Nota del autor:
He creado una página de patr eon. Si quieres apoyar mi trabajo, por favor visítala. Ahí se pueden encontrar 6 capítulos adelantados para los mecenas.
https://www.patr eon.com/finlegost
Pueden encontrar los conceptos artísticos de los personajes:
https://www.insta gram.com/finlergost
Muchas gracias a mis mecenas.
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Me preparo apresuradamente, sacando mis armas del inventario y equipándolas. Por suerte en estas semanas me acostumbre a dormir con la armadura puesta, porque no tendría tiempo de equipármela en este momento de no tenerla equipada.
Al verlos acercarse me siento como si fuera un conejo diminuto frente a un par de lobos. Parecen ser un hombre y una mujer, de pelo y ojos claros, casi tan claros como la palidez extrema de su piel. Pero sus presencias son aberrantes e intimidantes. Estoy seguro de que no son personas, son demasiado similares a Debi, pero esta vez son dos...
Cada partícula de mi cuerpo me pide que huya, pero sé que sería inútil. Si pudieron encontrarme una vez pueden volver a hacerlo fácilmente.
Además, no me gusta sentirme así, me recuerda a mi encuentro con los lobos gigantes hace un año. Mi mente se rebela contra la sensación de intimidación y me concentro apresuradamente en intentar sincronizar mi mente con la de Azur para activar la fusión espiritual, a la vez que siento que él hace lo mismo. Es una sensación extraña, pero después de llevar tantos días practicando ya nos acostumbramos.
Cuando el cuerpo de Azur se disuelve en partículas y viene hacia mi cuerpo siento como el miedo disminuye y pierde sentido. Yo soy el depredador, nunca la presa. Con ese pensamiento, me lanzo corriendo hacia las siluetas y ataco con las espada con un tajo descendente dirigido hacia su hombro.
Pero la primera de las siluetas, un hombre pálido de pelo y ojos claros detiene el golpe de mi espada con la mano descubierta. Parece no sufrir ningún daño, ya que cierra la mano alrededor de la hoja de mi arma. Furioso, intento apuñalarlo en su abdomen con la daga, pero la detiene de la misma manera. Sin embargo, la daga parece que si tiene algún efecto ya que veo un hilillo de sangre escapándose de su mano izquierda.
Desesperado mientras el hombre pálido sostiene las hojas de mis armas con las manos desnudas, me concentro en prender en llamas mis dos armas al mismo tiempo.
Estupefacto veo que el fuego quema la piel del hombre, pero que esta se regenera casi al mismo tiempo que se quema. Inutilizando el daño de mis armas. Ante mi mirada el hombre sonríe.
"Tranquilo, chico. Venimos en son de paz" dice el hombre, sin dejar de sonreír, mientras la mujer se queda apartada en silencio. Ignorando el hecho de que su compañero haya sido atacado.
"Como si fuera a creer eso" digo, con la voz rasposa y rugiente que poseo durante la fusión espiritual.
"Pues, si tienes un mínimo de cerebro te darás cuenta que tengo razón" dice, con voz calmada "si quisiéramos matarte ya lo habríamos hecho con absurda facilidad. Mira, nosotros somos dos y tu ni siquiera puedes liberar tus armas de mi agarré"
"¿Cómo es que sois tan fuertes?" pregunto irritado, intentando liberar mis armas con todas mis fuerzas. Pero es inútil, parecen estar siendo sostenidas por una estatua inamovible. Por más esfuerzos que hago, hombre no se mueve ni un milímetro de su posición.
"Es una cuestión de edad. Es normal que te confundas ya que luchaste con Debi, nuestra hija, que solo tenía 96 años. Nosotros tenemos bastante más edad. Y con los años viene la fuerza... al menos para nosotros" dice la mujer con una voz suave, tierna y melodiosa que traiciona su naturaleza monstruosa.
Mientras habla va acercándose lentamente con las manos extendidas hacia adelante, como queriendo mostrarme que no lleva armas.
¡Como si no supiera que pueden crear armas de la nada!
Irritado, lanzo una llamarada de fuego desde mi boca para intentar mantener alejada a la mujer. Pero soy interrumpido casi instantáneamente por el hombre que, obligándome a soltar las armas con un violento zarandeo de sus brazos, me tira al suelo boca arriba de una patada.
