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Chapter 190 - 95.2: En el peor de los casos, siempre podemos escapar.

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Pese a lo que habian dicho inicialmente, al grupo de la resistencia les tomó tres días para prepararse y viajar hasta donde estábamos acampando. Y una vez llegaron, se tardó medio día más en organizar todo lo necesario antes de partir.

La razón fue que era necesario dividir el ejército en grupos de 20 o 30 personas, y asignarle guías de la resistencia a cada grupo. Ya que, aunque vamos a marchar todos juntos, somos demasiadas personas para confiar en que la información que se dice al frente de la fila llegue de manera efectiva al fondo de la masa de personas.

Mientras marchamos nos encontramos con diversos contratiempos. Todo debido a que, pese a la advertencia de los guías, muchos soldados escépticos fueron presa de los diversos peligros de la selva. Ningún encuentro fue fatal por suerte para ellos, pero sí que ralentizaron nuestra marcha.

La peor parte se la llevó un grupo de 5 hombres. Los cuales se alejaron un poco del grupo para orinar, y fueron atacados por los árboles que estaban rociando.

Actualmente estamos a unos 15 kilómetros de la ciudad. Paramos para descansar y realizar las últimas preparaciones antes de lanzar el ataque. Está atardeciendo y se supone que atacaremos cuando anochezca, así que todavía tenemos mucho tiempo para prepararnos.

Desde donde estamos podemos ver las altas murallas de concreto de la ciudad, y las grandes puertas de metal que sirven para acceder a la ciudad.

Según me dijo Lilian mientras marchábamos, el plan es que Gell y yo viajemos hasta donde está el gobernador de la ciudad, e intentemos que el centro de mando caiga lo más rápido posible.

Aparentemente, si logramos esto, el resto de las fuerzas armadas de la ciudad se rendirá... Yo no lo veo muy lógico, pero supongo que no sé mucho sobre la cultura de los orcos.

Mientras nosotros nos dirigimos hacia donde está el gobernador, el resto del ejército tiene que atacar distintos puntos de la muralla de la ciudad, e intentar llamar la atención de la mayor parte de las fuerzas armadas de Krag-an, para así despejar nuestro camino.

De esta manera no tendremos que llegar con todo el ejército hasta el centro de la ciudad para tomar el control, y así evitaremos el caos que se generaría si entraramos forzando las entradas. Ya que seguramente los civiles atacarían al ejército en un intento de defender sus hogares.

Aunque no entiendo cómo podríamos, de ser necesario, forzar la entrada de la ciudad. Las murallas y las puertas parecen ser increíblemente resistentes. Y, aunque podríamos intentar abrir un boquete con una sucesión de bombas de mana, no creo que las fuerzas defensoras nos vayan a dejar hacerlo... Pero ese no es mi problema, y Lilian parecía muy convencida de nuestro éxito cuando me explicó lo que yo tenía que hacer.

El único problema que veo es que las fuerzas de la ciudad estarán armadas con esos palos que disparaban balas de metal, a los que he escuchado que Charity llama rifles, y que generan un daño similar a las balas de mana, mientras que nuestras fuerzas solo tienen arcos y ballestas, ya que casi ningún mago de las academias de magia ha venido en la expedición. Aunque nuestras fuerzas solo tienen que servir de carnada… supongo que pueden mantenerse fuera del alcance de las armas de los orcos y simplemente amenazarlos con su presencia.

Sin embargo, pese a las órdenes de Lilian, Deirdre quiere venir con Gell y conmigo. Por lo que, tras habernos apartado del grupo un poco, hace cinco minutos que estoy intentando convencerla de que es mejor que esta vez no me siga.

"... ¡Estoy harta de que me siempre me trates como una niña pequeña! ¡Para esto es que estuve entrenando todo este tiempo! ¡Quiero ayudarte, maestro!" exclama mientras su cuerpo tiembla por la frustración.

"Y lo harás, Deirdre, solo que desde otra posición. Necesito que te quedes aquí con Azur, Charity, y el resto a distraer a los soldados enemigos mientras Gell y yo hacemos nuestra parte." digo intentando no perder la paciencia.

