⚠ Este capitulo contiene las respuestas de los sucesos ocultos que sucedieron en Tu Perfume y que sucederán en Su Perfume. Puede contener información que le dará un giro a algunas partes de la trama. Disfruten ^^
Un papeleo que trastornaría a cualquiera que no tuviera los hábitos. Sin embargo, para Cyer firmar y revisar era lo más fácil de su vida contidiana. Ya que esta se complicaba cada vez que tenía que descubrir algo más allá de la sociedad en la que vivía.
—Señor, el presidente quiere verlo— Informó su secretaria.
Cyer se sintió nervioso ¿Quién sabe lo que le diría aquél viejo? Arreglando su corbata medianamente torcida se dirigió a la oficina de su padre. —¿Me llamó?—
—¡Siéntate, Cyer!— Indicó animado. —Es hora de hablar del futuro de esta compañía. Estoy muy orgulloso de tí, y confío en que tienes la madera para continuar con los proyectos científicos— Miró por los ventanales hacia la diminuta ciudad. —Somos una de las familias más poderosas de todo el mundo. Por la sencilla razón que conocemos y controlamos algo que los demás no se arriesgarían a estudiar— Sonrió.
—Finalmente todas mis investigaciones dieron frutos y en gran medida te lo agradezco a tí— Se volteó a ver a su hijo mayor. —Este mundo jamás fue controlado por los alphas y saber que hay extrañas jerarquías ocultas entre nosotros me emociona— Sonrió ampliamente. —Si no fuera por Elliot jamás me hubiera dado cuenta de esta anomalía—
—¿Tiene que recordarmelo?— Apretó los dientes Cyer. —¿No se arrepiente de haber matado a mi madrastra? Es por el hecho de que él nunca fue un omega que murió— Se tomó la cabeza estresado.
Cyer desde un principio sabía que todo fue un plan de su padre, que todos habían sido manipulados. Se casó con Anabella Rous porque el hijo de ella era un dominante. Y al ver el rechazo de Elián hacia los alphas de su familia decidió poner eso en juego. La herencia que estaba puesta en juego no era el dinero, era el extraño ADN de Elián.
—Sí realmente querías proteger a Elián de mí, debiste haberle dicho—
—¡Oh, por favor!— Saltó de la silla Cyer. —¡Elián nunca hubiera creído la idea de las jerarquías extintas! ¡Ni siquiera yo puedo creerlo!— Gritó. —Nuestros antepasados hicieron bien en deshacerse de esas jerarquías defectuosas. Cosas como los Deltas y Gammas nunca debieron nacer—
—Aún así, nacieron por errores genéticos de nuestra misma jerarquía. ¡Volvieron a renacer!— Se rió, causándole incomodidad a Cyer. —Hay alguien a quien debes vigilar, hijo— Frustrado el castaño tomó otra carpeta viendo el perfil de Adrián Rous.
—¿Un delta?—
—No es igual a tu hijo, ese niño no es un delta dominante, y es por eso mismo que es el mejor sujeto de pruebas— Divisó las demás páginas con la información de sus sobrinos.
—¿Qué hay con los hijos de Elián?—
—Déjalos tranquilos, sobre todo a Ellie, llegará un día que no podrán contra su misma naturaleza— Rió malicioso. —El hecho de que Ellie sea el ejemplo de su escuela, demuestra que nunca fue un omega para empezar—
—¿Qué debo hacer?—
—Por el momento simplemente ver su progreso— Dijo. —¿Y cuándo traerás aquí a mi nieto?—
—No me hable de ese monstruo que me obligó a tener— Le observó con odio. —Discúlpeme—
Cyer estaba traumatizado por la forma en qué se dejó usar. Y por haber descubierto tantos secretos de la compañía.
Llegó más temprano a su casa, viéndose en un vacío abrazador. Y no era por lo solitario que se sentía su hogar, si no porque aquella conversación con su padre le trajo los peores recuerdos.
Había una persona que lo inquietaba más que su padre, y esa persona era Jack. El único que ha permanecido junto a él a pesar de su constante locura ¿O debería decir que Jack debido a los tornillos sueltos de Cyer se vió obligado a quedarse con él?
Cyer no comprendía en lo más mínimo a Jack. Y después de ser extorsionado por la madre de Jack aún menos. ¿Por qué se calló? Tal vez pudiera tener sus propias razones, pero era como si nunca hablaran y a la vez fuera con el único que deseaba conversar.
