Chapter 204 - 102.2: Un viejo miedo

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'Agh, qué dolor de cabeza'

Me levanto de la cama con una migraña terrible, probablemente a causa de lo mal que dormí anoche debido a las pesadillas.

Primero soñé que Lilian era brutalmente asesinada por Garnuk, al ser golpeada violentamente en el pecho por el hacha del orco, mientras el cuerpo decapitado de Sebastián yacía a los pies de ambos.

Después vino la imagen de Joaquín siendo acribillado interminablemente por las balas de los rifles orcos, mientras él corría en una carga solitaria contra la ciudad de Krag-an.

Pero la última pesadilla fue la peor, ya que en las dos anteriores no podía decir ni hacer nada. Solo podía observar, como desde detrás de un cristal, hasta que el pánico o la furia me despertaban del horror. Sin embargo, en la última, un viejo temor volvió a surgir en mi mente como resultado de las cosas que tuve que presenciar.

En ella, yo miraba desde arriba una jaula en la que estaba Deirdre, desarmada y vestida con harapos, enfrentándose a diversos monstruos ante una muchedumbre de orcos que miraban con entretenimiento el espectáculo. Lo peor de esta pesadilla es que, cada vez que gritaba al ver como los monstruos lentamente mutilaban el cuerpo de la pequeña therian, las palabras qué Agustín me dijo hace tanto tiempo salían de mi boca. 'Estás maldito'.

Y en este último caso, aunque la pesadilla fue la más duradera de todas, no pude despertar hasta ver cómo el cuerpo desmembrado de Deirdre caía al suelo en un charco de sangre, mientras los monstruos se daban un festín con su carne.

Después de esa pesadilla, desperté temblando de miedo y no volví a intentar dormir, por temor a las nuevas escenas que mi mente pudiera prepararme mientras dormía.

Azur intentó consolarme al notar mis emociones, pero nada de lo que hizo pudo calmarme. Así que simplemente permanecí acostado, acariciando la cabeza del pequeño dragón, e intentando no dormir.

Tan pronto como vi que el sol asomaba por la ventana, me puse a recoger y firmar los documentos pendientes, que ayer había mandado a volar en todas direcciones por mi enojo, para intentar mantener mi mente ocupada. El problema fue que, como no eran muchos los que quedaban, en media hora volví a estar sin nada por hacer.

Así que volví a acostarme, intentando mantener mi mente en blanco. Ya que, ahora que por fin soy libre, no quiero salir de mi habitación... porque eso implicaría hablar con las personas. Y, tras mi última pesadilla, no estoy seguro de si eso es una buena idea.

"Primero fueron mis padres, después Ragnar y Joseph, y ahora Joaquín... ¿Quién será el siguiente? ¿Julia, Mia, Lilian, Deirdre?" con ese último nombre, un terror puro me invade al recordar las cosas que observé en mi pesadilla... De repente, siento la necesidad de irme lejos. Lejos de todos. Pero, en ese momento, siento como Azur evoca el recuerdo de Regis, y las palabras que me dijo en su guarida el viejo, hace ya lo que parece una eternidad. Con lo que, poco a poco, vuelvo a calmarme "Perdón por mi momento de debilidad, compañero. Tienes razón, gracias."

'Pero... ¿y si Regis se equivoca? Desde que hablé con Regis he visto un montón de personas diferentes con singularidades, haciendo cosas que desafían el sentido común de la magia. Cómo inspirar determinadas emociones con la música, por ejemplo. Eso solo ha servido para darme cuenta de que es imposible el estar seguro de nada en lo que respecta a las singularidades. Pero lo cierto es que, si estoy maldito, no tiene mucho sentido que el efecto negativo afecte a gente a tanta distancia... Eso sí que es una constante en lo que he visto hasta ahora. Toda la magia tiene un alcance limitado. Y tanto Ragnar como Joaquín estaban realmente lejos de mi cuando murieron... Además, sería extraño que mi supuesta maldición sea lo único que no aparece reflejado en mi interfaz'

Ante la imagen mental del cadáver de Joaquín, producto de mis pesadillas, lentamente la tristeza me invade, y cierro los ojos al notar que las lágrimas amenazan con salir nuevamente, mientras me tapo la cara con el dorso de mi brazo derecho.

Azur, al verme, comienza a frotar su morro contra mi brazo, sin entender como animarme pero evidentemente preocupado por mi oscuro estado de ánimo.

De repente, el recuerdo de las palabras que me dijo Joaquín, cuando yo estaba inestable por la muerte de mis padres, resuenan en mi cabeza traídas de un pasado muy muy lejano. Recordándome que no sirve de nada desmoronarse por la pena, y que es necesario pensar en que a nuestros seres queridos no les gustaría vernos llorar por ellos.

