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La Caída Del Renegado

🇲🇽Akilezs
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Synopsis
Es increíble como puede cambiar la vida de la noche a la mañana, te llenen de cosas que no hiciste o que te humillen. La era en que los humanos se mezclan con los ángeles (caídos) y demonios, otros donde hasta instituciones hay para esos temas, una traición, el inicio de este "Apocalipsis", ¿a quién creerle? ¿a un joven que dio todo por defender? o ¿en pruebas que se filtran con el tiempo?.
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Chapter 1 - Prólogo: “Que suenen los lamentos”

Escalando hasta llegar a lo más alto, una pesadilla que ningún humano podría aguantar o al menos eso se diría, pues este ser que se alza de poco a poco a su objetivo es nada más que una combinación de ángel, demonio y humano. ¿Cómo? ¿En dónde se encuentra? ¿Cómo llego a ese lugar? Preguntas que con el tiempo se irán respondiendo. Alguien destinado a realizar el bien, un ser con sus ideales en mente, que daría hasta su vida por los suyos o eso era lo que él haría antes de que todo se fuera al caño.

¿Qué significaba ayudar a todos?, tal vez el hecho de que todos estuvieran bien, que puedan estar con sus seres queridos, apaciguar lo malo y reemplazarlo por 'esperanza'. No todo sale como uno siempre quiere, posiblemente sea el hecho de que no lo deseaste con tanta fuerza o que no se luchó con todo lo que se tenía, el más ingenuo, el más grande soñador habría optado por la primera, todos en algún momento fuimos 'eso'.

La otra cara de la moneda puede llegar a ser muy cutre, un mal chiste, la verdad que corrompió a la esperanza.

¿Sabes el motivo?, fácil, la guerra entre los mundos acaba de iniciar, una era está por comenzar, el renegado para los humanos, el hijo bastardo o bastardo para los ángeles como los demonios. La balanza se está desequilibrando, ¿todo por igual? ¿una parte con todo?, cual hoja cayendo al suelo, así de lento y rápido se moverán las facciones.

Pero…

A el creador ya no le interesa…

En unas ruinas, a lo que se puede saber en los adornos que había, aparentaba ser una ciudad, sin rastros de seres vivos a excepción de tres personas que en sus posiciones formaban lo que sería un triángulo.

—Entonces… ¿Todo se resume a esto?

Un bicolor observando a sus dos oponentes, con la respiración agitada y el cuerpo doliendo a todo lo que daba, su irritación era notable, se mostraba en sus palabras, seguía mirando con el ceño fruncido al que una vez fue su familiar y a su derecha un viejo amigo.

—¡Miguel y tú deben morir aquí en este maldito lugar!

Replicaba, irradiando por sus ojos un odio y desprecio a sus contrincantes. El viento golpea tan fuerte que su gabardina ondea con intensidad mientras su cabello corto y lacio como la noche hacia acto de presencia, se podía notar que apretaba su puño con fuerza, rayos negros con las partículas moradas resaltaban en aquel sujeto.

—Tan fácil era obedecernos Adirael. Y tú no deberías estar aquí BASTARDO.

El conocido como Miguel con una voz oponente hablaba. Su cabellera reluciente cual oro se movía al son del viento, apretando sus puños en señal de que todo podría pasar, emanaba rayos de color blanco con partículas doradas que resaltaban por todo su cuerpo.

—Mi nombre es Hisashi, pff, ¿No queda otra opción, verdad?

El bicolor viendo que los dos sujetos hicieron aparecer sus auras, el no dudo en hacer que la suya hiciera acto de presencia, su puño cerrado y unos rayos con tonalidades grisácea hacia acto de presencia y mientras sus partículas de colores negros y blancos aparecían, una cosa que resaltaba era una marca en su frente, un círculo que por la mitad traían los dos colores.

—No. La era de los humanos… se acabó.

Dijeron al unísono el demonio mayor y el arcángel. Los tres adaptando una pose de pelea, sus auras aumentaban con tal intensidad que provocaban un leve temblor, sus músculos se tensaron, sus venas resaltaban, sus ritmos cardiacos se dispararon, sus ojos empezaron a brillar con mucha intensidad.

—De todos modos…

El bicolor afilando su mirada.

—¡Soy un renegado!

Los tres salieron corriendo y dejando una cortina de humo por la velocidad, empezaron a golpearse, uno esquivaba, otro bloqueaba y otro pegaba, pero con un solo objetivo: matarse y que uno quede en pie al representar su raza. Los golpes resonaban en el lugar destruido, el eco era presente, destruyendo los escombros de lo que una vez llego a ser una ciudad… su ciudad que lo vio crecer y caer.

Pero esta historia se remonta tiempo atrás.

Último círculo del infierno/cuarta zona, hora, día, mes y año desconocidos.

Se encontraba un castaño tirado en una zona completamente azul, un frío recorría todo su cuerpo, el mismo presentaba heridas y sangre por la mayoría de su cuerpo. Sentía miedo, decepción, mucha rabia, no sabía dónde se encontraba en estos momentos.

—Que ven mis ojos, hay alguien nuevo en este profundo pozo.

Una voz resonaba por todo el lugar, hasta el más valiente se haría en sus pantalones con solo escuchar una voz ronca pero imponedora. Cada que se acercaba al chico se veía la forma del ser que empezó a hablar. La estatura era de unos dos metros a lo que se veía, sus escleróticas eran de un color negro y sus iris simplemente eran naranjas y sin pupilas, con solo mirarlos, mirabas todos los horrores de la humanidad, lo único que destacaba era su vestimenta, trajeado, mostrando una sutil elegancia cuando caminaba, piel de un color azul claro, se podría decir que era la representación misma de cómo se vería el frío.