Recordó cuando los análisis dieron frutos y él quedó embarazado. Un hijo no deseado. Cyer no soportaba esa idea, él no iba a ser una madre, y odiaba el que fuera por Jack. Cuando supo del embarazo, caminaba al igual que un muerto de un lado a otro, como si la criatura que albergaba consumiera toda su vitalidad. Jack se vió muy preocupado al respecto, porque su pareja rescindía de cualquier estímulo, además que muchas veces trató de lastimarse.
Al final dió a luz a un niño que tenía que soportar la agonía de este mundo. Cyer no quería que su hijo sufriera, por eso no deseaba su nacimiento. Sin embargo, ahí estaba aquél fenómeno sentado en la sala.
—Hola, mamá— Lo saludó el chico de 15 años. Era un buen niño, con un comportamiento adecuado, sin embargo nadie soportaba su escencia a pudrición.
—No soy tu madre—
—Bien, pa— Sonrió, había sacado la misma personalidad de Cyer, así que era muy fácil para él mostrar una doble cara.
—Deja esa sonrisa del averno. ¿Te bañaste? Tu maldito olor está impregnando toda la casa— Dejó sus cosas en el lugar usual. —¿Olvidaste tomar tu inhibidor de escencia? ¿Quieres hacerme vomitar?—
—Claro que no, mamá— Se levantó divertido por las quejas. Aquel horripilante sarcasmo lo había heredero definitivamente de Jack.
—Maldito, mocoso— Se irritó. Sin embargo, algo en ese niño lo hacía sentir tranquilo. A pesar de la escencia incompatible que tenía con él, seguía siendo su hijo.
Lamentablemente, al ser un alpha no podía comportarse como una verdadera madre. Por ello, contrató a una omega para que fuera su institutriz.
—Mamá— Se acercó a él. Cyer ya estaba cansado de corregirle por llamarle así. —¿No puedo ir a la escuela?—
—No, ya te dije que no eres como los demás niños. No encajas en esta sociedad de mierda— Miró por la ventana con desagrado. Desde dónde vivían se veía la parte trasera de la escuela para alphas.
—¿No puedo tener amigos de mi edad?—
—Ahg, no lo sé, lo pensaré— Se revolvió el cabello. —Si te portas bien y sacas notas perfectas veré— El adolescente sonrió.
La puerta principal se abrió dejando entrar al famoso modelo. Cyer de inmediato se alteró. A pesar de vivir juntos han mantenido una mala relación desde que Eric nació.
—Ya llegué— Dijo con un tono apagado y Cyer simplemente se dirigió a la cocina para calentar la comida. No lo saludaba, en verdad Cyer dejó de hablarle. —El día de hoy hubo mucho trabajo... Y esa fotógrafa era escandalosa, nunca más haré un contrato con ella— Contó sin esperar una respuesta al sentarse a la mesa.
—Hola, papá— Saludó Eric, sentándose también a la mesa.
—Tú también te ves cansado, toma un baño y ve a dormir...— Le habló a Cyer.
—Jack...— Le dirigió la palabra en mucho tiempo y el nombrado soltó el tenedor petrificado. Por un segundo creyó que por efecto de su imaginación oyó la voz de su pareja. —Llevamos alrededor de 20 años de esta manera— El albino estaba asustado por lo que podría decirle. —¿Por qué sigues aquí, Jack?— Lo miró con disgusto. —Ni siquiera sabría ponerle nombre a nuestra relación, tampoco sé con exactitud que siento por tí. Y no interesa, aveces creo que solo te doy lastima o que estás conmigo por Eric— El niño suspiró yéndose a su cuarto junto a su plato de comida.
—No estoy contigo por deber. Sabes desde hace mucho tiempo que te amo—
—¡Entonces, renuncia a esa estúpida carrera y hazte cargo de la base científica! Estudiaste para ser doctor, no para ser modelo— Jack lo analizó.
—Si lo hago... ¿Podremos ser una familia?—
—No lo sé, Jack... Yo he sido el único que ha ayudado a criar a Eric, tú te has quedado en segundo plano todo este tiempo—
—A pesar de que nunca quisiste a ese niño, ahora resulta que lo amas— Sonrió irónico.
—No es que no lo quisiera, solamente no quería que pasara por todo lo malo que significa ser un Delta.—
—¿Lo escondes del mundo para protegerlo?— Preguntó Jack.