Así que, intentando distraerme para no dejar que la pena y mis preocupaciones me venzan, como sucedió anoche, comienzo a practicar los hechizos bomba de mana y bala perforante de mana. Ya que son dos de las magias más útiles que tengo, y sin embargo todavía no están a máximo nivel.

...

Más tarde Lilian pasó a buscar los papeles, y me informó de que hoy habría diversas celebraciones para presentar la nueva administración de la ciudad ante la gente importante de esta. Celebraciones que además incluirían los funerales de Joaquín y los soldados caídos de ambos bandos.

Me dijo que se suponía que yo tenía que asistir a esos eventos, como nuevo líder de la ciudad, pero que entendía si no tenía ganas de ir. También me comentó que a la tarde iría con Deirdre a casa de Charity, ya que su familia es una de las más grandes familias de artesanos del imperio y quería establecer ciertos acuerdos comerciales entre la familia de la herrera y nuestro Reino.

Me invitó a ir con ellas, pero yo me negué a todo, lo más educadamente que pude, ya que el recuerdo de mis acciones contra ella de ayer aún pesa en mi conciencia.

Ahora no estoy de ánimo para hablar con gente que no conozco. Además, no le veo ningún sentido al hecho de asistir a un funeral para ver sólo una cáscara vacía. Cuando una persona muere es el fin. Lo que queda es un simple recuerdo físico que solo sirve para poner aún más en evidencia el vacío que dejó esa persona.

Y no me gustan las fiestas con muchas personas. Los ambientes muy animados me recuerdan a otra época de mi vida. Cuando todavía vivía en la taberna de mi familia, todo era mucho más simple, y mis padres todavía vivían.

Por esa misma razón no asistí ni me interesé lo más mínimo en las celebraciones que se dieron en la ciudad de Liones, tras la batalla de la playa.

'No, mejor no poner a prueba todavía la poca estabilidad emocional que he logrado reunir. Por ahora prefiero quedarme en mi habitación, practicando magia.'

A través del vínculo noto que Azur está muy molesto por mi decisión de no querer ir con Deirdre, pero aun así el pequeño dragón permanece a mi lado.

...

Al caer la tarde alguien golpea a mi puerta y, tras mi confirmación, pasa al interior de mi habitación. Se trata de Gell. Ya me imaginaba que sería él, ya que Lilian siempre ha entrado sin molestarse en avisar, y se supone que ella ahora está con Deirdre en casa de Charity.

"Hola..." dice Gell, dubitativo al verme acostado en la cama con varias bombas de mana flotando sobre mi "Tengo entendido que no estás pasando por un buen momento, y Lilian Estella no quería que te molestaramos... pero necesito pedirte un favor"

"¿Qué necesitas?" pregunto con cautela, en parte agradecido por la distracción de mi monótono entrenamiento, aunque reacio a la idea de salir de mi habitación.

"Pues..." dice Gell, mirando obnubilado las bombas de mana, que ahora estoy cambiando por balas perforantes de mana "quisiera que me acompañes a hablar con mi padre. Lo cierto es que han estado circulando diversos rumores entre las gentes de la ciudad que los incitan a revelarse contra nosotros. Podríamos deshacernos de estos rumores si mi padre... ¿Cómo haces eso?" pregunta sin poder contener más su curiosidad.

"¿El que?" respondo con otra pregunta, al no entender a qué se refiere.

"Eso... Usar magia tan eficientemente cuando eres un guerrero tan fuerte" dice Gell, señalando las balas de mana, que comienzan a girar en círculos sobre mi.

"Ahh. No lo sé... ¿Por qué ser bueno en una cosa debería impedir realizar la otra?" pregunto, rápidamente perdiendo el interés.

"No..." Gell parece querer decir algo, pero se queda pensativo "Esto... Ejem. Como iba diciendo, te agradecería si me acompañaras a hablar con mi padre sobre ciertos temas. Hemos intentado que coopere con nosotros, pero el viejo sigue diciendo que solo aceptará las órdenes de aquel que lo venció."

"Ahh. Está bien." digo, poniéndome de pie al entender que esto es necesario para evitar que vuelva a pasar una situación similar a la de Joaquín "¿está muy lejos el lugar donde está Garnuk actualmente?"

"No, está en este mismo edificio. Esta era su casa a fin de cuentas..." dice Gell, qué parece confundido por mi pregunta "De hecho, estas aqui como privilegio por haberlo vencido, pero eso no significa que el tenga que mudarse"

"Ahh. Bueno, mejor así... Yo te sigo. No tengo ni idea de la estructura de este lugar, gracias a que me han tenido todo este tiempo encerrado aquí firmando cosas" digo, mirando a Gell expectante.

"Si, lo siento por eso. Pero era algo necesario. Vamos" dice Gell, que tiene la decencia de parecer avergonzado.