-Gia, ya tienes ocho meses que no me has entregado nada. ¿Qué estás haciendo? Los lectores ya se están olvidando de tu existencia- sermonea Tomás por tercera vez en menos de un mes. Gia suspira pesadamente.
-Ya te he dicho, no es que no quisiera entregar algo, pero es que ando en blanco. No sé qué escribir- responde
-Arco iris fue un boom, puedes escribir el segundo libro. Los lectores llevan esperando el segundo libro desde hace ocho meses, así que puedes empezar por ahí- ella volvió a suspirar.
-Dame tiempo. No sé, necesito pensar en otra cosa que no sea entregarte un proyecto. Me siento presionada y la inspiración no es como si volara alrededor de mí- Tomás se recuesta y se quita los lentes cansado.
-La empresa ya ha sacado un comunicado. Los escritores que no han logrado entregar un proyecto terminado durante un año, decidirán no trabajar más con esos escritores -
-¿Me estás diciendo que en cuatro meses más si no entrego un libro terminado, ya no tengo que volver?- pregunta Gia con el ceño fruncido. Tomás asiente sin decir nada.
-Vaya, la empresa cree que alguien puede terminar un libro en los próximos cuatro meses que quedan-
-te han dado un año meses-
-sí, pero me lo vienen comunicando ahora y no hace ocho meses atrás. Además, he ayudado a la empresa a ganar suficiente dinero con varios best seller, durante varios años, ¿pero eso les importa? claro que no, porque la empresa solo tiene en sus ojos, el dinero y no en nosotros- sale Gia enojada del despacho sin mirar atrás.
Fuera de la oficina, Gia se dirige directamente al cuarto de descanso. Suelta un suspiro agotador, mientras se prepara un café.
Llevaba más de diez meses que ya no le entraba ninguna inspiración. Había tratado todo lo posible para escribir, pero desperdiciaba horas en el ordenador, sin si quiera terminar un párrafo. Últimamente se estaba preguntando si ha hecho mal dejar su antiguo trabajo, solo para dedicarse en el mundo de la escritura. Aunque llevaba una vida bastante monótona y estresante, no tendría que pensar si tendría dinero para pagar la renta cada mes. Algo que pasa muy a menudo a las personas sin un sueldo fijo.
Su mirada se dirige a su cuenta bancaria en el móvil, trayendo más suspiro.
-¿Un mal día?- pregunta Karla acercándose a la máquina de café. Gia la mira y suelta una débil sonrisa.
-El problema de todo escritor... La inspiración- le responde sin mucha emoción.
-No te fuerces demasiado y... no culpes a Tomás. Él también tiene bastante presión-
-Lo sé- Responde -Solo que no... no sé si hice bien dejar mi trabajo anterior para adentrarme a esto-se sincera. Karla le sonríe y le da algunas palmadas en la espalda.
-Si eres feliz, entonces valió la pena-
-No sé si estoy feliz-
-Quizás no lo estés ahora porque estás atravesando en una crisis que a todos los escritores le puedan pasar, pero si dejaste tu trabajo para ser lo que eres ahora, es porque te gusta la escritura, así que, no te rindas- le alienta Karla. Gia finalmente asiente y le da un gran abrazo.
-Gracias Karla, has sido como una madre para mí desde que entre aquí. ¿Qué haría yo sin tus alientos? -
-Sabes que siempre es un placer- se abrazan nuevamente y no mucho después Gia sale de la empresa. Aspira una fuerte calada de aire y saca su teléfono móvil, marcándole a Oscar, su mejor amigo.
-Estoy ocupado, tienes dos minutos-Responde al otro lado del teléfono, cuando se logró conectar.
-dos minutos es lo que vale nuestra amistad- le reprocha
-Si fueras otra persona, ni siquiera te habría contestado, y solo te queda minuto y medio-
-Red Lion en dos horas- Cuelga Gia sin esperar ninguna respuesta.
Al otro lado del teléfono, Oscar mira su móvil con el ceño fruncido
-Demonios- maldice, guardando su teléfono.
-Cancela el almuerzo con Dayana-
-Sí, presidente- le responde su secretaria seriamente.
Dos horas después, Oscar encuentra a su amiga tomando en la barra de tragos, con un ordenador al frente. Se acerca con grandes pasos y se sienta en el taburete de al lado.
