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Chapter 115 - 115: La ciudad de arena y oro.

En ese lugar se manejaba el engaño, las trampas y la mentira como una moneda de cambio común. Una que no se terminaba nunca. Pero mejor hablar desde mi posición. Mi cabeza golpeó las escaleras de la entrada de un edificio. Mi frente estaba sangrando y el líquido rojo caliente me asustó en un primer momento antes de usar magia de curación. El veneno todavía tenía efecto en mi al no haber recibido ningún tipo de antídoto o similar. La magia de curación no proporcionaba una cura y de sentirme adormecido mis músculos se tensaron tanto que pensé que mis huesos se iban a romper. El quejido de dolor llamó la atención que antes estaba puesta en la estrella de luz.

Uno de mis ojos se inyectó en sangre, mantuve mi lengua en mi boca y lejos de mis dientes. Intentar pararme solo conseguía ser un reto casi imposible de llevar a cabo. Un minuto, si no menos. Un minuto en el cual las civiles se quedaban viendo mientras pasaban cerca mío con cierta manera de verme que era... De disgusto. Pronto noté, mi ropa estaba rasgada, enseñaba demasiado y podía destacar muy fácilmente por lo bajo del estándar de belleza que se encontraba. Los hombres usaban vestimenta que cubría bien sus cuerpos, colores algo más claros en tonalidad, aunque los que se veía en pareja usaban colores rojizos o naranjas. Parecía que todo era una forma de mantener en secreto la belleza de un hombre, ya que aquellos con tunicas blancas también solían llevar cubiertos hasta sus ojos por finas telas.

La mayoría de la población femenina era de lamias, claro que habían otras razas, ya que se notaba un flujo de hombres de muchos tamaños que eran como pequeños o grandes fantasmas.

Por ahora esto me dió un punto a favor. Encontrar uno de estos trajes, usarlo y listo, salir de aquí por alguna de las fronteras. Lo que si es que mi conocimiento en los idiomas no era tan avanzado, yo no tenía la bendición de una deidad y por lo tanto solo podía conocer el lenguaje "común" de las tierras.

De mis pulmones salió algo de sangre a causas del veneno. Aunque la sangre venía con un líquido bastante oscuro que hacía arder mi maná en el interior de mi cuerpo. Probablemente lo estaba consumiendo. Tenía que quitar esa cosa de mi, aunque no tenía la menor idea de cómo hacerlo.

Mi vista empezó a empeorar y mientras intentaba apoyarme en una pared entre la falta de sensación en mis dedos y la vista que se oscurecia casi caí hacia el suelo. Únicamente fui detenido por una mano desconocida.

Aquel "fantasma" tenía una altura levemente más baja que yo, probablemente media unos 5cm menos y cuando me habló sinceramente no pude entender nada. Tampoco logré hablar porque al abrir mi boca podía sentir como si mi interior se hubiera prendido fuego y sangre brotó hacia la arena del suelo, eso sí. Se escuchaba demasiado preocupado.

Con algo de facilidad me llevó dentro de una tienda, o a un espacio cerrado. El lejano sonido de la gente y las voces junto con la reducción de la luz fue lo que me indicó eso. Me sentía aún peor que en mi primer día en este lugar. Y... decir eso se sentía muy muy lejano.

"Hola... hola?"

Preguntaba con debilidad aunque mi boca fue tapada con rapidez, los murmullos todavía salían y lo que debían ser palabras eran quejidos sin sentido alguno.

Fui cubierto, con rapidez y con las vestimentas tan únicas que utilizaban los habitantes. Podía pasar bastante desapercibido con mis nuevos atuendos, y lo que tenía que hacer era concentrar mis capacidades en eliminar el veneno. Era lo contrario al limbo. De una prueba de fuerza absoluta e innegable a una de precisión cuando mi cabeza estaba en cualquier otro lado menos aquí. Sentí un golpe en la puerta, uno que la derribó y un par de voces femeninas hablando con mis salvadores. Por las telas que apenas se transparentaban en los ojos ver no era una opción para mí, y por como brotaba sangre de mi boca respirar tampoco parecía que eso era una idea aceptable usar toda mi fuerza en mi mandíbula para cerrar mi boca, mientras que me aseguraba de extraer un veneno mortal de mi interior con solo concentración y sueños muy intensos de ello.

Uno o dos golpes me dieron para que recobre la concentración en el mundo exterior. Mi cuerpo por lo rígido que estaba parecía muerto, y la situación en la que me encontraba era como un esclavo en una muy mala situación.

—A-agua.

Pedí sin esperar mucho, era una persona totalmente indefensa y en un sitio cuya policía era totalmente hostil a mi persona.

I: "Agua, agua."

Es conocida la sensación de tomar agua después de estar muriendo de sed. Refrescante, quitando dolor de cabeza. Aquí era una batalla entre el veneno que quitaba por la boca, la sangre y el agua. En cómo me movían podía sentir su preocupación. Me tomaron de mis brazos, me sentaron y descubrieron mi rostro. Su ropa estaba toda manchada y uno de ellos la miraba con algo de preocupación. El otro puso su mano en mi cara para ayudarme a beber.