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Mientras sigo al grupo hacia las tiendas que estaban preparadas para nosotros, veo a Joaquin afuera de una tienda discutiendo con un grupo de 3 soldados jóvenes que parecen muy contrariados con el sermón que les está cayendo.
Asique, aprovechando el hecho de que ahora no tenemos nada más que hacer, aparte de esperar a que venga la resistencia a buscarnos, le explico a Deirdre mis intenciones, y me aparto del grupo para hablar con el viejo soldado y comentarle lo que sucedió en el campamento de la resistencia.
Mientras me alejo del grupo, pienso por unos instantes con molestia en la sensación tenue del vínculo con Azur, el cual sigue con Deirdre, ya que aparentemente sigue molesto conmigo. En fin, ya se le pasará.
"... Por última vez, me da igual que la otra parte estuviera de acuerdo con aceptar la apuesta. Ya les dije mil veces que está prohibido despojar de sus raciones a los otros miembros de la expedición." mientras me voy acercando comienzo a escuchar la voz de Joaquin más claramente.
Los tres jóvenes miran al suelo con expresión de irritación. Uno de ellos debe haber dicho algo en voz baja, ya que escuchó la respuesta de Joaquín.
"No te preocupes, los perdedores también serán castigados por desobedecer las normas. Pero el caso es que ustedes fueron los que los incitaron a apostar su comida, y por eso es que tenía que hablar con ustedes primero. Tengan." dice Joaquín entregando a cada chico una hoja de papel "Lleven esta nota al comandante de su unidad. Y más les vale no intentar escapar del castigo ¡porque en ese caso la sanción será aún peor!"
"Hey, ¿Cómo estás?" le digo al llegar junto a él "¿problemas con algunos soldados?"
"Bah, soldados" responde resoplando malhumorado "eso es mucho decir...son meros mercenarios"
Y, tras invitarme a sentarme en unas sillas que están afuera de su tienda, comienza a contarme sus problemas.
Aparentemente algunas de las personas que fueron contratadas a través del torneo como 'soldados' temporales han estado generando diversos problemas desde que partimos del reino.
Apuestas con la comida de las raciones, luchas de práctica que terminan con heridos graves, y las fiestas clandestinas son algunos de los problemas que Joaquín me menciona con aspecto irritado.
Yo no vi nada de esto en nuestro barco durante el tiempo que estuvimos viajando, pero también es cierto que en nuestro barco estaba Lilian, una de las líderes de la expedición. Y además, tampoco es que haya buscado interactuar mucho con el resto de la tripulación aparte de Lilian, Sebastián, Charity, y Deirdre.
Cuando Joaquín terminó de desahogarse, yo le conté lo que pasó en el campamento de la resistencia.
"¡Así que anímate! Dentro de poco podremos ponernos en movimiento ¿no estás feliz de estar de nuevo en tierra?" le digo, tras terminar de explicarle lo que pasó en la base de la resistencia.
"Qué quieres que te diga, Xel, no me gusta mucho esto... Según Charity, la mayoría de las fuerzas armadas de los Orcos de esta ciudad ya fueron derrotadas en la batalla de la playa. Por lo que solo debe haber una pequeña cantidad de soldados en la ciudad. Pero ¿y si se equivoca?" dice Joaquín suspirando "Además, toda esta expedición tiene un olor a chamusquina..."
"¿A qué te refieres?" pregunto extrañado.
"Mira... Recuerdas que se suponía que la mayoría de los nobles vendrían con nosotros a este lugar para liberar a las razas esclavizadas y establecer una alianza con las gentes de este continente. Bueno, la realidad es que todo eso se fue al garete en el momento en que ganaste el torneo" seguramente mi expresión debe de estar reflejando mi confusión, porque tan pronto como termina de decirlo se explica "No, no digo que sea tu culpa. Pero como ganaste el torneo la reina perdió la última excusa que tenía para venir y tuvo que aceptar la demandas de la mayoría de los nobles que la instaban a quedarse en el reino"
"¿No se supone que la reina debería poder hacer lo que quiere?" pregunto cada vez más confundido.
