Chereads / Soy tu Omega / Chapter 23 - Antes de salir de la ciudad

Chapter 23 - Antes de salir de la ciudad

Sudor, sus manos sudaban. Saya limpió sus palmas en su pantalón, su sonrisa practicada era su escudo, sin embargo, Olivia no había estado tanto tiempo en el mundo de los negocios por nada, podía ver el estado del chico solo que amablemente lo ignoro.

-Soy yo

Un temblor casi imperceptible se podía escuchar, Olivia quería rodar los ojos, si el chico era consciente de lo que implicaba salir con Noah ¿Por qué aún lo hizo? Al menos parecía saber lo que significaba su presencia así que no se vería en la necesidad de usar la fuerza. Saya bebió su malteada, tratando de ocultar su rostro detrás del vaso.

Sobre la mesa había un par de fotografías que mostraban a Maya y Noah en diferentes lugares, pero algo era obvio: eran una pareja.

- ¿Entonces estás dispuesto a seguir mis arreglos?

Saya se mordió la parte interna de la mejilla, sobre la mesa había un cheque, pensaba que solo era algo que pasaba en las telenovelas pero ahora le estaba pasando a él que fingía ser su hermana, incluso bajo la conversación calmada de Olivia podía sentir una presión invisible, mientras hablaban escuchó múltiples amenazas ocultas para que dejara la ciudad, quería ocupar el lugar de su hermana en este momento, era su turno de protegerla, al menos hasta que Noah hubiese logrado ponerla a salvo en el extranjero, pero aún deseaba quedarse, llegó a la ciudad sin nada pero ahora este era un lugar que quería llamar hogar, obviamente era reacio a irse.

En un principio se habían mudado a la ciudad porque era el hogar de la universidad de Elvia, una de las mejores universidades del país, solo superada por algunas universidades privadas a las que no tendría acceso en toda su vida y el sueño de cada estudiante que no podía permitirse ir a una privada.

Pensó por un momento…

-Lo haré, pero no quiero el dinero

Olivia quería poner los ojos en blanco, se había encontrado con muchas chicas que habían dicho lo mismo, fingiendo pelear por su amor, pero siempre había sido fácil contrarrestar sus argumentos ridículos mostrándoles los secretos que habrían querido ocultar, pero el joven estaba limpio… realmente quería que todo se terminara limpiamente, incluso su café perdió el sabor

-Terminar todo limpiamente es lo mejor ¿No lo cree?

Dijo Olivia acercando el cheque a Saya. Saya se movió incómodamente en el asiento, podía salir de la ciudad un par de meses y regresar para el examen de ingreso, Noah le había dicho que planeaba cambiar la identidad de su hermana y la suya misma, pronto se darían cuenta que él no era el de las fotos, pero para entonces su hermana y su cuñado se habrían establecido en el extranjero. Era solo que sí tomaba el dinero ¿No sería un estafador? No quería darle esa impresión a Erick… aunque probablemente Erick lo odiara ahora mismo, la amistad que habían formado no era tan importante como su familia, a pesar de que siempre que hablaba de Noah se quejaba Saya creía que era muy apegado a su hermano.

-No tomaré el dinero pero… puedo irme

Dijo eso, se levantó de golpe y salió de ahí mecánicamente, casi huyendo, después de todo era realmente malo mintiendo. Olivia vio que el chico se iba, sus piernas parecían estar un poco suaves. Rodó los ojos, dejó un billete sobre la mesa y salió, podía sentir la mirada nerviosa del chico desde la distancia, si no sintiese la superficialidad del chico habría sido engañada por su obvio miedo, "Si estás aterrorizado solo vete, ¿Tienes que ponerte en peligro por unas pocas ganancias?" pensó subiendo al auto.

Bajo el cobijo de los vidrios polarizados por fin se deshizo de su aura elegante y dejo de fingir

- ¿Cómo te fue?

Preguntó John al verla tirar sus tacones debajo del asiento, tomar una manta y disponerse a tomar una siesta.

-Hay que llamar a los hombres de George, hay que darle un susto. Pero primero vamos por una hamburguesa con queso extra y algunos aros de cebolla, estoy muriendo de hambre.

