—¿Es la nueva estudiante? - dijo uno
- Es tan hermosa ¿Cuál será su raza? - dijo otro
- ¿Una sirena tal vez? - preguntó el tercero
- Seguramente ¿Cómo puede tener un rostro tan hermoso si no lo es? - comentó un quinto
El profesor pidió silencio en ese momento y todos obedecieron.
Luego le dijo a Elizabeth que se presentara y ella así lo hizo
- Es un gusto conocerlos a todos, a partir de hoy seré su compañera de clase en esta Academia. Soy una zombie.
Tras decir aquello los murmullos aumentaron en el salón de clase. "¿Dijo que es una zombie?" " Oh no" "Debe ser una broma, una zombie debería verse podrida y fea" "Que asco'. El salón se llenó de comentarios similares que incomodaron a Elizabeth quien no los veía tan amables ya.
- Repulsivo - protestó uno
- ¿Por qué permitieron el ingreso a alguien de la raza plebeya, la más baja de todas? Asco da.
Aún siendo muy inocente Elizabeth no pudo ignorar el odio que emanaba de esos estudiantes del salón que la miraban con desprecio. Ya no le parecía que aquello sea un sueño hecho realidad sino más bien una pesadilla.
Justo cuando pensaba que no podría enfrentarse a tanta hostilidad el golpe al banco por parte de un estudiante los sobresaltò a todos.
- ¡Cierren la boca! ¡Aún no terminó de hablar! ¡Dejen de interrumpirla idiotas!
El que habló tenía la mirada penetrante e inteligente, de cabellos violeta oscuro y azulina mirada. Esbelto y alto.
- Pero...pero Shiba...es una zombie - dijo otro alumno intimidado por Shiba.
- ¿Y qué? - respondió Shiba
- Su raza no importa, la discriminación está prohibida en este lugar - exclamó un joven de blancos cabellos y ojos turquesas. Piel de porcelana y expresión de niño
- A eso mismo me refería, bien dicho Nagi - exclamó Shiba
- No ha sido nada - contestó Nagi
- No me importa, que siga hablando ¿Cuánto tiempo más desperdiciaremos en la presentación de una zombie? - dijo un muchacho alto, esbelto,de dorada cabellera y mirada penetrante. Su porte elegantemente fino
- He dicho que ya fue suficiente de esa basura Ray
- Alguien como tú, Shiba, no tiene derecho a tratarme como a un igual - contestó hostilmente Ray
- Siempre el mismo alegre - ironizó Shiba - Pero tu si estás de acuerdo ¿No Natsume? - El aludido se limitó a contemplar la escena en silencio. Tenia vendada su frente, su ojo derecho, su cuello y su mano izquierda. Su cabello plateado brillaba. Esbelto y alto, de buen porte y esmeraldina mirada. - ¡Oye! ¡No me ignores!
El profesor aplaudió y todos se callaron.
- Bien, como Nagi dijo. La discriminación racial está terminantemente prohibida en esta Academia. Así que si siguen con esos comentarios no lo ignoraré - La clase hizo silencio absoluto - Prosigue
- Soy una zombie me llamo Elizabeth y espero que nos llevemos bien.
Ella hizo una reverencia a la que casi nadie prestó atención. Las palabras de esos estudiantes y las del profesor tuvieron efecto en los demás ya que no hubo más comentarios. Pero nadie se rió ni le hizo un gesto amigable. Elizabeth respiró aliviada.
- Muy bien - dijo el profesor - Decidamos ahora quien será el guía de Elizabeth. La Academia es muy grande y algunos lugares son un poco peligrosos. Si uno es fuerte no hay problema pero para una zombie como tú resultaría fatal. Tu guía no solo te mostrará el campus sino además será tu compañero y te ayudará a disfrutar más de la vida en la academia.
Una chica de rojos cabellos y muy risueña se ofreció para ser la guía de Elizabeth. Estaba muy entusiasmada. Además era una chica muy atractiva. Pero tenía cuernos, dos cuernos negros. Esto asombró a Elizabeth.
- Soy un demonio y mi raza es de las más altas de las clases de la oscuridad. Podré serle de mucha ayuda profe. - dijo ella, tenía una sonrisa tan encantadora que Elizabeth no pudo evitar de sonreír también.
- No estoy de acuerdo Erica. Lamento rechazar tu propuesta pero no estoy seguro de ponerla bajo tu cuidado.
- Pero profesor, prometo no comerme su alma - exclamó Erica - Las chicas lindas me agradan. Si voy a comerme el alma de alguien prefiero que sea de una persona fea - Erica miró a su alrededor y varios chicos buscaron excusas para desviar la mirada.
- No importa, no podrás ser su guía
- En ese caso seré su amiga - dijo Erica guiñándole el ojo a Elizabeth quien sonrió alegremente.
- Muy bien - dijo el profesor - Prosigamos. Shiba ¿Qué tal tu? Eres un hombre lobo y como.miembro de una manada,eres bueno socializando. Creo que lo harás bien
- Supongo que si - contestó Shiba algo indiferente - Pero no sé nada de zombies así que no prometo cuidarla bien
- O sino, creo que Nagi también podría hacerlo es un hombre invisible y uno de los mejores estudiantes de esta Academia. Además es muy amable y comprensivo. - prosiguió el profesor
- No es nada pero la ayudaré en lo que pueda - dijo Nagi sonrojándose hecho que fascinó a Elizabeth.
- O quizás Ray podría ser también. Eres un orgulloso vampiro, perteneciente a la más alta de las clases y muy talentoso. Creo que podrías protegerla sin dificultades - siguió el profesor
- Los vampiros amamos las cosas hermosas. Su rostro está a mi nivel pero no podría perder mi tiempo con alguien de raza tan baja
- Tal vez seas de la clase más alta pero te haré la misma advertencia que a los demás. Aquí no se permite la discriminación - El profesor siguió - O qué tal Natsume, también es una buena opción. Es una momia pero no tiene muchos amigos aquí. Tal vez le sirva para aprender a socializar un poco.
Natsume se limitó a mirar al profesor unos instantes para luego desviar la mirada hacia la ventana que estaba a su lado. Lo ignoró completamente hecho que sorprendió a Elizabeth.
- La decisión es tuya Elizabeth ¿Qué piensas? - dijo el profesor.
La joven miró a los cuatro candidatos dubitativa. Mientras pensaba a quien elegir. Pero el chico invisible la fascinó nuevamente con sus sonrojos y decidida exclamó
- Quiero elegir al hombre invisible
- ¿Eh? ¿Yo? - Nagi se sorprendió al punto de enrojecer todo su pálido rostro
- Muy bien - dijo el profesor - Será Nagi entonces. Cuida bien de Elizabeth por favor
- Nunca imaginé que me elegirias a mí - murmuró en voz baja
- ¿Dijiste algo? - preguntó confundida Elizabeth
- No...nada...Es un placer conocerte Elizabeth - luego sonrió alegremente
- El placer es mío - ella se sentía feliz.
Elizabeth se sentó junto a Nagi. De reojo lo miró mientras ponía la mano sobre su pecho. Al fin tendría la oportunidad de aprender cosas nuevas y con un guía a su lado.
Estaba nerviosa pero sentía que las cosas empezaban a marchar como corresponde. Había ido a pesar de las protestas de su abuela.
En ese momento recordó la advertencia que le hizo antes de salir. Seguía confundida ya que no sabía a qué se refería con eso.
La clase empezó y ella optó por prestar atención. Luego tendría tiempo para descifrar las palabras de la abuela.