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Chapter 11 - Capitulo 2

[Los convenceré que es un peligro...]

Esa noche no logré consumar el sueño, las palabras de Sof circulaban por mi cabeza sin cesar.

A la mañana siguiente, me levanté de mi cama. Estaba sumamente cansado. Vagué por los enormes pasillos del castillo por un momento, hasta que el príncipe gritó mi nombre sorpresivamente.

- "¡Hey, Hiroshi!"

Se quedó en silencio un momento al verme la cara de cansancio.

- "Te ves horrible."

- "Gracias."

El príncipe Moch era una persona bastante amigable, para ser parte de la realeza.

- "Oye Moch, no es por incomodar pero, ¿Por qué tus ganas de practicar magia?"

[Quiero decir, tienes un ejército sumamente increíble a tus órdenes.]

- "Pues... Supongo que es un capricho mío. Quise aprovechar que el gran mago Sof estaba por aquí para aprender un poco."

Su respuesta se me hacía bastante normal. La magia era algo que intrigaba desde el momento en el que escuchabas sobre ella.

Ambos caminamos un rato, charlamos y reímos. Llegamos al comedor principal.

- "Buenos días, amo Moch. Señor Sekkatsu."

- "¡Buenos días, Fervor!

- "Buenos..."

Fervor era el mayor real. El más importante dentro del castillo.

- "Fervor, ¿Hiciste lo que te pedí para el desayuno?"

- "Por supuesto, mi señor."

- "Ven, Hiroshi."

Moch me jaló del brazo, llevándome a un asiento. Miré a mi alrededor. En frente mío estaba la princesa, a mi costado Moch, en la cabeza norte de la mesa el rey Shone y en su contrario la reina.

[Vaya situación más incómoda...]

- "Padre, ¿Sof no vendrá a desayunar?"

- "Lamentablemente no, hijo mío. El señor Sof tuvo que... Atender unos asuntos muy importantes esta mañana y salió junto con el sol."

Moch inclinó la cabeza. Parece que tenía muchas ganas de comer con Sof. Todos comimos, entre la familia real hablaron de varios temas, yo escuchaba y trataba de participar sólo cuándo se me hablara.

Al terminar, Moch se retiró corriendo de la mesa. La reina y la princesa fueron tras él, junto con Fervor. Me quedé a solas junto con el rey.

- "Joven Hiroshi, ¿Le importaría acompañarme? Necesito hablar de unos asuntos con usted."

Mi corazón latía ferozmente. Sentía que se saldría de mi cuerpo en cualquier momento.

- "P-por supuesto, su majestad."

- "No estés nervioso, no hiciste nada malo."

Nos levantamos de la mesa y caminamos. El rey Shone empezó a tararear una melodía muy armoniosa durante el camino.

Llegamos a una habitación, nos sentamos uno frente al otro. Hubo silencio momentáneo, interrumpido por el rey.

- "Joven Hiroshi. Quisiera saber un par de cosas sobre usted, si no le molesta."

- "N-no se preocupe, su majestad. Trataré de responder lo mejor que pueda."

- "Durante el torneo, estuviste fantástico. Estuviste a punto de romper las reglas, pero no pudiste sobrepasar la raya gracias a Sof. Dime, ¿Desde cuándo tienes tal poder? Según Sof, es muy raro ver a alguien usar magia eléctrica desde tan temprano.

- "Y-yo..."

No sabía que responder en ese momento.

- "No estoy seguro... Lo que recuerdo fue sentirme muy enojado y me dejé llevar por mis instintos."

- Bien, ahora, en cuanto a la joven Jied... Le quemaste la cabeza prácticamente. Le cayó una avalancha de golpes llenos de fuego."

- "Y-yo... Lo siento, cómo dije antes, lo poco que recuerdo es sentirme sumamente molesto, pero ahí... Me sentía adolorido, sentía un dolor dentro de mí..."

- "Ya veo... Una última pregunta, en cuánto al joven del Norte, utilizaste un hechizo de ventisca muy poderoso.... ¿Algo qué decir en cuánto a eso?"

- "..."

Ahora sí no supe que responder.

- "Okay, déjame cambiar la pregunta. Dime, ¿Sabes por qué aceptamos el traspaso del premio?

- "¿Fue porque Auber se lo pidió?"

El rey Shone negó con la cabeza.

- "Hiroshi, dejame decirte esto de una forma clara. Tú y tu poder, son un peligro para nosotros y para el reino entero. Por lo que me has dicho hasta ahora, es que tú tienes un inmenso poder dentro de ti que es prácticamente incontrolable..."

[Los convenceré de que es un peligro...]

- "Y-yo n-no..."

- "Lo lamento, Hiroshi..."

Escuché algo detrás mío, sentí una mano que me cubría la boca y caí profundamente dormido.

[POV - Mark]

[¿Cómo le irá a Hiroshi?]

Me encontraba en el patio de mi casa entrenando, mientras me preguntaba sobre eso.

Las cosas estaban un poco alocadas en casa, sin Hiroshi cerca. Tsugumi parece un tanto alterada, y preocupada sobre todo. La he encontrado ya un par deveces dando vueltas por la sala mordiéndose las uñas.

En cuanto a Shizugu, bueno, ella y Hiroshi nunca fueron tan cercanos. Así que podría decir que no le afecta el tema.

Asura, por otro lado, siempre está mirando por la ventana. Esperando a que su hermano mayor regrese. Aunque Nitori la entretiene con magia.

Todo iba bien, hasta que una carroza llegó. Un mayordomo bajó del vehículo, Tsugumi salió corriendo de la casa pensando que algo malo pasaba.