Intento levantarme, pero me lo impide poniendo una rodilla en mi pecho y agarrándome la mandíbula con la mano derecha, mientras que con la izquierda presiona contra mi hombro, inmovilizándome.
"Mira chico, estoy siendo bastante paciente, pero si sigues atacándonos te dejare inconsciente de un guantazo y ya veremos si eres un poco más razonable cuando despiertes" dice el hombre mirándome, con una ira fría en el rostro.
"Tranquilo, Gideon" dice la mujer, con voz relajada a pesar de tener parte de su pelo en llamas "no me hizo nada. Sabes que nunca podría hacerme daño" y, como para demostrarlo, su silueta parece vibrar ante mis ojos, con lo que el fuego se apaga y su pelo queda inmaculado.
Viéndome tan absurdamente superado dejo de intentar luchar e intento relajar mi cuerpo. A pesar de que va contra mi naturaleza el dejarme dominar, sería estúpido intentar luchar cuando parece que mis opciones son nulas.
Por alguna razón parece que quieren hablar conmigo…
Es mejor esperar a reunir información y atacar cuando este más preparado. Con este pensamiento, desactivo la fusión espiritual.
"mi nombre es Teresa" dice la mujer cuando ve que dejo de intentar luchar "y como escuchaste hace un momento mi compañero es se llama Gideon. Somos los, como ya dijimos, los padres de Debi. Pero no tenemos ninguna intención de hacerte daño. Sabemos lo que paso hasta cierto punto y entendemos que no tuviste otra elección que matarla"
"aja" digo secamente, a la vez que me pongo de pie cuando Gideon me lo permite. Guardo las armas en mi inventario, parece que no hace mucha diferencia el estar o no armado.
"queremos que nos acompañes hasta nuestro hogar, ya que nuestro padre quiere conocerte" dice Teresa con voz calmada.
"aja" vuelvo a decir escuetamente. Parece que a Gideon le molestan mis cortas respuestas, porque cada vez empieza a fruncir más el ceño. Eso está bien…
"¿serias tan amable de acompañarnos?" pregunta Teresa sin alterar su voz, ignorando la expresión de su compañero.
"¿puedo negarme?" pregunto extrañado.
"la verdad es que no" responde, esbozando una sonrisa de disculpa "pero preferiría que vinieras por propia voluntad"
"hmt, está bien" digo, porque no se me ocurre que más hacer por el momento. Ya veré si durante el viaje encuentro alguna debilidad que pueda aprovechar...
"gracias" dice la mujer con una sonrisa radiante, y parece ser la imagen de la bondad personificada. Pero yo sé lo que se oculta tras ese velo de engaño.
***
Viajamos hacia el sur, pero solo durante la noche. Al principio pensé que tal vez podría dejarlos atrás montado en Azur, pero los seres parecen poder seguirle el ritmo perfectamente, e incluso superarlo en velocidad.
Sus energías no parecen tener fin, porque corren sin que su velocidad cambie en ningún momento. Disminuyendo su velocidad solo de a ratos para permitirnos descansar de la carrera, aunque ellos no tengan el más mínimo signo de cansancio.
Al amanecer, sin embargo, veo extrañado como los seres buscan ocultarse a la sombra de un árbol. Donde se quedan sentados, inmóviles como estatuas con los ojos cerrados.
No me dieron mucha explicación antes de hacer esto, simplemente me dijeron que intente dormir o descansar hasta la noche.
No sé si el sol será una debilidad como tal, pero desde luego parece que no les gusta moverse durante el día. Igualmente, bien podría simplemente ser una actuación de ellos para probarme...
Voy a esperar unos cuantos días más de observación para decidir sobre qué hacer. Bastante contento de haber encontrado ya una posible ventaja durante nuestras primeras horas, me voy a dormir dejando a Azur de guardia.
No es lo más agradable el intentar dormir mientras sé que tengo cerca dos monstruos como el que asesino a Joseph, pero supongo que será peor si dejo que el sueño merme mis fuerzas. A fin de cuentas, voy a necesitar el 100% de mis capacidades cuando intente oponerme a ellos.
Además, si de verdad estoy maldito puede que no seguir vivo no sea tan mala idea…Ante este pensamiento siento la ira de Azur, reprochándome. Pero decido ignorarlo e intento conciliar el sueño.