Teóricamente, pocas son las personas que podrían enfrentarse a cualquiera de los campeones. La directora podía fácilmente acabar con uno cuando éramos pequeños, ahora seguramente se vería totalmente aniquilada por su superioridad, quizá no en conocimientos pero si en una cosa igual o más importante. Poder bruto. Siendo justos con el mundo, algo que quisiera poner en comparación es la diferencia de poder que existe entre las personas. La magia lo suficientemente fuerte puede erradicar ciudades, puede sonar como algo imposible para una persona de nivel bajo, pero ahí entran los aventureros. Son gente peligrosa, entrenada, criada y hasta engendrada para ser tan fuerte.
Una persona común, entrando a sus 18 puede llegar a ser un aventurero de rango C con mucho entrenamiento y subiendo de nivel. Incluso rango B. Un aventurero rango A es aquel que consiguió una mejora para distanciarlo de uno rango B. Una mejora de clase, mejorar su raza o ser hijo de dos aventureros experimentados. Aún estos son controlables. Muchos soldados, gente fuerte o monstruos más peligrosos de lo común pueden darles muerte incluso con facilidad. Una persona rango S presenta no solo un crecimiento en el valor que tiene su línea familiar, si no que tiene ciertas características mejores que alguien común o por entrenamiento puede llegar. Velocidad, magia, fuerza o resistencia. Pueden tener uno destacando, dos o un equilibrio entre los mismos. Y así va creciendo. SSS+ Es lo que se llamaría para luchar como apoyo contra un campeón, contra un rey rojo o, principalmente, mazmorras de colores extraños. Son gente poco común. Uno entre 100000. Claro, con los aumentos en la natalidad de las últimas épocas, mundos más difíciles que hacían a gente más fuerte. Todo es posible. Pero si los tenía que contar eran 8.
8 orcas. Para poner en comparación lo alto que estaban en la cadena alimenticia. Algo en mi quemó con solo estar cerca de esas eminencias de poder. 6 chicas, 2 chicos, por sus apariencias eran bastante expertos y por lo menos mantenían esa juventud en su andar. Una dragona, una elfa, dos demonios, dos ángeles, una lamia de escamas blancas y una enana.
Todas razas que podían y seguramente habían vivido mucho más de lo que aparentaban. Eso me dió una agradable sensación. Claro, los dos chicos tenían que separarse para ir a la sala de prueba masculina, al verme se sorprendieron, eran un ángel y un demonio. Sus auras expedían energías tanto malvadas como de luz, me sonrieron como a un perrito y avanzaron. Por eso decidí seguirlos un poco, quería saber contra que podía llegar a tener que enfrentarme. Quien tomaba los exámenes a los hombres los guío para más que nada tazar su equipo. Armaduras resistentes, tomos mágicos, se veía que iban a luchar con todo hasta que sentí una mirada rápida de parte del angel. Ese rostro armonioso no mostraba muchas emociones, y en cuento pude ver y sentir además como señalaba en mi dirección mi corazón casi se detuvo. Me sentí como casi que atacado aunque no se hubiera movido un centímetro.
Lo próximo fue algo más claro. Ignorar el lanzamiento de una daga por parte del demonio. Si pudiera ponerlo en un clip, en menos de un segundo se lanzó una daga y llegó antes de que logre siquiera tocar mi frente la detuvo. Una forma clara de demostrar su superior velocidad. Por mi solo levanté mi mirada hacia él, parpadee un par de veces saliendo de mi escondite.
— Vaya~ veo que hay admiradores que nos siguieron.
Dijo con un tono arrogante el demonio, colocando su daga cerca de mi para intimidar aún más. El celestial se acercó con un paso firme, aunque incluso cuando se escuchaban los pasos parecía que no tocaba la madera directamente. Era extraño.
— Es solo un fan, no deberías ser malo con él.
La encargada de los exámenes salió casi que volando de su puesto para colocarse entre las dos eminencias y yo. Aunque no di una palabra la tensión se hacía clara en el aire.
—Chicos chicos, él es. Ujum~ él es el otro hombre que va a participar.
Miradas ingenuas y de sorpresa de ambos fueron compartidas, como si les hubieran dicho que un gatito bebé quería matarlos. Algo imposible y en cuanto el demonio se echó a reír su compañero simplemente lo detuvo casi que en seco para así agacharse hasta mi altura.
—Ah~ un gusto.
— J-JAJAJAJAJAJA. NO LO CREO, ENSERIO? Y QUE ES.
—E-el es un mago.
— Y ENCIMA MAGO? Pequeño, pfff~ pequeño, con esas capacidades solo te vamos a borrar.
— Los reto.
En mis ojos nació un poco de ese fuego, cubierto por la tela era obvio que no me iban a tomar enserio, por ello y solo para dar un poco de extra muestras, el mismo burka que estaba llevando se empezó a prender fuego, mi cabello se mostraba y mi ropa todavía estaba cubierta de mi propia sangre. El veneno ardió como las llamas que ahora mismo estaban terminando de quemar la vestimenta.
— Pff... Cómo sea pequeño.
Un anillo me fue lanzado por una de sus compañeras. Era un anillo con capacidades de revivirme, un artefacto difícil de conseguir pero no imposible. Lo que si ví fue que también les dieron un par a ambos.
Al verlos apareció enfrente de mi.
"Artefactos encontrados. Anillos de Samael."
Con un movimiento limpio los agarré a los 3 anillos que lanzaron. Para ellos no fue difícil verme en lo absoluto, quizá para la chica de las inscripciones. Pero eran estos anillos algo que necesitaba.