió oficialmente una nota de perdón del lider del clan Hyu. Al menos con respecto a ese problema todo estaba resuelto.

Estaba exausto cuando sonó su celular. Al atender escuchó su voz, era la persona que lo habia atacado.

– Nico tienes una hora para renunciar a tu cargo de Ministro y desaparecer para siempre del mundo suicidandote, o tu hijo muere.

– ¡¿Qué dices?!

– Lo que oyes maldito, liberaré a Briam cuando haya visto tu cadáver. Todos deberán verlo.

– ¿Cómo puedo estar seguro de que cumplirás con tu palabra?

– No lo puedes saber, pero te prometo que si no me obedeces encontrarás el cadáver de tu hijo en la plaza pública.

– En ese caso yo mismo te mataré pero antes te delataré públicamente.

– Si, pero tu hijo estará muerto ya maldito.

– ¿Por qué me odias tanto....Sakura?

– ¡Maldito! ¡Violas a mi hija!

– No, Sara y yo nos amamos.

– ¡No! ¡Ella no sabe nada del amor!

– Sakura, tu odio es hacia mí. No le hagas nada a Briam, él es inocente.

– Mi hija también lo era maldito.

– Nos amamos Sakura.

– ¡¿Quién en su sano juicio te amaría a tí?! Solo Helena pudo hacerlo, por eso era así de rara.

– No te saldrás con la tuya Sakura.

– Veremos maldito, por cierto te quedan 50 minutos – luego colgó dejando a Nico desesperado.