Al escuchar el nombre de George, John frunció el ceño, pero se recuperó al escuchar sobre la comida. George era el hermano adoptivo del patriarca anterior de la familia Moore, sin embargo, tras la muerte del anciano señor Moore, su hermano corto todos los lazos y se desentendió de él, no fue sino hasta que el jefe se hizo cargo de la familia que reconoció su relación con ese tío suyo, aunque no compartían la misma sangre su relación era incluso mejor que la que tenía con sus propios padres. George había sido expulsado de la familia por ser el jefe de Pandora, una organización criminal de gran tamaño que se había expandido durante los últimos años con el apoyo invisible de su sobrino, era Pandora quien se encargaba de los negocios de Erick que no podían ver la luz del día.

John y Olivia podían ser contados como antiguos secuaces de Pandora, pero Erick había visto sus talentos y les había dado la oportunidad de desenvolverse en un ambiente mejor limpiando sus antecedentes además de otorgarles un trabajo. A ninguno de los dos le gustaba recordar los viejos tiempos así que, por su puesto, escuchar el nombre de su antiguo jefe no era ameno.

Saya no sabía lo que pasaba y en su trabajo seguía tratando de digerir lo que acababa de pasar: Noah se había fugado persiguiendo a su hermana, Erick se había enfadado, pero no parecía saber que su hermana tenía un gemelo, Erick creía que era su hermana y deseaba que dejara la ciudad para que su hermano regresara… todo se sentía bastante increíble pero bueno, él también se sorprendería si Noah tuviera un gemelo idéntico, la posibilidad era casi inexistente.

- ¿Qué pasa?

Preguntó Lucy al ver que Saya seguía espaciado, regando excesivamente a la orquídea, detuvo la mano de Saya antes de que la ahogara.

-Estaba pensando- Saya se sonrojo dándose cuenta de que tenía que salir de la ciudad, no tenía pánico he intentaba tomarse lo que pasaba con calma que no era tan difícil, después de todo su situación era bastante surrealista y eso hacía que no se la creyera del todo, aún sentía que estaba soñando- En dos meses son los exámenes de admisión a Elvia y quiero concentrarme en estudiar, tal vez no pueda seguir viniendo

Dijo todo eso con una sonrisa, pero en su interior seguía flotando pensando en lo que haría los próximos dos meses, había ahorrado lo suficiente para pagar la colegiatura de dos años, si conseguía una beca y trabajaba medio tiempo, entonces terminar su carrera no se vería obstaculizado por motivos económicos

-oh, bueno ¿A partir de cuándo dejarías de llegar? Te extrañare mucho

Saya sintió el cálido abrazo de Lucy y correspondió, aunque no trabajaría más ahí se alegraba de haber hecho una amiga

-Desde mañana

Respondió Saya recordando como lo habían instado a dejar la ciudad lo antes posible. Lucy frunció el ceño

- ¿Tienes algún problema?

No le parecía normal que pidiera irse de pronto. Saya se puso un poco rígido sin saber cómo contestar

-No es grave, solo tengo que viajar mañana… sé que te estoy metiendo en un problema ¿Tal vez podría recomendarte a alguien?

Pensó en sus antiguos compañeros de trabajo y muchos parecían adecuados.

-No, está bien- dijo Lucy observando que Saya no parecía tener a nadie en específico en mente, aunque se sentía desconcertada también sintió que tal vez era una señal- Mi madre quería remodelar la tienda, pero no habíamos decidido el tiempo, podemos adelantarlo mientras buscamos a alguien. ¿Necesitas ayuda con tu viaje?

Saya se sentía aún más culpable de irse de pronto y sin aviso. Todos eran tan buenos con él que quería llorar.

-No, será algo temporal. ¿Aún podemos seguir hablando?

- ¡¿De qué hablas?! Somos amigos ¿cierto?

Saya sonrió brillantemente.

Por la noche Saya llegó de buen humor a su nuevo departamento, estaba bastante feliz, aunque tenía que irse de la ciudad eso solo sirvió para que apreciara aún más lo que tenía, recordó como su jefe le había dado finiquito del mes aunque Saya creía que no le correspondía después de todo no había firmado ningún contrato, la única respuesta de su jefe fue "Es una inversión, por si quieres trabajo nuevamente, entonces seremos tu primera opción" la cara del padre de Lucy parecía enojada pero Saya podía sentir todos sus buenos deseos.

Al abrir la puerta el rostro de Saya se petrifico: parecía que un huracán había pasado por todo el lugar, sobre la única mesa intacta había un cheque de 200,000 dólares.