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Chapter 194 - 97.2: El padre de Gell

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"Ya llegamos. Y justo a tiempo. Hace un momento recibí un mensaje de Charity que me avisaba que empezarían con el falso ataque a la ciudad y, basándome en las campanas de alarma, creo que todo va de acuerdo al plan" dice Gell, deteniéndose de golpe, y extendiendo la mano para que le devuelva la ficha "Escucha. Yo te voy a ayudar hasta llegar hacia mí padre. Pero, una vez ahí, no puedo ayudarte en esa pelea. Es necesario que venzas a mi padre en un combate 1 contra 1 para que el acepte tu superioridad y se rinda ante ti. Así es la tradición de los orcos. Se por lo que me dijo Charity que eres uno de los guerreros más grandes de tu reino, sino el más grande, así que no creo que tengas problemas. Pero hoy vamos a poner a prueba esa fuerza."

"Ok" digo, cada vez más nervioso por momentos, al empezar a comprender que lo que estamos haciendo es probablemente el fruto de muchos años de trabajo del orco que está a mi lado.

Gell me señala uno de los edificios en frente nuestro, pero no es necesario. Es el lugar más grande de esta zona.

La estructura parece una pequeña fortaleza cuadrada de seis pisos, con paredes de aspecto robusto y ventanas reforzadas con rejas de metal. El lugar tiene una única puerta de acero macizo y casi parece más una prisión que el centro de mando de una ciudad, pero Gell me lo está señalando, así que no hay posibilidad de equivocación.

Ahora que llegamos a la casa de gobierno, que está en la zona central de la ciudad, puedo comprender mejor el tamaño de la misma. Este lugar es casi tan grande como la capital de nuestro reino. Debido a mi súbita comprensión, no puedo evitar pensar 'Espero que el plan funcione. Sino va ser un incordio el intentar tomar esta ciudad'

Cuando los dos miramos hacia la entrada, vemos que está custodiada por varios guardias que no parecen tener ninguna intención de alejarse del lugar que están custodiando, pese a que las campanas de alarma ya pueden escucharse en toda la ciudad. Hay dos orcos en cada lado de la puerta, y parecen estar fuertemente equipados con armaduras de placas y lanzas que, por el color, deben ser de mithril.

"Haa. En momentos como este estaría bien tener las habilidades de la gatita de Charity." dice Gell con tono bromista.

"Su nombre es Deirdre, y no es propiedad de nadie" digo irritado "¿que se supone que hagamos ahora?"

"Si, si, lo sé. Solo era un decir. Ves lo que te decía antes sobre que no puedo ser el líder de la resistencia. Y sobre lo que tenemos que hacer... Bueno, si los guardias no quieren alejarse de la puerta, supongo que simplemente tendremos que incapacitarlos. Yo me encargo de los dos de la derecha y tu de los dos de la izquierda. Pero procura no hacer mucho ruido, y no los mates. Recuerda que no queremos que los demás se den cuenta de que estamos aquí."

"Bien" digo y, tan pronto como escucha mi respuesta, el orco sale volando hacia el cielo, lentamente posicionándose sobre los dos guardias de los que él tiene que encargarse.

Yo por mi parte salto a una calle que está fuera de la vista de los guardias y, cuando veo una oportunidad, me lanzo corriendo a toda velocidad hacia ellos.

Los cuatro me ven y se ponen automáticamente en guardia, pero en ese momento cae Gell del cielo y, sacando un látigo de agua de cada brazo con un movimiento fluido, lo envuelve alrededor del cuello de los dos orcos de la derecha, que caen inconscientes por la falta de aire a los pocos segundos.

Los dos orcos restantes se sorprenden mucho al ver como sus dos compañeros caen por el ataque desde arriba, tanto que parecen olvidar por un momento que yo me estaba acercando hacia ellos. Cuando ven que solo unos pocos centímetros nos separan, rápidamente intentan defenderse con sus lanzas, pero ya es demasiado tarde.

Yo me lanzo al suelo entre ellos dos esquivando sus lanzas y, girando sobre mi mismo con una patada baja, los derribo. Antes de que terminen de caer al suelo, atrapo sus cabezas con mis manos y, aplicando un poco de fuerza, las estampo contra el suelo. Con lo que dejamos inconscientes a los cuatro guardianes en unos pocos segundos.