"No es tan fácil. Un buen gobernante se debe a su pueblo. Por eso es que la reina no puede abandonar su lugar para ir a ayudar a otras razas de las que sabemos poco y nada..." explica Joaquín y suspira "O al menos eso es lo que argumentaban los nobles que no querían que fuera"
"Bien, pero sigo sin entender que tiene que ver eso con lo que me dijiste al principio. Si, la reina no viene. Pero eso ¿en que afecta a los planes que había para la expedición?"
"Pues el argumento fue que, si la reina se debe a su pueblo, más o menos lo mismo se puede decir de los nobles. Y, si ella se quedaba, ellos tenían una excelente excusa para quedarse también... Todos son muy fuertes debido a que han nacido con una cuchara de oro, pero la realidad es..." dice con un tono de asco que pocas veces le he oído emplear y, tras dudar unos momentos, continúa en voz baja "¡que son un maldito montón de cobardes!.. El punto es que el hecho de que tu ganarás el torneo generó un efecto en cadena. Como tú ganaste, la reina no vino. Como la reina no vino, la mayoría de los nobles no vinieron. Como casi nadie de la nobleza vino, los gobiernos de las otras razas también hicieron lo mismo y redujeron significativamente los soldados que enviaron para la expedición. La cuestión es que al final solo vinimos muy pocos soldados 'reales', y la mayoría son personas contratadas en el torneo, o por los gobiernos de las otras razas... Y los nobles que vinieron..." De repente, Joaquín señala en una dirección "¿vez ese hombre de ahí?"
"Si, es Tomás Protego, ya lo conozco. Aunque nunca he hablado con él." digo, reconociendo al joven de pelo negro que había visto luchando al lado de Octavo en la batalla de la playa.
"Bien. Es un pacifista. Detesta los conflictos." dice Joaquín llanamente.
"¿Entonces qué está haciendo aquí?" pregunto confundido.
"Pues... Aunque no le gustan los conflictos, es muy protector con los suyos. Por esa misma razón participó en la batalla de la playa, y por eso mismo ha venido en esta expedición." dice Joaquín amargamente "Es un buen hombre, pero mi punto es que no es un luchador. Y por eso se lleva muy bien con la iglesia, y muy mal con su padre, Rodrigo. Gracias a la iglesia Tomás consiguió el puesto de líder de su casa, ya que su padre no tuvo más remedio que ceder ante él debido a las presiones externas a su familia. Pero por esa misma razón su padre lleva bastante tiempo intentando deshacerse de Tomas entre las sombras, ya que no le gusta cómo su hijo maneja a la casa Protego. Aunque no puede hacer nada directamente ya que su hijo tiene el apoyo de la iglesia." dice y suspira "Y otro tanto se puede decir de la joven promesa de los Estella, Lilian, que ya empieza a ser una amenaza para la posición de su madre."
"Ahh. Y todo esto me lo cuentas porque..." digo, sin terminar de entender a que quiere llegar Joaquín al contarme todo esto.
"Porque quiero que veas el panorama general." dice Joaquín, que parece un poco irritado por mi falta de interés "¿Porque crees que Lilian Estella, una jovencita de más o menos tu edad, y Tomás Protego, un pacifista, son los que están liderando esta expedición cuando hay gente mucho más capacitada para la tarea? Como el General Julius, por ejemplo. Eso es porque el General Julius es una figura muy importante para el reino, pese a no ser noble. En cambio, si nosotros morimos en este lugar no importara realmente. Solo somos una apuesta de los líderes de las cuatro razas para ver que tan fuerte es realmente el imperio orco. Como ves, somos prescindibles...Creo que, justamente por esta misma razón, es que no ha venido casi nadie de la iglesia de las luces. Probablemente incluso habrán intentado convencer a Tomás Protego de quedarse, pero supongo que no tuvieron éxito. Ese chico es muy fiel a los suyos, y tiene fama de ser bastante firme en las decisiones que toma."
"Aja, pero también puede salir todo bien y puede que seamos capaces de tomar fácilmente la ciudad, como creen Charity y Lilian ¿no?" digo, para tratar de animarlo ya que me parece que está viendo las cosas con demasiada negatividad.
A lo que Joaquín me mira directamente a la cara, sin responder por unos cuantos segundos, con una expresión extraña en el rostro, y al final dice tras lanzar un largo suspiro "si, supongo que eso estaría bien"