Nota del autor:
He creado una página de patr eon. Si quieres apoyar mi trabajo, por favor visítala. Ahí se pueden encontrar 6 capítulos adelantados para los mecenas.
https://www.patr eon.com/finlegost
Pueden encontrar los conceptos artísticos de los personajes:
https://www.insta gram.com/finlegost
Muchas gracias a mis mecenas.
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"¡Feliz cumpleaños! Levántate dormilón que tus amigos vendrán hoy a felicitarte"
Me despierto con el sonido de una voz que me parece que hace una eternidad que no escuchaba.
No puede ser posible, pienso…
Tengo miedo de abrir los ojos.
"¿M-mama?" pregunto, abriendo los ojos sorprendido, después de dudar un momento.
Al pie de mi cama esta Shui, mi madre, con una sonrisa.
Por un mili segundo, noto confundido que junto a mi estado aparece un icono extraño, pero no es realmente importante...
No cuando tengo a mi madre enfrente mío.
Esta tan hermosa como siempre, con su cabello y ojos azules y su piel pálida blanquecina.
"Si, ¿Quién más sino? ¿Tuviste un mal sueño hijo?" pregunta mi madre, acercándose para acariciarme la cabeza.
"No.." digo, confundido, mientras oleadas de diferentes emociones me golpean. Alivio, alegría, sorpresa, confusión "¿Dónde estoy?"
"En casa" dice, y comienza a fruncir el ceño. Me sostiene la cabeza con sus cálidas manos y me mira detenidamente "¿te sientes bien hijo?"
"Si... Solo tuve un sueño muy raro..." digo, y no puedo evitar que me caiga una lagrima por la mejilla. ¿Podría ser que todo lo que paso fuera solo eso? Me encantaría que así fuera...
"Bueno, bueno, ya paso" dice mi madre, dándome un beso en la frente "lávate los dientes y la cara, y ponte algo de ropa presentable. Ragnar y Julia ya están abajo esperándote"
"¿Q-quienes? ¿Por qué?" pregunto, ahora sí realmente confundido. No entiendo que hacen Ragnar y Julia en el Pueblo Encrucijada, pero...
¿Y porque tendríamos que estar en ese pueblo? A fin de cuentas, la posada de mis padres está en la capital...
"Por tu cumpleaños tontín ¿por qué más? ¿Seguro te sientes bien?" pregunta con preocupación, mi madre.
"Si, sí. Ahora bajo..." digo, confundido.
Tengo que organizar mis pensamientos...
¿Puede ser que un sueño me desorientara de esta manera?
"Ok" dice mi madre y se levanta de mi cama para, a continuación, salir de mi cuarto.
Me visto apresuradamente con las primeras ropas que encuentro y, mientras me lavo los dientes y la cara, intento entender lo que está sucediendo.
Parece ser que mi imaginación me jugo una mala pasada, nunca había tenido un sueño tan realista. Pero, pensándolo bien, era todo bastante fantasioso...
¿No había un icono anteriormente al lado de mi estado? Hmm, debe haber sido que todavía estaba medio dormido.
Mientras bajo las escaleras, escucho la voz de Ragnar venir desde el primer piso "Debes estar muy orgulloso de tu hijo. Nunca había visto a nadie de su edad manejar la espada como él. ¡¡Y además puede hacer magia!!"
"sí, es un buen chico" escucho decir a la voz de mi padre. Y nuevamente, como me ocurrió con la voz de mi madre, me golpean oleadas de emociones que me detienen por un momento. "Estoy muy agradecido de que Julia y tu quisieran enseñarle. Cuéntame cómo les fue en la última incursión en el laberinto"
¿Mi padre está feliz de que me acerque al laberinto? Pienso, mientras vuelve a asaltarme el sentimiento de confusión.
Pero esta vez lo desplazo rápidamente. No puedo dejar que un simple sueño me altere tanto.
"Feliz cumpleaños, hijo" dice mi padre, Rufin, sonriendo al verme bajar.
Y, al ver su cara de facciones fuertes y duras, que con tanta facilidad se vuelven blandas y cariñosas cuando mira a alguien que quiere, su pelo y sus ojos de color negro azabache; Corro a darle un abrazo.
El, Ragnar y Julia están sentados a la barra de la taberna.
"¡Felicidades!"
"¡Felicidades!"
"¡Felicidades!"
Escucho las voces de Ragnar, Julia y Mia, mientras tengo la cara enterrada en el pecho de mi padre.
"veo que nos despertamos un poquito emocionales ¿eh?" dice mi padre, cuando, tras llevar varios momentos abrazados, no doy señales de soltarlo.
Avergonzado, y dándome cuenta de golpe lo que estoy haciendo, lo suelto y me alejo un poco.
Al hacerlo, veo que Azur está jugando con Mia en el suelo.
Que extraño... no siento nada proviniendo del vínculo... Es como si el draco azul fuera un animal cualquiera.
Pero... ¿No había sido siempre una mascota de la taberna?
No... ¿Porque pensaría eso?
Busco en mi interfaz la habilidad de Azur y veo que, en efecto, ahí está.
Confundido, mientras me acerco al pequeño draco lentamente, me concentro en ampliar nuestra conexión y enviarle un mensaje mental.
Cuando lo hago, me golpea una sensación de terror puro que me paraliza en el sitio.
La sensación es tal, que los bordes de mi visión comienzan a nublarse...
Me siento desmayar y, casi al mismo tiempo, me despierto en el suelo de la casa del jefe de la aldea con el pánico todavía atenazando mi mente, paralizándome.
[Se ha escapado exitosamente del estado alterado]
Con ese mensaje, vuelve a mi mente mi situación actual, el lugar donde estoy, y por qué.
Por precaución saco uno de los frasquitos de Ozy del inventario y lo sostengo en mi mano, mientras intento calmarme.
El sueño me hizo revivir la idea de que mis padres ya no están y que nunca podre volver a escuchar sus voces, o ver sus rostros... El dolor me atenaza el pecho ante el pensamiento, pero la presencia de mi compañero me reconforta a través del vínculo.
Azur esta acurrucado a mi lado, está muy asustado, pero noto también empieza a calmarse al sentirme a su lado.
Estamos los dos quietos, intentando entender lo que paso e intentando reconfortarnos el uno al otro.
No quiero moverme para no alertar a un posible enemigo.
No parece pasar nada, aunque también es cierto que no veo gran cosa porque estoy de espaldas a la chimenea y el fuego parece haber menguado bastante.
Pero si no pasara nada… ¿entonces que significo la notificación?.
Con cautela y todavía adormilado, comienzo a voltearme hacia la chimenea, lentamente por si de verdad hay algún peligro.
Supongo que así podre distinguir un poco más mi entorno.
Al terminar de voltearme, lo que veo con los ojos entrecerrados son las siluetas ensombrecidas de Joseph y Debi, la hija del jefe, abrazándose a la luz de la chimenea.
Me relajo un poco.
Si Joseph esta despierto no tengo de que preocuparme por la posibilidad de que haya pasado algo. Si hubiera alguien atacándonos, él lo sabría.
Supongo que Joseph es mucho más decidido que su primo mayor para estos temas, pienso divertido, mientras veo con los ojos entrecerrados las siluetas de los dos jóvenes.
Entonces, mirando con más atención la escena, noto que más que abrazándola, Joseph parece estar simplemente siendo sostenido por Debi.
Y que, de la mano de Joseph que está colgando a su costado, cae un hilillo de un líquido ambarino... ¿Sangre? Pienso adormilado. No, tal vez sea jugo...