"Eso estuvo bien. Lindos movimientos" dice Gell, que ya se está acercando a la puerta para intentar abrirla, pero entonces chasquea la lengua "está cerrada... Supongo que es por la alarma de las murallas."

"¿Entonces qué hacemos? ¿La derribamos?" pregunto, un poco irritado por la calma de la voz del orco.

"No, eso haría mucho ruido. Además, esta puerta no debe ser tan fácil de derribar. Dame un momento" dice y, extendiendo un pequeño hilillo de agua desde su dedo, lo acerca a la cerradura. Unos segundos después, se escucha un click y Gell abre la puerta. "El problema de esto es que, de ahora en adelante, darán la alarma tan pronto nos vean. Yo intentaré encargarme de todos los del interior a excepción de mi padre pero, si tienes que luchar, recuerda que no debes matar a nadie. Es importante"

Entramos y, tan pronto como cruzamos el umbral, Gell sale disparado, volando hacia adelante al ver dos guardias más en el pequeño pasillo al que da la puerta.

Su estilo de combate parece basarse mayoritariamente en los látigos que crea con su magia de agua, aunque también lo he visto usar magia de fuego desde sus pies y palmas para acelerar explosivamente la velocidad a la que vuela, lo que le permite moverse a una velocidad cegadora. Esto lo convierte en un enemigo formidable en combates a corto alcance, a pesar de la poca resistencia física que debe tener al ser alguien especializado en la magia. Ya que compensa esa debilidad con su absurda movilidad.

Eso significa que tiene al menos tres afinidades, ya que el hechizo que usa para volar debe ser magia de viento. Supongo que es una de las características de su singularidad.

Mientras avanzamos le pregunto al respecto, y me confirma mis sospechas al decirme que tiene todas las afinidades de los elementos básicos.

Gell me guía por pasillos y escaleras mientras vamos hacia donde él cree que encontraremos a su padre. Desde que entramos en este lugar nos hemos encontrado con unos pocos guardias más. Pero, cada vez que veíamos a alguien, el Archimago se hizo cargo de ellos tan rápidamente que no tuve tiempo ni de reaccionar.

De repente, tras vencer a tres guardias en unos segundos al derribar una gran sección de techo sobre ellos, Gell se detiene ante una puerta y me mira "Creo que es aquí ¿estás listo?"

"¿No es un poco tarde para esa pregunta?" pregunto, divertido por la idea de lo que pasaría si le dijera que quiero volver ahora.

"Jajaja si, es cierto, pero no está de más preguntar. Cuando entremos, déjame hablar a mi al principio" dice Gell y abre lentamente la puerta.

Entramos a una sala amplia sin ventanas, de techos altísimos, iluminada por unos grandes círculos de metal que cuelgan del techo con esferas de cristal luminosas.

En frente nuestro, a cada lado hay grandes columnas de piedra que sirven de soporte para el techo, y a nuestros pies se extiende una alfombra roja que se extiende por unos 60 metros desde la entrada, donde estamos parados, hasta un trono en el que está sentado de cualquier manera, quien debe ser Garnuk.

El orco es inmenso. Está equipado con una armadura de cuero y mitril que favorece la movilidad, un escudo del mismo metal de unos 50 centímetros de diámetro, y un hacha de guerra de oricalco de una mano, que descansa apoyada al costado de su trono, junto con su escudo.

Nunca había visto a nadie tan exageradamente musculoso. Creo que su altura, pese a ser difícil de decir ya que esta sentado, debe de ser de al menos dos metros. No tiene ni un pelo en la cabeza y la expresión de su rostro, pese a ser difícil de decir por la distancia, parece de irritación.

"Pero mira nada más lo que tenemos aquí" dice el gigante orco sin alzar la voz, con una voz clara y suave que suena extraña en semejante mole de cuerpo, y sus palabras nos llegan perfectamente a los oídos pese a la distancia.

De repente no puedo evitar tensarme al darme cuenta de lo que tenemos delante de nosotros.

'Mierda'

A cada lado de Garnuk hay 30 orcos con rifles apuntando directamente hacia nosotros.