Mis ojos poco a poco se abrieron mostrando una imagen algo borrosa de una habitación la cual no es la mía, dormí tan bien... espera ¿qué?, me senté de golpe y observe con más atención a mi alrededor de repente recordé, me quedé dormida.
Tomé mis cosas las cuales se encontraban en el tocador de noche. Mi teléfono suena y tomo la llamada... es Dallas. -Hola, ¿cuanto? ¿una semana?, esta bien... espero que tu madre se mejore envíale saludos de mi parte- hice un puchero y decidí bajar.
Huele a tortillas de huevo y café ¿acaso el presidente está cocinando? Me acerco completamente y no, era demasiado perfecto como para ser real. -Buenos días, Srta. Drake- él esta tomando una taza de café mientras que con su otra mano sostiene un libro. -Karlla, sírvele a la Srta por favor- asiente y saca un plato.
-No, no lo hagas... no tengo hambre ahora- observa a el Sr. Dorlan y este asiente finalmente ella guarda el plato ¿acaso pensaba obligarme a comer si el no asentía? -Sr. Dorlan iré a ducharme y luego regresaré- tomé las llaves de el auto decidida.
-Iré con usted y la esperaré así no regresará... tardaría más- cuando menos lo imaginé me tomó por la cintura.
Tomó las llaves y subió a el piloto. -¿Porqué me tomó de la cintura?- pregunté y arreglé mi cabello un poco.
-Mi madre le contó Karlla y ahora debemos fingir frente a dos personas- arrancó y sonrió un poco.
Comprendo, ¿va a entrar a casa?
-Sr. Dorlan podría...- no sirve de nada hace ya que bajó y ahora está frente a el amplio rejado.
-Sr. Drake que gran casa tiene usted y quién la viera pensaría que es alguien ordinaria- pasó de largo en el momento en que el portero abrió el rejado.
-Esta casa me la dejó mi abuelo, a mi hermano le dejó unos apartamentos pero sigo siendo alguien ordinara... odio los lujos, este lugar y mi auto son mi única excepción- comenté abriendo la puerta. -Bien pueda y pase usted- dije mientras entraba y le caminaba hasta la cocina.
-¿Un iPhone XS Max no es un lujo?- se sentó e un taburete.
-Solo es por la cámara- me defendí mientras sacaba un poco de agua de la nevera.
-¿Y cuando piensas ir a ducharse?- ahh cierto.
-Ohh cierto, regreso en unos minutos- quité mis tacos y corrí a toda prisa al segundo piso.
Me duché, cepillé, maquillé, me puse un traje un tanto casual y bajé- bajo lo más relajada que puedo y aún así casi tropiezo.
-¿Lista? Bien, andando- tomó mi hombro y siguió hasta subirse a el puesto del piloto. -He notado que usted no desayuna Srta. Drake ¿esta usted en algún tipo de dieta rígida?- preguntó acelerando repentinamente.
-No es algo... de lo cual debiera preocuparse Sr- solté ocultando un mechón de cabello tras mi oreja.
-Está usted en todo lo correcto Srta, sol9 le diré esto... no es un consejo, odio los consejos... creo que aún subiendo de peso usted se vería muy hermosa, las ulceras se dan cuando se saltan mucho las comidas después de eso viene un cáncer estomacal ya que al no comer los ácidos que desprende tu sistema digestivo se comen las paredes de tu estomago ya que no tienen nada orgánico con lo cual acabar- quién no sabe eso, no es que no coma... yo solo como frutas, ensalada, agua y pancakes cuando se da la ocasión.
Muy en mi interior me siento algo insegura de mi aspecto... solo quiero impresionar.
No respondí nada, el silencio no fue incomodo... de hecho fue agradable, el Sr. Dorlan estuvo todo el día en juntas directivas.
-¿Ya se va Sr. Drake?- el vicepresidente se asomó con media sonrisa en su rostro, asentí y tomé mi bolso. -Le avisaré a James- dio media vuelta y lo paré.
-¡No! No deberías molestarlo, ha de estar muy cansado... solo dígale que le llamaré un taxi- asintió y se despidió agitando bruscamente su mano.
¡Maldición! Las llaves, golpee mi cabeza contra el tejado de el auto y me quedé así unos segundos hasta que alguien golpeó a mi lado. -¿Acaso pensabas irte y abandonarme aquí?- lo dijo en un tono algo agitado como si hubiese corrido una maratón, con algunas gotas de sudor en su rostro, su cabello desordenado y su corbata hecha un desastre, que guapo...
Debía aceptarlo es todo un adonis. -Emm, pensaba pedirte un taxi para cuando llegara a casa, supuse que estarías algo cansado- sonreí con algo de ironía halo que el abre la puerta del copiloto. -¿No vas a conducir?-
-Sube- pero que elegancia la de Francia. -Iremos a tu casa ¿si? y después me llamas un taxi- sobó mi cabello y cerró para luego subirse al puesto del piloto.
