Mis ojos estaban todavía siendo afectados por la luz, el dolor de la lanza se tradujo a... Nada. No pude sentir ira ni remordimiento en lo absoluto por aquellas heridas. Todo era confuso y especialmente los siguientes segundos dónde sentí flechas atravesar mis extremidades. Todavía pude levantarme y acomodando mis lentes estos me permitieron ver, nuevamente flechas y magia fue lanzada hacia mí. Pero me sentí estúpidamente ligero, todo mi cuerpo relajado sin tensión alguna, esquivando con bastante facilidad, e incluso evitando el mínimo rasguño de las flechas. Claro, la magia fue absorbida por mí y transformada en energía. Algo que debo admitir es que los escudos de maná puro sin elementos son bastante fuertes, por ello es que hice uno mientras que identificaba a mis enemigos... Múltiples criaturas de todo tipo de tamaños y... Ella, esa orco con su rostro cubierto se encontraba tras de un velo. Unos labios sonrieron y los ataques cesaron.
J: "Lamento el haber iniciado una ofensiva en su contra... No esperaba que sobreviva allí dentro. O mucho menos que algo que no sea Besta salga."
En mi rostro apareció una suave sonrisa, aunque la ira brotó unos instantes por el nombre de Besta. Lo sentí en mi como si estuviera intentando adueñarse. Sin mucho efecto, fue bastante inútil su intento. Pero aún así, me acerqué más y más hacia el ejército. Mi aura opresiva era más difícil de controlar incluso estando calmado o aparentemente calmado. Por ello detuve mi avance antes de que a la infantería le diera un ataque al corazón o similar.
Mirando a mis "enemigos"... La mayoría aparentaba un entrenamiento informal, no al punto de ser civiles, pero seguramente la mayoría de ellos eran aventureros o ex aventureros. Incluso luchadores de nacimiento y algunos monstruos se encontraban allí como goblins aunque me recordaban a Gobi... Gobi... Unos momentos de tristeza empezaron a surgir con ese mínimo pensamiento. Ya que aunque viví una miseria en comparación al tiempo que estuve conciente... Fue de las primeras personas en extender una mano amiga.
Por unos instantes me perdí mientras que todos se quedaron expectantes. A la espera de que nada malo suceda y con el temor de que de pronto me manifieste como un avatar de la Ira. Obvio que eso no ocurrió. Hasta había conseguido perder cualquier sensación similar a la ira. Lo que me dió una idea de que iba a perder esas sensaciones mientras que más de estos seres antiguos capture.
"Necesito descansar... Solamente un día."
En mi cabeza apareció Alexandra, aunque por unos instantes pude ver a Besta tras de ella en ese pensamiento. Si él hacía algo con mi mente iba a pagarla caro... Wow, una pizca de odio, eso sí se sintió agradable.
Por ahora las consecuencias de haberme hecho cargo de los desastres fue poco o nada importante. Aunque sentí como si Rem no fuese ya ninguna clase de cosa de la cual ocuparme... Besta parecía usarlo como bolsa de boxeo, lo cual reducía su tamaño un poco y lo mantenía estable. Una única cosa bien.
J: "He encontrado pistas de tu madre y... Creemos que se encuentra muerta."
Si Besta por escuchar su nombre casi logró hacerme sentir ira, ahora con esto me hizo calentar la sangre. Aquello que ví después fue algo... Triste. Me encontré con que lo único que lograron encontrar fueron sus brazos, cortados con una facilidad que me hacía temblar sin importar la situación de la que había venido... Mi sudor empezó a volverse frío mientras que aquellos brazos fornidos eran guardados y escondidos en unas telas.
"Mi... Madre está muerta... ¿Conocen quién es el asesino?"
J: "En verdad no lo sabemos, pero encontramos partes de distintos aventureras. Arrancadas con precision similar por armas blancas. También los cadáveres de la compañía en la cual tu madre fue escoltada. Con la directora haremos lo posible para encontrar al asesino y llevarlo ante la justicia"
Ese escalofrío que recorría mi cuerpo. Apreté mi puño intentando relajarme, pero no lo conseguía, solamente pude ver qué unas nudilleras aparecían en mis manos. Al llegar a golpear sentí el interior de mi cuerpo retumbar. Incluso haciéndome escupir sangre, y lo siguiente fue una onda explosiva considerablemente grande, se notaba que había usado de mi propia vitalidad para hacer algo así. Pero en ese momento solo quería dar venganza por esa mujer y aquellas que cayeron con ellas.
El sabor de la sangre y una aparición de marcas moradas y rojas en mi cuerpo. Parecía que asimilé considerablemente mejor a los dos huéspedes de mi cuerpo.