—¿Quieres que él sea despreciado?—
—¿Cómo será fuerte?—
—¡Ja! No sé por qué te preocupas de ello. Es suficiente con vivir conmigo para aprender a defenderte— Habló tristemente tomando de su copa de vino.
—Sabes que me preocupo por ustedes— Dijo Jack tranquilamente levantando su plato de comida. —Los amo— Para Cyer sus palabras eran mentiras.
—Toma la responsabilidad de los Rosset y tal vez te dejaré obtener lo que quieras— Se acercó a Jack.
—Es un trato— Se cruzó de brazos sonriente.
—Así que dame mi pago ahora— Le tomó de la muñeca, estrellando a Cyer contra la pared.
—¿¡Estás demente!? ¡Eric nos escuchara!—
—Pues, que mal— Le tomó la cara, forzandolo a abrir la boca. —Si me muerdes no tendré consideración contigo— Introdujo sus dedos en su cavidad bucal. —Lame bien— Cyer debía obedecer al alpha que lo marcó y que además era su marido.
Jack, fue masajeando el cuerpo de su esposo con su otra mano y de a poco fue soltando sus pantalones. Metió los dedos húmedos en la entrada de Cyer.
El castaño se sostuvo de Jack avergonzado. —Mhm... Por favor, Jack— Entonces, lo tiró contra la mesa, haciendo que el plato saltara junto a los cubiertos.
—Tú me hiciste de esta manera.— Le susurró en su oído, entrando en él sin amabilidad.
Cyer derramó algunas lágrimas y su impacto fue peor cuando vió a su hijo salir de la habitación. La indignación era tanta que ya no le importaba lo que le pasara.
—Papá, ya deja a mamá en paz— Jack sonrió al ver al niño indiferente antes la escena.
—¿A pesar de que este hombre te usa como rata de laboratorio?— Le tomó del rostro, para que Eric divisara lo tan bajo que había caído.
—Sí eso mejora el humor de mamá está bien— Respondió el adolescente.
—¡Ahaja! Se nota que eres mi hijo— Se alejó de Cyer. Y subiéndose el cierre del pantalón se posicionó frente a su hijo. Jack vió los mismos ojos en él. —Te daré un regalo ¿Qué quieres?—
—Un amigo...— Le dijo.
—Bien— Le palmeó el hombro, y salió por la puerta principal.
Cyer a duras penas se arregló la ropa. Ni siquiera se preocupó de secarse las lágrimas. —¿Por qué su relación siempre tiene que ser así? ¿Por qué no haces nada?—
—Es mi culpa— Respondió. —También es parte de la razón por la que no quiero que vayas a una escuela—
En su pasado yacía la respuesta. En aquellos crudos tiempos, donde Cyer gobernaba la escuela de alphas.
Jack era constante intimidado por la misma persona, su maldito primo.
—¡Levántate basura!— Le decían sus compañeros.
—Basta— Dijo Cyer y tomó de la cabellera del albino. —Vamos, Jack... Me decepcionas... Eres un alpha dominante— Habló cruelmente.—¿Por qué no tratas de derrotarme?— Lo soltó y uno de sus seguidores pateó a Jack.
—Bien, ya es suficiente, es realmente aburrido de esta manera— Comentó Cyer, por lo que todos se fueron.
Jack no entendía a su primo, era como si tuviera personalidades múltiples. Cuando era niño, Cyer era sumamente simpático, incluso a Jack le gustaba. ¿Cuándo fue que se convirtió en un monstruo? Tal parece que después de la muerte de Elliot.
—¿Por qué me haces esto, Cyer?—
—¿En serio no lo entiendes? ¡Esta es mi forma de demostrar mis sentimientos!— Lanzó una carcajada.
—Si tanto me odias, simplemente puedo irme de esta ciudad... Así no tendrás que volver a verme.—
—Jack, se supone que eres inteligente— El castaño se acercó a Jack, hasta pasar su lengua por el labio lastimado de su primo.
—¿Q-qué...?— Ahora Jack estaba aún más confundido.
Su viejo amor platónico, la persona que odia actualmente le besó de una manera extraña.
Jack, por primera vez alzó su puño contra Cyer. Y lo iba a seguir golpeando, si no fuera por la sonrisa que mostró.
—Bien, esta es la primera vez... Nunca has sido tan intenso conmigo...— Las feromonas de Cyer excitaron levemente a Jack. Lo soltó y deprimido le habló.