-¿Porqué te portas tan bien hoy?- pregunté con el ceño fruncido.
-Quizás porque no todo el tiempo debo solo fijarme en mí- oght, que narcisista. -Hay cosas que no te puedo contar porque no quiero que esa sonrisa tan renegada en tu rostro se borre- su móvil sonó y sin dudarlo tomó la llamada, ¿a que se refiere? -En hora buena Sthepeng ¿lograste hacer lo que te dije?, eso es bueno y dile a todos en la empresa que aquella o aquél que vuelva o intente mencionarlo quedará totalmente despedido, gracias Sthep- ¿Qué está pasando?
-Sr. Dorlan disculpe mi intromisión ¿pero ha pasado algo en la empresa?- cuestione y con una sonrisa negó.
-Nada de lo que deba preocuparse Srta. Drake- se estacionó y suspiro. -Creo que me ha dado algo de hambre, supongo que me quedaré un rato- dijo bajándose para antes de que pudiera abrir el ya lo había hecho por mi.
-Pase Sr. Dorlan- dije guardando las llaves en mi bolso.
-¿Que tienes de comer?- preguntó tomando asiento y quitándose por completo la corbata. -Tengo una idea, veamos una película... ¿tienes maíz?- asentí.
-Está de la repisa izquierda y de beber tengo té- señale mientras me quitaba los tacones.
-Ve a cambiarte, yo te espero- asentí, el se dio la vuelta repentinamente... Pero que trasero... opd.
Maldición! Solo ve a ponerte algo más cómodo.
Diez minutos después baje, ya lo había hecho todo. -¿Has visto La Cigüeña No Espera?- ¿Qué es eso? Negué.
-Por lo general veo más series- solté a lo que el sonrió un poco.
-Pues esta película es muy buena- introdujo algunas palomitas de maíz en esos labios rojos... basta.
Como era de esperarse, no me he podido concentrar en la película ¿Porqué? Esté hombre está a dos centímetros de distancia no se cuando se aproximó tanto. -Srta. Drake, vi en su expediente que usted nunca ha tenido novio- ¿que?
-¿Desde cuando un expediente muestra tu vida privada?- pregunté algo desconcertada.
-Los que yo mando a investigar lo traen todo- se aproxima un poco más.
-Ahh ¿en serio?- pregunte con mis labios ya titubeantes.
-Srta. Drake en un principio tenía malas intenciones contigo- no me digas. -Pero ahora que la conozco bien, me disculpo y le digo que usted ha sido la primera mujer que no ha caído a mis encantos tan fácilmente... me enojaba el no poder manejarla pero ahora no recuerdo ni el porqué quería jugar con usted- mi corazón ha comenzado a latir velozmente, mientras James me toma de la cien... NO, reacciona.
-Lo siento señor, creo que ya está algo tarde... llamaré un taxi para usted- me puse bruscamente de pie con mi móvil en mano y marqué.
El observo su reloj y suspiró. -Supongo que está en lo cierto- dijo tomando su corbata y acercándose a la puerta. -Por favor, cierre bien las puertas y ventanas... mañana no vengas por mí debo hacer algo por lo cual ve directo a la empresa y espérame- y cerrando la puerta tras el se esfumó de mi vista.
Me tumbé en el sofá y cerré mis ojos quedándome dormida.
Me levante y observé la hora 11:30pm, el Sr. Dorlan se fue a las 9:15pm ¿tanto dormí? Me puse de pie. -¡Oh por Dios!- exclame con mi corazón acelerándose a mil, me golpee muy fuerte el trasero... volví y eché un vistazo a el ventanal, nada, podría jurar que vi a alguien ahí.
Mejor apagaré todo he iré a dormir, Ding... dong... ¿Quién podría ser a esta hora? Abrí la puerta. -Buenas noche, me presento soy Javier, me he mudado recientemente a este conjunto- asentí y fruncí un poco el ceño ¿Qué quiere?. -Soy técnico e reparaciones de todo tipo de aparatos y circuitos, ha habido algunas fallas con la energía del conjunto por lo que he decidido pasar por cada casa a ver si podía ayudar en algo, ¿entonces me permitiría?- no mentiré la luz del patio no funciona, no puedo tener el Jacuzzi caliente.
-Sígame- comenté guiándolo hasta el jardín trasero.
10 minutos... 25 minutos... 30 hora. -Ya está listo- dijo encendiendo las luces del patio y el calentador del jacuzzi.
-Oh, muchas gracias... ¿Cuánto está cobrando?- pregunté dirigiéndome a la sala para buscar mi cartera.
-No, no te preocupes... me lo pagas con otro favor, por el momento me voy, descanse Srta. Jessica- espera...
-¿Como sabe mi nombre?- pregunté
-Oh.. oh.. me lo dijo una vecina, si... me lo dijo, nos vemos- y se fue.