Me estaba preparando para pedir una disculpa casi al instante cuando en mi rostro una criatura de tamaño enorme gritó. Se veía como una especie de oso en esteroides, crecido como un gorila, con una postura algo incomoda porque parecía que necesitaba apoyar sus grandes garras.
Me alejé un poco hacia atrás golpeando con los pies de una armadura, subiendo mi vista y con frustración en mis ojos. El dolor me había paralizado y una mano bastante grande se acercó a mi. La tomé como pude y sentí por instantes una pequeña descarga eléctrica, como si fuese para despertarme y quitarme la tontería. Bastante efectivo. Quien me levantó era de mayor altura que yo, por los colmillos inferiores que sobresalían suavemente por su armadura pude preveer que era una especie de orco. No conocía todas las subespecies, pero por su piel verde seguramente era un orco común y corriente.
Su confiada sonrisa al levantarme seguramente era por su necesidad de impresionar tanto a sus compañeras como el hecho de que conseguir un joven para casarse en esta zona era más o menos una necesidad.
—Tranquilo señorito, levántese levántese.
Al sacudir el polvo de mis piernas y de mi ropa quedé con un traje bastante mejor. Nuevamente apliqué magia de hielo mirando muy atento hacia la bestia. Si bien se mantenía algo tranquila me imaginaba que esto era obra de alguna magia. Dos demonios a cada lado daban cantos suaves en tonadas bajas, pero con mi capacidad de sentir la magia notaba perfectamente que estaban haciendo conjuros de control mental y de calma.
—¿A-a dónde lo llevan?
—Me sorprende que no sepa.
Dijo la orco mientras agarraba bien sus armas. Luego el collar de la criatura y daba un paso hacia adelante.
—En la arena se van a dar unos combates mientras se celebra la audiencia de las alianzas aquí. No estarán los gobernantes presentes, pero vendrán ciudadanos de cada raza. Hasta participaré.
—¿Va a luchar contra ésto?
—No no, cómo cree joven. Esta criatura es para las primeras rondas, aventureros rangos B, A y S van a participar, incluso hay oportunidades de subir de clase.
Subir de clase, probar magia con personas. Qué más podía pedir en mi situación actual. Únicamente una cura para mí veneno. También si lograba hacer un espectáculo digno, seguramente Nubia se iba a alertar por mi presencia en el coliseo, oportunidad que tenía que tomar para conseguir antídoto o para escapar por la centralización de los guardias.
Mientras avanzabamos por las calles de arena y los edificios ocres, empezaban a crecer el tamaño de las estructuras, edificios de dos pisos, tres, cuatro y más altos se hacían comunes y daba aún más aspectos de una ciudad que de una zona algo rural o simplemente mercados.
Le seguí dando charla a la orco como una especie de guía para llegar hasta la arena. Una vez pude acercarme al lugar de inscripciones. Un 100% de los participantes eran mujeres... Obvio, los hombres aquí no estaban tan enfocados en combate. Solo en su aspecto. Razón mayor para intentar inscribirme, no el romper estereotipos de género. El poder usar una burka celeste para no ser reconocido. Nunca se sintió tan bien ser oprimido por una religión y una cultura ajena a la mía.
Claro, no me esperaba darme con una pared recién entrando. El precio de entrada, la autorización de mi esposa o mi madre, certificados médicos. Era más fácil entrar a estados unidos que a un torneo. Maldita sociedad.
Lo bueno es que recién asegurada la bestia aquella orco con la cual estaba hablando se me volvió a acercar. Un poco shockeada porque estaba en las inscripciones.
—Va a luchar tu esposa? Demonios, tuve que suponerlo. Un chico así no suena solt-
—No! no no, quisiera participar yo, p-pero me dejé el dinero en casa... Y... Necesito que mi mamá o mi esposa firme por mi... Sé que seguro no estás en cosas ilegales pero... Podría firmar como mi esposa? Y pagar?... El dinero se lo devuelvo!
—No creo que sea lo mejor... Pero... Ah~ si participas en las categorías bajas... No veo problema, además. Vamos chicos! Soy una aliada del movimiento-
Fue un golpe a mi masculinidad, a mis principios y a mi orgullo el tener que aceptar que alguien pague por mi para entrar. Encima que se haga pasar por mi esposa y que además de ello le esté aplicando un catfishing cómo dos barcos. (Por aclarar. Catfish es hacerse pasar por alguien, por ejemplo con filtros). Seguro se imaginaba que era algo así como una flor del desierto, un loto hermoso y de belleza inigualable.
Aunque me parecía más a un gato con moquillo, todavía estaba con algo de fuerza en el cuerpo. Pagado la entrada, con la autorización y todo, nos llevaron a ambos para mi prueba de fuerza, agilidad, magia y resistencia. Claro, tenía que aparentar tener las características de alguien relativamente débil, lo suficiente como para no aparecer en las rondas de aventureros más fuertes. Lo que sí, fui llevado a otro lado, una sala algo lejana y pasando algunos pasillos. La competencia se veía feroz, se aceptaban armas mágicas, por eso una división de categoría de aventurero. Más arriba en la escala, probablemente más equipo loco podía tener uno. Solo puse mis espadas en mesa, las tazaron cómo objetos de clase C (sorprendentemente). Mis anteojos y mi collar, ambos objetos clase E-, algo que vale más o menos que algo no mágico.
Claramente, ahora tenía que esperar. Unos días, y el turismo no sonaba como una mala idea. Me retiraba con mi equipo ya en mi cuando mis ojos se cruzaron con un grupo... No eran comunes, sus auras sí las sentía y el silencio mientras ellos entraban era absoluto. Una insignia en un material Azul indicaba. SSS+.