-Deberías ir a un café. ¿Sabes que te ves fuera de lugar?- le dice, mientras alza una mano hacia el bar tender - Lo de siempre- le dice a Willy.
-Hay que romper con el mismo estereotipo- responde Gia, sin mirarlo.
-¿Para qué me citaste a esta hora, si lo que planeabas eras escribir. No creo que pueda ayudarte en ese aspecto- Gia finalmente apaga el ordenador y lo mira.
- Necesito una favor tuyo- Le dice con seriedad. Oscar la mira con sorpresa. Llevaban más de diez años conociéndose, y Gia era una persona que nunca le pedía nada, ni aceptaba los favores así sin más. Tenía un carácter fuerte y era muy inflexiva.
-¿Qué ha pasado?-le pregunta seriamente.
-Estoy en la ruina- se sincera y Oscar suelta un suspiro de alivio. Luego, sin perder el tiempo, saca su chequera y le entrega un cheque en blanco con su firma.
-Toma- Gia lo mira como si le hubiera crecido otra cabeza.
-No te estoy pidiendo dinero-
-¿Entonces qué, necesitas un trabajo?- pregunta Oscar, pero Gia vuelve a negar.
-Necesito inspiración- le responde con una sonrisa.
-¿Sabes lo ocupado que estoy?-Gia asiente-¿Entonces cómo piensas que te puedo ayudar con tu problema? - Gia le vuelve a sonreía, pero era una sonrisa que decía que algo malo iba a suceder.
-Quiero que me respaldes y me ayudes a ingresas a DeepNight- Oscar se levantó de un salto y sin pensarlo dos veces le dijo -NO-
-Sin hablar. Me puedes pedir lo que quieras, pero eso es lo único en lo que no te voy a ayudar. Si no tienes inspiración, escribe cuando lo tengas. Si te preocupa el dinero, puedo abrirte una editorial o darte dinero, pero no te voy a permitir que ingreses a ese lugar, Georgina Davis- sin dejar que Gia hablara, le dejó el cheque en blanco sobre la mesa y salió del lugar enojado.
La poca clientela que se encontraban ahí, le dirigió miradas curiosas. Gia tampoco se quedó. Agarro el cheque en blanco que le dejó Oscar, lo arrancó en pedazos, y fue tras él, después de tomar sus pertenencias.
No tomo mucho alcanzarlo. Lo detuvo y le tiro el cheque despedazado en el pecho.
-TÚ NO ENTIENDES NADA- le grito -Veinticinco años de vida. El único momento que realmente me sentí feliz fue cuando terminé mi primera novela. Ese sentimiento de satisfacción y felicidad de hacer algo que, por primera vez, me haga sentir feliz y viva, ha desaparecido poco a poco. ¿Tú crees que mi problema es el dinero? si fuera tan fácil, no te habría buscado en primer lugar, no necesito que hoy me des un cheque en blanco, tomándome como si fuera la mayoría de tus amantes. Y te voy a decir una cosa. Voy a entrar a DeepNight, sea como sea. Si tu no estas dispuesta de ayudar, buscaré a Olivia- Cuando Gia se gira para irse, Oscar la detiene, tomando su brazo.
-¿ESTÁS LOCA? NO SABES EN LO QUE TE ESTÁS METIENDO POR UN MALDITO LIBRO- le grita Oscar rompiendo con su paciencia. Soltó aire con frustración, mientras todavía la mantenía agarrada -te vas a arrepentir- le dice en tono serio. Gia sostiene su mirada.
-puede ser... pero igual quiero intentarlo- responde ella también con seriedad.
-¿Sabes que no estamos en una novela y esto no es algo que puedes permitirte jugar-
-Lo sé- los dos se miran seriamente por varios minutos, hasta que finalmente Oscar la suelta.
-Te arrepentirás- fue lo único que dijo antes de girar e irse. Gia no volvió a hablar, ni a perseguirlo. Sabía que con esa respuesta significaba que su amigo estaba dispuesto a ayudarla. Aunque se sentía realmente mal por la pelea, solo le quedaba seguir adelante con su plan. Se agachó y se mantuvo en el mismo sitio por mucho tiempo, despejando su mente, sin importante los transeúntes a su alrededor.