Necesito que comprenda que no puede venir conmigo esta vez.

"¡Este plan es una estupidez!... Nunca debería haberte pedido que me acompañes aqui..." dice angustiada mientras mira hacia el suelo "Al menos llevate a Azur contigo"

"Habría venido aunque no me lo pidieras. Soy el campeón del torneo ¿Recuerdas?" digo mientras le acaricio la cabeza para intentar calmarla "y la respuesta es no. Azur se quedará contigo, ya que no hay nada como ver un dragón a las puertas de la ciudad para llamar la atención de los orcos"

"Agh ¡está bien! Solo... Por favor, maestro, prométeme que volverás a salvo." dice alzando la mirada con los ojos húmedos por las lágrimas de frustración no derramadas.

"Lo prometo. No tengo ninguna intención de sacrificarme " digo, mientras le seco con el pulgar una única lágrima que se desliza por su mejilla "Y tu prometeme que no harás ninguna locura. Quédate cerca de Azur y Charity en todo momento"

"Eso es fácil de prometer. Nosotros solo tenemos que simular un ataque a la ciudad. Tan pronto como los orcos noten intención podemos retirarnos a una distancia segura" dice y se le escapa una sonrisa. "eres tu el que me preocupa"

"Pues no te preocupes. Yo solo me enfrentaré a un pequeño número de enemigos y además tendré al lobo para ayudarme..." digo, sonriendo yo también para intentar reconfortarla. "piensa en esto ¿Alguna vez me has visto perder un combate?"

"No..." dice Deirdre, frotándose los ojos con el dorso de la mano para secarlos.

"Pues ahí tienes" digo, dándole un ligero apretón en el antebrazo derecho antes de alejarme de ella.

Antes de irme con Gell, le digo a Azur, que sigue prefiriendo descansar sobre los hombros de Deirdre aunque ya no esté molesto conmigo, que la proteja... A toda costa.

"Ya termine de hablar con Deirdre. Creo que la convencí, pero mantenla vigilada" le digo en voz baja a Charity al acercarme donde están ella y otras figuras importantes de la resistencia y la expedición ultimando los últimos detalles de los planes de ataque, mientras analizan un mapa detallado de la ciudad sobre una mesa improvisada.

"Ok, yo me encargo. No te preocupes por eso. Deberías ir al lado de mi esposo y asegurarte de que entiendes bien todo tu papel en esto. Creo que entiendes la importancia de lo que estamos por intentar, pero piensa por favor en la presión que deben de estar sintiendo los principales responsables del plan de ataque. La joven Estella se puso muy nerviosa cuando te vio alejarte de improvisto del grupo." me responde en voz baja.

"Esta bien, ya voy" le digo, un poco molesto por las críticas, y voy hacia donde está el único orco de nuestro grupo. No entiendo que pretendía Charity que hiciera. A fin de cuentas, alguien tenía que hablar con Deirdre para convencerla... Me da la impresión de que Charity no termina de entender a la pequeña therian.

Mientras me acerco a Gell veo que Lilian me mira sonriendo mientras habla con Tomás Protego y Angnir. Pero veo que la chica tiene un tic nervioso en su ojo derecho, y las manos le tiemblan ligeramente.

Al ver esto, no puedo evitar recordar la conversación con Joaquín sobre la falta de preparación y experiencia que tienen los líderes de esta expedición.

De todas maneras, Lilian no es la única nerviosa. En el ejército se respira un aire de tensión que parece solo necesitar el más mínimo detonante para desatar el caos entre las filas de los soldados.

'Pero yo me siento bastante confiado... Quiero decir, ya me enfrente a los orcos en la batalla en la playa y se que puedo encargarme de ellos sin problemas... Aunque también es cierto que esta vez me estaré enfrentando al jefe de la ciudad y no a simples soldados... Haa, en fin. Supongo que, en el peor de los casos, siempre podemos escapar.'