—Fuiste un mal nacido todo este tiempo conmigo, además jugaste con mis sentimientos y... Aún así... Quería ser tu amigo. Pero, parece que eso no será posible ahora—
Jack dejó solo a Cyer gritando un sin fin de cosas sin sentido.
—¡Haré lo que necesite para tenerte! ¡Voy a hacer que seas mío!— Desde entonces Cyer dejó de molestar a Jack, y trató de remediar su relación . . .
—¿Vas a dejar de ignorarme?— Le preguntó un día.
—¿Por qué tendría que hablar contigo? Eres un abusivo— El castaño se rió.
—Joder, hablas como un omega... Eres tan cobarde, no es como si alguien como tú necesite ser protegido, los alphas luchan por sí mismos—
—¿Qué quieres?—
—Ya sabes que es lo que deseo— Jack tiró contra la pared a Cyer.
—Bien, juguemos— Apegó su cuerpo al del otro y lo besó con pasión, incluso su mano se movió bajo la ropa de Cyer.
Cyer recibió lo que más quería en ese momento, el contacto de Jack contra su piel.
A pesar de que ambos eran alphas, tenían cierta química, la cual devoró por completo a Cyer, un simple beso de la persona que le gustaba lo dejó en el suelo sobre expuesto.
—No hice mucho y así te pones...— Sonrió. —Pensándolo, no estás nada mal... Podría tener sexo contigo— Cyer no esperó que aquel chico fuera capaz de decir aquellas palabras, como si hubiera sacado a la luz una retorcida personalidad, cuando imaginaba que era puro.
Jack se agachó a besar nuevamente a su oponente. Esta vez con más brusquedad, y su mano tocó el miembro de Cyer con delicadeza —¡Mhn~!— ¿Alucinó? ¿Cyer podía hacer sonidos como esos? Aquello solo entretuvo más a Jack. —¡Espera, estamos en público!—
—No me interesa— Le sacó los pantalones a tirones y luego rompió los calzoncillos del castaño, dejándolo indefenso. le metió los dedos en la boca y cuando fueron humedecidos los introdujo en el agujero de Cyer.
—¡No..!—
—Te va a gustar— Le sonrió malvado.
—No quiero... Ah...— Se afirmó de su primo, soportando toda la agitación que le causaba. —J-jack—
—Solo mírate, se nota que te encanta, maldito pervertido...— Creyendo haber aflojado lo suficiente metió su pene.
—¡Ah!— Gritó encima de Jack.
—Así... Mueve más tus caderas— El albino tomó de la cintura a Cyer y contra el piso arremetió sin importarle el lastimarlo.
Su relación se convirtió en solo ser acompañantes para tener sexo, aunque era Jack quien siempre tenía esa iniciativa y simplemente Cyer acudía a él.
Al final, el jugueteo de Jack terminó por convertirse en algo serio, pero en ello Cyer comenzó a apagarse. Cumplió su venganza, pero no estaba en los planes enamorarse de su primo en el proceso. Cyer terminó detestandolo.
—Pero, a pesar de todo... No puedo evitar depender de Jack. No me importa sí está mal o no... Nosotros somos dos asombrosos venenos que se unieron en una loca pasión.— Eric trataba de comprender a la persona que lo crió.
—¿Lo amas?—
—¿Esta toxicina es considerada amor?— Le sonrió tristemente a su hijo. —Lo odio, pero creo que ese sentimiento no está lejos del amor. ¿Sabes qué es lo contrario al amor?— Eric negó suavemente. —La indiferencia— El castaño menor entendió totalmente esas palabras.
—Puedo entenderlo— Sus padres jamás fueron los mejores, pero nunca habían sido indiferentes con él, así que podía decir que los amaba. —Sé que tienes que continuar los experimentos por culpa de los abuelos. No te culparé por ello— Cyer lo abrazó sorpresivamente.
—Apestas... En serio, destesto tu olor— Eric se rió de la queja y lo abrazó de vuelta. —Te dejaré salir de casa, pero solo controladamente.— Le dijo.
—¿En serio?—
—Sí, pero tendrán que vigilarte, lo siento—
—Estoy bien con eso— Se mantuvieron abrazados.
Notita:
Este capitulo es importante por el hecho de que separa la historia en dos novelas. Primero en la historia de "Su Perfume" que no ve las jerarquías ocultas a profundidad, si no que sigue con la línea argumental de "Tu Perfume".
Las secuelas pueden encontrarla en wattpad, al igual que esta novela.