- "Señor y señora Sekkatsu, el rey Shone les invita al castillo cómo visita a su querido hijo, el joven Hiroshi Sekkatsu Moonlagger."

Levanté una ceja. Algo muy raro estaba pasando, Hiroshi se había ido hace un par de días, ¿Y ya nos estaban invitando a visitarlo?

Tsugumi no dudó ni un segundo en aceptar y subió rápidamente a ma carroza. Suspiré fuertemente para mis adentros y también me adentré.

El viaje no fue muy largo. Tsugumi se vió impresionada por el castillo, pese a que antes vivía prácticamente en uno; en cuánto a mí, pues... Dejémoslo en que me traía malos recuerdos.

Ambos bajamos del vehículo, nos adentramos en el castillo y nos dirigieron a una habitación. Esperamos por un rato, hasta que el rey y un hombre en túnica entraron.

Mi esposa y yo saludamos a los recién llegados y todos nos sentamos frente a frente.

- "Señores Sekkatsu, nos alegra tenerlos a-..."

Levanté la mano enguantada, interrumpiendo al rey.

- "Su queridísima majestad, dejemonos de cuentos largos y vayamos directo al grano. Ya me parece lo suficientemente sospechoso que nos hayan llamado al segundo día desde que mi hijo llegó a este lugar."

Mi tono y mi rostro mostraban un tono serio. Mi esposa me miró impactada, pero siguió sin decir nada.

- "Tiene toda la razón, señor Sekkatsu. Vayamos directo al grano."

El rey aplaudió un par de veces, las puertas se abrieron. Un par de hombres arrastraron a Hiroshi y lo pusieron sobre la mesa antes de retirarse.

Hubo un silencio momentáneo. Miré a mi hijo en la mesa, estaba inconsciente. Me levanté y puse mi mano en la empuñadura de la espada.

- "Rey Shone, usted sabe mejor que nadie de lo que soy capaz de hacer. Será mejor que tenga una buena explicación para explicar por qué mi hijo está sobre la mesa inconsciente."

- "Por supuesto, señor Sekkatsu. El señor Sof les explicará sobre el asunto."

- "Señora Tsugumi, usted tiene habilidades mágicas en comparación de su esposo. Quiero que me diga, ¿Usted sabe lo que es un mago emocional?"

Me quedé callado. El tono y aura de este sujeto eran aterradoras. Miré a mi esposa quién no apartaba la vista de Hiroshi.

- "Sí, un mago que no es capaz de controlar sus niveles de magia ya que están fuertemente ligadas a sus emociones."

- "Cómo ya se habrá dado cuenta, su hijo es un mago emocional. Tan sólo nos hace falta recordar el torneo de hace unos días."

[¿Un mago emocional...?]

Sof hizo un poco de magia y nos enseñó a Tsugumi y a mí una visión del futuro posible.

- "Si no hacemos algo con esto, el Hiroshi del futuro será incontrolable. Se convertirá en una bestia destructora, que buscará arrasar con todo lo que encuentre en su paso."

Tsugumi empezó a llorar. Yo no entendía nada.

- "Exijo una explicación, ¿Qué pasará con Hiroshi?"

- "Los magos emocionales son..."

Taugumi fue interrumpida por el hombre en la túnica.

- "Declarados a muerte. Nadie es capaz de mantener el control sobre estos seres, así que se decide ejecutarlos para preservar la paz."

Me quedé atónito. Miré a mi esposa, llorando sobre el cuerpo de mi hijo. Recordé a Asura, quién está esperando a su hermano...

Saqué la espada de la funda y la apunté al cuello del mago. Fue un movimiento de un segundo.

- "Tendrás que matarme antes que te puedas acercar a mi hijo, maldito mago."

- "Señor Sekkatsu, tranquilo. Déjelo termina-"

- "¡¿Quieres que me quede aquí sentado, escuchando cómo planean la ejecución de mi hijo?!"

El mago ni se movía o reaccionaba.

- "Al contrario, señor Sekkatsu. Lo que intento decir, es que hay una salida alternativa."

Tsugumi levantó la cabeza. Con sus ojos llorosos, me miró directamente.

- "Habla de una vez."

- "Una maldición. Existe una maldición que puede mantener el poder de Hiroshi bajo control, reduciendo su nivel máximo hasta el 25%."

[¿Una maldición...?]

Por lo poco que recuerdo de mis épocas de mazmorras, en el mundo mágico y el mundo de la espada, las maldiciones son diferentes.

En la espada, una maldición se implanta directamente en un objeto y al usuario le otorga desventajas abismales.

- "¿Qué clase de maldición sería? ¿A qué objeto le implantamos la maldición?"

- "Sería una maldición directa. En la magia, es posible incrustar una maldición en un individuo. El rey Shone me insistió en que ambos deben de estar de acuerdo para poder realizar el procedimiento."

[Bastardo, lo harías de todas formas...]

- "Antes de tomar cualquier decisión, quiero dejar algo en claro. Hiroshi, ¿Sabrá sobre esto?"

- "Se dará cuenta con el tiempo. Además, cada vez que aumente drásticamente su poder, aparecerá una marca en su ojo conformada de 3 líneas sagradas unificadas en un punto."

- "Ya veo..."

Miré a Tsugumi. Ella seguía con lágrimas en sus ojos, acariciando la mejilla de Hiroshi.

Al final, ambos accedimos. Sof realizó el ritual mágico e implantó la maldición en Hiroshi. Luego de eso, ambos nos retiramos del castillo.

Tsugumi estaba emocionalmente agotaba, me mantuve con ella todo el resto del día.

Hiroshi... Pase lo que pase allí dentro... No dejes que te hagan daño...

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