—¿Quién eres tú? —El castaño desprendía su miedo, el miedo que se podía oler en toda esa parte, mientras eso pasa, él retrocedía a gatas pues no sabía las intenciones de aquel ser.

—Oh, disculpa por ser tan descortés, me conocen como el primer arcángel o bueno ex. Mi nombre es Lucifer —Haciendo una reverencia—. Mírate, con solo mirarte a la cara se ve que estás cagado del miedo, jajajajaja, me sorprende que llegarás hasta aquí… y cuéntame, ¿Qué paso? —Lucifer con burla en su voz, sabiendo la respuesta del aquel joven, pero él quería hacerle recordar, simplemente hacerle sufrir por lo que recién paso.

—¡Cierra la maldita boca, tú no sabes nada de mí! —Gritaba con rabia al aquel ente.

—Chico, no hay ninguna cosa que no sepa y mucho menos de ti —Dijo Lucifer con un tono sereno—. Tú nombre es Hisashi, 18 años de edad, comida favorita las hamburguesas, el sueño de ser alguien que imponga un "orden" … Eso sí que es patético. —Lo decía mientras veía al chico con un tono burlesco.

—Déjame en paz, déjame… Yo no sé cómo acabe aquí… —Hisashi con cada palabra que salía, era cada vez cortada y al último momento comenzó a llorar.

Desde todas partes se empezaron a escuchar risas, burlas de lo que parecían ser personas o al menos eso le parecían al castaño.

—No te sirve llorar aquí —Mientras decía eso, Lucifer se ponía enfrente de un Hisashi temblando del miedo, acto seguido procede a tomar del cuello alzándolo mientras hacía que le mirase a los ojos—. Si no tienes ningún pecado, mis ojos no te harán nada y si los tienes… sufrirás de una eterna agonía. —

Hisashi miraba aquellos ojos, los ojos que pueden juzgar a cualquier ser, pero algo pasaba, a él no le pasaba nada, solo una sensación de asco, un enojo, todo lo malo y mientras eso ocurría, derramaba más lágrimas.

—Hmp, al parecer no te afecta en nada, bueno, sabía que no hiciste eso y además, pensaba que caerías en la locura, pero causo otros efectos en ti. —Dijo Lucifer restándole importancia al asunto mientras tiraba al chico.

—Como sea, te preguntarás ¿Y este lugar?, pues fácil, ¡bienvenido a lo que se considera el infierno! —Lucifer con un tono feliz recalcaba esa última parte.

—Pero ¿por qué? —Mencionaba Hisashi con tono triste.

—Hmp, al parecer no recuerdas nada o es el hecho de que quieres engañarme, no sé, dímelo tú. —Replicaba con tono serio.

—Y se supone que tú "sabes" sobre mí. —Replico en forma de burla.

—Vaya, al parecer si tienes pelotas y hace un rato estabas por llorar, jajajaja —Lo mencionaba con burla—. En estos momentos… el momento, siento que comenzara un gran cambio. Sabes, no pensé que a lo largo de mi vida encontraría algo con el cual entretenerme, claro que exceptuando lo de la serpiente. —Mencionaba con cierta emoción el gran demonio.

—¿A qué te refieres con eso? —Mencionaba con un toque de nerviosismo y curiosidad al ente.

—Vaya que si eres LEEENTOOO… en pocas palabras, tú presencia significa que algo pasará, por favor eso es obvio —Cada palabra que soltaba el demonio, a Hisashi le provoca curiosidad y cierta inseguridad—. Bueno, viendo tú cara no estás entendiendo ni un carajo, así que en resumen… —Dejando en suspenso a su acompañante, era notorio que solo estaba provocándolo.

—¡Para con el suspenso innecesario! —Sabiendo que él le había gritado al ser que tenía en su frente, procedió a cerrar los ojos dando entender que algo le pasaría y al final nada.

—¡Vaya!, el mocoso al final se amarro bien los pantalones y no sabe a quién tiene en frente, te aplaudo y le quitas lo divertido a la vida. En fin, como te decía, si estás aquí, bueno me da a entender o bueno lo vi, jejeje, te quieren fuera del camino de esos grandes SALVADORES, puras idioteces. —Sin ninguna pizca de empatía soltaría como si nada tal verdad.

—No… no… ¡TÚ! ¡YO SE QUE ME MIENTES! Ellos no podrían, no, yo sé que ellos no podrían hacer eso… yo di todo por protegerlos… sé que están preocupados… ¡ERES UN MENTIROSO! —Cada palabra que soltaba el chico eran los indicios de inseguridad, duda, confianza, una mezcla un tanto rara, pero el ser solo miraba con una cara estoica al chico.

—Chico, te creía un poco más inteligente y veo que me equivoque —Lo decía mientras negaba la acción del chico—. Pero que quede claro, estás en el último circulo y para especificar más, nos encontramos en lo profundo y esa se conoce como la cuarta zona, ¿sabes que significa? —Esperando la respuesta y este solo negaría con la cabeza— Bueno, este es el noveno circulo y es el de la traición… pero como no traicionaste a nadie y prácticamente no estás muerto al menos físicamente hablando… se te va a mostrar la TRAICION y LA VERDAD en instantes —Así aclarando todo al chico que miraría de forma ¿feliz? —. Como sea, nuevamente, BIENVENIDO A TU INFIERNO. —Haciendo una reverencia mientras miraba con una sonrisa burlona.